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UNA MIRADA PLURAL PARA ENRIQUECER EL DEBATE

Opinan:

Mercedes

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Agueda

Mariano

Con la edición de este año el Premio Conciencia ingresó en una nueva década. La del 2022 fue la 11ª presentación de esta convocatoria que interpela a las empresas acerca de qué es lo que están haciendo para encaminarse hacia la sustentabilidad y contribuir a construir una sociedad más comprometida y responsable.

A lo largo del año, las empresas que se candidatearon a estos premios fueron presentando sus casos. Es aquí donde aparecieron en escena los jurados, los encargados de evaluar y seleccionar las propuestas.

El jurado está compuesto por miembros de organismos de gobierno, órganos internacionales, universidades, asociaciones profesionales, tercer sector y entes reguladores. Esto permite contar con una mirada multidisciplinaria y analizar los casos desde diferentes ángulos para enriquecer el debate.

Las alianzas como diferencial

Mercedes Panozzo participó por primera vez del jurado y lo hizo como analista de responsabilidad social de la Universidad Siglo XXI. “El Premio Conciencia tiene muchos años y eso habla de una apuesta y una estrategia para estimular este tipo acciones. Fue una experiencia muy interesante que me permitió conocer a empresas e instituciones que no son de mi sector. También fue muy enriquecedor el intercambio de opiniones dentro del jurado en base a la experiencia y a la mirada de cada uno”.

En esta edición el jurado destacó los proyectos que permitieron medir el impacto de las acciones y los que tendieron alianzas para enriquecer la propuesta.

“Lo que me pareció más destacable es la posibilidad de articular con otros sectores y cómo esto hace que un proyecto se enriquezca y que sea más sustentable. Las alianzas son el diferencial de esos proyectos”. Para futuras ediciones, Panozzo propone abrir aún más el juego e incentivar, por ejemplo, a las universidades y entes gubernamentales a sumarse.

“Hace unos cuantos años que soy jurado. Este año me pareció mejor que el año pasado. Mi impresión es que en 2021 se había estancado un poco y esta vez los proyectos parecen más interesantes y con algo más de desarrollo”, sostiene Claudio Farabola, representante de la Cámara de Comercio Argentino Italiana.

“Los casos más interesantes fueron los de las compañías que se presentaron por primera vez y que sumaron iniciativas vinculadas con innovación, tecnología y servicios”, detalla.

“Se necesitan proyectos innovadores que muestran un real compromiso de la empresa con la comunidad. Hay que apuntar a los proyectos que dejan huella en la sociedad civil y que van más allá del trabajo interno”, agrega Farabola.

Agueda Andersen es coordinadora de la Red Internacional de Promotores ODS (RIPO). “Me sorprendí gratamente al encontrar tantas empresas y organizaciones que estuvieran trabajando en mejorar su impacto. Particularmente destaco aquellas experiencias en las que el trabajo se realiza de forma colaborativa con otras instituciones”, manifiesta.

Hacia adelante Andersen aporta que sería interesante in- corporar al sector de supermercados y a más empresas de base tecnológica. Y explica que los supermercados le parecen importantes porque “son el intermediario entre el productor y el consumidor, y hay estrategias que están aplicando que sería bueno compartir y que eventualmente puedan contagiar/ sensibilizar a otras del mismo rubro”.

Respecto a las EBT “hay mucho desarrollo en nuestro país que fomenta, desde la micro/pyme, la generación de empresas con la mirada de triple impacto y espacios como este premio podrían reforzar el entramado productivo y la visibilización de dicho compromiso”.

Si bien señala que la tendencia es que las empresas internacionales sean las que más visibilizan este tipo de iniciativas.

“Este proceso no solo es de arriba hacia abajo, sino que también está presente de abajo hacia arriba. Muchas empresas y organizaciones motivadas por su personal han intentado sumar su aporte para cambiar la realidad del entorno o la región en la que están instalados”, comenta.

Medir el impacto

Una de las especialistas que acompaña al Premio Conciencia desde hace varios años es Mary Teahan, en representación del Consejo Publicitario Argentino. “Como todos los años, hubo mucho trabajo muy meritorio. Y sin lugar a ninguna duda, yo —como jurado y observadora de iniciativas de sustentabilidad y bien público en general— tengo un caso favorito este año”, arranca Teahan en diálogo con NBS

Se trata del caso de la Fundación Avon con la Encuesta regional de opinión pública sobre el cáncer de mama. Con esta encuesta se buscó relevar percepciones, actitudes y niveles de conocimiento de las mujeres sobre esta enfermedad y generar datos para la toma de decisiones sobre qué más hacer en materia de salud mamaria.

Teahan recuerda que al presentar el caso, la representante de Avon mencionó que tal vez al jurado le pareciera extraño que se presentase una investigación, pero lo justificó al decir que lo hicieron para medir el impacto que sus acciones y esfuerzos a través de los años estaban teniendo y entender a partir de esto cómo mejorar en el futuro.

“Celebro la decisión de medir profesionalmente el impacto de los esfuerzos e inversiones que realizan las empresas en sus acciones comunitarias, de sustentabilidad, sociales, de salud. Muchas acciones bien intencionadas de las empresas en pro de un mundo mejor no cuentan con una medición de impacto. Como dice el viejo refrán: no se puede gerenciar lo que no se mide. Por eso, temo que hay casos que están en claro peligro de lograr bajo o casi nulo impacto”, señala Teahan.

“En las futuras ediciones del Premio Conciencia me encantaría ver más medición del verdadero impacto de las campañas concursantes. Y, obviamente, una mayor dedicación de las empresas en general —participen o no en concursos— a evaluar el real impacto de sus acciones de desarrollo sostenible en todas sus facetas”.

Desde la Asociación Argentina de Marketing Mariano Fernández Madero es uno de los profesionales que lleva más tiempo acompañando el Premio Conciencia. Tras tantos años de experiencia, proporciona la clave para mantener la curiosidad intacta. “Hay que intentar borrar de la mente todos los casos de los años anteriores, porque si no, uno tiende a mantener un archivo comparativo y se pierde la posibilidad de emocionarse como un niño con cada caso nuevo. El olvido es una excelente actitud para emocionarse con cada caso”.

“Todas las empresas se presentan con la sana intención de ganar, pero al Premio Conciencia deberíamos presentarnos para mostrar el cambio que queremos ver en todos los que tienen la posibilidad de generar conciencia”, remarca Fernández Madero. “A los más necesitados sólo los pueden sacar adelante los que tienen la gracia de no necesitar nada, esas personas y esas empresas son las que producen cambios de conciencia verdaderamente grandes.

Por eso mi sueño sería que toda empresa que esté haciendo algo se presente a mostrarlo y ser, así, un motivador y un ejemplo. Porque no es suficiente con ser conscientes, se necesita general conciencia colectiva y solidaria”.

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