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Aniversarios sacerdotales

15 curas y religiosos de Bizkaia celebraron sus aniversarios

Bodas de Titanio, Diamante, Oro y Plata sacerdotales

El 27 de mayo día de Nuestro Señor Jesucristo sumo y eterno sacerdote, el obispo electo, Mons. Joseba Segura presidió la celebración de los aniversarios de los ordenados en 1951, que celebraban sus Bodas de Titanio, en 1961, Bodas de Diamante; en 1971, Bodas de Oro y en 1996, sus Bodas de Plata.

Un presbítero cumplía este año 70 años de su ordenación, prácticamente toda la vida de nuestra Diócesis, que fue creada en 1950, se trata de José Manuel Guadilla Garía, ordenado en el año 1951. Ignacio Villota Elejalde, Pedro Jorquera de la Fuente y Juan Ignacio Vara Herrero, celebraban sus Bodas de Diamante.

En el caso de las Bodas de Oro, 50 años como curas, este año correspondía a José Antonio Díaz Sáez, Pedro Gabriel Hernandez Bertín, Tomás García Arcocha, José Antonio Fernandez Carcedo y Trinitario Alvarez Herrero, además de los religiosos Benigno Zaballa Olavarria (Trinitario), Fernando Gómez de Cortazar (jesuita) y José Ramón Ugarte Varela (pasionista). Tres religiosos cumplían las bodas de plata: José Javier Pardo (jesuita), Carlos Coupeau (jesuita) y Pablo Gonzalo Hernández (pasionista) y también el diácono permanente Agustín Guerrero Cabrera.

Ecuador, eje de la vida de Juan Ignacio Vara.

El presbítero diocesano Juan Ignacio Vara pertenece al grupo que celebra sus Bodas de Diamante. Vara, que ha pasado en Ecuador 42 años de los 60 de su vida como presbítero, reconoce que en este tiempo ha transcurrido desde su ordenación “han cambiado mucho las cosas, la vida, la sociedad, el mundo” y que el eje de su vida “indudablemente” ha sido la ida a Ecuador. Salió de aquí con 25 años, porque se necesitaba una persona que fuera al seminario de Ambato que había sido encargado a Misiones Diocesanas y allí se fue, “mi generación vivió lo que aquí se llamaba el París del 68, pues nosotros vivimos América del 68, aquello –dice- fue una ventolera de Espíritu, aquellos tuvieron agallas para coger lo que el Concilio había empezado y bajarlo a la realidad dura, tal como era, incluso el lenguaje era

JUAN IGNACIO VARA

otro, no pretendían ir a una discusión de academia era algo que llegaba a la gente”. Juan Ignacio vivió allí muchas experiencias “y eso te marca, porque te convence de que el mundo es mucho más grande que donde tú has nacido”.

Sigue haciendo una columna los domingos en un periódico de allí comentando el Evangelio “para mi parroquia virtual, lo que hago los domingos, sobre todo este tiempo de pandemia es una forma de orar, de reunirte con la gente que cree lo mismo que tú. Es una forma de vivir a Dios, porque no puedes ahora hacer otra cosa” •

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