Revista Fundación Mapfre: Entrevista al Profesor Barrquer

Page 1

PREMIOS SOCIALES

PREMIO JOSÉ MANUEL MARTÍNEZ A TODA UNA VIDA PROFESIONAL

Joaquín Barraquer Una vida dedicada a la clínica y a la investigación oftalmológica con el paciente como guía FUNDACIÓN MAPFRE concedió el Premio José Manuel Martínez a Toda una Vida Profesional, en su edición 2013, al doctor Joaquín Barraquer Moner, por su trayectoria clínica y de investigación en el área de la oftalmología.

egundo hijo del doctor Ignacio Barraquer, nació en Barcelona el 26 de enero de 1927. La figura de Joaquín Barraquer Moner, reconocida a nivel mundial como un referente en la práctica clínica y la investigación oftalmológica, se recorta sobre un pasado familiar volcado en los mismos quehaceres. Joaquín Barraquer pertenece a la tercera generación de médicos oftalmólogos; su abuelo José Antonio y su padre Ignacio pusieron los cimientos de lo que desde hace décadas es uno de los centros mundiales más avanzados y prestigiosos de la práctica oftalmológica: la Clínica Barraquer, de Barcelona.

S

El Premio José Manuel Martínez a Toda una Vida Profesional recae sobre una persona que lleva formándose y practicando con enorme éxito la oftalmología desde hace más de 70 años si atendemos a sus palabras cuando declara que recuerda haber asistido con 14 a una operación de cataratas que desarrollaba su padre. Cuenta en la actualidad 87 años y continúa investigando y aconsejando a sus hijos Elena y Rafael Ignacio en sus decisiones clínicas.

Jurado PRESIDENTE

Alberto Manzano Martos. Expresidente de FUNDACIÓN MAPFRE. VOCALES

José Manuel Blecua Perdices. Director de la Real Academia de la Lengua. Antonio Bonet Correa. Director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Pedro Guillén García. Traumatólogo ortopeda. Director de la Clínica CEMTRO. Manuel Jesús Lagares Calvo. Economista. Catedrático de Hacienda Pública. Fernando Ledesma Bartret. Magistrado del Tribunal Supremo. Fernando Suárez González. Catedrático de Derecho del Trabajo. Académico de Número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. VOCAL SECRETARIO

16

Teófilo Domínguez Anaya. Director de FUNDACIÓN MAPFRE.

Cursó la carrera de Medicina, entre 1945 y 1951, en la Universidad de Barcelona y alcanzó el doctorado en la Complutense de Madrid en 1955. Su formación, sin embargo, había comenzado mucho antes, acompañando desde los 11 años a su padre en las distintas facetas de su trabajo. Desde el taller en el que se adiestraba en adquirir la precisión tan necesaria para las incisiones del futuro cirujano, hasta las practicas de laboratorio o el estudio de las historias clínicas de los pacientes, pasando por las visitas a los mismos o la asistencia como mero observador a la práctica de distintas intervenciones. No es extraño que en muchas ocasiones haya declarado que su padre fue su «maestro y mejor amigo». La Clínica Barraquer había comenzado a construirse en 1934 y, debido a la suspensión dramática de la normalidad impuesta por la Guerra Civil, fue inaugurada en 1941. Desde entonces la familia Barraquer vivió en el mismo edificio, lo que facilitaba la entrega total a su trabajo. Desde 1965, cuando falleció Ignacio Barraquer, Joaquín lleva la dirección, aunque desde 1953 ya era cirujano-director


del Centro de Oftalmología. Con el tiempo se crearon bajo su presidencia el Instituto Barraquer y el Instituto Barraquer de la Universidad Autónoma de Barcelona. En 1967 fundó el Banco de Ojos para el Tratamiento de la Ceguera y en noviembre de 2000 se constituyó la Cátedra Barraquer de la Universidad Autónoma de Barcelona, de la que es director su hijo Rafael. De la importancia que el profesor Barraquer otorga al banco de ojos nos informa el hecho de que, por disposición expresa de éste, al fallecimiento de su padre procedió a extirparle las córneas que posteriormente fueron utilizadas para devolver la vista a un paciente sin medios económicos. Ya en 2002 se constituyó la Fundación Barraquer, que coordina su hija Elena. El trabajo investigador del Doctor Barraquer, desarrollado siempre «a puertas abiertas» para facilitar la enseñanza compartiendo ideas y experiencias con colegas y alumnos, ha facilitado numerosos avances en la práctica y la teoría oftamológica. Con su hermano José Ignacio desarrolló en 1964 un microscopio especial para microcirugía que permitía la visión de un corte óptico de los medios transparentes del ojo, algo comparable a una tomografía axial computerizada instantánea. En 1965, en colaboración con Hans Litman, ingeniero óptico de Zeiss, ideó otro microscopio que permitía filmar los procedimientos de microcirugía. Su trabajo en el diseño y la aplicación de lentes intraoculares fue pionero, hasta el punto de que en 1995, en colaboración con Corneal W.K., diseñó una lente especial para corregir miopías, que se coloca detrás del iris, centrada con la pupila, respetando el cristalino. Entre las numerosas distinciones y premios recibidos por Joaquín Barraquer destacan los de carácter científico, 27 extranjeros y ocho nacionales. Entre ellos, la medalla Asia Pacific Academy of Ophthalmology Gold José Rizal y la medalla Alfonso Motolese, concedida en el año 2000 por el Parlamento italiano. Las distinciones y condecoraciones españolas alcanzan el número de 12. Desde la Gran Cruz al Mérito Civil y la Creu de Sant Jordi, hasta el Premio Nacional de Oftalmología Daza Valdés de la Universidad Autónoma de Madrid, concedido en 2003. Las distinciones extranjeras son muy numerosas, citemos como meros ejemplos la Medalla de Oro de la European Association for Vision & Eye Research, concedida en 2005; la Ophthalmologist of the Milenium Gold Medal de la International Academy for Advances in Ophthalmology; y la Hall of Fame de la American Society of Cataract & Refractive Surgery, de Estados Unidos. Joaquín Barraquer es doctor honoris causa y profesor honorario de siete universidades nacionales y extranjeras, miembro honorario de 31 asociaciones científicas y ordinario de 40 sociedades médicas. En 1972 mereció el Premio a la Docencia otorgado por la American Academy of Ophthalmology. y

Su trabajo investigador, desarrollado «a puertas abiertas» para facilitar la enseñanza compartiendo ideas con colegas y alumnos, ha logrado numerosos avances en la práctica y la teoría oftalmológica

17


PREMIOS SOCIALES

PREMIO JOSÉ MANUEL MARTÍNEZ A TODA UNA VIDA PROFESIONAL

Joaquín Barraquer Oftalmólogo. Presidente de la Fundación Barraquer.

«El nivel de la oftalmología española es muy alto y tiene gran prestigio internacional» Es inevitable preguntarle por la herencia de amor a la ciencia y al trabajo que recibió de su abuelo y de su padre. ¿Qué valores destacaría en la saga Barraquer? —Sin duda la excelencia en el trabajo bien hecho. En conocer a fondo lo que uno hace y hacerlo bien. La labor investigadora, docente y clínica debe focalizarse en el paciente. Hay que ofrecer un trato personalizado y humano al paciente que nos confía algo tan importante y maravilloso como su visión. Desde la época de mi padre sintetizamos este sentir en nuestro lema: tratemos al paciente como nosotros querríamos ser tratados en su lugar. De manera general, ¿qué nivel tenía la oftalmología española cuando usted comenzó a ejercer? —Ya era un referente mundial. Tenga en cuenta que la promoción de mi padre fue conocida como el «abc de la oftalmología», por estar constituida por Arruga, Barraquer y Castroviejo, que dejaron una profunda huella tanto en la oftalmología nacional como internacional. En su carrera, la práctica clínica y la investigación van en paralelo. ¿De dónde nace su afán investigador? —Para mejorar hay que investigar y todos los adelantos que la familia Barraquer ha aportado a la oftalmología nacen de esta investigación. Mi padre desarrolló un novedoso sistema para operar la catarata. Yo aporté una nueva revolución, con un fármaco, a su técnica. Mi hermano está considerado el padre de la actual cirugía refractiva. Desde esos años hemos hecho muchas otras aportaciones en campos como las lentes intraoculares, el glaucoma, la córnea, etc. Recientemente nos hemos convertido en el primer centro español autorizado para implantar el novedoso dispositivo de visión artificial Argus II. Fuimos elegidos por la excelencia médica del equipo de 18

oftalmólogos que dirijo y por estar dotados con la tecnología de última generación que se precisa. El centro de su práctica clínica es el paciente como enfermo y como persona. ¿Hasta qué punto ese modo de pensar y actuar ha sido una de las razones de su éxito? —Como digo muchas ocasiones, cura más una palmadita amistosa al paciente que un fármaco. Es cierto que los nuevos exámenes para el diagnóstico son de gran ayuda para instaurar un correcto tratamiento, pero ello no debe quitar importancia al ojo clínico y al trato personalizado. Al paciente hay que hablarle de forma que entienda lo que tiene. Y por supuesto, lo suyo siempre es lo más importante, y así hay que transmitírselo. Usted comparte tanto las labores de investigación como los hallazgos obtenidos de las mismas. ¿Hay una clave para formar buenos equipos de trabajo? —Hay que ser brillante, constante y buen observador. Nosotros, a través del Instituto Universitario Barraquer, formamos a promociones de oftalmólogos en la excelencia. Yo trabajo a cielo abierto, es decir, mis alumnos y colaboradores pueden ver siempre mis cirugías y atender conmigo mis consultas. Hay que aprender y afrontar sin miedo al error. Así, una complicación quirúrgica que tuve en su día permitió desarrollar la zonulolisis enzimática, técnica que revolucionó la cirugía de la catarata. ¿Cuál es el nivel español en oftalmología? —España no tiene nada que envidiar a ningún país en concreto. Actualmente los proyectos de investigación no sólo son multicéntricos sino que también son internacionales, en los que colaboran centros de varios países, entre ellos España. En concreto, podemos afirmar que el nivel de la oftalmología española es muy alto y de gran


El doctor Joaquín Barraquer fotografiado en el quirófano junto a sus hijos Rafael y Elena, seguidores de la saga familiar.

prestigio internacional. Ello ha facilitado que, con mis hijos Rafael y Elena, hayamos logrado la organización en Barcelona del Congreso Mundial de Oftalmología de 2018 (World Ophthalmology Congress 2018). Una cuestión en la que fue pionero es el banco de ojos, es decir, estimular las donaciones. Pasados los años, ¿qué importancia tuvo esta iniciativa en el desarrollo de la práctica clínica y de la ciencia oftalmológica? —Es fundamental. Si se quiere tratar a los pacientes aquejados de ceguera corneal se precisan córneas y para ello hay que concienciar a la sociedad a favor de la donación. En 1962 fundé el primer banco de ojos de España y de la Europa continental. Actualmente mantenemos un archivo con más de 170.000 afiliados que han manifestado su voluntad de donar los ojos al fallecer. Ello ha contribuido a que cada año en Cataluña se realicen unos 1.000 trasplantes de córnea y a nivel nacional unos 3.500. Cifras importantes y destacadas a nivel mundial. Está a punto de cumplir sus bodas de oro al frente del Centro Oftalmológico Barraquer (hoy ramificado en institutos, fundación, etc). ¿Cuáles han sido los momentos cruciales de esta dilatada trayectoria? —En todos estos años he vivido momentos alegres y tristes. Recuerdo el fallecimiento de mi padre en 1965 y todo lo que ello comportó. Luego la ampliación de la clínica en 1972, la incorporación de nuevos oftalmólogos hasta llegar a los 33 actuales... Hay muchos momentos que destacar en estos 50 años. Aunque de los últimos vividos sin duda resaltaría la creación, en el año 2000, de la Cátedra de Investigación en Oftalmología Joaquín Barra-

quer de la Universidad Autónoma de Barcelona, que dirige mi hijo el doctor Rafael Barraquer, y la creación, en 2003, de la actual Fundación Barraquer, que recogía y aglutinaba toda una destacada trayectoria ya iniciada por mi padre. Actualmente, además de atender pacientes en Barcelona, hacemos cerca de diez expediciones al año a países necesitados de África, a la India y a Bangladesh. Esta labor, que impulsa con gran pasión mi hija, la doctora Elena Barraquer, nos enorgullece y nos hace sentir que cumplimos con el juramento hipocrático de médico. Como usted sabe, no se puede hablar con un médico sin pedir un consejo. ¿Qué debemos hacer por nuestros ojos aquellos que estamos ante la pantalla de un ordenador ocho o diez horas? —Esta es la enfermedad del siglo XXI. Las pantallas en sí mismas no generan patología alguna, aunque sí que pueden poner en evidencia algún problema refractivo. Cuando trabajamos ante el ordenador hay que tener en cuenta las normas de ergonomía en el puesto de trabajo, que incluyen la orientación de la luz, la altura de la pantalla e inclinación de la misma y el aire acondicionado, entre otros factores. En todo caso, es importante y necesario el forzarse a parpadear, pues tendemos a quedarnos con los ojos abiertos más rato de lo recomendable ante la pantalla, lo que facilita que, al trabajar con aires acondicionados y calefacciones, se seque la lágrima, causando irritación ocular y otras posibles molestias. Todo ello se puede tratar fácilmente con el uso de lágrimas artificiales sin conservantes. Yo siempre llevo un botecito en el bolsillo, para evitar las molestias que causa el ojo seco. Mejor prevenir que curar, pues con un buen diagnóstico siempre estamos a tiempo. y 19


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.