17 minute read

Los hijos de la utopía. la pandemia de la filosofía occidental

LOS HIJOS DE LA UTOPÍA. LA PANDEMIA DE LA FILOSOFÍA OCCIDENTAL

Ama a la Madre Tierra como a ti mismo, esclavo de la globalización y el consumismo: Tu mayor conflicto es tu cerebro de multitudes arrodillado al dios dinero.

Advertisement

Ciudadanos interestelares de tour por los millones y millones de universos o multiversos/pluriversos, no hay cuento que no pase por el ojo de la tormenta del pasado que resucita los viejos recuerdos, el ojo de la cerradura del presente que vive del aquí y ahora con sed de verdad y los ojos del futuro que se construyen con las manos del pasado y el presente. Quién no sabe que la inteligencia creadora del universo impulsa la sabiduría revolucionaria: Se derrumbó el esclavismo, se derrumbó el oscuro feudalismo, se derrumbó el trabajo del obrero de 16—18 horas. La explotación del hombre por el hombre o la plusvalía de la fuerza de trabajo no pagada, mañana serán polvo y ceniza. La infernal máquina del capitalismo efecto de sus propias contradicciones, terminará en la hermandad universal de la raza humana.

He aquí el conflicto universal: El ser humano o es rico o es sabio. Ningún montón de dinero compra sabiduría. De esto viene la dicotomía, la bipolaridad, la enfermedad de la condición humana, subirse en la montura de dos caballos y romperse la unidad del ser. O vivimos de la plusvalía, la fuerza de trabajo no pagada al obrero o vivimos del sudor de nuestra frente, sin explotar a nadie.

45

Carne de estrellas, polvo de estrellas, hijos del fuego de las estrellas, hijos de la utopía, hijos de sueños revolucionarios, parafraseamos a Jacques Derrida: Los filósofos occidentales son farsantes, hipócritas, mentirosos, que viven de prejuicios culturales y filosóficos que han inventado una metafísica destructiva, negativa, pesimista y lo que debe hacerse es deconstruir, analizar, reflexionar, pensar la vida de nuevo, reorientar nuestros pasos para reorganizar nuestras vidas.

Richard Feynman, premio Nobel, ilustre astrofísico norteamericano, “Suma de historias”, llama a las miles de historias del universo. Y esto que se lee, llámese cuento, poesía o ensayo, afirma que debemos volver a nuestras raíces. Pensar el mundo con ojos holísticos, integrales, globalizadores, vale decir, sentir, pensar, ver y comprender la vida como un todo. PACHA: Creación, universo, cultura, etnia, lengua, nacionalidad, sentido de pertenencia a la tierra, diversidad, pluriculturalidad, complementariedad, reciprocidad, unidad de los opuestos y los contrarios.

El capitalismo destructor y depredador ha creado la pandemia de la explotación del hombre por el hombre para meternos a todos en la misma bolsa del miedo. Con motivo del Coronavirus—19, la venta de medicamentos para vacunar al mundo es negocio multimillonario para las transnacionales. Los países ricos acaparan el 80% de los medicamentos y los países pobres no tienen con qué

46

vacunarse, excepto el miedo, el espanto y el terror de la desesperanza.

Por lo tanto, estamos condenados volver a nuestras raíces. Cada nación, cada pueblo, cada cultura y cada filosofía tienen el mismo valor. Finalmente, el organismo de todo ser vivo sabe curarse a sí mismo y cuanto hace falta, es pensar desde nuestro modo de ser. Repensar el mundo es la filosofía necesaria, irrenunciable, sostenible con los todos los recursos que tiene toda sociedad.

Enfrentemos la pandemia de la filosofía occidental con amor, esperanza, buen humor, paciencia y madrigal de ojos negros para cuestiones precisas de literatura, para el pleno convencimiento de la ciencia y la filosofía. Si seguimos viviendo del capitalismo depredador, es porque no hemos desarrollado la filosofía comunitaria. Hijos de la Utopía e hijos de los sueños revolucionarios, el viejo filósofo griego Heráclito de Éfeso, antes de que naciera Jesús de Nazaret, definió las bases científicas del devenir histórico: “Nada permanece, todo cambia, todo fluye, todo pasa, todo se transforma. Nadie puede bañarse dos veces en un río en las mismas aguas”. Nacido en la cuna del pueblo, vengo de las profundidades de las masas, viajando de Cochabamba hacia donde sale el padre Sol o el Tata Inti, la localidad de Yacanahuyo está ubicada al oeste de la plaza Principal de Punata, a unos veinte minutos de caminata al paso del filósofo que piensa, medita y vive las neuronas rosas de la eterna primavera del verde paisaje siempre floreciente. La

47

tierra natal de mis abuelos Bartolomé Montaño y Dominga Orellana, de mis padres Eusebio Montaño Orellana y Clotilde Balderrama Claros y de éste viejo soñador de camisas estampadas de cabellos blancos que no olvida la memoria activa del producto de las neuronas rosas de la infancia, cuando Yacanahuyo fue aguas claras, aguas abundantes, lunas y soles romanceros, peces colorados, verdes tierras de cultivo agrícola, poblada por generosas amistades corazones comunitarios, hechas de pan, agua, risa franca y fresca y la antigua sabia felicidad plena.

Ni bien abrí los ojos a la poesía, rebelde y descontento con el mundo desigual e injusto, escribí en mi memoria con fuego de que todos estamos hechos de la misma carne y que todos tenemos la misma sangre de la hermandad universal de la raza humana, que asegura que todos somos unidad y diversidad planetaria, impulsados por el amor al prójimo, la solidaridad y complementariedad.

Descendiente de la “Isla del Sol”, de la antigua “Pukiña Khocha” o el actual Lago Titikaka, heredero de la sabiduría Pukiña, Aymara, Kheswa y español, hombre entero de sueños quijotes, hombre viable y lector voraz y soñador impenitente de sueños libertarios, con sed de justicia social, con sed de amores, con sed de verdades, con sed de libertad, con sed de infinitos y con sed de surrealismos, enfrentado con tradiciones carcomidas y repetitivas de técnicas literarias empolvadas por el tiempo,

48

caso del conflicto entre la poesía, la novela, el cuento, el ensayo, el periodismo cultural, desde mis catorce años que sospecho de la naturaleza verdadera de la vida, conflicto en la sopa, conflicto en el almuerzo, conflicto en la cena, conflicto aquí y conflicto allá.

Cansado de resbalar en la misma cáscara de plátano, añado a la vida el buen humor, apunte geopolítico comprometido que le echa en cara lo del conflicto perros de guerra: Los revolucionarios sueñan con un mundo mejor que haga posible que la marraqueta para los hijos se compre con el salario del obrero para toda la familia, que los hijos de la Utopía crezcan al servicio de los pobres y que los hijos de los sueños revolucionarios se sostengan en pie hasta el último día de sus vidas y no terminar hipócritas, corruptos, contrabandistas, narcotraficantes, vende patrias, acholados y aindiados.

Después del descuartizamiento de Túpac Amaru y Túpac Katari por los españoles, después de las masacres en Parotani, Angostura, Carcaje, Epizana, Puente del río Rocha, río Amarillo, Senkata, Wayllani, Montero y otros lugares, herido de muerte o en estado de coma, enflaquezco peor que El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha o el Caballero de la Triste Figura, veo transcurrir mi vida entre la pena, la tristeza, la melancolía, el estrés, la depresión, la ansiedad, la hipertensión, el abandono, el olvido, entre el polvo y la ceniza que deja la vejez en condiciones lamentables, perdidos los amigos más íntimos, porque por voluntad propia regalé mi vida

49

haciendo de periodista cultural, corrector de pruebas, promotor de libros y de escritores bolivianos, presentador de libros y autores y exposiciones de pintura y pintores, autoproclamado mecenas de pintores y escritores mesiánicos, sueño largamente el valor de la juventud y con muchas dificultades recupero el valor de la vida y sueño, que producto de este sueño dos jóvenes alegres y felices, Ana María Torrico y Fredy Gutiérrez, estudiantes de derecho, filosofía y astrofísica, reafirman mis sueños y adquieren personalidad propia y se meten en las luchas sociales, que se comprometen alma, vida y corazón con los movimientos sociales y a mí me renace la esperanza, que mientras uno sueño la vida no está perdida, es la juventud de valor poético que lucha por su prójimo, que da largas esperanzas para seguir viviendo.

Yacanahuyo es verde tierra de verdes sueños realistas, recuerda la revolución de Mayo del 1968, a la cabeza de Daniel Khön Bendit, el Diablo Rojo, que repetía: “Seamos realistas: Soñemos lo imposible”. Allá estaban los existencialistas Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir, que afirma que “el esclavo que obedece elige obedecer”, mi pueblo hace gala de hermandad y humanismo renovador. Si pudiéramos vivir siempre quitándonos de encima el velo negro de la desesperación y las telarañas del tiempo perdido. Sin embargo, mientras respiremos un cuento más, no todo está perdido porque la vida es la esperanza de ojos claros y serenos.

50

Yacanahuyo, por su grande corazón universal, extiende el amor al alcance de Oceanía, África, Europa, Asía. América del Norte, Centro América y América del Sur. “Latinoamérica es Tierra de Paz”. Por estas razones bien fundadas entiendo la vida por lo que valen los ilustres luchadores sociales: Espartaco, Jesús de Nazaret, Mahatma Gandhi, Nelson Mandela, Martin Luther King y la vida que se corrompe con personajes funestos: Benito Mussolini, Adolfo Hitler. ¿Qué decir de los emperadores romanos Tiberio, Calígula, Nerón y los muchos Tiberio, Calígula, Nerón, Benito Mussolini y Adolfo Hitler que gobiernan el mundo? Tengamos el coraje de hacer historia con un mundo mejor.

No todo es filosofar lo absoluto que nos pierde en absurdas metafísicas. “La existencia del ser humano con hambre y sed precede a la esencia”. Si con soñar bastara o que de mí dependiera, doy de comer y beber al mundo entero. Por la buena ventura del buen entendimiento comunitario, Ana María Torrico y Fredy Gutiérrez, ideal de los hijos del presente y del futuro se multiplican setenta por setenta como en el Sermón de la Montaña, más que los cinco panes y los siete pescados para la multitud.

La vida es bondad, generosidad, desprendimiento, lógica de la reciprocidad y complementariedad. El universo nos muestra el tejido del todo y las partes de lo que está hecho. Las estrellas y las galaxias nacen, crecen, se multiplican, se pulverizan y del polvo cósmico, resucitan nuevas estrellas y otras galaxias y, los

51

revolucionarios nacen, crecen, pelean, mueren y fructifican en la voz, la palabra, el pensamiento y la acción de los revolucionarios que nacen cada día y de este modo, evoluciona la vida, canta la vida, pelea la vida y los hijos de la Utopía y los hijos de los sueños revolucionarios, se dan la mano para construir un mundo mejor, agarrados todos del viejo ideal, construir la hermandad universal de la raza humana.

UTOPÍA, quiere decir, lo que no existe, lo que no hay, lo que no está en ninguna parte, por extensión significa, lo imposible y lo que no es posible, pero que no impide que pueda ser realidad. Eternos enamorados, poetas, filósofos, astrofísicos, revolucionarios, obreros, con camisas recién estrenadas o descamisados, melenudos y sin melenas, dadaístas, simbolistas, surrealistas, creacionistas, neoplatónicos, absurdos kantianos, torpes existencialistas embobados con el pensamiento aburguesado, burguesitos con alma de yanquis, servidores incondicionales de imperialismos depredadores, bestias rubias o piel cobrizas, piel amarilla o piel verde, descremados o descafeinados, escritores burócratas de sueldos políticos fijos o escritores deficitarios que vivimos con agua y pan de batalla, políticos de triple moral y de doble filo, sacerdotes hipócritas fariseos, amigos olvidadizos de los favores recibidos o pensadores descastados de su origen social, arribistas sociales depredadores del medio ambiente, hermanos biológicos todos los seres humanos nacidos en Kenia-África, millones de seres humanos viven con menos de un dólar

52

por día, y el 1% de la población mundial que vive del 99% por ciento de las riquezas que produce el planeta Tierra, comparados con el 99% de los habitantes del mundo que vivimos a ración de hambre. Razones que nos obligan a soñar con la Utopía desmelenada que necesita vestir pantalones de bota ancha y camisas estampadas superrealistas.

Hijos de los sueños de la Utopía e hijos de los sueños revolucionarios, en este contexto embrollado de entorno agrietado, en este entretejido de imaginarios pisoteados y en este cielo verde de amores y desamores, engaños y desengaños, voraz saqueo de los recursos naturales de los países pobres, teorizan los que se creen académicos que dan miedo, solo para sentirse importantes y superiores al común de los mortales como yo, nacido en tierra dulce, tierra recién labrada, tierra mullida y surcos oliendo a maíz, papa, trigo, cebada, jazmines, madreselvas, por donde cruzan arco iris de ríos azules, ríos verdes, ríos amarillos, ríos blancos, ríos rojos, ríos serpenteantes bajados desde las cascadas de la cordillera del Tunari y el majestuoso Cerro Tuti que celebra el orgullo punateño conforme a la belleza altiva, tengo el cuerpo traspasado por el espíritu o ajayu lugareño. Nada del sufrimiento humano me es ajeno y todo lo humano me concierne.

El nombre de Punata viene del aymara, “Puna”, altura, y de la partícula, “ta”, que significa, lugar donde hace frío o altura donde comienza el frío. En el idioma keshwa, significa T’ika llaqta o pueblo de las flores, la hoy

53

famosa Perla del Valle, donde se vive con alegría, se come en abundancia, se bebe hasta el hartazgo, se enamora con las mujeres más bellas hasta marearse envueltos en el amor embriagador y solazarse bajo el ardiente sol y a la luz de la maravillosa blanca luna llena que hechiza, que nos tiene comiendo t’iki de sus manos. Punata, tiene el mágico encanto de la belleza multiplicada en proporción a la capacidad de seducción de sus rincones: Santa Ana, Rumi Rumi, La Villa, La Era, Lagua Sulti, Tajamar, Camacho Rancho, Rosales, López Rancho, Pampa Grande, Ñampata o avenida Mayor Desiderio Rocha y otros lugares de amaneceres y atardeceres que hechizan.

Yacanahuyo, es poesía lírica que bebe el agua de la vida de los ríos claros, qué largo comerse los sesos con el hambre canina de la sabiduría. La punateña es de grandes ojos negros ch’asquitas, de dulce mirar largo y duradero, de labios rojos con miel de abeja, de pechos repiqueteantes más que las campanas de la catedral, de anchas caderas y largas piernas, de ombligo azucarado que hace soñar Tsunamis interiores, de largas y negras trenzas que sobrepasan las nalgas, según la teoría de mi leal saber y entender. Ombligo de la belleza contemporánea que se desquita de los despistados que le dan raros nombres y que confunden claridades de lunas sabias, que confunden bibliotecas con caballerizas o que atropellan como elefantes en una tienda de porcelanas, pudiendo leer la bibliografía de la joven literaria boliviana. El Dr. Franz Tamayo, genial poeta de enormidades inalcanzables, político de altas dignidades, políglota que hablaba ocho

54

idiomas, de vasta cultura greco—romana, autor de “Balada de Claribel”, dice: “El que sabe, sabe y el que no sabe, enseña”. Yacanahuyo, amorosa paloma morena fruto del Big Bang o la gran explosión, de donde se llevaba hermosas niñas ajllitas súper selectas para el culto del Dios Sol o el Tata Inti, para el servicio del soberano Inca. Mi pueblo amado de entrañable corazón feliz donde he nacido, tiene fuentes y referencias fundadas para afirmar a ciencia cierta qué significa su nombre:

1. William Sullivan, en el libro El secreto de los Incas, Los misterios de la civilización perdida, Ed. Revelaciones Grijalbo, l999, sostiene: “Dicen que Yacana, como nosotros lo llamamos, es como la sombra de una llama, un doble de este animal que desciende por el centro del cielo como si fuera una oscuridad en él. Dicen que este Yacana (cuando llega a la tierra) camina por debajo de los ríos. Es muy grande, avanza más negro que el cielo nocturno, y llega con su largo cuello y dos ojos”. 2. Según la astronomía altiplánica, en la Vía Láctea existen dos estrellas de primera magnitud, llamadas Alfa Centauri y Hadar en la astronomía occidental, conocidas en los Andes como llamaq ñawin, “los ojos de la llama”. Federico Aguiló, sacerdote de profundas convicciones, digno de sí mismo, religioso de creerle,

55

estudioso, investigador, escritor, antropólogo, docente universitario, polemista fecundo contra los iglesiastas convencionales, en su libro Etnias de Bolivia, Fondo Rotario Editorial, l992, acerca del significado “Uyu”, dice: 3. Equivale a chacra (aymara), lugar agrícola doméstico familiar. “Uyu”, además, significa, lugar donde se carga y descarga el producto del intercambio o del trueque.

Punata de mis dulces amores, el amor es eterno mientras dura. No existe zona rosa más cautivadora que el pecho materno donde se crece, se aprende y se memoriza el sentido optimista de la vida. Cantar, reír, bailar, vivir la emoción incomparable de las pastillas de la felicidad. Recuerdo mi amorosa infancia, cuando los altiplánicos aymaras, llegaban a Punata, especialmente a Yacanahuyo cargando sal en sus llamas, hacían intercambios de sal con maíz, principalmente.

Si juntamos la palabra “Yacana” o “llamaq ñawin”, bellísimos ojos de llama, con la partícula “Uyu”, Yacanahuyo, significa: Lugar desde donde se observa en la Vía Láctea el Alfa Centauri y Hadar, tiempo—espacio en la astronomía de los Andes, como son los hermosos ojos de llama o llamaq ñawin.

En la cosmogonía andina, PACHA, produce la alegría de vivir, el placer de cantarle a la vida odas de la eterna juventud. No es para menos. Yo vivo del aire fresco que oxigena mi infancia toda mi sangre valluna. Bellísimo

56

antecedente histórico sobre la astronomía andina, honor y dignidad que se atribuyen al mágico pueblo de dulce encanto donde nace este que viste y calza chamarras jornaleras con viñetas revolucionarias, artistas y soñadores poetas de sangre jornalera, pantalones de bota ancha, camisas estampadas floreadas y de melena hippie de los años 60—70—80—90 y hasta hoy, que detallo antecedentes históricos y bibliográficos, prueba clara, prueba plena y de suficiente argumentación, pensar profundamente, analizar, criticar, reponer las fundadas razones y dejar de lado lo que no existe, lo que miente, engaña, falsifica y afea el valor del sueño literario, remotamente lejos de los hermanos menores de Dios o consejeros diplomáticos de Dios, que no tienen cara para mirarse a sí mismos.

Cuando mi cuerpo está contento, alegre y feliz, soy Jach’a Uru o Gran Día Tumiri, soy Ima sumaq jatun runa purisquiry yachaq ñawi, soy Jesús Buenaventura Jach’a Mallku ChuquiApu Mayta. Según mí estado de ánimo poético, me nombre escritor del pueblo afro—boliviano, invisible para propios y extraños, paisaje panorámico, memoria colectiva, lenguaje de cine de pantalla colectiva, barrancos, riadas, Tsunamis, constelaciones reverdecidas por mis manos y canta Yacanahuyo de mis dulces entrañas, después de mucho transitar el altiplano y los valles, grito que no me canso que resisto, soy hombre viable de Yacanahuyo, nacido en la cuna del pueblo y de Yacanahuyo es, María Jesús Sumaq T’ika, la bellísima luchadora social admiradora de Domitila Chungara, que la

57

conocí en la Universidad Mayor, —los primeros años con este nombre se bautizó—, 1978. A su regreso de Cuba, la revolucionaria Domitila Chungara dio clases magistrales sobre la igualdad de luchas de hombres y mujeres, libre de conceptos e ideas alambicadas universitarias, con sencillos ejemplos, sobre la unidad de conceptos, jerarquías, categorías, esencias, decencias, realidades, abusos, excesos, violencia, terrorismo de Estado y golpes de Estado en Bolivia y todo este maremágnum, que sigue hasta nuestros días, sin cambiar farsas, actos fallidos, mentiras institucionales, radicalismos de izquierdas y derechas, eternos descontentos que caen en los mismos errores que critican, corrupción, narcotráfico, contrabando, crímenes, violencia y toda esa parafernalia de poder, riqueza, aparatos electrónicos que hacen cantar y reír sobre el aislamiento del pueblo y de los pobres por quienes dicen que luchan.

Utopía es vientre revolucionario que les echa en cara ustedes también son asesinos que se venden y alquilan al imperialismo depredador más de lo este que les pide. Un día un joven filósofo le dice al viejo filósofo europeo, “maestro”, el mundo está lleno de ladrones. El viejo filósofo europeo, le dice al joven filósofo: “Vuélvase usted honrado y habrá un ladrón menos”. La teoría es cambiar el mundo de ladrones, guerristas, armamentistas, corruptos, contrabandistas, narcotraficantes y políticos desalmados por un mundo mejor. ¿Por cuál otro mundo mejor? E inmediatamente,

58

salen al paso Ana María Torrico y Fredy Gutiérrez, preguntando, ¿cambiamos el mundo por los mismos que arrojan bombas atómicas, babilonios, griegos, romanos, ingleses, franceses, españoles, norteamericanos y las izquierdas, derechas, comunismos, capitalismos, globalizaciones que producen obesidad, consumismo, seres incomunicados y seres petrificados aislados por celulares y toda esa tecnología que esclaviza a los seres humanos? Volvamos a la naturaleza, conforme soñó Jean Jacques Rousseau.

¿Dónde está el conflicto del cuento que he contado? ¿No es suficiente la cadena de crímenes cometidos en nombre de la libertad, la justicia social, la democracia y los derechos humanos planteados en este cuento? Los eternos repetidores repiten que el conflicto es requisito esencial en el cuento. ¿Qué tienen las riñas y peleas, qué tienen los triángulos amorosos? ¿No es más importante el hambre, la pobreza, miseria e indigencia? Conflicto, por qué, para qué, qué necesidad y cuándo, cuándo, cuándo. Seamos revolucionarios, no eternos repetidores de frases carcomidas por el tiempo. El verdadero conflicto eres tú. El verdadero conflicto soy yo. El verdadero conflicto somos nosotros.

La sabiduría condena, ustedes también son asesinos. La inteligencia creadora redefine la repetidera de repeticiones repetidas repetidamente. Jaques Derrida, recomienda: Deconstruir, no ser hipócrita, fariseo, mentiroso, falso, no arrodillarse a los prejuicios científicos,

59

culturales y filosóficos de Europa u otro monstruo. Rompamos con toda forma de vida injusta que esclaviza al ser humano. Luchemos por la vida y por los prójimos que tienen hambre, sed y frio.

60

This article is from: