Patricia María Valseca Marques Sara Almudena Martínez Moreno Ilustrado por: Laura González Pascual
A : «¡Quiero vivir solo!» Aquel día decidí mudarme al desván. Allí nunca sube nadie, es el lugar perfecto para guardar algo que terminarás olvidando. Conseguí estar mucho tiempo a solas con mi desorden. Todas aquellas cajas que huelen a polvo y cartón eran la compañía perfecta. 3
De vez en cuando me gustaba registrarlas, alguna de ellas contenía ropa vieja, otras guardaban libros de texto, juguetes, fotografías… Revolver todo aquello se convirtió en mi pasatiempo favorito, nadie puede imaginar lo entretenido que puede ser mezclar las cosas sin ton ni son. Me divertía pensar en alguien buscando algo que yo cambié de sitio y nunca encontrará. Me imaginaba como un científico loco, con música rápida de circo, buscando y haciendo volar ropa y fotos por los aires ji, ji… A veces parecía escuchar pasos que subían y bajaban ligeros las escaleras. Miraba a través de la cerradura, pero no 4
conseguía ver a nadie y me temblaban las piernas cuando pensaba que podía haber alguien más y que probablemente sabía de mi existencia.
En un rincón encontré una tienda de campaña, de esas canadienses con forma triangular. Olía a humedad y naftalina, pero era el lugar idóneo para dormir. Allí me transportaba en sueños a aquellas noches de acampada, donde te conviertes en un explorador buscando bichos con tu lupa. De pronto desperté 5
y no estaba solo, había alguien más en el desván y parecía no importarle que yo estuviera allí. Me mantuve en silencio. Un escalofrío recorría todo mi cuerpo, cerré los ojos fuertemente, los apreté tanto que me sentí mareado. ¿Qué significaba aquello? ¿Qué estaba pasando? no quería mirar. Tal vez si no miraba se iría, pero… no se fue, ¿cómo pudo entrar sin que me diera cuenta? Continué escondido unos minutos. Cuando dejé de escucharlo, salí. Pensé que se había marchado, pero no, ahí estaba rebuscando entre mis cajas. M: «Dónde estará, sé que lo puse aquí…» Salí de mi tienda sin que me viera, y corrí a esconderme en un lugar don6
de pudiera observar sin ser visto. Fue entonces cuando ocurrió: hizo volar el contenido de las cajas por los aires mientras yo silbaba música rápida de circo, cada vez más y más deprisa. Me dirigí a él desde mi escondite: A: «¿Qué haces aquí? ¿Qué buscas?». M: «Ya sabes, estoy buscando eso que sirve para el agua, que lo guardé aquí. Busca tú en esa otra caja». ¡Qué extraño!, parecía conocerme, pero… No contesté, no entendía nada, me quedé paralizado. De repente cogió mi bici y se puso a dar vueltas con ella por el desván. A: «¡Eh! ¡No toques esa bici! No es 7
tuya, es mía y me molesta mucho el ruido que hace».
De pronto me encontré buscando, yo que sé qué en una caja. Sus preguntas interrumpieron la búsqueda del objeto no identificado. M: «¿Sabes montar en bici? A mí me gusta creer que voy en un monociclo y que soy el mejor haciendo malabares mientras suena ¡música rápida de circo!». No sé cómo, pero conseguí sentirme 8
cómodo, le gustaba montar en bici y la música de circo como a mí... Pero no quise contestar a su pregunta, no paraba de hablar y hablar... M: «¿Cómo te llamas?». A: «Auri». De pronto tiró la bici y corrió diciendo: M: «Ya sé dónde lo puse… ¡Hay que buscar por la casa! Me apresuré a seguirlo, y desde el umbral de la puerta pude ver cómo bajaba las escaleras dando saltitos de dos en dos mientras decía: M: «¡Vamos! ¡No te quedes ahí parado! Yo me quedé mirando desde el hueco de la escalera y observé cómo se metía en una habitación, lo escuchaba mover 9
Las casas hablan sobre aquellos que las habitan. Todo lo que podemos encontrar en el hogar de alguien nos mostrará una personalidad oculta. Si está extremadamente ordenada, el color de sus paredes, e incluso su distribución. Todo ello muestra el carácter de quien allí mora. Cuando alguien te abre su puerta y descubres lo que hay dentro, ¿puedes ignorar lo que has encontrado?
«En este libro nada es lo que parece, intenta adivinar quién es quién, realizando un interesante viaje a través de la vida y recuerdos de sus personajes, donde cada movimiento nos dará entrada a buscar en nuestras propias emociones».
ISBN 978-84-18017-50-6
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788418 017506