4 minute read

Es tu hogar tan san como tu hijo precisa

C A S A S A L U D A B L E Hogar, sano hogar

Crear un ambiente saludable en casa también es cuidar a tu hijo. Tenlo en cuenta al elegir los materiales que hay en ella, asegúrate de limpiar e higienizar del mejor modo posible y mantendrás al niño a salvo de alergias e irritaciones.

Advertisement

Es tu nido, el refugio donde te relajas, juegas y ves crecer a tus hijos. Pero ahí, en tu casa, escondidos en el polvo, los materiales de construcción y algunos productos de limpieza que usas a diario, habitan unos enemigos de minúsculo tamaño que pueden atentar contra ese ambiente saludable que tanto deseas. ¿Sabes que en un gramo de polvo pueden acumularse hasta 15.000 ácaros? No te asustes, con precaución, higiene y limpieza acabarás con estos bichitos microscópicos y otras sustancias responsables de muchas alergias, asmas, eccemas e irritaciones que pueden sufrir los más pequeños de la casa.

Elige bien la pintura

Para que el aire que tu hijo respira en el hogar sea lo más sano posible, conviene utilizar pinturas y barnices atóxicos, que carezcan de sustancias como benceno, plastificantes o biocidas (si además llevan la etiqueta ecológica europea, mejor que mejor). Y si tu hijo o alguien de la familia es alérgico, recuerda que existen pinturas específicas para ellos. Cuando pintes una habitación, deja pasar 48 horas ventilando muy bien.

Si vas a hacer obra también es importante elegir aislamientos naturales, como el corcho o la fibra de madera, y optar por materiales naturales para la decoración, como muebles de mimbre, cáñamo, bambú o madera maciza. Para los suelos,

escoge materiales naturales como la madera y la cerámica. Y para los tejidos, fibras naturales.

Usa buenos productos

En una casa con niños pequeños, sobre todo si ya gatean, hay que desinfectar a diario cocina y baños, aspirar, pasar la fregona y quitar el polvo. Antes de empezar con la limpieza, echa un vistazo a las etiquetas de los productos desinfectantes para evitar aquellos que pueden emitir sustancias tóxicas volátiles. Huye de los que contengan palabras como bencisotiazolinona, methylchloroisothiazolione o bisfenola y sustitúyelos por jabones neutros o productos caseros naturales como el limón, el bicarbonato ( que absorbe olores), o el vinagre, que es muy efectivo si lo mezclas a partes iguales con agua.

Limpia el polvo y desinfecta

Además de suciedad, el polvo doméstico contiene ácaros, epitelios de animales, bacterias, hongos... Por eso hay que limpiar en profundidad suelos, sofás y colchones con un aspirador (mejor si tiene filtro HEPA, capaz de retener minúsculas partículas como polen, ácaros y esporas; y filtro de agua, que retiene el polvo y los alergenos sin dispersarlos en el aire) y con un equipo especial de limpieza con vapor. Una aspiración en profundidad es capaz de acabar con los gérmenes más difíciles sin necesidad de usar lejías u otros productos químicos. Con el agua a alta temperatura y la presión puedes limpiar y eliminar los olores de las cortinas, quitar las manchas de las alfombras y vaporizar juguetes y peluches.

Ventila para renovar el aire

La calidad del aire puede mejorarse de una manera muy sencilla: ventilando. Renovar el aire de forma habitual es muy importante, por ello hay que ventilar a diario cada habitación por lo menos de 10 a 15 minutos; y si esta ventilación es cruzada, mucho mejor. En un hogar en el que hay niños se da por sentado que no se fuma (el humo del tabaco es un gran contaminante ), pero las mascotas o incluso el polen de árboles y plantas que entra por nuestras ventanas llenan la casa de alergenos. Para mejorar la calidad del aire puedes optar por un purificador con filtros HEPA o un humidificador que mantenga la humedad del ambiente sobre el 45%, el nivel ideal para que no aparezcan mohos ni hongos.

Evita la sequedad y la humedad

En época de calor es muy importante utilizar bien el aire acondicionado; si abusas de él, el ambiente se reseca mucho y puede provocar que a las mucosas les ocurra lo mismo. Pero al mismo tiempo, ten en cuenta que si hay mucha humedad se creará un ambiente en el que pueden proliferar mohos. Además, los ácaros se desarrollan en lugares donde predomina el calor húmedo como las camas, los sofás y la moqueta, llegando a provocar alergias, sobre todo a los más pequeños de la casa. Por ello, evita secar la ropa húmeda en el interior de tu casa, si tienes secadora utilízala y repara inmediatamente cualquier escape de agua que se produzca.

Dejar que entre la luz

Un consejo esencial: si puedes, aparta cualquier mueble u obstáculo que impida al sol atravesar tus ventanas. Y no solo porque sus rayos aportan luminosidad y crean un ambiente más agradable, sino porque además, son fuente de salud. Gracias a ellos los niveles de endorfinas y la serotonina del cerebro se incrementan y el organismo recibe la vitamina D que necesita. Y una idea: crea en la habitación más luminosa de la casa un cuarto de juegos para tus hijos; los rayos del sol le aportarán bienestar y puedes potenciar su luminosidad con una decoración en colores blanco roto, grises pálidos, beiges, pasteles….

Verónica Palomo

ĜĺË Tį A l í a t e c o n e s t a s p l a n t a s

Todas las plantas purifican el aire, pero especies como el ficus, la palmera de salón, el potos o la hiedra son las que mejor lo filtran y lo limpian. Son buenas porque dan más oxígeno que el que consumen y algunas, como el potos, no encuentran tóxico en el aire que se les resista, depurando el hexano, el benceno y hasta el monóxido de carbono del ambiente. Colócalas cerca de la luz, nunca utilices insecticidas y recuerda mantenerlas limpias y ligeramente húmedas.

This article is from: