Ricardo Sanchis Fotografía, textos, maquetación y diseño: www.bauldefotos.com
El sonido del arte Parece evidente que una obra de arte se realice para el disfrute colectivo en las mejores condiciones posibles. Acostumbramos a verlas en museos, galerías, estanterías o pedestales. En nuestro caso, esas obras de arte son la generosidad de un artista hacia otros artistas a los que se les provee del mejor material posible para que su arte sea disfrutado por todos en las mejores y óptimas condiciones. Las podemos ver en manos de grandes artistas, guitarristas, tocadores, etc.. En el año 1915 Ricardo Sanchis Nacher fundó una casa de guitarras después de haber trabajado y aprendido junto a los grandes fabricantes de guitarras en Valencia como eran el “Tío Ximo”, “San Jordi”, “Salvador Ibáñez”, “Telesforo Julve” y algunos otros.
El segundo Ricardo Sanchis, hijo del primero, es el que se hizo cargo de abrir el mercado nacional y perfeccionar la técnica de fabricación de la misma. Así mismo, también se ocupó de traer al mundo al tercer Ricardo Sanchis, Carpio en este caso. Ricardo tercero fue el encargado de revolucionar la empresa y convertirla en lo que hoy en día es una de las más importantes fábricas de guitarras artesanales de todo el panorama mundial.
Mejoró el sonido, los materiales y los procesos gracias a ponerse al lado de todos los mejores guitarristas de la época y pedir sugerencias para convertir sus guitarras en verdaderos objetos de arte. Su obsesión por el sonido, por que sus guitarras sonaran cada día mejor, fue lo que hoy en día hace que las guitarras de la saga de los Sanchis puedan ser las que dan el sonido al arte más cuidado y tratado en la historia.
Ahora ya no es un cuarto Ricardo, sino David y Germán los que se ocupan de cuidar la tradición y trabajar muy de cerca con su padre, el gran maestro y mentor. Quizá lo que más emociona de oír las guitarras de los Hnos. Sanchis López, es el respeto por los mayores, el respeto por los maestros y el grandísimo respeto por los artistas que utilizan sus guitarras aportando al mundo la suma del arte convertida en magia de verdad, en magia de sonido y amor, amor por un trabajo que dentro de nada cumplirá los 100 años de tradición.
El mayor orgullo de estos artistas es presenciar cómo otro artista es capaz de sacar con sonido todo aquello que la historia ha incorporado en cada madera utilizada, cada cuerda afinada, cada traste modificado, cada mástil incorporado y poder aplaudir a todos los que desde su inicio contribuyeron a que la magia del sonido se hiciera presente en cada nota que sale de una cuerda de una guitarra de los Hnos. Sanchis López.
Guitarras clásicas, flamencas, bandurrias, laudes, guitarrones, mandolas, bandurrines, etc… instrumentos de cuerda que suenan como los propios ángeles cantando cuando salen por la puerta de casa de Ricardo Sanchis Carpio. David y Germán se han ocupado de ello y cuidan que todo salga en orden. Ellos han estado en la última feria de Alemania vendiendo guitarras y saben lo que necesitan en todo el mercado europeo.
Maderas de ciprés, de arce, de palo santo de Brasil, India o Madagascar, cedro rojo de Canadá, ébano de Camerún, las mejores maderas de alrededor del mundo seleccionadas para ofrecer el mejor sonido. Los mejores materiales y las mejores manos para confeccionar con minuciosidad y cariño cada parte de estos instrumentos que en manos de profesionales serán de su total satisfacción.
Respirar en la fábrica de las guitarras de los Hnos. Sanchis es como transportarte al mundo de la tradición más antigua, al mundo del amor por lo hecho a mano, por lo trabajado sin prisa, por lo exquisito, por el lujo más sencillo y accesible.
Detrás de cada acorde que arranca los aplausos del público, detrás de cada nota que siente el guitarrista, está el trabajo de una manos que no escatiman ningún esfuerzo por conseguir los mejores productos de calidad. Respetan a sus mayores, aplican sus conocimientos y aportan novedades, viven por y para el sonido de una guitarra, clásica o flamenca y transmiten a su entorno el gran cariño y el amor por su trabajo, su pasión y su emoción. Si el arte tuviera un sonido, sin duda saldría de una guitarra de la saga de los Sanchis.
Todo es conciencia en la ejecución. Los cinco sentidos están a disposición del artista luthier para conseguir el objetivo de satisfacer los oídos más exigentes. Los más mínimos detalles se tienen en cuenta cuando se trata de acariciar el tesoro más preciado en mi trabajo.
Ellos son los artífices de esa magia. Ricardo y Araceli junto a David y Germán. La ilusión y la pasión puestas a disposición del arte y del sonido. La alegría y la emoción al servicio de aquellos que alguna vez tendrán la suerte de acariciar las cuerdas para interpretar el sonido centenario de una de las guitarras Sanchis.