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CRECE EL ENDEUDAMIENTO de los hogares para consumos básicos

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OCIO Y CULTURA

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Por la inflación y la caída de Poder adquisitivo, más de la mitad de los hogares no llega a fin de mes y toma crédito

Para saldar deudas o encarar nuevos gastos.

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Opinan:

Andrés Borenstein, Damián Di Pace, Mercedes D’Alessandro, Ignacio Carballo, Ignacio Plaza, Guillermo Barbero

Ante el avance de la inflación y la caída de poder adquisitivo, los argentinos están cada vez más endeudados. La mayoría no llega a fin de mes y se financia para cubrir gastos de la canasta básica, situación que se profundiza en medio de la crisis económica que atraviesa el país y difiere de la realidad de otras naciones, en las que la población toma crédito no tanto para el consumo diario, sino para la compra de bienes, como inmuebles o automóviles.

La Fundación Libertad y Progreso publicó un informe, en base a datos del Banco Central, en el que sostiene que el crédito hipotecario se ubica en mínimos históricos. Al respecto, indicó que representó apenas un 4,4% de los préstamos totales al sector privado en junio y que cayeron cerca de un 66% en lo que va del gobierno de Alberto Fernández.

El stock llegó a 464.276 millones de pesos. Ajustado por precios, es un 20,5% menos que en diciembre de 2022 y un 65,8% menos que en diciembre de 2019. Hace 20 años, signi- ficaba alrededor del 5% del producto bruto interno (PBI). En 2022, representó el 0,2%, el registro más bajo de la historia argentina.

Sobre este punto, Andrés Borenstein, economista de la consultora Econviews, consideró que en lo que se refiere a estos créditos “estamos más desendeudados que en cualquier patrón histórico”. Y analizó: “No hay préstamos de este tipo, con lo cual, comparado con un americano, brasileño o chileno, el argentino está poco endeudado. Tiene que ver con la situación del sistema financiero y la informalidad laboral”, analizó.

En contraste, los datos demuestran que más familias se endeudan para pagar alimentos y remedios. La tendencia se da, sobre todo, en los estratos sociales bajos, pero también, y con mayor regularidad, en la clase media, cada vez más empobrecida.

En ambos segmentos, los ingresos se desplomaron en los últimos 12 meses un 2,5% y un 6,3%, respectivamente, por lo que bajaron más en términos reales que en los dos años de la pandemia. Así lo calculó la consultora ExQuanti, en base a la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) con datos del reporte Evolución de la distribución de ingreso.

Alimentos y remedios con financiación

Otros informes dan cuenta del escenario. Por caso, un estudio elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Ministerio de Economía de la Nación precisó que más de la mitad de los hogares (el 53,4%) toma crédito y el 63,8% lo utiliza para costear compras de comida y salud, especialmente medicamentos.

Les siguen, en menor medida, gastos esporádicos, como arreglos de la casa o el auto, adquisición de computadoras o celulares, pagos de alquiler y de aranceles de colegios privados o planes de medicina prepaga.

Así, según la Encuesta de financiamientos y medios de pago, el destino de los préstamos se orienta a dos usos: realizar gastos o saldar deudas. “En general, no están asociados a sumar bienes de capital ni de larga duración, sino, a la inversa, a los consumos más básicos”, puntualizó la investigación.

En la financiación de deudas, el 39,9% declara utilizar el dinero para cubrir cuotas o compras fiadas en comercios. Les siguen aquellos que lo usan para devolver préstamos previos (el 37,9%) y quienes lo emplean para pagar deudas de tarjetas de crédito atrasadas (el 34,7%).

Cuatro de cada diez familias tienen deudas con una entidad bancaria, ya sean préstamos hipotecarios, prendarios o personales, o retrasos en los pagos de las tarjetas de crédito.

El sondeo, con la participación de más de 3.500 casos, concluyó que del 53,4% que se endeudó el 30,8% tomó préstamos formales —créditos bancarios o de financieras, de la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES), de compras con tarjetas de crédito y financiamiento otorgado por fintechs a través de aplicaciones móviles—, así como informales —préstamos de familiares, amigos, empleadores y prestamistas—.

Las diferencias se exacerban teniendo en cuenta el nivel socioeconómico y la ubicación geográfica. Las solicitudes de los préstamos son encabezadas por trabajadores que se encuentran en la informalidad laboral, con el 63,7% del total; y por habitantes del noreste argentino (NEA), con el 66,9% del universo analizado. También incide el género. En las casas donde las mujeres son el principal sostén, la cifra de endeudamiento llega al 65,4% por encima del número promedio. Y entre las que tienen niños o adolescentes a su cuidado, siete de cada diez lo hacen para comprar comida. También se advierte que un 21,2% acudió a préstamos informales.

Si bien las necesidades de financiamiento disminuyen a medida que aumenta el nivel de ingresos, las mujeres siempre presentan mayores requerimientos que los varones: para el caso de los hogares que perciben más de 300.000 pesos al mes, el 27,2% de los sostenidos por varones solicitó algún tipo de crédito, mientras que en los que las mujeres son el sostén la cifra alcanza al 39,8%. Es decir, existe una diferencia de 12,6 puntos porcentuales. “Se habla mucho del boom del consumo con restaurantes llenos, pero poco de los altísimos niveles de endeudamiento, en donde las mujeres son las más afectadas”, afirmó la economista y exdirectora nacional de Economía, Igualdad y Género, Mercedes D’Alessandro.

En tanto, Ignacio Carballo, economista y director del Centro de Finanzas Alternativas de la Universidad Católica Argentina (UCA), apuntó que “menores ingresos, ser mujer y la formalidad del empleo son componentes del combo que incrementan la probabilidad de financiamiento informal”.

“¿Hay peores datos que estos? Sí, los hay. Aun cuando no hayan solicitado financiamiento en el último mes, muchos hogares acumulan deudas. Sólo el 39,1% no tiene pagos atrasados, en tanto el 60,9% no se encuentra al día en el pago de servicios. Es el reflejo de la vulnerabilidad financiera de la Argentina y de la economía del hogar en crisis”, afirmó, y definió al estudio como “una foto inédita y actualizada que muestra la cara más cruda del contexto actual y que hereda el próximo gobierno”.

La problemática se agrava en los hogares de menores ingresos. “En ellos, sólo el 9,7% no tiene pagos atrasados o deudas, mientras que el 34,3% dijo utilizar casi todos sus ingresos para saldar deudas y un 15,1% manifestó que no le alcanzan sus ingresos para realizar los pagos”, agregó Carballo.

Crece el endeudamiento no bancario

Un relevamiento de la consultora Focus Market, en base a 3.550 casos, muestra un panorama similar. De acuerdo a este estudio, cuatro de cada diez familias tienen deudas con una entidad bancaria, ya sean préstamos hipotecarios, prendarios o personales, o retrasos en los pagos de las tarjetas de crédito. Equivale a más de cuatro millones de hogares, número que representa al 41,3% del total de endeudados, con un pasivo promedio de 361.686 pesos.

“Sufren una pérdida de poder adquisitivo importante. En muchos casos debieron tocar ahorros para pagar gastos corrientes. Sin embargo, no llegan a equilibrar sus cuentas y siguen tomando deuda”, explicó Damián Di Pace, titular de Focus Market.

En ese sentido, el especialista destacó que al no poder estabilizar la inflación, el Gobierno bajó las tasas de interés para hacer más atractiva la financiación al consumo, a los efectos de que la población continúe tomando créditos. “El problema es que, ante los sucesivos aumentos de precios, suben los consumos y existe un alto riesgo de que luego no se puedan pagar los compromisos asumidos”, señaló.

En este contexto, crece también el endeudamiento por fuera del sistema bancario, con una proporción aún mayor: el 80% lo hizo con prestamistas, comercios con compras al fiado, pagos de servicios como luz e Internet, y cuotas de educación, expensas y seguros, entre otros. En promedio, la mora no bancaria por familia asciende a 189.000 pesos.

“Aún con tasas subsidiadas, difícilmente los ingresos superarán la variación de precios actual. Es un problema para asalariados registrados, pero aún más para monotributistas, autónomos e informales, ya que sus ingresos son variables con un costo de vida que aumenta cada vez más”, explicó Di Pace.

“En consecuencia, la informalidad hace que la mayoría de hogares pobres deba recu- rrir a alternativas. Además, son los más perjudicados: los costos financieros totales van del 260% al 380% anual, lo que hace insostenible su repago, con un alto nivel inflacionario que deteriora los ingresos de este segmento en la base de la pirámide social”, indicó. Y mencionó otras estrategias de endeudamiento en auge, como el impago de impuestos, la venta de bienes (como autos) y la rescisión de planes de ahorro.

El rol de las tarjetas de crédito

De acuerdo a las últimas estadísticas del Banco Central, la estructura de la deuda formal es encabezada por consumos con tarjetas de crédito, que representan el 44% del total. Detrás figuran los préstamos personales (con el 26%), los hipotecarios (23%), los prendarios (4,4%) y el resto de las ramas (3,7%). No obstante, aunque cada vez se usan más las tarjetas de crédito, se realizan compras por un volumen de dinero menor: hay más transacciones que el año pasado, pero los valores no compensan el avance de la inflación. En otras palabras, los importes operados crecen en términos nominales, pero caen en términos reales. Eso quiere decir que no aumentan lo suficiente como para contrarrestar la pérdida de poder adquisitivo.

En junio, las operaciones con tarjetas de crédito en pesos registraron un monto total de 3.064.771 millones de pesos, lo que significa un incremento del 5,4% nominal con respecto al saldo de mayo, pero por debajo del nivel inflacionario mensual. El crecimiento interanual también quedó por debajo de la inflación, y alcanzó el 90,3%, lo que arroja una baja en términos reales.

Guillermo Barbero, socio en FIRST Corporate Finance Advisors, explicó: “El impulso de crecimiento real que parecía retomarse no fue sostenido. Seguramente por eso hemos presenciado, una vez, más el relanzamiento del programa Ahora 12 con tasas subsidiadas, nuevas exigencias para los sectores adherentes, mayores montos financiados y el requisito de que sean productos de fabricación nacional”. En la última Encuesta de condiciones crediticias (ECC) del Banco Central, el conjunto de las entidades participantes indicó que el indicador de irregularidad de los préstamos aumentó ligeramente hasta llegar al 3,3%. El desagregado por líneas muestra que el porcentaje más alto corresponde a los personales, con el 4,5%, seguido por los prendarios (2,5%), las tarjetas de crédito (2,3%) y los hipotecarios (1,2).

Esto permite inferir que las familias están agotando su capacidad de financiación a través de los bancos, en buena medida debido a que arrastran deudas de meses anteriores, que están limitando su capacidad de endeudamiento, la que, a su vez, se limita cada vez más por la caída del salario real.

El crédito fintech gana terreno

En un contexto en el que el financiamiento bancario está limitado, se consolida el financiamiento fintech: en el primer trimestre del año creció un 2% interanual real, según datos de la Cámara Argentina de Fintech, en base al informe de Proveedores no financieros de crédito (PNFC) publicado por el Banco Central.

Al cierre de los primeros tres meses de 2023, se identificaron 456 empresas como PNFC, de las cuales el tercer porcentaje de mayor participación del total (11%) corresponde al grupo fintech. La institución considera proveedor de este segmento a toda empresa que opere por canales exclusivamente digitales o posea, al menos, un canal donde el procedimiento de solicitud, aceptación y otorgamiento del crédito sea puramente virtual.

Las fintech fueron el único grupo dentro de los PNFC que durante dicho período registró un leve crecimiento de sus saldos de financiamiento. El resto de los rubros de este conglomerado experimentó reducciones desde el 3% al 12% en la comparación interanual.

“El rol del crédito fintech es clave para incluir en el sistema a argentinos que no son considerados sujetos de crédito por el sistema financiero tradicional por no contar con historial crediticio. Con el uso de la tecnología, las fintech pueden ponderar otras variables que resultan parámetros confiables a la hora de otorgar un crédito y colaborar en la construcción del historial de estas personas para que luego tengan más oportunidades”, analizó Ignacio Plaza, presidente de la Cámara Argentina Fintech.

Previamente, las personas sin cuenta sueldo representaron un 48% de la cartera de los PNFC en el segundo semestre de 2022. El grupo de las fintech fue el único que incrementó la participación de este tipo de clientes, y alcanzó el 59% de sus saldos otorgados.

En tanto, en ese periodo, además fue el único que aumentó su presencia en el saldo total otorgado (16%). Al comienzo de año, también lo aumentó levemente (representando el 17%). En relación a los montos, y si se compara diciembre 2021 y diciembre 2022, el incremento fue de 24%, cuando se registraron más de 166.300 millones de pesos.

Naranja X generó 123 millones de transacciones en 2022, lo que equivale a casi 15.000 compras por hora en tiendas de Argentina. La fintech reportó que cada vez se usa más la tarjeta para pagar alimentos y menos bienes durables, con un 82% de los consumos en cuotas (la mayoría con tres sin interés), lo que refleja el impacto de la inflación y la pérdida del poder adquisitivo de los hogares.

El endeudamiento promedio del cliente de Naranja X fue de 100.000 pesos, con un ticket promedio de 8.313 pesos. Además, casi 500.000 personas accedieron a herramientas de crédito para comprar en más de 100.000 comercios de todo el país. Así, se sumaron un promedio de más de 40.000 nuevos clientes por mes.

Datos del mercado

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