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Cosas de chicos
“Les mostré mi boletín a mis papás mi. Ellos piensan que usted lo puede hacer mejor”.
Un día, mi hijo de seis años me preguntó: —¿Por qué te casaste con papá? —Porque me hacía reír —respondí. —Bueno, ¡pudiste casarte con un payaso! —repuso el pequeño. —MICHELLE NOBLE, Canadá
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Me di cuenta de que le estaba contagiando a mi familia el amor por la limpieza y la organización un día en que mi hijo de seis años llegó a casa de la escuela con una foto suya enmarcada. En ella aparecía sonriendo de oreja a oreja y abajo estaba escrito: “Mi papá es increíble porque me deja ayudarle cuando pasa la aspiradora por la casa”. —KAMAL MALICK, Canadá
A Jaden, mi hijo de cuatro años, le encantan los bebés. Hace poco
En cierta ocasión le di un abrazo a mi nieta, de tres años, y ella dijo: “no tengo tiempo para abrazos. Debo revisar mis correos electrónicos”.
—BONNIE BRICKER, Canadá
expresó su deseo de tener una hermanita. Al día siguiente, mientras esperábamos fuera del consultorio médico, Jaden vio un cartel en el que había un doctor junto a una mujer que sostenía en brazos a un bebé recién nacido. El pequeño exclamó emocionado: “¡mira, mamá, los doctores están regalando bebés!”.
—JESSLET SILUVAIRAYAN, Canadá
En una ocasión me tocó cuidar a mi nieta de seis años. Al llegar la hora de dormir, apareció vestida con un piyama que yo le había obsequiado en su cumpleaños. Emocionado por ver que lo estaba usando, dije: —¡Qué bonito piyama! ¿De dónde lo sacaste?
En tono despreocupado, la niña respondió: —Del cajón de arriba. —TIM BREITHAUPT, Canadá
Viajando con mi hija de seis años: —Ese cartel está mal. —¿Por qué? Le avisa a la gente que hay que tener cuidado con el escalón. —No. Le dice al escalón que hay que tener cuidado: “Cuidado escalón”. Si le avisara a la gente diría “Cuidado gente” o “Cuidado CON el escalón” —@ValeArvejita
Tras asistir a clases medio día en el jardín de infantes, mi hija Nicole se sorprendió al saber que en el primer año de preescolar tendría que quedarse todo el día. Después de su primer día completo, volvió a casa exhausta. “Si el jardín es medio día y el primer año de preescolar es todo el día, ¿cuántas horas va a durar el segundo año?”, inquirió, aterrada. —DEANNE ZECHEL, Canadá
Un domingo en familia veíamos por televisión una carrera de autos. En el momento en que le entregan la copa al ganador también le acercan a su hijito —un bebé de pocos meses—, el corredor festeja levantando con un brazo al bebé y con el otro a la copa.
Entonces, mi sobrino Tomás, de cinco años, pregunta muy sorprendido: —¿Qué, también le regalan un bebé al que gana la carrera?”. —Juan Carlos Lobótrico, Argentina, 2010