Las aventuras de Nola, Tico y la bruja tres pelos

Page 1

de Nola,Tico y la bruja tres pelos Julio Machargo Salvador Ilustrado por: Macarena

Campo



En un pueblo muy lejano vive la familia

de Nola y Tico. Su casa está cerca del bosque. El padre trabaja en el campo, y la madre cuida de los animales de la granja. Nola tiene diez años, y su hermano Tico, nueve. No muy lejos de allí, en una cueva oscura escondida en medio del bosque, vive la bruja Tres Pelos. La llaman así, porque 3


tiene tres largos pelos en la punta de la nariz, que se enroscan formando tres bolitas negras que brillan en la oscuridad. Es una bruja muy pobre, tan pobre tan pobre que solo tiene tres cosas: una escoba, un loro y una olla. La escoba la heredó de su madre, que también la heredó de la suya, y esta de la suya. Es una escoba viejísima y muy estropeada, pero con ella puede volar a cualquier lugar, atravesar las paredes de las casas y de los castillos, y aterrizar sobre las aguas de los ríos y de los mares. El loro se llama Roberto. Es un pajarraco de enorme pico y afiladas garras. La bruja Tres Pelos lo lleva sobre un hombro, cuando sale a recorrer el bosque montada en su escoba. Cuando la bruja duerme, el loro vigila. 4


En la olla, la bruja guisa sus comidas y prepara los brebajes y las pócimas que hace con hierbas y plantas del bosque. A la bruja Tres Pelos no le gusta alejarse mucho de su cueva, porque ya es muy vieja, y también porque su vieja escoba en los viajes largos se queda sin fuerzas y le surgen muchas averías. En el pueblo de Tico y Nola todos hablan de la bruja Tres Pelos, pero nadie sabe en qué lugar del bosque vive, ni nadie la ha visto nunca de cerca. Nola y Tico han oído contar muchas cosas sobre ella, y se mueren de ganas por verla, pero sus padres les han dicho que no se acerquen nunca al bosque. Un día por la tarde, los padres de Nola y Tico fueron a visitar a unos amigos, y dejaron a los niños jugando en el jardín. 5



Al cabo de un rato, se aburrieron de jugar y Nola dijo a su hermano: —¿Por qué no echamos una carrera hasta la orilla del bosque? Pero solo hasta la orilla, ¿eh? —¡Sí! ¡Sí! —contestó Tico, entusiasmado. Salieron del jardín, trazaron una raya en el suelo, se colocaron a la misma altura sin pisar la raya, y cuando Nola dijo «uno, dos y tres», salieron disparados. Ganó Tico, y esto no le gustó a Nola. Así que echaron otra carrera. Esta vez ganó Nola, y como los dos querían ser campeones, siguieron echando carreras, hasta que se cansaron tanto que tuvieron que parar para descansar. Se metieron un poco en el bosque para tumbarse a la sombra, porque era verano y calentaba mucho el sol. Enseguida se quedaron dormidos. 7


Cuando se despertaron, creyeron que era de noche, porque a su alrededor solo había oscuridad. No había árboles, ni soplaba el viento. Estaban echados en una cama de hierba y hojas secas. Se oían algunos ruidos y pasos. Una sombra se movía de un lado para otro, y unos puntitos brillaban en la oscuridad. —¿Estaremos en la cueva de la bruja? —dijo Tico. Les entró un miedo tan grande que casi se les cortaba la respiración. Se abrazaron muy fuerte y se quedaron tan quietos como un muerto. De pronto, vieron que la sombra y los puntitos brillantes venían hacia ellos. Se pusieron a temblar y ya iban a gritar, cuando una suave voz dijo: —¡Hola, niños!, ¿ya estáis despiertos? Habéis dormido una buena siesta y ya debéis de tener hambre. 8


Un olor muy agradable les llegaba a la nariz. —Os he preparado un pastel de manzana muy rico. Venid conmigo, vamos a merendar juntos. Nola y Tico se quedaron quietos. Estaban llenos de miedo. Querían salir corriendo, pero no sabían por dónde tenían que tirar. Como no se movían, la voz volvió a decir: —¡Venid, seguidme, no tengáis miedo! Entonces Nola, con voz temblorosa, preguntó: —¿Quién eres?, ¿dónde estamos? —Soy la bruja Tres Pelos, y estáis en mi cueva. Lleváis aquí un largo rato. Os encontré en el bosque mientras dormíais, y os traje aquí porque es muy peligroso dormir en el bosque. 9



Pero no tenéis nada que temer, porque soy una bruja buena. Al oír estas palabras, los niños se animaron y siguieron los pasos de la sombra. Poco a poco la claridad se hizo mayor. Recorrieron un pasillo y, de repente, se encontraron ante un jardín lleno de luz y de flores. El loro Roberto les saludó con un silbido. En medio del jardín había una mesa con la merienda preparada. Nola y Tico comieron tarta hasta que no pudieron más, y bebieron un gran vaso de zumo que la bruja había preparado con frutos del bosque. Mientras merendaban, la bruja Tres Pelos les contaba historias de su vida, y les dijo que ella se había escondido en ese bosque porque las brujas malas la habían echado de su reino. 11


Los niños seguían con atención lo que les contaba la bruja, hasta que esta dijo: —Niños, es la hora de irnos; vuestros padres se preocuparán si no estáis en casa cuando ellos vuelvan de la visita. Se levantaron de la mesa, recogieron todo y volvieron a entrar en la cueva. La bruja se fue a un rincón, cogió la capa y se la puso, y también el sombrero puntiagudo en su cabeza. Luego cogió la escoba y salió a la entrada de la cueva. Llamó al loro Roberto, y con voz alegre dijo a los niños: —¡A volar!, montad en la escoba y agarraos a mí. Pronunció las palabras mágicas: «Escoba sube, escoba vuela», y la escoba empezó a elevarse despacio hasta que se colocó por encima de los árboles. 12


Nola y Tico estaban tan emocionados que pidieron a la bruja que les diera un paseo montados en la escoba. —¡Vale! —dijo la bruja—, pero será un paseo corto. La escoba empezó a moverse y los llevó hasta el final del bosque. Era como en los cuentos. Les habría gustado llegar hasta lugares más lejanos, pero había llegado la hora de volver. —¿Dónde está vuestra casa? —preguntó la bruja. Los niños extendieron sus brazos para indicar el lugar donde se encontraba la casa. La escoba se fue acercando, y lentamente se posó en el jardín. Los padres todavía no habían llegado. —¡Deprisa, deprisa! —dijo la bruja—, no quiero que alguien del pueblo me vea. 13



Antes de irse se acercó a los niños, los abrazó y les dijo: —Este será nuestro secreto; nadie debe saber lo que ha pasado esta tarde. Cuando queráis verme, os acercáis a la orilla del bosque y yo saldré a vuestro encuentro. A los niños les daba mucha pena despedirse de la bruja, y se abrazaron fuertemente a ella. Los ojos de la bruja Tres Pelos se llenaron de lágrimas, porque nunca antes unos niños la habían abrazado. Se arregló la capa, se colocó bien el sombrero y dijo: «Escoba sube, escoba vuela», y la escoba empezó a subir, dirigiéndose hacia el bosque. Los niños saludaban con la mano levantada y gritaban: —¡Adiós, te queremos, volveremos a vernos!

15


Ocho Suricatos Nola y Tico se quedan dormidos en el bosque. La bruja Tres Pelos los recoge, los lleva a su cueva y los cuida, surgiendo entre ellos una hermosa amistad, que pronto se extenderá a toda la familia. La bruja Tres Pelos recibe el cariño de la familia de Nola y Tico, además del respeto de todo el pueblo, y ella, sintiéndose muy feliz, lo agradece brindándoles a todos sus mágicos poderes. ¿Llegará la bruja a ser como una vecina más?... Valores implícitos Estos cuentos quieren mostrar que la bondad es la clave para superar los prejuicios y la discriminación contra los diferentes.

ISBN 978-84-18499-

A partir de 8 años 9 788418

16

499784

babidibulibros.com


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.