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Una historia de San Martín de los Vidrios pág

SIERRA DE GATA ONÍRICA (HISTORIAS, LEYENDAS Y ANÉCDOTAS) SIERRA DE GATA ONÍRICA (HISTORIAS, LEYENDAS Y ANÉCDOTAS)

-Un poco de paciencia, por favor-le respondió el más anciano de todos los regidores del Tancino se tumbó de nuevo sobre la orilla a la espera de la llegada del barquero. Cerró concejo. los ojos y su respiración pareció detenerse;el tiempo transcurrió dominado por Cronos, mientras el resto de los espectros deambulaban a su alrededor. El tiempo fue pasando y los allí concentrados cada vez se impacientaban más; pero por fin se escuchó en la calle la voz del cochero que anunciaba la llegada del tan esperado Los pitidos eran cada vez más agudos,a la vez que oía como alguien rascaba la Corregidor de Sierra de Jálama. Al instante se abrió la puerta del salón de actos en donde se superficie dearena que se encontraba por encima de él.Por fin un golpe de aire fresco penetró encontraban reunidos los cinco regidores de San Martín de Trevejo. por su nariz parecía que iba a recuperar el aliento;pero en ese instante unos dedos forzaron su maxilar inferior hacía abajo y extrajeron el óbolo, ya casi oxidado, de su boca. De nuevo la -Buenos días Señores -saludó el Corregidor con voz marcial. tierra comenzó a caer sobre su cabeza y al instante todo se silenció. Se encontraba de nuevo en el inframundorodeado de espectros. -Buenos días Don León-contestaron al unísono los allí concentrados. Alfin un fuerte oleaje mecido por unos vientos lanzados por Eolo permitió la llegada -Voy a ser muy breve porque la situación es crítica y el País corre un serio riesgo si no del ansiado Caronte. El viejo andrajoso se bajó de la barca y empezó a examinar a todos los allí actuamos con rapidez y lealtad. El felón que hoy yace bajo tierra pretende usurpar, en reunidos. Vueltas y vueltas entre los espectros para elegir a aquellos que pudiesen montar en su un último acto de vileza, el trono a su legítimo dueño, Su Majestad el Rey Don Carlos barca. Por fin Caronte se decidió y entre los elegidos se hallaba Tancino. Éste aguardó su turno

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María Isidro. Por ello es necesario,hoy más que nunca,que Sierra de Gata, con todas y cuando se disponía a subir a la barca Caronte se colocó frente a él y con un simple gesto, sus poblaciones y todos sus vecinos al frente, nos opongamos a ese latrocinio que alargó su brazo y exigió su tarifa. Tancino introdujo sus dedos en su boca para extraer la pretende imponernos una soberana que no es la legítima heredera. moneda y pagar al barquero, pero ésta no se encontraba allí, se la habían robado. -¡Viva el único Rey legítimo de las Españas,Don Carlos María Isidro!-gritaron todos El pitido, la retirada de la arena, la mandíbula forzada; ahora le cuadraba todo.Los los asistentes. hombres terrenales, los que aún transitan por el mundo de los vivos, habían excavado su sepultura en la que sus familiares le habían enterrado y le habían robado con una máquina A continuación,todos ellos reflejaron con su firma,en el acta redactada por el escribano del Consistorio,que los allí reunidos tan sólo reconocían como Rey de España al hermano del inefable Fernando VII;quiense encontraba exiliado en Portugal reuniendo a un poderoso diabólica la moneda con la que debería pagar al barquero y que de no ser así le condenaría a vagar por el valle de losmuertos,hasta que Caronte decidiese transportarlo gratuitamente hasta la otra orilla. ejército para derrocar a su sobrina. La declaración pública no pasó desapercibida para los isabelinos locales quienes lo denunciaron a las autoridades militares locales que enviaron al coronel Domingo Losada para VIVIR A CRÉDITO que fuesen detenidos. Los cinco regidores de San Martín fueron apresados y llevados a la prisión de Alcántara, allí fueron torturados hasta que reconocieron su hecho y su Hoy era un día de alegría en casa de los Bujíos, el cabeza de familia acababa de llegar, arrepentimiento.Mientrastanto,el Corregidor de Sierra de Jálama consiguió huir a Portugal después de tres meses, de la mina de wolframio en la que trabajaba en lo alto de Jálama. La poniéndose a las órdenes del rey de los carlistas españoles. llegada era ansiada desde hacía semanas porque los pocos ahorros que tenía la madre se habían agotadohacía díasy la familia llevaba viviendo de prestado de forma agónicay las deudas se acumulaban en los comercios de alimentación de la población. UNATRAVESÍA INCONCLUSA POR EL AQUERONTE Al padre no le dio tiempo niasentarse a la mesa de castaño que estaba en frente de la chimenea,de lo que simulaba ser la cocina-salón de la humilde morada en la que habitaba la familia. Metió la mano en el bolsillo interior de la chaqueta raída con la que se abrigaba del intenso frío y sacó de él un fajo de billetes de quinientas pesetas.En total los tres meses de Un ambiente onírico lo envolvía todo alrededor de Tancino, no sabía muy bien dónde se encontraba; flotaba sobre la superficie, sus piernas eran ligeras como el aire y un olor a trabajo a destajo y en unas condiciones de semiesclavitud le habían supuesto unas ganancias de cuatro mil pesetas. humedad lo inundaba todo. Gemidos, lloros, quejidos, frases y palabras inconexasera la música que armonizaba a los cientos de espectros que rodeaban a Tancino.La madre y la hija mayor no esperaron a que el extenuado minero se sentase en la destartalada mesa y se sirviese un vaso de vino de pitarra.Se pusieron las toquillas y la madre Al poco de estar allí pudo comprender que había abandonado el mundo terrenal y que se encontraba cerca de la orilla del Aqueronte,junto a todos aquellos que estaban en su misma escondió el dinero en el bolsillo interior de la faltriquera. Las dos se encaminaron en dirección al comercio del tío Ángel, que era en el que sabían que la deuda era más considerable. situación. Al intentar emitir una palabra notó que algo metálico se hallaba bajo su lengua, introdujo sus dedos en la boca y sujetando el objeto con el pulgar y su dedo índice lo extrajo y pudo comprobar que era un óbolo. Lo volvió a introducir en suboca y la cerró con fuerza para que no se extraviase;sabía que lo necesitaría, era la tarifa que Caronte le iba a cobrar para Madre e hija entraron en latienda sigilosamente, no querían llamar la atención;ya que queríanliquidar la deuda que tenían de la manera más discreta posible. Al fin se quedaron solas con la mujer del dueño. cruzar el río Aqueronte y poder tener paz eterna. -¿Cómo andáis?

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