3.b. La experiencia de APIL de Burkina Faso Las prácticas agrícolas del proyecto IMSA en 16 poblaciones BAMOGO Saïdou, BASSEMA Joséphine, KAMBOUELE Léa, KONDOMBO Thérêse, OUEDRAOGO Abdoulaye, OUEDRAOGO Aïda y OUEDRAOGO Ousmane
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Prólogo El documento de sistematización de experiencias del periodo 2015-2020 en materia de innovación y movilización para la seguridad alimentaria responde al deseo de difusión de información e intercambio de experiencias. En este sentido, la ONG APIL se asegura que sus experiencias contribuyan al perfeccionamiento de sus prácticas cotidianas.
Este documento está dirigido a: •
Las copartes nacionales interesadas en el fortalecimiento de las capacidades en materia de movilización para la seguridad alimentaria.
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Los actores y actrices del desarrollo que toman posición para luchar contra la pobreza y la inseguridad alimentaria, y que están convencidos de que la movilización de todos los actores y la adopción de prácticas innovadoras son garantía de un desarrollo agrícola sostenible.
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3. Las experiencias de Burkina Faso
Los proyectos y programas que comparten la visión según la cual el desarrollo sostenible no es un conjunto de acciones aisladas, sino un proceso de transformación realizado por diversos actores (delegados, copartes, operadores, beneficiarios, proveedores…), quienes intervienen en diferentes momentos y escalas, según diversas modalidades. Esto significa que los conocimientos no tienen valor cuando no son compartidos. Solo el aprendizaje de las experiencias exitosas −o no, es portador de conocimiento.
Introducción general Durante el periodo 2015-2020, la ONG APIL desarrolló y puso en marcha un ambicioso programa denominado Innovación y Movilización para la Seguridad Alimentaria (IMSA) en los municipios de Kaya, Pissila, Absouya, Boussouma y Zitenga (Burkina Faso), dirigido a 1000 beneficiarios directos organizados en 16 grupos de productores. Después de cinco años, este programa ha permitido lograr resultados satisfactorios a nivel agronómico (aumento promedio de la producción en 45%); a nivel económico (mejoramiento promedio del nivel de ingresos de los beneficiarios en 34%); a nivel social, incluyendo para ello a la mujer y a la juventud; a nivel medioambiental (por medio de la recuperación de tierras degradadas y la preservación del medio ambiente); y a nivel organizativo (por medio de la constitución de organizaciones fuertes capaces de autogestionarse).