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Mons. Joseba Segura Etxezarraga, obispo de Bilbao
A las doce del mediodía del 11 de mayo se hizo pública simultáneamente en Roma y Bilbao, la decisión del Papa Francisco, de nombrar obispo de Bilbao a Mons. Joseba Segura Etxezarraga. La toma de posesión tendrá lugar el próximo 3 de julio, a las 11:00 h., en la catedral de Santiago Apóstol de la capital vizcaína. Una vez conocida la noticia, monseñor Segura dirigió un primer saludo a la Diócesis mostrando su deseo de ser buena nueva “para esta comunidad de fe a la que siempre he pertenecido”. Posteriormente realizó una comparecencia pública ante los medios de comunicación, en la Casa de Espiritualidad de Begoña. En la misma, ofreció algunas reflexiones en torno al presente y futuro de la Iglesia de Bizkaia. Señaló que en otoño se procederá a la renovación de cargos y comenzará el proceso de consulta de vicarios. El Plan Diocesano de Evangelización se abordará el primer trimestre del 2022.
MONS. SEGURA, EN LA AUDIENCIA CON EL PAPA FRANCISCO (2019)
“Joseba en nuestra casa es osaba Joseba. Conversador, enérgico, ansioso por saber en qué andamos, qué nos preocupa”. (Unai, Mavi, Aitor y Josu, familia de Joseba)
“Tiene una mentalidad muy abierta, muy global y eso nos ayuda a ser una Iglesia más universal, más allá de nuestra pequeña parcela”. (Alex Alonso, párroco de Ermua)
“Tiene mucha sensibilidad y se siente misionero.”. (Feli Martín, delegada de Misiones de Bilbao)
“Es una persona íntegra, sincera, que tiene todas las cualidades y creo que es el mejor obispo que podíamos tener”. (Marige Díaz, de las comunidades eclesiales de Barakaldo, primer destino pastoral de Mons. Segura)
“Es garantía de esperanza en un ministerio fructífero para nuestra Iglesia diocesana”. (Félix Alonso, vicario general)
“Va a contar con el apoyo afectivo y efectivo del clero y del laicado de la Diócesis y eso va a ser un elemento positivo de antemano”. (Juan Mari Lechosa, presbítero y miembro del equipo de formadores cuando Mons. Segura fue seminarista)
“Es un hombre de fe, con gran amor a Dios y al pueblo que se le encomienda”. (Mons. Mario Iceta, arzobispo de Burgos)
Estas son algunas de las reacciones ante la noticia de personas que han estado o están cerca del obispo electo.
“Es una persona de una honestidad y coherencia extraordinarias, de una capacidad de liderazgo excepcional y de un sentido evangélico en su vida y ministerio episcopal admirables”. (Mons. Juan María Uriarte, obispo emérito de San Sebastián)
“Siento que como obispo lo va a hacer muy bien en un momento eclesial y social nada fáciles”. (Marisa Arias, directora del Secretariado para el Laicado)
“Una persona implicada, generosa, preocupado por las situaciones de marginación, empático y cercano con la realidad juvenil”. (Celia Martínez Pérez, de la comunidad laical Sal y Luz, de la Zona Minera).
“Yo destaco su clarividencia, bien acompañada del trabajo por entender los problemas”. (Fernando Huarte, Director de Cáritas Diocesana durante el tiempo en el que Mons. Segura fue delegado de Cáritas y de Pastoral Social)
“Muy disciplinado y coherente con sus objetivos y muy dinámico”. (Javi Oñate, presbítero, compañero en su etapa de seminarista y en etapas posteriores como curas ambos) “Desde el punto de vista pastoral le preocupa la justicia social, los empobrecidos, los marginados, acogedor de emigrantes -en Barakaldo tuvimos acogidos algunos-, acompañador de marginados”. (Txelis Beltrán, párroco de San Vicente de Barakaldo durante la etapa Pastoral de Mons. Segura en Barakaldo)
“Un regalo sin par para nuestra Diócesis de Bilbao, que, sin duda, redundará en el fortalecimiento de la comunión, de la ilusión y del brío pastoral”. (Gaspar Martínez, responsable de Asuntos y Bienes Culturales)
“Es un hombre que puede trabajar con todos y desea trabajar con todos”. (Luis Alberto Loyo, Deán del cabildo catedral)
“Destacaría sus grandes cualidades como persona, de sabiduría, de clarividencia, de contacto con la cultura actual y su preparación intelectual”. (Andoni Gerrikaetxebarria, vicario general. 19892006)
“Tuve la suerte de conocer a Joseba cuando le nombraron párroco de Otxarkoaga. Su llegada supuso un cambio en la parroquia, nos hizo despertar con su buena cualidad para organizar y animar”. (Carmen Revilla, religiosa Hija de la Caridad. Compartieron etapa pastoral en Otxarkoaga)
Tras dos años como obispo auxiliar y cinco meses ejerciendo de obispo administrador diocesano, ha llegado un nombramiento que, aunque en algunos ámbitos se daba por hecho, no era así, tal y como aclaró él mismo en la primera entrevista que le realizaron en Radio Popular-Bilbo Herri Irratia, al día siguiente de darse a conocer la noticia.
Mons. Segura: Puede que alguno piense que ha habido un plan desde el principio, desde que me llamaron para que viniera desde Ecuador. Yo creo que no. Las cosas son bastante más complicadas, pero al final ha resultado esto.
Koldo Campo: ¿Cómo afronta ahora el
hecho de ser obispo de Bilbao?
En la calle la gente me dice, no sé si felicitarte o no. Ciertamente, hay grandes desafíos en muchos sectores sociales. No es solamente una cuestión nuestra, pero en la Iglesia son especialmente complicados.
Retos que ya tenía entre manos ¿verdad?
Es un punto y seguido. Además, no puedo hacerme la agenda solo. Tengo que hacerla en una comunidad cristiana con la que compartimos y conoce bien la situación que tenemos y las dificultades que existen para hacer lo que normalmente es central para nosotros: vivir el Evangelio y transmitirlo a nuevas generaciones.
¿Cuáles son las ventajas y los inconvenientes de `ser de la casa´?
Me siento muy bien acogido por la gente. Al entrar aquí una persona se ha acercado y me ha dicho: `que sepas que estamos contigo y que te agradecemos el que hayas aceptado´. Bueno, parece que la gente en este momento está más contenta que yo. Imagino que habrá de todo y habrá sectores que, aunque no me lo digan, están un poco preocupados. Creo que eso tiene que ver con gente que no sabe qué sensibilidades pueda tener yo. Porque no me conoce y piense que, tal vez, volvamos a unos tiempos previos a D. Ricardo en los que la Iglesia vasca con unas determinadas tendencias políticas, se vuelve a afirmar. En realidad, yo no me muevo por política. En ese sentido, pueden estar tranquilos. En lo que se refiere a otros desafíos, el fundamental es el de siempre: el tomarse en serio el Evangelio, intentar vivir con coherencia lo que allí dice y predicar solo aquello de lo que estás totalmente convencido y que estás viviendo. Eso es siempre difícil. Ahí el enemigo no está fuera, no es que otros nos miren mal... es que realmente nosotros tenemos que estar a la altura de las circunstancias. Tenemos un nivel de exigencia que la gente no creyente pide a la Iglesia, que es muy de respetar y que yo acepto como un desafío.
¿Cómo se define Joseba Segura?
Me pones en un brete. Soy una persona que ha ido descubriendo primero el valor de lo que significa seguir a Jesús, es un elemento central en mi vida. Lo menos importante es donde estoy, porque allí donde he estado siempre me he sentido contento. Yo no cambio ahora porque me hayan nombrado obispo. No estoy más o menos feliz. Estoy igual de contento como he estado siempre en todos los sitios, porque estoy convencido de que en cualquier sitio existe la oportunidad de hacer cosas buenas y hacerlas bien. Quizá eso refleja que tengo un cierto nivel de confianza y de tranquilidad. Estoy contento con lo que he venido haciendo y con lo que creo que puedo seguir haciendo. No me considero el centro de nada. Ciertamente sé que las veces que he tomado decisiones por impulso sin consultar suficiente a otras personas, es donde más me he equivocado. Soy una persona que toma decisiones relativamente rápido y por eso tiene que moderar mucho ese proceso y asegurarse de que se toman teniendo toda la información correcta. Algunos se pasan la vida
consultando y resulta que hay cuestiones que necesitan decisiones y acciones.
¿Sus vivencias en el extranjero viviendo una realidad distinta le han marcado?
Sin duda, Ecuador, donde viví doce años, es un mundo completamente distinto al nuestro. También mi experiencia de cuatro años en EEUU me expuso a un mundo diferente a la realidad de la Iglesia española y vasca en ese momento. Allí había una serie de tendencias muy liberales que me llamaron mucho la atención. Todo te ayuda y te permite aprender, si tienes un talante positivo y no te crees mucho a ti mismo. Tienes mucho que agradecer a gente que pasa por tu vida y vas creciendo y aprovechando las oportunidades que te da.
Cuando miramos a la Iglesia muchas veces solo pensamos en lo local...
Eso es crítico. Aquí se tiene la sensación de que nosotros vamos por delante de lo que van los continentes y en ese sentido, esa singularización se va a extender a otros sitios. Y no hay ninguna razón sociológica ni estadística para pensarlo. Es el auto centralismo que tiene Europa que, sin decirlo, consideramos que somos superiores. Hay mucha gente que conoce lo que es la enorme diversidad que existe en este mundo y que demuestra que el vino de la Rioja será bueno, pero no es el único.
La pandemia está generando desigualdades en el mundo. Disponemos del 83% de las vacunas.
Estoy convencido de que la única vacuna mala es la que no tienes puesta. Hay mucha gente que no tiene esa opción y eso es un problema y una manifestación más de las enormes diferencias que existen en posibilidades de vida, en dignidad, en capacidad de desarrollo, en educación... Lo que está pasando en un montón de lugares donde la población es más joven y donde los recursos son mucho más limitados con la educación es terrible. Aquí también tenemos un problema entre la gente joven. Acceden al mercado de trabajo y a las posibilidades de vivir con independencia en circunstancias precarias y peores a las de sus generaciones anteriores. Es decir, la juventud de nuestro entorno está sometida a una enorme presión porque no puede organizar un programa de vida razonable. La desigualdad global es muy importante.
¿Cómo transmitir el Evangelio?
Tengo muchas dudas respecto a si, como se dice, la debilidad está en nuestra incapacidad de transmitir. Si uno está abierto al mundo digital, ve que puede pasar todo el día viendo y aprendiendo cosas en youtube, porque hay canales que son muy buenos. Pero, no sé si podemos poner toda nuestra confianza en la capacidad de competir en esos ámbitos. Yo me he identificado con la experiencia de Dios, porque ha habido gente cercana en mi vida que mantenía esos valores. Para mí tiene más impacto acompañar y ser acompañado por una persona a la que quiero y valoro, que lo que pueda recibir desde una pantalla.
La imagen de la Iglesia no es muy buena
Considero que esta poca valoración como institución tiene que ver con que mucha gente ya no conoce a una persona de Iglesia. En muchos pueblos por donde he estado estos meses he preguntado: `¿Ha habido algún cura malo? ¿Os habéis sentido maltratados?´ Y me contestan todo lo contrario: que la Iglesia ha estado muy cercana. Por lo tanto, el cambio que se ha producido tiene poco que ver con lo que algunos consideran. Aunque es cierto que la Iglesia tiene mala imagen. Es la que algunos medios de comunicación proyectan, probablemente con razón, de una Iglesia institucional lejana a la gente. Los señores que aparecen con el gorro no son conocidos y unido a algunos argumentos como que la Iglesia es rica etc. alimentan esa imagen. En cuanto a lo de rica, efectivamente aquí en Bizkaia es la institución que tiene más patrimonio histórico, sobre todo arquitectónico y cultural. Pero, tenemos una dificultad grande para mantenerlo y no tengo ni idea de cómo se va a poder hacer. Es una pregunta muy importante de cara al futuro desde el punto de vista de la sostenibilidad. El tema es: ¿quién entra al seminario pensando que allí tiene una fuente de ingresos fáciles? Eso que puede pasar en otros lugares aquí desde luego no. Nadie entra a la Iglesia para enriquecerse y lo asume, porque para él, eso no es importante •
