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El animal

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Cuida de mí hoy

Cuida de mí hoy

Finalista 9 El animal

Felipe González Torres

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12 años

Colegio Ferrini Bilingüe Medellín, Antioquia

Colegio Ferrini Bilingüe

Medellín

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106 En cierta ocasión, en la selva Pangea, departían los animales, leones, jirafas, cigüeñas, delfines, moscas y hasta el perezoso que entre sus bostezos hablaba sin tartamudear; discutían sobre quién era el animal más débil, y así desfilaban uno a uno defendiendo sus destrezas. La jirafa caminaba orgullosa exhibiendo sus manchas y pequeñas orejas, lanzando zancadas como si en un desfile de modas estuviera; erguida y pestañeando les dijo: “A mi medida quién se ha medido”. En silencio acertaron que, sin duda, en ella debilidad no han visto. El puercoespín, como galán intrépido, a pasos cortos sus púas exponía, alegando que, como su traje, en tan grande selva nadie tenía, y ante la mirada de todos, daba uno, dos, tres, cuatro y hasta cinco pasitos, riéndose del susto que miraba reflejado en cada uno de aquellos ojitos. —¡Abran paso! —gritó el pavo, su cola como abanico abría, y cual paleta de colores a todos alumbraba, espalda recta, pico al frente y pecho esponjado, boquiabiertos los dejaba, ostentando de realeza a todos preguntaba: —¿Quién es rey, si no el que roba toda mirada?

—¡Un momento! —rugió el león, enfurecido. —¿Así que de realeza tú, pavo, te jactas? Miren mi melena y díganme si no les habla —caminó con paso firme, seguro de ser el rey de la selva, y nadie lo dudaba.

—¡Es el líder, es el líder! —trataban todos de acertar con la cabeza.

Sin embargo, bzzz, bzzz, bzzz, zumbaba la mosca entre sus orejas. No aguantando el león el ruido salió del camino, y abriéndose paso empezó así la mosca su recorrido.

—Tanto drama y tanto grito es lo que escucho desde cada rincón escondido, alarmados que si son fuertes, débiles, altos o el más chiquito —dijo la mosca, callando a todos con su nítido zumbido. —Mírenme a mí, pequeña, y al rey de la selva saqué con un silbido; sin duda se ve que el más fuerte viene siendo el más chiquito. —Revoloteaba dichosa la mosca, y todos sentían, casi, casi, fastidio.

De repente apareció uno que no alzaba la mirada, y ante la vista de todos, cabizbajo y tranquilo avanzaba, mas su tranquilidad les incomodaba, y así, risas en la selva se escuchaban, llegado al punto medio se paró, y callados todos, este les habló:

—He visto y escuchado cómo entre ustedes mismos, de sus destrezas han alardeado, mas yo, bajito, tímido y callado, que hasta del más trompudo me han tildado, no me jacto de saberlo todo; sin embargo, en mis costillas el peso he cargado, mis oreja grandes y puntudas siempre al norte están apuntando y en mis idas y venidas en esta selva algo claro me ha quedado, el débil no soy, aunque burro me hayan llamado.

Los animales, sorprendidos, aplaudieron las palabras que el burro sabio dijo; el saltamontes, el chimpancé y hasta el tigre querían abrazarlo, mas el burro fuerte rebuznó: “Iujou iujou iujou”… tanto que al pavo y al león, estirpe de la realeza sentó.

—¡Amigos todos! —dijo el burro—, observé el desfile y todo lo que dijeron, buscando al débil, buscan al más viejo, mas no saben que por sus bellezas los están destruyendo, no

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108 somos débiles, solo somos de otro reino. “Animal” lo llaman, o es así como yo lo entiendo, mas les digo, amigos míos, el animal débil sí habita bajo este cielo.

—¡Cuál es, cuál es! —gritaban las guacharacas, micos y camellos.

—Uno que con nosotros ha hecho zapatos, correas, chaquetas, bolsos y sombreros —una respuesta que dejó a todos en la selva como témpanos de hielo—. Mas os digo —prosiguió el burro—, que cuando lo sepan quedarán mudos y perplejos, pues este por buscar la belleza, a la belleza le ha puesto un velo. Este animal tan débil es que a todos nosotros nos puede domar; sin embargo, con todo lo que hace, a sí mismo no se ha podido controlar. Animal de conducta irracional, que ni a su propio hogar sabe cuidar. Lo llaman “hombre”, animal débil porque entre nosotros no sabe habitar…

Y así pasan los años y este cuento parece no tener final.

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