Viaje al planeta
LULANDIA
Marina Barbero
La nave espacial empezó a moverse. ¡Qué emoción! Pi, Pa y Pepe no podían creerlo, por fin iban a volar al espacio. La historia del cohete había empezado unas semanas antes, cuando uno de los niños, Diego, les habló de los planetas, del espacio, de las naves espaciales, del Sol, la Luna y las estrellas.
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—El espacio es algo muy bonito —les dijo Diego—. Allí hay muchos planetas, por ejemplo, Mercurio, Saturno o Júpiter. Cuando Diego contó esto, Pi y Pa abrieron mucho los ojos. Abrieron los ojos porque todo aquello les pareció muy, muy IN-TE-RE-SAN-TE. —Oye, Diego —preguntó Pi—, ¿por qué desde aquí no veo ningún planeta? ¿Dónde está Mercurio? —Pi dijo esto mirando hacia arriba, hacia el cielo. —No, no, es que los planetas no se pueden ver desde aquí, están muy lejos —«Pi y Pa no saben NADA de nada», pensó Diego y siguió explicando—: Para ver los planetas hay que ir al espacio. —¡Vale!, pues adelante, ¡vamos al espacio! —exclamó Pa mientras empezaba a caminar. —No, que no se puede ir caminando —Diego se reía a carcajadas—. Para ver los planetas hay que ir al espacio que está más arriba del cielo, y hay que ir en COHETE. 4
Desde aquel día, para Pi, Pa y Pepe solo había espacio, planetas y cohetes. Cohetes, planetas y el espacio. ¿Qué sería exactamente eso «del espacio»? Pa se imaginaba el espacio como una noche sin fin o un día sin luz. Pi se imaginaba el espacio como un mar sin olas, donde las conchitas eran estrellas, y Pepe pensaba que en el espacio podría volar y volar sin mover las alas, mecido por una fuerza invisible.
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ISBN 978-84-18297-25-0
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788418
297250
LIBROS DIFERENTES para noches cortas de invierno y largas de verano, ¿o es al contrario?