El guardiรกn de la mirilla Ascen
Ilustrado por: Navehz
Para Carlos, mi marido, amigo y compaĂąero y para mis hijos Mireia y Marcos sois mi inspiraciĂłn cada dĂa.
Ă?ndice
Nueva vida..............................................11 Las aventuras de la mirilla.....................25 Pasaron los aĂąos.....................................67
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NUEVA VIDA En verano nos mudamos a una nueva
casa, por un nuevo trabajo de papá. Dejábamos atrás la escuela y los amigos, y además mi hermana dejaba a su novio Peter, un chico muy raro que no nos gustaba ni a mí ni a papá. Cuando llegamos al nuevo pueblo vimos que era pequeño, pero parecía acogedor; la gente estaba sentada en los bancos fuera de sus casas, hablando con los demás vecinos. Yo me estaba fijando en todo, des7
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cubriendo nuestro hogar mientras Samanta, mi hermana, no hacía más que mandar mensajes por el móvil y quejarse. Al final del pueblo llegamos a una finca enorme llena de flores y una gran casa en el centro. Al llegar se abrieron unas enormes y antiguas verjas dándonos la bienvenida, y papá las atravesó para llegar a la puerta principal; allí nos esperaba una mujer con gesto serio que nos dio la bienvenida a nuestra nueva casa. Entramos a toda velocidad para elegir nuestras nuevas habitaciones, y su tamaño nos sorprendió. ¡Era gigantesca! Subimos por las escaleras y elegimos las habitaciones que más nos gustaron. ¡Ya no volveríamos a dormir más en literas! Estaba inspeccionando mi nueva habitación cuando mis padres me llamaron. Mi madre me pidió que subiera mi 9
maleta, y me dijo que más tarde iríamos al pueblo para empezar con la decoración. Yo estaba tan entusiasmado con la idea que obedecí a la primera. Esa tarde fuimos al pueblo y elegí la pintura de mi nueva habitación. Iba a ser azul, y además papá me compró un póster de baloncesto y maquetas de aviones para montar. ¡Me encanta la marquetería! Mi hermana seguía enfadada y todo le parecía mal; papá dijo que ya se le pasaría. Durante el resto de la semana fueron visitándonos los distintos gremios: fontanería, electricidad, etc. para adecuar la casa a sus nuevos huéspedes. En la cena, mamá nos contó que iba a empezar a trabajar desde casa (mi madre hacía todo tipo de manualidades), papá empezaría a trabajar el lunes en el hospital (es médico). 10
A la mañana siguiente me desperté temprano y vi que había una habitación más que no había mirado anteriormente, abrí la puerta y descubrí unas escaleras. ¿A dónde irían?... Me disponía a subir por ellas cuando mi padre me llamó, y al salir al patio me lanzó un balón de baloncesto y me llevó al garaje, donde había colocado una canasta. Pasamos toda la mañana jugando. Después de comer nos fuimos al lago a pescar. Pasamos toda la tarde sin parar de pescar, pero todo eran capturas de pequeño tamaño, por lo que había que devolverlos al agua hasta que, justo antes de irnos, pesqué una gran trucha. Y mi padre dijo: «Esa no la vamos a soltar, hijo. ¡Ya tenemos la cena!». Remamos hasta la orilla y nos fuimos a casa. Llegué dando gritos: «¡Mamá, mamá, he pescado la cena!». 11
Pasaron los días y me sentía solo, porque papá y mamá estaban todo el día trabajando, y Sam seguía enfadada y no me hacía caso. Después de mucho insistir, salí con Sam a dar un paseo por nuestras nuevas tierras, anduvimos un largo trayecto, tanto que llegamos a la finca vecina donde había caballos, y vimos a un chico que debía ser muy guapo, por la cara de tonta que se le quedo a Sam. Nos preguntó quiénes éramos y qué hacíamos en sus tierras. Nosotros contestamos que éramos los nuevos vecinos, y él, muy amable, nos invitó a pasar. Mientras yo estaba mirando los caballos, advertí que Sam solo prestaba atención al nuevo vecino. De pronto apareció el padre, y me dijo que se llamaba Jesús, y que el caballo al que estaba acariciando en ese momento se llamaba Trueno, un ca12
ballo negro precioso. Se ofreció para llevarnos a casa y así conocer a mis padres. Cuando llegamos salió a recibirnos mamá, preocupada porque llegábamos tarde. Jesús explicó a mi madre que nos había enseñado su finca y que estábamos invitados para visitarla cuando quisiéramos, y que estaría encantado de enseñarnos a montar a caballo. Al acabar la cena, Sam nos dejó sorprendidos: recogió la mesa y fregó los platos. Hacía semanas que no ayudaba en casa, tantas como el tiempo que llevábamos en nuestro nuevo hogar. ¿Tendría algo que ver el nuevo vecino?... Después de cenar subí a mi habitación, pues me apetecía jugar un poco con mis maquetas. El lunes por la mañana, con mis padres trabajando y Sam en la finca veci13
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na, decidí terminar mi investigación de la casa y subir al desván; la puerta estaba cerrada, y bajé a preguntar a la asistenta, Rosita, si tenía la llave, pero me dijo que esa puerta siempre había permanecido cerrada, y que si necesitaba entrar, habría que llamar a un cerrajero. Le dije que no, y volví a subir al segundo piso. Al no abrirse, decidí echar un vistazo por la mirilla; me llevé un susto tan grande que bajé a mi habitación a toda prisa. Sentado en la cama, no podía quitarme de la cabeza lo que había visto: era como si de una película de animación se tratara. Y cuando se me pasó el susto, la curiosidad pudo conmigo y volví a subir. Cuando miré nuevamente, aparecí dentro de un bosque al lado de un río; miré a mi alrededor y vi a un caballero, con una gran espada en la mano y un 15
Ocho Suricatos Debido al nuevo destino en el trabajo del padre de Marcos, toda la familia tendrá que cambiar su lugar de residencia, con lo cual todos tendrán que afrontar nuevos cambios en su vida. Pero al llegar a su nueva casa, lo que no podía imaginarse Marcos es lo que descubriría a través de la mirilla que había en el desván de la vivienda. ¿Te gustaría descubrirlo junto a él?... Un mundo lleno de aventuras te espera a través de la mirilla del desván. Sumérgete en él junto a Marcos y sus amigos, y descubrirás que el valor no tiene límites. Valores implícitos: Una historia que nos muestra el valor de la valentía y el ayudar a los demás sin pensarlo. Este libro intenta demostrar que un niño puede ser capaz de afrontar los cambios que pueda tener en su vida, con valor y coraje.
ISBN 978-84-18499-40-1
A partir de 8 años 9 788418
499401
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