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Sobrevolando el mercado: se extiende el uso de drones en la industria aseguradora
from 295 NBS
MERCADO ASEGURADOR
Tecnología
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Precisión, accesibilidad, costos atractivos, son algunos de los beneficios del uso de drones en la industria del seguro. Aún con un desarrollo incipiente en la Argentina, presentan un potencial crecimiento en su utilización en el sector. Normativa y tecnología en software, los principales desafíos.
Opinan:
Diego Taich - Diego Callegaris Guillermo Heis - Andrés Jarulakis
Acompañando los desarrollos tecnológicos y el mayor uso de drones a nivel global, la industria del seguro viene implementando en los últimos años la incorporación de esta tecnología para fines varios. Como complemento del trabajo realizado por inspectores, ingenieros, analistas, la capacidad de acceso y precisión que brindan estos dispositivos genera importantes beneficios para el sector.
NBS Bancos y Seguros entrevistó a especialistas en el tema que comentaron sobre su uso en la industria del seguro a nivel local y global, y sobre el potencial que tienen ante un mayor desarrollo tecnológico y normativo.
Uso en la industria global del seguro
Diego Taich, managing director de Consultoría IT y Ciberseguridad de PwC Argentina, comentó que hace unos años esta compañía miembro de las Big Four montó un centro de excelencia en Polonia dedicado a servicios basados en el uso de drones. Lo dedicaron a tomar fotografías, procesarlas y obtener métricas de distinto tipo, dependiendo de las necesidades de cada industria. En el caso de las compañías de seguro, agregó, uno de los usos más habituales que tienen es la valoración de un activo en el momento de suscripción de la póliza. También son utilizados para evaluar según sus características los efectos que allí puede tener un incendio o catástrofe. Normalmente, el asegurador no tiene manera práctica de verificar estos datos.
“También funciona en una etapa de reclamo ante la ocurrencia del siniestro para verificar daños. Y vemos que también tienen utilidad para proyectos de capital. Generalmente se trata de proyectos grandes como la construcción de autopistas o inversiones
donde los contratistas deben controlar que se entregue en ciertos hitos y fechas previstos sobre lo cual se certifica. Ahí también el dron tiene un rol importante, toma imágenes de precisión milimétrica. Se puede verificar, por ejemplo, si el pavimento fue desplegado hasta un lugar o si una construcción nueva sigue su plano original, otorgando medidas que, inclusive para los ingenieros, tomar a mano es más difícil o costoso”, sostuvo Taich.
Diego Callegaris, jefe de Prevención de Experta ART aportó que en el mercado asegurador los drones se usaban casi exclusivamente para seguros generales, especialmente para el agro mediante tomas aéreas de los campos. “En nuestro caso fuimos pioneros en ver de aplicar esa tecnología en riesgos de trabajo. Hace tiempo nuestra necesidad dentro de la gerencia fue, desde el punto de vista de servicios y capacitación, incorporar la tecnología en segmentos que fueran más allá de lo tradicional”, explicó.
En ese sentido, reconoció que comenzaron a usar drones gracias a la inquietud por hacer algo diferente. Sin embargo, no tardaron mucho en darse cuenta de que estos dispositivos se pueden usar en muchos aspectos, desde lo tradicional como una cámara para tomar fotografías, hasta incorporarlo en tomas aéreas de video para capacitación, inspecciones en altura de diferentes partes de una empresa, como estructuras, cañerías, equipamiento. Son lugares de difícil acceso para una persona, pero que aportan información valiosa para la prevención de riesgos del trabajo. “Tuvimos muy buenos resultados y una muy buena recepción a la necesidad de nuestros clientes. No sólo es algo innovador, sino que además es un valor agregado, por lo que contamos con equipamiento propio”, destacó Callegaris.
Guillermo Heis, suscriptor técnico de RUS, especializado en Grandes Negocios y Aeronavegación, señaló que el agro es una de las actividades donde más se está usando esta tecnología. Y al ser una actividad que no se vio afectada por la pandemia, el proceso de incorporación no se detuvo durante el año pasado.
“Somos una de las primeras aseguradoras que salió al mercado a brindar cobertura para quienes operan con estos dispositivos, tanto para la obligatoria que exige la ANAC como para otras como robo o daños.
Nos capacitamos en el ente habilitado por ANAC y empezamos a presentar estos productos”, agregó.
Costos y beneficios para la industria
En cuanto a la relación costos-beneficios que tiene para las compañías aplicar esta tecnología, especialmente en un contexto de crisis económica, Taich manifestó que hay drones de distinto tipo y destacó que no todos sirven para cualquier trabajo. “Normalmente se necesitan drones industriales más elaborados y costosos que rondan entre los 50.000 dólares y 100.000 dólares. Algunas compañías de seguros cuentan con dispositivos propios, pero a veces compran unos más pequeños, que además necesitan mantenimiento. Si se van a usar intensamente es mejor contratar un servicio de las empresas especializadas”, recomendó.
Andrés Jarulakis, especialista en Servicios y Herramientas de Prevención en Experta ART señaló que es importante tener en claro para qué se quiere usar. Por ejemplo, los que se usan para fumigar deben llevar varios kilos de líquido y por ese motivo necesitan mucha potencia.
Distinto es el caso de si se necesita acceder a un lugar pequeño para imagen en alta

resolución o térmica. En ese tipo de situaciones se requerirá un un dispositivo pequeño de manejo muy preciso.
“Más allá de la realidad del país, su uso acompaña una tendencia mundial donde por costo, inversión, y por rendimiento y utilidades, esta tecnología se viene aplicando cada vez a más cosas. Nos permite aplicar la inteligencia de las personas más eficientemente, plantea, en definitiva, un reaprovechamiento de los recursos”, agregó.
Por su parte, Callegaris aclaró que se trata de una tecnología que no reemplaza el trabajo de los técnicos. El conocimiento y la experiencia que tienen los seres humanos sigue siendo necesario para interpretar las imágenes. “Es más bien una herramienta que si se sabe usar se puede aprovechar mucho, pero también tiene limitaciones. Claramente se trata de un dispositivo que para volar necesita espacio. Creo que tiene aplicaciones muy concretas. Viene más bien a complementar el trabajo de los especialistas de las aseguradoras”, concluyó.
Desafíos a futuro
El desarrollo tecnológico plantea importantes desafíos a la hora de potenciar el uso de este tipo de herramientas. Como ocurre con la Big Data, el avance en el procesamiento de datos y en el uso online de drones se presenta como el salto a dar para maximizar las utilidades de estas innovaciones.
En este sentido Jarulakis remarcó: “Los drones siguen un paradigma presente en cualquier tecnología: el hardware va adelante del software. Hoy tenemos equipos que vuelan seguros, son precisos y hasta accesibles, lo que presenta importantes ventajas. Pero el futuro, y el desafío, es a la hora de integrarlo con el software para trabajar sobre las imágenes que registran esos drones. La mayoría de las cosas que se pueden hacer con ellos implica normalmente realizarlas offline, esto es, la imagen se registra, luego se descarga y posteriormente se procesa. Ya cuando se pueda hacer esto en vivo y online, analizar estas imágenes en tiempo real, se dará un salto definitivo en su uso, y esto para que sea más de uso masivo va a llevar un tiempo”.
En cuanto a lo normativo el especialista explicó: “A nivel nacional y regional contamos con una legislación bastante robusta, acá en la Argentina lo regula la ANAC. Pero tanto aquí como a nivel mundial el mayor problema es el control, porque la gran ventaja de su accesibilidad hace difícil los controles por la cantidad de equipos que hay en el aire, muy distinto a una avioneta que tiene que estar registrada”.
Por su parte Heis explicó: “En Estados Unidos es donde los drones tienen mayor desarrollo y están mejor reglamentados sus usos. Acá la normativa trata muchas veces de traducir normas internacionales y, por ahí, se aplican poco a nuestra actualidad. Por ejemplo, en nuestro caso en que aseguramos el primer dron de carga, si bien está vigente el seguro de transporte de carga, la reglamentación es bastante dudosa. En Argentina para despegar un dron para transportar algo hay que pedir numerosas autorizaciones, a lo que se suma que en enero entró en vigencia la nueva normativa con nuevas categorías según el dron”.
En tanto, Taich añadió: “Creo que aún falta desarrollo, inclusive en los gobiernos en general, no sólo en la Argentina, que podrían incorporar más estas herramientas, por ejemplo cuando hay planes de obra aseguradas, donde sería bueno incluir en esos circuitos el uso de drones para no mandar tantos ingenieros al campo. A veces no ayuda la agenda política, las gestiones cambiantes que no terminan de avanzar. Pero es algo interesante para abordar”.
Perspectiva
En cuanto a la perspectiva Taich agregó: “Creo que es un tema que en algún momento va a explotar, todo tiene un ciclo en la tecnología. Una tendencia importante es a adoptarlos como vehículos autónomos. La normativa hoy no lo permite, pero va a hacia eso”.
Callegaris señaló: “Hay que analizarlo desde el punto de vista de la historia, si bien como país siempre nos encontramos unos pasos atrás de los avances tecnológicos de Estados Unidos o Europa, todo llega. Hace diez años no nos hubiéramos imaginado los usos que hoy podemos hacer de estos instrumentos. Hay que ser valientes e invertir en un desarrollo que tenga cierta aplicabilidad y seguir mostrando al cliente que le sirve. Como con toda innovación, lo que tiene que pasar es que haya empresas u organizaciones que demuestren la utilidad para diferentes aplicaciones. El futuro de esta tecnología dependerá de la gente que le ponga ganas para descubrir nuevos usos”.
