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Pautas y propuestas para toda la familia

Cardiología Legumbres, sí

Deja de pensar en ellas como plato de invierno y pierde el miedo a comer legumbres varias veces a la semana, porque tu corazón te lo agradecerá. Según la Fundación Española del Corazón, cuatro raciones semanales de 100 g de este alimento pueden reducir en un 14% el riesgo de cardiopatía isquémica, ya que su ingesta reduce los niveles de colesterol LDL, además de ayudar a prevenir otras patologías, como ciertos tipos de cáncer y diabetes tipo 2. Sin embargo, en España, desde los años sesenta hasta la actualidad su consumo ha caído en un 50%.

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Por muchas razones Por si te faltan razones para consumir guisantes, lentejas, garbanzos, habas o soja, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha proclamado 2016 como el Año Internacional de las Legumbres, por sus virtudes nutricionales y su contribución a la salud: bajo contenido en grasas, aporte de hidratos de carbono de absorción lenta (bajo índice glucémico) y alto contenido en fibra, antioxidantes, proteínas vegetales, micronutrientes, minerales y vitaminas del grupo B.

Salud Tu mayor interés es que tu hijo esté sano. Con los consejos y las pautas que te damos cada mes es más fácil conseguirlo.t i p s

“ A m i hi jo le duele l a c ab eza c o n frec ue nc i a ”

Es una de las causas más comunes de consulta al pediatra. Según la doctora Raquel Blanco Lago, de la Unidad de Neuropediatría del Hospital Universitario Central de Asturias, la cefalea es el síntoma neurológico y tipo de dolor más frecuente en la infancia. Más del 90% de los niños en edad escolar la ha tenido alguna vez.

Genética y entorno

Como afirma esta especialista, “no todos los dolores de cabeza son iguales, existen distintos tipos de cefalea en la infancia: la migraña infantil (en la que los factores genéticos, antecedentes familiares, son muy importantes) y la cefalea tensional. En este caso, aunque también influyen los factores genéticos, los ambientales los s importantes”.

trés y sueño

sta en el 50% de casos de niños con falea tensional se entifican factores tresantes en su torno escolar y/o miliar, o bien algún po de enfermedad rónica que afecta a u calidad de vida. l tratamiento puee inc uir e consejo de un psicólogo, que enseñe al niño técnicas de relajación y ayude a los padres a identificar las fuentes de estrés. Además se precisa una alimentación equilibrada y unas correctas pautas de sueño (horario de inicio y fin, evitar estimulantes como la cafeína, no practicar actividades de alerta como videojuegos una hora antes de dormir, etcétera).

Suero oral en formato helado

En época de gastroenteritis y diarreas es importante restablecer el equilibrio de líquidos y electrolitos que pierde el organismo, mediante la toma de suero oral. Pero también es lo más difícil de lograr, porque los niños no suelen ser muy partidarios. Para ellos, Laboratorios Neo ha lanzado Neo Peques Suero+. Son sales de rehidratación oral con sabor a frutas y en formato flash, para que lo tengas en el congelador y tu hijo se lo tome como un helado (uno cada tres horas). 7,55 €. En farmacias.

P R I M E R O S A U X I L I O S

L a vigilante de la playa

Hablamos de ti, mamá. Porque la playa es muy divertida para los niños, pero también tiene riesgos. La mejor forma de prevenir es conocerlos y saber actuar ante picaduras de medusa, pequeñas heridas, insolaciones, cortes de digestión...

ĜĺJTà ęęęĺ Prevenir

Aunque saber nadar no garantiza nada, existen menos sustos importantes si el niño ha recibido clases. recuérdale que un cuerpo relajado y con aire en los pulmones flota.

por la arena, por encima de rocas o por zonas con algas o con residuos y desperdicios. opta por playas con vigilancia de personal de salvamento y socorrismo.

Si no tienes pulsera identificativa, escribe tu número en la mano y en el brazo del niño, con rotulador permanente. Son más fáciles de ver. Elígelos para su bañador y camiseta.

Sentimos decir las cosas tan claras, pero con un bebé o niño pequeño en la playa no hay descanso posible. Con ellos la vigilancia ha de ser permanente, incluso en playas con socorrista. Si vas con alguien y os podéis turnar, perfecto; pero si acudes sola, ponte sombrero y tu crema solar y olvídate de la tumbona o de leer; tu único objetivo será estar atenta a sus juegos, sus baños, etc.

01Toda la intendencia Además de los moldes para jugar con la arena, el cubo, el rastrillo y la pala, en tu bolsa para la playa no puede faltar una crema de alta protección solar (50+) para renovar tras los baños (pónsela antes de salir de casa), toallas, chanclas o zapatillas de agua, gafas de sol y gorras para todos. También camiseta de algodón y ropa interior de cambio y, si tienes un bebé, pañales y toallitas. Incluye una neverita con agua fresca y con la comida del bebé o los sándwiches que precises. Sin olvidar una sombrilla colorida. Este accesorio es más útil de lo que parece porque proporciona sombra y sirve como objeto de orientación. Enseña a tu hijo los colores y un punto de referencia (palmeras, un edificio, etc.) para que en caso de despiste sepa volver donde tú te encuentras. de, baño permitido. Si crees que tu hijo no va a admitir las restricciones del rojo y del amarillo... da la vuelta y vuelve a casa. Según datos de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo, en los primeros cinco meses del año (sin haberse iniciado la temporada de verano) se habían producido en España 126 ahogamientos y de ellos, un 42,7% en playas.

02Normas que hay que cumplir El código de las banderas es de obligado cumplimiento. Bandera roja significa prohibido el baño (¡para papás y para niños!); la bandera amarilla indica precaución por fuerte oleaje, os podéis bañar sólo en la orilla; la ver03El mejor lugar para el baño Aunque el niño sepa nadar, nunca debe bañarse solo, ni hacerlo en zona de rocas ni cerca de la salida de barquitas, patinetes o motos acuáticas, ni siquiera si están separadas por una línea de flotación. Una ola puede tirarle y arrastrarle o se puede despistar nadando.

En cuanto a las corrientes, para evitarlas, busca las olas. Si estando en el agua notáis que la corriente de retorno del agua os arrastra hacia el interior, no intentéis nadar hacia la playa, solo conseguiréis agotaros. Nadad hacia las olas de vuestra izquierda o derecha, las olas os ayudarán a llegar a la orilla.

Los productos inflables ofrecen una aparente sensación de seguridad en la que no hay que confiar. La barquita o tabla flotante en la que va el niño debe ir sujeta a tu muñeca por una correa. Los flotadores y manguitos sólo se pueden usar donde el niño haga pie y siempre bajo la atenta y constante vigilancia de un adulto.

04Ante un corte de digestión Para evitar disgustos ocasionados por cortes de digestión, lo correcto sería esperar para bañarse entre una y dos horas después de

comer (depende de la cantidad de alimentos ingeridos y de su composición). Sin embargo, para evitar el síncope (hidrocución o shock termodiferencial) no es tan importante cumplir el tiempo de espera como la forma en la que se entra en el agua. Hacerlo poco a poco, acostumbrando al cuerpo, mojándose los tobillos, las muñecas, la nuca y el estómago, puede evitar la hidrocución. Es una situación muy peligrosa que puede comprometer la vida de un menor en pocos centímetros de agua. El shock termodiferencial se produce cuando la sangre que participa en los órganos del proceso digestivo se dirige con urgencia hacia la piel, músculos y zonas distales para combatir el cambio brusco de temperatura corporal.

Lo mismo puede ocurrir si tras un ejercicio intenso (fútbol, voleibol, carreras, tenis) en la playa o tras una exposición prolongada al sol, el cuerpo entra bruscamente en el agua.

Si a tu hijo le sucede, sácale del agua, asegúrate de que respira y túmbalo de lado, por si vomita, en posición lateral de seguridad (la mano contraria al lado de apoyo ha de estar bajo su carita y la pierna contraria a la de apoyo, doblada en ángulo recto). Después pide ayuda. Si no respira, ponle boca arriba, coloca su nuca lo más abajo posible e inicia el soporte vital básico. Mientras, alguien debe buscar ayuda.

05 Insolación y golpe de calor Aunque son conceptos diferentes, pueden presentarse unidos. La insolación es un agotamiento causado por exceso de calor solar acompañado de deshidratación. Se manifiesta con subida anormal de temperatura, piel caliente y enrojecida, intensa sudoración, náuseas y calambres musculares. El golpe de calor

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puede surgir sin sol, si las condiciones de calor intenso y deshidratación se mantienen. Síntomas: piel caliente y seca, pérdida de consciencia, respiración y pulso rápidos pero débiles y, en algunos casos, convulsiones.

Ambas situaciones son peligrosas, hay que llevar al niño a la sombra, refrescarle el cuerpo con paños mojados o toallitas humedecidas (en nuca, muñecas, ingles, pecho, tobillos) y, si está consciente, darle agua. Si no lo está, hay que pedir ayuda urgentemente y trasladarlo a un centro de salud.

06Ojo, que el sol quema No es solo por los riesgos del calor, el sol puede afectar peligrosamente a la delicada epidermis del niño. Una exposición prolongada, sin protección, puede generar una quemadura de primer grado (muy dolorosa y relacionada con la aparición de cáncer de piel en edad adulta). Con niños es mejor ir a la playa durante las primeras horas de la mañana o a última de la tarde. Siempre con protector solar, camiseta seca y gorro. Cuando apliques de nuevo el protector, hazlo sobre la piel limpia, no arrastres la crema sobre arena porque podrías arañarle. Precaución en los días nublados (los UV atraviesan las nubes) y con el viento (reduce la sensación de calor, pero el sol incide igual). De vuelta a casa: baño y crema hidratante y reparadora tipo after sun.

07La arena y sus riesgos Casi todos los pequeños que juegan con la arena terminan por comérsela (al día siguiente la encontrarás en sus deposiciones). Si ocurre, extrae la que puedas y lávale la boca y la lengua con agua dulce. Haz lo mismo si se toca los ojos con la arena. Lávalos y asegúrate de que no le quedan restos, si se rasca puede hacerse una herida o úlcera en la córnea.

Aunque vuestra playa tenga Bandera Azul y estés segura de la higiene de la arena, no dejes al bebé sentado directamente sobre ella, sobre todo si es una niña. Siempre con bañador, braga pañal o en la toalla.

Andar por la arena favorece la formación del arco plantar, pero no debe correr descalzo, porque cualquier concha minúscula, palito o resto de alga seca puede causarle un buen corte. Si sucede, lávale bien con agua de mar, la sal es un buen antiséptico; y con un pañuelo de papel mantén unidos los bordes de la herida, durante 10 minutos. Luego, llévale a la caseta de primeros auxilios para que le curen en condiciones. enrojecimiento de la piel. Si pasa, lava la herida con agua salada, nunca dulce; si tienes vinagre en la neverita, úsalo; después aplica frío (hielo en un paño o un bote de refresco) y acude a la caseta de socorro. En algunos casos la reacción a la picadura puede ocasionar dificultad respiratoria que precisa asistencia urgente.

08El peligro de las medusas Si hay aviso de medusas, el baño estará prohibido y también lo estará jugar con las que llegan a la orilla. En un descuido puede contactar con sus tentáculos urticantes, que le causarán un intenso dolor con inflamación y 09Actuar ante un ahogamiento Esperemos que jamás tengas que enfrentarte a esta situación, pero no está de más saber actuar. Lo primero es sacar al niño del agua, tumbarle sobre el suelo y...

A. Comprobar si está consciente o no. Si lo está, túmbale de lado por si vomita; si no lo está, colócale boca arriba y abre la vía aérea (pon la mano en su frente, echa la nuca hacia atrás, subirá el mentón, baja la mandíbula y asegúrate de que no hay nada en la boca).

B. Acércate para oír si respira (se mueve el pecho, notas aire en tu mejilla...).

C. Mira si tiene pulso, pon dos dedos en el cuello (a ambos lados de la tráquea). Si no respira o no tiene pulso, inicia el soporte básico mientras alguien pide ayuda.

Belinda Santamaría

Asesora: Dra. Ana Domínguez Pachón, coordinadora de la Comisión de Prevención y Seguridad de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo.

ĜĺËî¦ö Soporte vital básico

Si no tienes formación en este área, pide ayuda inmediatamente al socorrista. En su defecto o hasta que llegue el profesional: Ventila si no respira. Si se trata de un bebé, incluye en el boca a boca también su nariz; en niños más mayorcitos, el boca a boca. Mira si se eleva el tórax. Si no tiene pulso inicia el masaje cardiaco: si es un lactante comprime con los dedos índice y medio a 2 cm bajo la línea de las tetillas (con el talón de una mano en niños) bajando el esternón 4 cm a un ritmo de 30 compresiones y 2 ventilaciones. Cada dos minutos comprueba si tienes éxito.

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