En el caso de la Barceloneta, los vecinos -por algo conocidos como la "ostia"- fueron ambiciosos. Empezaron con una exitosa recogida de firmas en el barrio para cambiar el nombre de la avenida de Joan de Borbó por el de la querida y añorada activista vecinal, en una suerte de win win. Pese a la inmejorable acogida de la propuesta (todo el barrio pasa por la esquina de la plaza del mercado en la que Lourdes López vende lotería, y nadie se marchaba de allí sin firmar); y la buena predisposición municipal (la de Llorca es una de las fotografías de mujeres referentes que decoran el despacho de la alcaldesa Colau) finalmente el pleno de Ciutat Vella aprobó en marzo del 2019, hace justo un año, elevar a la ponencia del Nomenclátor el cambio de nombre de la calle del Almirall Aixada por calle de Emilia Llorca. No es la avenida de Joan de Borbó, pero es una de las calles importantes del barrio, paralela a la recientemente rebautizada como calle de Pepe Rubianes.
Conxa Pérez durante una entrevista con este diario en el 2010. / FERRAN NADEU
Pese a que ya hace un año de su aprobación en el pleno del distrito, la calle de Emilia Llorca está todavía pendiente de su aprobación definitiva en la Ponencia del Nomenclátor, aún sin fecha. En la misma situación, aprobada por el pleno del distrito, en este caso del Eixample, pero pendiente de la Ponencia, está la plaza para Conxa Pérez en Sant Antoni, igual que el espacio aprobado para la feminista, comunista, independentista, ecologista y pacifista Consol Casals (Barcelona, 1949-2012); y el último pleno de Sant Andreu, suspendido por la crisis del coronavirus, iba a aprobar también una calle para la bailarina Teresa Boronat.
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Març 2020