MIS REDACCIONES Pol
LOS TRES CERDITOS MALOS Había una vez una pequeña aldea, situada en un valle rodeado de montañas. Allí vivían el Lobo Rosa, el Gato con Botas y los Pitufos, todos ellos se llevaban muy bien y se ayudaban los unos a los otros. ¡Bueno! Todos, todos, la verdad es que no. Porque resulta que en la misma aldea también habitaban los tres malvados cerditos, eran muy malotes y fuertes, se dedicaban a molestar a sus vecinos y les robaban la comida. Hartos de aquella situación, decidieron reunirse para idear un plan contra los cerditos. El gran Pitufo, inventaría una poción mágica y la mezclarían en un apetitoso pastel de chocolate. Dejarían el pastel a la vista y como los cerditos siempre tenían mucha hambre seguro que caerían en la trampa. Y así fue, los cerditos nada más ver el pastel, lo devoraron sin dejar ni rastro, estaban tan llenos que se tumbaron al sol para echar una siesta y al despertar vieron asombrados que habían cambiado de color. Su piel era de color azul como los Pitufos y se convirtieron en unos cerditos buenos y amables, dispuestos a vivir en paz con todos los habitantes de la aldea.
ELIGE TU PROPIA AVENTURA PÁGINA 1 Era un viernes por la mañana, los autocares estaban en la puerta del colegio y nosotros preparados para la última excursión de final de curso. Íbamos a Collserola y al llegar hicimos grupos de cinco, yo estaba con Enrique, Arnau, Ferran y Joel. Teníamos que coger diferentes tipos de hojas de árboles para nuestro trabajo de síntesis. Estábamos tan concentrados que no nos dimos cuenta de que Joel había desaparecido. Si decides preguntar a un montañero, vete a la página 2. Si prefieres buscarlo, vete a la página 3. PÁGINA 2 Empezamos a buscarlo por el bosque y nos topamos con un montañero que estaba paseando. El más atrevido de nosotros que era Enrique, le preguntó que si había visto a un niño moreno con camisa de cuadros. Él nos contestó que sí que había visto a unos encapuchados metiendo a un niño con camisa de cuadros en un deportivo rojo que perdía aceite. Si quieres ir a una cueva, vete a la página 4. Si prefieres ir a un castillo solitario, vete a la página 5. PÁGINA 3 Nos pusimos muy nerviosos y empezamos a gritar su nombre. Andando, andando, vimos a lo lejos una casa en medio del bosque, era muy pequeña y nos dirigimos hacia ella para ver si averiguábamos algo. Nos abrió un chino no muy alto con aspecto malvado. Le preguntamos por nuestro amigo y nos dijo que pasáramos que él lo había acogido en su casa. Respiramos aliviados y entramos en la casa, pero una vez allí empezó a empujarnos hacia unas escaleras que daban a un sótano. Si estáis encerrados en un sótano oscuro, vete a la página 6. PÁGINA 4
Seguimos el rastro de aceite que había dejado el coche y fuimos a parar a una cueva donde estaba el deportivo aparcado. Entramos en la cueva y vimos que habían muchas galerías y no sabíamos por cual empezar, para no perdernos cogimos el papel de plata del bocadillo y fuimos poniendo bolitas en las galerías por las que ya habíamos pasado. Si habéis encontrado a vuestro amigo vete a la página 7. PÁGINA 5 El rostro de aceite del coche nos llevó a un viejo castillo. Había un perro de caza que parecía estar muy hambriento y vigilaba la entrada de la puerta. Para despistarlo, Ferran le lanzó uno de los bocadillos que llevaba en la mochila. Entramos y empezamos a buscar a Joel por todas partes y allí estaba él atado a una columna. Lo desatamos y se abrazó a nosotros. Nos dijo que los encapuchados acababan de marcharse y era la ocasión perfecta para escapar. Echamos a correr por donde habíamos venido y nos adentramos en el bosque hasta que al fin encontramos a los demás compañeros y profesores que nos estaban buscando. Fin PÁGINA 6 Era un sótano muy oscuro y frío, menos mal que Arnau llevaba una linterna en la mochila, la encendió y pudimos ver a Joel con las manos atadas y la boca tapada, se alegró mucho al vernos, lo desatamos y le quitamos la cinta de la boca. Nos explicó que el chino estaba loco porque quería recoger un grupo de niños y llevarlos a china para trabajar fabricando ropa. No sabíamos cómo salir de allí, con la linterna lo inspeccionamos todo, hasta encontrar una puerta que estaba camuflada detrás de unas maderas. Si estáis atrapados dentro de un pozo, vete a la página 8 PÁGINA 7 Por fin encontramos a Joel, tirado en un viejo colchón atado de pies y manos. Muy cerca, estaban los secuestradores sentados alrededor de una mesa con varias botellas de vino vacías, estaban borrachos durmiendo la mona. Nos acercamos sigilosamente y liberamos a Joel, salimos con mucho cuidado buscando el camino hacia la boca de la cueva. Siguiendo el rastro de luz que entraba por las aberturas conseguimos dar con la salida. Íbamos caminando por la carretera y nos sorprendimos alegremente al ver que al otro lado circulaba nuestro autocar, empezamos a hacerles señas gritando como locos. Subimos con nuestros compañeros que estaban muy preocupados y nos dirigimos hacia casa. Fin PÁGINA 8 Abrimos la puerta y bajamos por unas escaleras que conducían hasta un pozo. Estábamos muy asustados sin ver la manera de cómo escapar. Joel nos dijo que la casa estaba junto al rio que pasaba por el bosque y que si nos tirábamos al pozo seguramente iríamos a parar al rio. Pero no fue así, quedamos atrapados en el pozo durante tres horas, hasta que los bomberos alertados por nuestros profesores consiguieron rescatarnos. ¡Por fin ya estábamos a salvo! Fin
SOY UN CONEJO Hola, me llamo Rocky, soy un conejo que vivo con mi amo Pol, me acuerdo del día en que me trajeron a su casa, yo tenía mucho miedo porque no sabía cómo sería la familia que me había tocado, aunque parecían buena gente. Al día siguiente me sacaron de la jaula para que me relacionara con mis nuevos dueños y conocer un poco el patio donde viviría. En mi jaula había mucho espacio y tenía agua y comida. Me gustaba mucho la fruta y cada día me ponían un trocito de melón, como está muy fresquito y era verano me apetecía mucho. Un día, mi dueño salió de casa para ir al médico y cuando volvió estuvo hablando con su madre, yo escuché que mi dueño era alérgico a los ácaros del polvo y los animales le perjudicaban y estaban pensando en buscarme otra familia que me acogiera. A mí me daba mucha pena separarme de ellos y sabía que ellos también lo estaban pasando mal, sobre todo mi amo Pol. Pero así son las cosas de la vida. Ahora estoy muy bien en mi nueva casa, pero sigo acordándome mucho de mi anterior familia. ANUNCIO DE SPRITE Jimmy es un niño con rastas que duerme en una habitación muy desordenada. Abrió su cajón para vestirse y la ropa que había dentro del cajón estaba muy arrugada. Bajó a la planta de abajo, saludó a sus padres, pero en cambio estaban en una habitación muy limpia. Jimmy se fue a la nevera y se cogió su Sprite. Al lado de su casa vivía un amigo suyo llamado Tommy. En su habitación estaba todo muy limpio y ordenado. Se duchó y se lavó los dientes. Bajó para ver a sus padres, pero esa habitación estaba muy sucia. Tommy se fue a la nevera como su amigo Jimmy y cogió su Sprite. Salieron los dos a la vez y en la esquina se encontraron y fueron los dos juntos hacía el instituto bebiéndose sus bebidas. ELEGÍA Estaba mirando por el balcón de mi casa a una pobre niña que no se movía, su único entretenimiento era un atlas que reposaba sobre su hermosa falda rosa como las flores de un melocotonero. Ella ponía su dedo sobre el atlas y se imaginaba que viajaba por todo el mundo. Los días iban pasando y la niña cada vez estaba peor, al quinto día yo salí al balcón y la niña ya no estaba. COLISEO ROMANO Había una vez un romano que se llamaba Pol y vivía en una cabaña muy pequeña en un pueblo de Roma junto a su amigo el mago Xavier. El romano desde pequeño había soñado en ser el protector del rey de roma y hoy mismo iba de camino hacia el coliseo, donde cumpliría su sueño, debía demostrar al rey que era digno de su confianza. Los dos amigos cogieron sus caballos y fueron hacia allí.
Por el camino se encontraron a un grupo de orcos y nada más ver a nuestros héroes les atacaron y los encarcelaron en una jaula de hierro. Los orcos también querían ir al coliseo romano, su objetivo era matar al rey y conquistar la gran ciudad. Durante el trayecto, el gran mago estuvo haciendo un hechizo capaz de derretir los barrotes de hierro forjados con una magia oscura. Por la noche, cuando los orcos se fueron a dormir, los héroes se escaparon del campamento maldito y se fueron hacia Roma. Acamparon cerca de la ciudad para descansar y comer alguna cosa. Al amanecer, nuestros héroes se despertaron y siguieron su camino. Al pasar por la entrada, oyeron gritos cerca del coliseo. Parecían gritos de batalla, cuando estuvieron dentro, vieron a cientos de orcos luchar contra los pocos gladiadores supervivientes. Nuestros héroes se apuntaron a la batalla y usando toda su energía consiguieron vencer a todos los orcos. Cuando ya estaban celebrando su deliciosa victoria, el rey de roma bajó de su trono y nombró a los héroes los soldados de élite. Pol se convirtió en el capitán de los soldados y su amigo Xavier siguió su camino para convertirse en un mago de la luz. EL TEATRO En una isla apartada de todo el mundo. Un paisaje vede y con flores de colores intensos. Una playa inmensa con una cabaña de madera maciza. Hay un isleño hablando con un marinero que acababa de bajar de un bote. A escasos metros de la playa se ve un barco. (Se abre el talón) Isleño: ¡Una persona! (Sin poder creer lo que ven sus ojos) Marinero: ¿Quién es usted? (Sorprendido) Isleño: ¡Soy un superviviente que lleva viviendo en esta asquerosa isla más de 10 años! (Enfadado) Marinero: Tranquilícese señor, todo saldrá bien, yo le ayudaré. Isleño: ¿Es usted el capitán del barco? Marinero: No, yo soy un simple marinero, el capitán me ha ordenado que me acercase en el bote a ver qué ocurría porque hemos divisado el humo de la fogata. Marinero: Usted, hacía señales para que nos acercáramos. ¿No es cierto? Isleño: No. Yo sólo he encendido la hoguera porque tenía frío. Marinero: ¿Pero usted no está pendiente de si alguien se acerca? Isleño: Tengo muchas cosas que hacer en esta maldita isla, como para estar pendiente de las visitas. Marinero: (Extrañado) Y dígame, ¿cómo se llama y cómo ha llegado a esta isla?. ¿Y cómo ha logrado sobrevivir? Isleño: No me haga tantas preguntas que me confunde con tanta palabrería. Marinero: Tengo la impresión de que no se alegra mucho de verme. Isleño: ¿Y porque habría de hacerlo? Marinero: (Cada vez más extrañado) Yo pensaba que estaría deseando de que alguien pudiera rescatarlo y llevarlo de vuelta a casa. Isleño: Yo no tengo que ir a ninguna parte, esta isla es mi casa. Marinero: Pero parece que no está muy feliz de estar aquí. Suba conmigo al bote y vayamos hacia el barco. Isleño: Gracias por su ofrecimiento, pero aunque usted no lo crea yo estoy bien en este lugar. Marinero: Pero no puedo entenderlo, ¿no echa de menos nada de su anterior vida?
Isleño: ¿Y qué quiere que eche de menos? Yo estaba muy ocupado para formar una familia. Tenía un trabajo absorbente, un jefe que me hacía la vida imposible, un montón de facturas por pagar, un apartamento diminuto en una ciudad infernal llena de tráfico. Marinero: Veo que no le iban muy bien las cosas y empiezo a comprender porque no quiere regresar. Isleño: Me alegro que lo entienda. Ya puede volver a su barco y gracias por preocuparse por mí. Marinero: De nada (el marinero se sube al bote) cuídese mucho. Isleño: Usted también. Y si algún día quiere desconectar del mundo aquí hay sitio para los dos. Marinero: Lo tendré en cuenta (se aleja en el bote diciendo adiós con la mano) FIN