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La risa, remedio infalible

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Mensaje editorial

Mensaje editorial

LA RISA’

REMEDIO infalible

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Cuando actualizo mi teléfono o computadora, parece que mis aparatos y yo somos una pareja en terapia que debe aprender a amarse de nuevo. —APARNA NANCHERLA, comediante

Una mañana le pregunté a mi hija si había visto mi diario. Ella repuso que los diarios eran anticuados, que hoy en día las personas usan tabletas digitales, y me prestó su iPad. La mosca que me estaba molestando murió en el acto. —@DTWILLINGHAM

El cura le pregunta a un granjero pobre: —¿Si tuvieras un caballo, se lo darías al Señor?

—Sí —contesta el granjero. —¿Y si tuvieras una vaca? —Claro. —¿Y una cabra? —Por supuesto. —¿Y un cerdo? —¡Eso no es justo! — exclama el campesino, indignado— ¡Usted sabe que sí tengo un cerdo!

—hayspost.com

“No estoy aquí para hacer amigos”. —El creador de Friends, que originalmente quería hacer un programa distinto. —@YOYOROBOT

Estimados fabricantes de cereales: ¿qué altura creen ustedes que tienen los estantes de los gabinetes de cocina? —@ANIEMUMARIO

Cómo subir una escalera:

Paso 1.

Paso 2.

Paso 3.

—REDDIT

Mientras se dirige a casa del trabajo, un hombre recibe una llamada de su esposa. —¡Juan! —grita ella, aterrada— ¡Ten cuidado, por favor! Acabo de oír que un loco va manejando en sentido contrario por la autopista 80. —No vas a creer esto, Diana —repone el sujeto—. No es solo un auto, ¡son cientos de ellos!

Murió haciendo lo que más le gustaba: indagando sus síntomas y cuestiones de salud en un sitio web médico en lugar de ir al doctor. —@Ristolable

Pensé seriamente en conseguir una manta que calefaccione, pero ahora que he visto cuánto cuestan supongo que me calentaré a la antigua manera: poniendo algunos gatos encima de mí cuando me voy a dormir.

—@SDAMNED

Nuestro maestro de ciencias en la universidad nos dejó como tarea de n de semana averiguar el contenido de una “caja negra”. Debíamos emplear el método cientí co; es decir, poner a prueba nuestras hipótesis por medio de la experimentación, para determinar qué había en cada caja sellada, cuyos lados medían diez centímetros.

El lunes devolvimos las cajas y entregamos nuestras conclusiones. El informe de uno de los muchachos constaba de una sola oración: “Es un huevo”. —¿Cómo lograste resolverlo?— le pregunté. —Fue fácil —contestó—. Empleé mi propio método cientí co. Fui al aeropuerto e hice pasar la caja por el aparato de rayos X.—En realidad, no. El hámster también es ventrílocuo.

—M.K., década del 90

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