No recuerdo el amor sino el deseo
Producciones Caimito
Colección BITÁCORAS
No recuerdo el amor sino el deseo Sergio Téllez-Pon
Diseño de la colección: Benito López Martínez Formación: Ricardo Castillo Fotografía de portada: “Sebastiano” de la serie Tipos (2005), Sebastián Freire (www.sebastianfreire.com.ar) Administración: Víctor Espíndola Distribución mundial Sergio Téllez-Pon/ No recuerdo el amor sino el deseo Primera edición: octubre de 2008 D.R. © 2008, Sergio Rodríguez Téllez (Sergio Téllez-Pon) D.R. © 2008, de la presente edición en español para todo el mundo:
Sergio José Rodríguez, editor (Quimera ediciones) Querétaro172-6, Roma, 06700, Cuauhtémoc, México. Tel.: 55 64 43 38. quimera@anodis.com ISBN: 978-607-00-0263-2 Queda totalmente prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento informático, el alquiler, el almacenamiento o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa por escrito de los titulares de los derechos reservados. Impreso y hecho en México/ Printed and made in Mexico
A mis padres, sin tener que decir por qué A la memoria de mi hermana Tania (1982-2000)
Lecciones del deseo
Y bebí un vino fuerte, como sólo los audaces beben el placer Konstantinos Kavafis
El placer que no se comparte no es placer Xavier Villaurrutia
Nuevas disposiciones de la noche, sórdidos ejercicios al dictado, lecciones del deseo que yo aprendí, pirata, oh joven pirata de los ojos azules. Jaime Gil de Biedma
No recuerdo el Amor sino el Deseo
VANO COMBATE
La paz del corazón en eterno duelo con el hambre del cuerpo.
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Sergio Téllez-Pon
NUESTRA EXISTENCIA
Hasta esto me recuerda a ti, y cómo no, si recuerdo tu existencia, si tu existencia soy yo, pero ¿qué soy yo sin ti? ¿Quién soy yo sin ti? ¿Cómo ser sin ti? ¿Cómo vivir la vida con pasión sin la pasión?
No recuerdo el Amor sino el Deseo
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DÍAS DE 1998
Para AG La calle era larga y estrecha, pocos autos podían circular por ella, pocos, también, podíamos caminar. Pero tú y yo pasamos por el mismo lugar a la misma hora. Alrededor, todo el estruendo citadino. Nuestras miradas se cruzaron y uno condujo al otro a un pequeño escondrijo donde se perdieron nuestras mentes, con ellas divagamos largo rato. Era el final del otoño, los días ya eran fríos y nuestros cuerpos buscaban el calor humano. Poco se podía ver allí dentro, sin embargo, pronto, algo, tus ojos claros, tu piel resplandeciente, la lubricidad de tus labios, o todo tú, iluminó esa y todas las noches que permanecimos juntos. Fueron pocos momentos, es cierto,
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Sergio Téllez-Pon
sin embargo, supimos atesorar nuestra compañía para conservarla y así no tener que luchar en vano contra el Tiempo. También es cierto que luego desapareciste: no hubo otra cita, no volviste a llamar, ni siquiera una justificación o disculpa. Me quedé con mi esperanza latiendo fuerte. Pero esa noche y esa calle ya pertenecen sólo a nosotros dos.
No recuerdo el Amor sino el Deseo
NOCTURNO CUERPO Con Jules Supervielle y Xavier Villaurrutia en la memoria
Soñar, soñar tu boca, tu sexo, tu cuerpo y el mío deseándote incontenible, mientras, no tu cuerpo, sino tu mente, lo rechaza; no es el cuerpo que desea: no éste mi cuerpo miserable.
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