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Cosas mías

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El amor justo

El amor justo

Cosas mías

La niebla siempre está ahí, húmeda, viscosa. Esperando que abra la ventana para colarse en la casa. Que deje entrar a mis nietos para aprovechar el resquicio e inundarme de vacíos. Por eso he escrito sus nombres con letra clara en la pizarra del frigo: Alicia, Tomás, Javier. Parece que vaya a comprarlos en la próxima visita al mercado, pero no. El más fácil es Tomás, heredado del abuelo. Y también es el más importante. Si desapareciera tras la bruma perdería dos en uno. ¿Por qué tienes los nombres de los niños en el frigo, mamá? Me encojo de hombros farfullando las dos palabras que aún suelen sacarme de apuros: cosas mías.

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Patricia Collazo González Alcobendas (Madrid)

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