María Helena Stapińska Ilustraciones: Laura Díez
Le dedico este libro a toda mi familia, a mis abuelos, primas y a mis padres.
Había una vez unos expertos de laboratorios que experimentaban mucho.
Querían averiguar otro planeta diferente. Buscaban ese planeta para ver cómo era la vida y si podían vivir allí humanos. Averiguaron que había un planeta nuevo que nadie conocía, era de color rosa y lo llamaron El Planeta Magnus, pero allí había personas diferentes. Los chicos eran azules, y las chicas moradas, pero en ese planeta solo vivían trece personas y hablaban en polaco.
Los expertos de laboratorios fueron al planeta Magnus y no entendían lo que decían los alienígenas, así que volvieron a la Tierra y fueron a Polonia a por una persona que pudiera traducirles todo. Hicieron un concurso para que el ganador fuera con ellos, y entonces ganó un hombre de 48 años. Fueron con el cohete espacial al planeta Magnus, y cuando llegaron, el polaco que ganó les tradujo todo. Dijo el polaco que esos alienígenas le preguntaron que si los expertos podían no decirle a nadie lo del planeta Magnus, pues era un secreto. Después volvieron a la Tierra, y al final se hicieron amigos y vivieron todos juntos en Valencia, en Casas Verdes.
Pasaron tres semanas y quisieron ir otra vez a visitar el planta Magnus. Cuando llegaron, vieron que habĂa una nave espacial preparada para ir a la Tierra. Los expertos y el polaco les preguntaron por quĂŠ iban allĂ, y les contestaron que la reina de Magnus les habĂa pedido ir a la Tierra y dominarla para tener el Planeta solo para ellos, pero luego se enfadaron y se fueron a avisar a todos los habitantes de la Tierra.
Nadie se lo creyó, pero después vieron todos que había meteoritos cayendo del cielo, y eso fue solo el principio. Después llegaron las naves espaciales, y allí dentro estaba también la reina del planeta Magnus, entonces el polaco se acercó y fue a hablar con ellos sobre lo que sucedía, les pregunto qué querían de nosotros.
Nuestros chanquetes, esos locos bajitos, vienen pisando fuerte... Esta delicada colección está compuesta por “pequeñas obras maestras” escritas por niños que tienen la ilusión de convertirse, algún día, en «grandes escritores», pues realmente son «talentos prometedores». Muchos de ellos, si no desisten en el intento, lo conseguirán.