Rufi es un gato especial, distinto a los que hasta hoy has conocido. Es difícil encontrar otro como él. Rufi es inteligente, audaz, veloz y amigo de sus amigos. O mejor dicho, de su amigo, porque tiene un amigo extraordinario, cuyo nombre es Kui. Aunque hay algo raro en todo esto, porque Kui no es un gato, Kui es un ratón. Pero a pesar de que son diferentes, puedo afirmar que Rufi y Kui son amigos inseparables.
Rufi tiene un llamativo color blanco. Cuando pasa por los tejados o las cercas de los vecinos, todos se fijan en él. Llama la atención la mancha negra que le cubre todo el ojo derecho.
«¡Qué gato más lindo! ¡Qué hermoso es!» , exclaman, al verlo pasar.
Se siente muy contento con estos comentarios. ¿Saben por qué?... Porque él tiene un secreto muy bien guardado, y las personas no lo saben. ¡Rufi, puede hablar! Como lo están escuchando, así mismo es. Hace algún tiempo atrás, cuando nació, sus dueños eran dos niños muy buenos, y de tanto jugar con ellos, aprendió a hablar. Ahora no tiene hogar, vive en el barrio, de tejado en tejado. Juega con su amigo y le encanta subirse al techo de la casa de Paco. Allí duerme la siesta todos los días.
Paco es un hombre muy bueno, alto y delgado. Siempre está contento, cuida de su jardín y alimenta a las aves que lo visitan. Se preocupa mucho por Rufi, le da de comer a diario, y a nuestro gato le fascina pasar por su casa.
Todo lo contrario es Melo, el vecino de atrás. A él no le gustan los gatos ¡nada de nada! Cada vez que ve a Rufi, lo asusta y corre tras él con los puños en alto gritándole así:
—¡Vete de aquí gato feo!
¡No vuelvas a mi patio!
¡Aquí no te quiero!
Rufi no le hace mucho caso, aunque siempre corre porque no soporta sus gritos.
