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Error histórico

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AGRADECIMIENTOS

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Error histórico

Recibí un mail de una empresa italiana que informaba que otra María Maccagno había cambiado su dirección con dominio @virgilio.it por la mía de gmail. Respondí con un universal «Please unsubscribe». El mensaje rebotó. Los días siguientes me dediqué a ignorar los avisos en los que creí entender que mi homónima había colocado un pedido de mercaderías o algo así. La alarma se encendió cuando llegó un reclamo de pago incumplido. Entonces hice lo que debería haber hecho desde un principio: reenvié el correo electrónico a la antigua cuenta de la otra María. Inmediatamente, con la indiferente cordialidad que corresponde al cargo de CEO que ostenta debajo de nuestro nombre, me pidió disculpas y prometió solucionar el malentendido. Debe de haberlo resuelto, porque dejaron de llegarme intimaciones. Pero sigue en deuda conmigo. Desde la fortaleza vidriada de su oficina en Milán no responde a mis preguntas sobre cómo es, dónde y con quién vive, qué estudió, qué proyectos tiene, qué espera de la vida. Es decir, cómo podría haber sido la mía si mis abuelos no hubieran emigrado al sur de América después de la Primera Guerra Mundial, en busca de un destino mejor que no encontraron.

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Mónica Brasca Santa Fe (Argentina)

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