n at u r e w o r d s
selva de irati
naturewords FotografĂas y textos Juan Solbes
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NatureWords Juan Solbes Editor: Baúl de fotos Diseño y maquetación: Ignacio Martínez Martínez Coordinación: Clara Muñoz Climent Reservados todos los derechos. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser reaizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista en la ley. Si necesita reproducir, escanear o publicar algún fragmento, dirigirse a info@bauldefotos.com.
A todos aquellos que han estado a mi lado en un proyecto que sรณlo puede llevarse acabo con amigos, esos que cuando les pides algo siempre estรกn dispuestos a echarte una mano y las dos.
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PRÓLOGO Hay ocasiones, muy extrañas y esporádicas, en las que todos los astros se alinean. Una estación, el otoño, colorista por demás, con un tiempo muy cambiante, que te puede dar niebla por la mañana, lluvia al mediodía y sol por la tarde. Para nevar al día siguiente y para que las hojas amarillas o “colorás” brillen en todo su esplendor sobre fondos verdes o sobre las ramas de los árboles desnudas. Una región, que no conoces y que si ya es bonita en cualquier época del año, en otoño brilla como ninguna: Navarra. Con sus valles de Roncal y Salazar, la Selva de Irati, el Parque Natural de Urbasa y Andía. Y no sigo más porque hay que ir a recorrerla, no vale con imaginársela, sin prisas, sumergiéndote, dejándote abrazar por sus bosques y degustando los productos de su huerta y sus vinos. Unos amigos, como Pilar y Juanjo que te dejan su casa al lado mismo de la Catedral Santa María la Real de Pamplona para que puedas descansar después de un largo día de andar de aquí para allá. Donde el descanso parece celestial, la proximidad de la Catedral tendrá algo que ver, y se pueden recuperar las fuerzas necesarias para la jornada siguiente. Y que dar una vuelta por el centro de la ciudad no te lleva más de veinte minutos. Un amigo, cuyo corazón es tan grande como su cuerpo, al que todo le parece bien y si no, también. Que te lleva de un lado para otro porque no quiere que se nos quede nada por ver, con el que puedes hablar de la diferencia entre compasión y concordia para terminar estando de acuerdo que la mal entendida compasión budista nada tiene que ver con la compasión judeo-cristiana que nos enseñaron en la escuela y está más cerca de la concordia. Pero eso, sería otro libro. Una cámara de fotos, sencilla pero eficiente y una sensibilidad a flor de piel, no por mérito de estos dos mortales viajeros, sino por esa conjunción de astros que tan difícil es que se alineen. Entonces tenemos el escenario perfecto para que este gran corazón con piernas y cabeza nos muestre con gran sensibilidad esas imágenes que aún pudiendo llevar allí horas, días, semanas, meses o siglos, se nos mostraron a nosotros con todas su galas. Y si con ellas no tienes suficiente, te las explica. Me las explica también a mí que estaba junto a él y que incluso hicimos la misma foto alguna vez. Bueno, la misma, la misma, nunca puede ser. Porque afortunadamente las sentíamos diferentes. Gracias Juan por dejarme hacer de nuevo ese maravilloso viaje, gracias por multiplicar por dos las experiencias que compartimos y gracias por darme la oportunidad de decírtelo por escrito y que quede para la posteridad.
Robalt
SELVA DE IRATI A un rincón de Navarra, al que llaman la Selva de Irati, un espacio donde la naturaleza enseña todo aquello que los seres humanos deberíamos comprender para poder vivir y convivir de una manera saludable, amable y sostenible. Gracias a lo que sea que crea, cuida y mantiene este espacio único en el planeta.
INTRODUCCIÓN NATURE WORDS Siempre me ha parecido que la naturaleza era lo único que al ser humano lo conectaba con su verdadera esencia, con esa parte que siente de una manera tal, que nos evoca lo mejor de cada uno de nosotros. Ese salir al campo y que los pulmones se llenen de aire de manera automática e impregnarnos de la naturaleza permite que nos demos cuenta de que somos algo más que lo que vemos por nuestros ojos. Desde que hago fotografía de naturaleza tengo la sensación que me transformo en aquello que plasma el mecanismo de mi cámara en miles de imágenes digitales, llenas de ceros y de unos que, sin embargo, en mí, se convierten en lecciones magistrales en cada una de las salidas a fotografiar. La fotografía me ha enseñado una manera diferente de mirar el mundo. Me enseña el mundo global, pero también exige una atención especial al detalle. Exige y ofrece una presencia absoluta. Saber interpretar lo que está sucediendo y elegir el mejor momento para capturar ese instante que va a enseñarte un pedacito de ti. Porque en cada fotografía encuentras eso que te ha llamado la atención, ese algo que ha hecho que te fijes y que gastes tu energía en tratar de capturar esa escena. En otras ocasiones, la naturaleza te sorprende y te muestra en la fotografía algo que en el momento de la captura no te habías parado a observar. Entonces entiendes la magia, entonces entiendes el lenguaje que utiliza ese mundo natural para comunicarse con quien lo quiere escuchar. Un lenguaje con el que te transmite mil y una emociones, sentimientos y sensaciones que sólo en esos entornos puedes llegar a sentir. La naturaleza me muestra el mundo tal y como es, me muestra el mundo tal y como soy yo. Es en la naturaleza, haciendo fotografías cuando me siento bien, a gusto conmigo mismo y el tiempo pasa casi sin enterarme. Se para el mundo y dejo las prisas a un lado… En ocasiones, veo escenas tan increíbles que no puedo mirarlas a través del objetivo de la cámara y sólo puedo mirar directamente a través de mis ojos para que la impresión deje salir la emoción que siento en ese momento inigualable. Son mil detalles los que me hablan de la maravilla que somos los seres humanos, porque cada ser vivo en la naturaleza tiene componentes de genialidad que se nos muestran si uno está dispuesto a querer mirar. No pretendo que la técnica me sobrepase y me impida hacer esas fotografías sencillas y naturales, esas que puede hacer cualquiera con un móvil o con una polaroid antigua. Sólo me interesa poder comunicarme conmigo mismo a través de todo aquello que estoy descubriendo en cada entorno.
Aquí en este libro, sólo hay árboles, colores y paisajes. No hay otros reinos que se introduzcan en estas páginas. Hay varios motivos, pero el principal es la especial relación con los árboles y los bosques que siento últimamente. Esos árboles que tienen un carácter amable, que te dejan mirarlos, admirarlos, acercarte y abrazarlos. Esos árboles que están al servicio de los demás seres vivos. Que con su belleza nos alegran la vida y nos muestran lo increíbles que somos todos. Nos ofrecen sus flores y sus frutos para poder alimentarnos y cuando nadie los ve, en la noche, transforman nuestros residuos en su alimento y nos ofrecen un aire puro para que podamos respirar a lo largo de los días. Una actitud de servicio que es encomiable y de la que aprendo en cada momento y así puedo ser útil, de alguna manera, a todos los demás seres vivos que habitan conmigo el planeta. La Selva de Irati es uno de los lugares mágicos del planeta. Un lugar plagado de historia y de vida. Un espacio que considero una de las mejores universidades de este planeta para aprender de nosotros mismos. A la fotografía, agradecerle la técnica y la eficacia de poder capturar con una fiabilidad absoluta cada momento y escena. A todos los que han contribuido con sus imágenes a que los seres humanos nos demos cuenta de que ahí fuera existe un mundo para que nosotros lo miremos y aprendamos. Y a las personas que me han acompañado en estos días de otoño y han compartido conmigo unos momentos de silencio, de conversación, de alegría, de trascender lo vivido en la ciudad y de sentir desde el corazón la verdadera vida de ese alguien que forma parte de cada uno.
Juan Solbes
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Riqueza, profusión, cantidad, fertilidad, torrente, raudal, desbordamiento, exuberancia, afluencia, exceso, multitud….. La fertilidad de la naturaleza, torrente de vida que penetra mi conciencia. Lo natural es abundancia. Miles de flores diferentes, colores infinitos, multitud de especies….., quizá la abundancia es la naturaleza misma de mi existencia. Un estado esencial de lo humano en el que siento que tengo todo lo que deseo. Cuerpo, mente y espíritu sintonizando con la naturaleza abundante. Si la abundancia es un estado, un pensamiento, una emoción de disfrutar de todo aquello que existe, quizá no tenga que ver con las cosas materiales que tengo. Creer que tengo aquello que deseo, es abundancia. Sentir que tengo aquello que necesito, es abundancia. Compartir aquello que tengo, es abundancia. Sintonizar con la naturaleza, es abundancia. Conectar con mi interior me conecta con mi naturaleza y eso es abundancia. Siento que la naturaleza, cada vez que la miro, me descubre lecciones importantes dignas de un agradecimiento infinito.
Es la dignidad para ser amado. Una cualidad inherente al amor. Espontánea, natural, sin intención. Que se muestra viva en la madurez. Una inclinación afectiva que asoma, que es agradable a los demás. Una cualidad interna que existe para con todo lo que me rodea. Las hojas, la nieve, los árboles… Gozar de esa dignidad amable.
Hacer que se acerque, acercarme… Acercar hacia sí, acudir… Te posas en mí, a duras penas me mantengo. Me proteges a mí, me siento seguro. No hay un interés, ni romántico, ni sexual. La gravedad nos hace iguales, similares. Nos sentimos atraídos de igual modo. Pero tú estás aquí encima, yo protegido. Juntos, un espectáculo… atracción. Vienen a vernos, nos fotografían … Les damos lo mejor de nosotros, nuestro amor.
Harmonia, acuerdo, concordia. Relativo al corazón, con corazón. Desde el corazón, el equilibrio, la adecuada proporción, la correspondencia perfecta. La armonía es belleza, alegría, relajación, sosiego….. es paz. La naturaleza ofrece la armonía con sus colores, con sus sonidos, con sus texturas… La naturaleza se mueve desde su corazón, desde una simplicidad absoluta. Es armonía, es equilibrio perfecto. Es un camino seguro, el desequilibrio te lleva a la armonía. La conciencia natural te dirige a la armonía, al equilibrio interior. Ese que sólo desea tener la verdadera paz, de corazón.
Puede llover, nevar, granizar, salir un espléndido sol. Puede soplar un aire infernal, hacer un calor espectacular. Sólo la superficie de las hojas muestra la verdadera agitación. En su interior, el proceso impertérrito hacia su propósito. No hay lucha, no se oculta. Es el carácter. Es la naturaleza propia de cada uno que nos distingue de los demás. En mi superficie, quedan las marcas de cada relación. Cada lucha, cada invasión, cada golpe forja mi carácter. Yo sigo ahí. Impertérrito. Observando. Soy siempre el mismo. Aprender a descubrir el carácter de la naturaleza, cómo reacciona es descubrir mi carácter, cómo reacciono, cómo siento... En mi interior, mi propósito, indestructible. Observar y actuar con el carácter de mi naturaleza aceptando. El carácter, un maestro que me dirige por el camino adecuado.
Estoy cerca, muy próximo, si estiras la mano puedes tocarme. Poder tocarte, verte ahí, me da paz, tranquilidad, seguridad. Tienes todos los colores, te puedo ver, mirar, sentir. Aumenta mi confianza, mi alegría, mi estado de bienestar. Una persona, un sueño, un deseo, una ilusión…. Sólo la cercanía me hace sentir el corazón, el amor. Si me sonríes te siento más cercano, Si me acoges me siento muy cerca. Si me acaricias casi formo parte de ti. Si me susurras mi corazón vuela. Me emociono. No sé por qué me empeño en alejarme. No sé por qué no voy para tenerte cerca. Quizá porque no entiendo tu lenguaje Quizá porque me quedo en la superficie y siento que la cercanía es tocar tu alma sólo con mi corazón.
Te miro, te veo diferente y siempre eres tú. Gracias a ti, tomo conciencia de que algo se acaba. También de que algo comienza. Te miro y sé que algo en mí termina. Las cosas van a dejar de ser como eran. Mañana te veré distinta, quizá no en el mismo lugar. Todo lo que he vivido ahora se termina. Ahora empieza otra historia distinta. Si en ti es tan evidente…. En mí lo tiene que ser… Todo va cambiando pero siento que es ajeno a mí. Sólo cuando te veo, tomo conciencia de ti, Diferente cada época, cada temporada, cada ciclo… Tu respeto es infinito y tu propósito inexpugnable. Nada es eterno. Disfrutar de ti, ahora, mirándote sin más… Disfrutar de cada momento, Disfrutar de cada situación. Sentir.
Quizá mañana no tengas esos colores, Si sale el sol la luz dora tus hojas, si llueve, se oscurecen y embellecen. Si el viento sopla, quizá te lleve y no pueda verte. Todo pasa tan rápido que sólo dura tiempo… Todo se esfuma, como una burbuja cuando la tocas… Sólo un momento, un instante, una mirada... El milagro de la vida existe un momento, un sueño, una ilusión. La conciencia de un momento lo hace eterno. Entonces, te veré siempre con tus colores.
Dejo a un lado las dudas, la incertidumbre y creo… Y soy yo quien cree y quien confía, nace en mí… Una cualidad personal que descubro mirando, observando… Cuando todo es bello, armonioso, suave… confío. Y entonces, todo sucede, tal y como necesito que sea. Sin conflictos, sin lucha, la confianza surge y es. Confiar confiando, entregando al otro tu potencial… Amar.
Miro la realidad y veo mi creatividad. Una actitud personal que me hace diferente. El arte de hacer las cosas como yo. Lo que quiera que haga es creatividad. Amar lo que hago y disfrutar sin límites incluso haciendo nada… La belleza de la naturaleza es la mayor creación, y pertenezco a ese Universo infinito… Es artista el que sonríe, el que abraza, el que mira amablemente, el que anda y el que corre, el que escribe... Hagas lo que hagas eres creativo… amando la vida que vives.
Ese trato de exquisita amabilidad que engloba lo sutil, que disfruta de una mirada sosegada, en una conversación tranquila y en armonía. Que le da poder a lo suave, a lo apacible, frente a una confusa debilidad. Que del tiempo para conocerte y para escucharte, surge la comprensión de lo delicado, de lo sensual. A veces sólo basta cuidar y cuidarse disfrutar de amar y de amarse. Porque la delicadeza es de naturaleza elegante, sensible y sutil como lo es la feminidad.
La vida es un viaje apasionante. El amor es el único objetivo de la vida. La luz diseña y crea los colores para experimentar la alegría de ser. Para saber hay que conocer y para disfrutar hay que aceptar lo que soy. La vida comienza donde el miedo termina y lo que hablo de ti, sólo dice de mí. La libertad es desarrollar el talento personal conocerte a ti mismo. El camino hacia el otro es la sonrisa y es de una belleza increíble. Seguro que seré aquello que pienso y sólo yo soy responsable de ello. La cuestión en la vida es desaprender para descubrir al verdadero ser.
Interrumpir el sueño para sentir la realidad. Dejar que surja ese sentimiento, esa idea… Percibir el olor, el tacto en la piel, el color y el olor. Escuchar los sonidos de ese amanecer inmenso. Observando desde lejos todo suceso propio. Decidir dejar todo ello para ser… sólo yo. Cuando uno encuentra, es cuando deja de buscar. Y ese placer es un orgasmo espiritual. Llorar, reír, emocionarse…. dejarse sentir. Interrumpir el sueño y conocer la verdad.
Estoy ahí, observando… y sé que estás ahí. Acaricias mi piel con la palma de tus hojas. Te dejas caer y te siento cada vez más cerca. Me quedo inmóvil, frío, helado… no respiro. He sentido el dolor y me siento desnudo. Deseo encontrarme contigo, conectarme. Desilusiones, rechazo, abandono… soledad. Sólo deseo encontrarme, sentirte, sentirme… Deseo emocionarme, sin dolor, sin lucha… Necesito sentir tu emoción, abrazarte… Tocar tu corazón, con la piel de mis dedos. Sentir cómo te abres y entregarme… Como si mi alma bailara sólo para ti.
Imágenes difusas, me confunden. Parece un sueño…, y ¡siento que es real! Como si todo se perdiera en la niebla buscando algo que no se puede perder. Surgen de las miserias los destellos que iluminan el misterio de la existencia dejándote llevar por la luz del sol en una danza de colores infinitos en el lugar donde se pierde todo lo ganado, donde los sueños nunca se hacen realidad. Porque la vida es vivir sin soñar… Vivir sin deseos, sin mensajes ni lenguajes. Encontrar lo que siempre existió, un tesoro que estuvo siempre en mi interior.
Es como una explosión que invade la retina. Una abundancia espléndida cuando te muestras y compartes todo aquello que eres tú. Formas, colores y texturas, aromas y perfumes esparcidos por doquier para un regodeo global. Cuanto más veo la belleza por mis ojos, un potencial surge para admirarte mucho más. La naturaleza me muestra una generosidad sin fin más color, más aromas, más alegría, más delicadeza, que me provocan más disfrute, más placer, más amor. Basta con compartir lo que uno tiene, lo que uno es sin cantidades… porque nunca es suficiente… Sonreír, cantar, caminar, apoyar, abrazar, estar, no es cuestión de tener, es cuestión de querer dar, de saber dar, de querer ser, de saber ser… Una riqueza que sólo uno puede valorar.
Admiro la generosidad en la entrega. Sutil como la fragancia de una flor para ese corazón que sabe apreciar. Me fascina el final de una vida que acomoda el de cientos de ellas. Es sólo un sentimiento, una emoción, un corazón que lo puede experimentar. Un reconocimiento sin palabras. Una correspondencia sin gestos. Una ofrenda sin exclusión. Una actitud de gratitud, sin más. Donde se aparcan la quejas no se da tregua a los reproches. Un secreto bien guardado que se desvela en el corazón que siente gratitud infinita por todo y por todos.
La belleza que surge de la flor muestra su carácter y generosidad. Te veo en la oscuridad, no me veo yo. Verte es descubrir mi propia luz… Observar lo que soy cuando te veo a ti mientras te sigo viendo en la oscuridad… Gracias a tu luz yo puedo existir. No me veo pero siento que soy… Te veo a ti, me siento a mí. Tu luz muestra mi oscuridad. El único camino hacia mi luz, donde sólo veo... a mí mismo Gracias a tu luminosidad.
Te encontré por una casualidad. Me emocionó la valentía de ser. Tu espacio es una provocación, una desfachatez inaudita. Una inseguridad tal que no es. Una incertidumbre inteligente de una belleza prodigiosa. Sólo ahora te veo y te disfruto. Nada es seguro ni permanente. Elevas mi conciencia al infinito. Descubres el significado de libertad. Ese misterio que es la vida, ese proceso de inseguridad que desarrolla la conciencia, la confianza y la valentía. Una sorpresa, eso es la libertad.
Actuar en el momento más adecuado se perdió en el olvido de los tiempos. Engrandecernos manejando el tiempo ofrece grandes desilusiones y contratiempos. En la naturaleza todo tiene su momento y espera al instante adecuado a dar el paso. Tiempos, momentos, instantes, ciclos, momentos de espera, de análisis, de aceptación y de definición, sin dudas. El momento de saber desprenderse la hoja... El momento de saber dar el fruto… Ese instante que equilibra el mundo y nos da pistas para conocernos… Un grado de paciencia para saber actuar en el momento más apropiado para mí.
La luz es en todas partes, ilumina la escena. La llena de matices y de formas muy sutiles. Miras las hojas, los árboles, las piedras, el cielo con la paciencia imprescindible para estar atento y sentir la presencia de la existencia, llena de luz, de vida, de magia. Una perfecta quietud desde el que observa en este instante, en el presente, ahora. No hay pasado, no hay futuro, solo hay ahora. Vivir cada momento en su totalidad. Descubrir la luz en el interior de cada uno. Iluminarse. Sólo mirar y observar, sin pensar. Estar alerta a lo que sucede depende de mí porque soy yo el que está aquí, ahora alerta y consciente para verme a mí.
La realidad sucede de manera inexorable, en cada momento, en cada instante se muestra. El hielo congela tus heridas y el viento azota tu piel. Resistir alargará el sufrimiento, la lucha, sin duda. La realidad sucede a pesar de esa lucha, seguro. Acabarás cayendo aunque sigas luchando, sufriendo. Si vieras el bosque a tu alrededor, disfrutarías. Nada se acaba ahora, nada se acaba contigo… Si vieras el bosque de tu alrededor, te rendirías. De nada sirve mirarse el ombligo y no más allá. Ser nada es la mejor manera de encontrar. De aquí, sólo te vas a llevar nada. Estás por encima de todo lo que sucede, permaneces en cualquier condición posible. Tan sólo te rindes a ti.
Me siento a mirarte y veo tus ramas, también tu cuerpo algo dañado. Aprecio la vida en ti, estas ahí, con todo. Me acerco, trato de tocarte, te escucho. Me sobrecoge estar a tu lado. Se agolpan sensaciones y pensamientos pero no puedo pensar conscientemente, todo llega sin avisar, sin llamar. Estar a tu lado es un huracán de vida. Es un silencio simple del que surge una pureza que llena mis ojos de agua. Es la sabiduría de tu corazón que invade todo mi cuerpo de sensaciones y no puedo pensar, sólo puedo saber. Experimentar a tu lado, escuchándome en ese vacío del que surge tu existencia y que sólo puedo observar desde mi corazón.
Siempre hay un hermoso lugar que espera mis pasos. Desarrollar mis deseos y alcanzar los objetivos. El camino del buscador es extenso y sombrío. En algunos momentos estoy bien, sólo momentos. Llego a un lugar, después otro y otro más… Un proceso interminable de deseos, uno tras otro. El camino es atractivo pero descubres imitaciones. La verdadera satisfacción no son los deseos no es el dinero, no es el poder, no son las relaciones… La verdadera satisfacción es cuando encuentras a ese buscador impenitente y le miras a la cara, le tomas las manos y le cuentas una historia. Esa historia que relata cómo es la vuelta a casa. Una historia que es la satisfacción verdadera.
Me sorprendo de lo fácil que es mirarte. Sólo te veo a ti, nada más distrae mi atención. Me parece un paisaje espectacular. En ti, parece reflejarse mi propia realidad. Una realidad que no veo cuando me miro. A pesar de mi complejidad me veo en ti. Siento que todo es sencillo y muy hermoso. Dejar que las cosas sean como son, relajarse, descansar, disfrutar, alegrarse. Una parte de mí se alegra de mirarte, la otra, lucha para abandonarte. Cruzarte en mi camino me enseña, me permite ver la necesidad y lo sencillo. Elegir la manera en la que me ves y que te sorprendas de lo fácil que sea mirarme sin tener que deletrear simplicidad.
Un espacio en el que siento la separación. Un espacio en el que no hay nadie más. Aquí en mi soledad, nadie me invade, no escucho reproches ni consejos, nada, Es innecesario demostrar lo que no soy ni sentir la culpa de ser como soy. Un espacio amigable enteramente mío donde se aprende a jugar con la mente. Un espacio nada que ver con lo físico. La soledad entre cientos de personas y sólo un extremo silencio a mi alrededor. Cuando la soledad es una amistad deja de ser una necesidad para convertirse en libertad. Un espacio para manifestar mi alegría y el placer de poder ser yo mismo... socializando conmigo.
Encontrar al responsable de mi sosiego es una tarea ardua que requiere calma. Cualquiera puede alcanzar una paz absoluta si se perfila como el único responsable de ello. Siento ataques de ver la belleza y la hermosura. Sonrío a menudo ante cualquier circunstancia. Se me olvida el hecho de tener que quejarme. Dejo de tener la necesidad de que me adulen. Prefiero comprender a tener la razón. Empiezo a ocuparme y para nada preocuparme. Tengo brotes de sensibilidad y agradecimiento. Necesito estar rodeado de naturaleza. Sentarme en el banco de la fotografía con ese que es el responsable de todo ahora que está vacío y no nos interrumpe nadie.
Un respeto infinito al otro que existe. Ideas, prácticas, costumbres, creencias… Un reconocimiento de las diferencias. Un aplauso a la belleza en la diversidad. Es convivencia o es tolerancia... Ser plenamente feliz estando con otro aun viviendo circunstancias dolorosas. Comprender que existe la rutina y perder la libertad por estar con el otro. Es convivencia o es tolerancia... Disfrutar de la belleza de estar juntos. Dejarse penetrar por el frescor de la nieve. Experimentar el golpeo de las gotas. Descubrir el verdadero valor de ser. Y estar en el lugar donde las cosas suceden sin sufrimiento, sin dolor, sin tolerar… quizá sólo por el placer de compartir.
Y pasó de un estado al siguiente, del verde al amarillo y luego naranja, pero llegó el rojo y luego... la nada. Constante emoción, movimiento. De la fecundidad a la creatividad y luego a la alegría, pero llegó la pasión y luego... la nada. Una capacidad oculta en la naturaleza de transformación constante. Entender las emociones sin represión hasta que lleguen a ser nada. Viajar de la mente al corazón para tomar conciencia de que soy un constante cambio y transformación.
La amistad es lo primero, el origen. Alguien es más importante que tú mismo. Alguien se vuelve más querido, amado. Y la elección siempre es personal. No necesita de reciprocidad. No necesita de alabanzas ni reproches. No necesita de juicios o menciones. No necesita de presencias. La amistad es. Absolutamente consciente. De un ser auténtico y de verdad. Sin contratos, hablados o escritos. Sin exigencias, supuestas o expresas. Sin necesidades de dependencia. La amistad es. Incompresible para el intelectual. Visible para el corazón.
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