La constante actividad contaminante del ser humano está atentando contra sí mismo. Se hace urgente y necesario que como individuo y grupos sociales, hagamos conciencia de lo que estamos ocasionando, esto implica reconocer el valor que tiene un residuo para que se convierta en contaminante.
El tema del reciclaje en casa está muy de moda. Pero en realidad no basta con separar los desechos orgánicos de los demás, porque ¿a dónde va a parar todo aquello que desechamos y consideramos basura?
En las ciudades, una persona media puede llegar a producir una tonelada de residuos al año, esta es una cantidad que desborda muy rápidamente los botaderos de basura locales.
Los desechos de la cocina tales como las cáscaras de las frutas y las verduras que consumimos las podemos enterrar en nuestro jardín o nos pueden servir para hacer un compostaje que luego nos generará abono para nuestras plantas.
El papel de impresión en lo posible usarlo por ambos lados.
Para fabricar una tonelada de papel se requiere más o menos talar 14 árboles de 25 metros de altura y 20 centímetros de diámetro, 100.000 litros de agua limpia, 5.000 kw/h de energía, además de la gran cantidad de residuos que se producen.
Diversas formas en las que podríamos evitar el uso de contaminantes y de darle utilidad los desechos que producimos en casa.
Elementos de aseo como los tarros de desodorante, perfumes, cremas y demás se pueden convertir en: porta lápices, cucharas y guardaobjetos pequeños como agujas, botones u otros.
Promedio del 80% de los bosques del mundo han sido destruidos y lo que queda está siendo amenazado por la tala ilegal y descontrolada, mundialmente la décima parte de los materiales que se utilizan para fabricar papel, procede de la paja de arroz, trigo, bagazo de caña de azúcar, cáñamo y algodón.
Las botellas plásticas se pueden convertir en: semilleros, purificadores caseros de agua y si se tiene algo de creatividad se pueden rellenar de bolsa y utilizar como ladrillos para hacer paredes, candelabros, lámparas y hasta aretes.
En la tienda: no recibiendo empaques plásticos y los pocos que recibimos no los botamos a la basura, sino que los reutilizamos. Por ejemplo, para ir a comprar el pan tenemos una bolsa especial y no tenemos que volver a recibirlas en la panadería.
En próximas ediciones espere consejos prácticos paso a paso de cómo crear cosas con “basura”
Si en realidad nos preocupa la huella biológica que como seres humanos estamos dejando en el planeta, es necesario empezar a integrar este tipo de prácticas en nuestro diario vivir.