Evaluacion de las Acciones de Género para el Empoderamiento de las Mujeres

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EVALUACIÓN DE LAS ACCIONES DE GÉNERO PARA EL EMPODERAMIENTO DE LAS MUJERES EN EL MARCO DE LA GESTIÓN INTEGRAL PARA LA RESILIENCIA AL CAMBIO CLIMÁTICO

Evaluación del proyecto: Gabriela Bascopé Guzmán Diseño y diagramación: Alexandra Villegas Serpa

Proyecto Biocultura y Cambio Climático, Pro-Rural Av. 6 de Agosto, N.° 2577, Edificio Las Dos Torres, Piso 12 Teléfonos: 2433336 / 2435006 www.prorural.org.bo www.biocultura.prorural.org.bo

La Paz, Bolivia Septiembre de 2023


INDICE INDICE 3 RESUMEN 5 1. Introducción 7 1.1 Análisis del Contexto

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La igualdad de género como parte de las respuestas al CC

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El empoderamiento de las mujeres contribuye al desarrollo y la sostenibilidad ambiental

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El cambio climático no es neutral en términos de género

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Las soluciones climáticas deben adoptar un enfoque de financiación que tenga en cuenta las cuestiones de género

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1.2 Ámbito y objetivos de la evaluación final

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Ámbito 13 Objetivos 15

2. Metodología

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2.1 Descripción de la Estrategia y Enfoque

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2.2 Criterios de Revisión, Preguntas de Revisión Clave y Escala de Calificación

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Preguntas de evaluación

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Puntuación del rendimiento del proyecto:

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3. ANÁLISIS DE LA EVALUACIÓN

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3.1 Pertinencia

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Rendimiento del proyecto

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3.2 COHERENCIA

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Rendimiento del proyecto

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3.3 Eficacia y eficiencia

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Rendimiento del proyecto

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3.4 Sostenibilidad

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Rendimiento del proyecto

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4. Conclusiones y Lecciones Aprendidas

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4.1 Conclusiones

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4.2 Lecciones Aprendidas Clave

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Lección Aprendida 1

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Lección Aprendida 2

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Lección Aprendida 3

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Lección Aprendida 4

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Lección Aprendida 5

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Lección Aprendida 6

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Lección Aprendida 7

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Lección Aprendida 8

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Lección Aprendida 9

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Lección Aprendida 10

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Lección Aprendida 11

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5. Recomendaciones

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1. Identificación de Actores Clave

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2. Seguimiento Integral

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3. Comunicación y Visibilidad

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4. Taller de Cierre Inclusivo

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RESUMEN El trabajo de “Evaluación de las Acciones de Género para el Empoderamiento de las Mujeres en el Marco de la Gestión Integral para la Resiliencia al Cambio Climático”, adopta un enfoque cualitativo y se fundamenta en la Teoría de Cambio como marco metodológico. Esta teoría tiene como objetivo entender y comunicar cómo una serie de acciones conduce a la consecución de resultados deseados. En el contexto del proyecto Biocultura y Cambio Climático, esta metodología proporciona una estructura sólida para evaluar de qué manera las acciones específicas orientadas al empoderamiento de las mujeres en la gestión integral para la resiliencia al cambio climático han generado cambios efectivos y sostenibles a nivel individual, comunitario y sistémico. Con el propósito de lograr resultados óptimos en esta evaluación cualitativa, se inició con un mapeo de las intervenciones. Esto permitió la identificación y análisis de las estrategias específicas diseñadas para empoderar a las mujeres en el contexto de la resiliencia al cambio climático. Asimismo, se establecieron conexiones directas entre estas intervenciones y los resultados anticipados. Esto implicó considerar aspectos clave como el acceso a recursos, la participación en la toma de decisiones, la construcción de capacidades y la transformación social. En paralelo, se llevó a cabo la medición de indicadores cualitativos. Este proceso permitió evaluar de manera efectiva el progreso y los impactos generados por las intervenciones en términos de empoderamiento de género y resiliencia al cambio climático. Además, se profundizó en las relaciones causales entre las intervenciones y los resultados observados. Esta exploración minuciosa identificó los factores que han influido en el éxito de las acciones de género, destacando tanto los elementos contribuyentes como las posibles limitaciones. Después de un proceso de lectura, análisis y organización de diversos recursos como guías, informes y el repositorio documental proporcionado por Biocultura y Cambio Climático como referencia, se elaboró una lista preliminar de posibles entrevistadas de la Red de Género. Esta lista se ha desarrollado de acuerdo con las directrices establecidas por el jefe de proyecto y la responsable de comunicación, con base a la gestión

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territorial resiliente (resiliencia político institucional, resiliencia ecológica, resiliencia económico productiva y resiliencia sociocultural), tomando en cuenta las alianzas institucionales, la distribución geográfica, y el enfoque de género que atraviesa sus contribuciones. A través de un enfoque reflexivo, la implementación de las acciones de género del proyecto —en sus tres fases— ha permitido extraer lecciones aprendidas, identificar los desafíos y las áreas de mejora. En ese sentido se pueden enumerar una síntesis de las lecciones aprendidas: 1) Inclusión de Perspectivas de Género: Involucrar a hombres en las capacitaciones para lograr la equidad de género y la sostenibilidad de acciones. 2) Potenciar Certificación Agroecológica: Brindar apoyo para que las productoras logren certificaciones agrícolas y prácticas sustentables. 3) Mantener Compromiso y Participación: Mantener el interés y la participación activa de la Red de Mujeres en la toma de decisiones. 4) Visibilidad de Voces Femeninas: Promover la difusión del material audiovisual y de los reportajes para resaltar las problemáticas y soluciones ambientales desde las voces femeninas. 5) Fortalecimiento de Liderazgo: Capacitación integral y periódica a los gestores y gestoras bioculturales para difundir conocimiento sobre el CC y disipar dudas en las comunidades. 6) Estrategia de Comercialización: Diseñar estrategias de comercialización para cerrar circuitos de producción y comercialización sustentable. 7) Valoración del Tiempo y Empoderamiento: Optimizar el tiempo de las mujeres a través de técnicas agrícolas eficientes y sustentables. 8) Alianzas Estratégicas en Comunicación y Género: Generar alianzas interinstitucionales que fortalezcan las iniciativas de comunicación y género del programa Biocultura y 9) Importancia de Resiliencia y Adaptabilidad: Contar con planes de contingencia y diversificación de estrategias ante la irrupción de contingencias tales como la crisis sanitaria por COVID-19 y la incertidumbre global. Considerando las conclusiones y las lecciones aprendidas, la evaluación contempla las siguientes recomendaciones: 1) Identificación de Actores Clave: Realizar un ejercicio preliminar de identificación de actores clave en las comunidades antes de implementar futuras intervenciones. Esto garantizará la inclusión de las voces más relevantes, enriqueciendo la efectividad y el impacto de las acciones de género. 2) Seguimiento Integral: Dar seguimiento continuo a acuerdos, capacitaciones e indicadores de progreso. Esto asegura la sostenibilidad a largo plazo del proyecto y permite ajustes según sea necesario en tiempo real. 3) Comunicación y Visibilidad: Destacar que abordar el cambio climático mejora la calidad de vida de grupos vulnerables; esto es compartir públicamente la información desarrollada para que la ciudadanía comprenda conceptos clave y soluciones ambientales de gran relevancia. 4) Taller de Cierre Inclusivo: Organizar un taller de cierre en colaboración con la Red de Mujeres y otros sectores relevantes. Compartir experiencias, conocimientos y lecciones aprendidas para fomentar colaboración y generar ideas para futuras iniciativas. A propósito de la importancia de la evaluación, cabe mencionar que no solo contribuirá a la comprensión de cómo las acciones de género afectan el empoderamiento de las mujeres en el contexto de la gestión de la resiliencia climática, sino que también proporcionará recomendaciones fundamentadas para optimizar las estrategias futuras. En última instancia, esta evaluación contribuirá al fortalecimiento de la equidad de género y a la resiliencia al cambio climático, garantizando que las mujeres sean agentes activos en la construcción de un futuro sostenible y resiliente.

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1. Introducción El proyecto Biocultura y Cambio Climático es un esfuerzo conjunto del gobierno de Bolivia y la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), cuyo inicio se remonta al año 2009. Su objetivo primordial es respaldar iniciativas de gestión territorial integral en las comunidades vulnerables de la zona andina de Bolivia, con el fin de construir resiliencia y adaptación biocultural al Cambio Climático (CC). El proyecto ha intervenido en el fomento del desarrollo integral y del concepto del “Vivir Bien” en el contexto del CC a través de tres fases distintas: i. La Fase 1 (2009-2014), se centró en la conservación de los ecosistemas, la biodiversidad y

la revitalización cultural de las comunidades andinas, en línea con el concepto del “Vivir Bien”. La mayoría de las actividades se llevaron a cabo a través de socios ejecutores en una red biocultural establecida mediante mecanismos competitivos. ii. En la Fase 2 (2015-2019), el proyecto se orientó a fortalecer la resiliencia multidimensional

de las comunidades frente a los efectos del CC, lo que resultó en la denominación del proyecto como “Proyecto Biocultura y Cambio Climático” (PBCC). Esta fase visibilizó las experiencias locales en términos de habilidades de resiliencia de los territorios y Sistemas de Vida (SdV). Además de priorizar la adaptación y mitigación, se buscó un enfoque integral del CC mediante la resiliencia territorial biocultural y la implementación de Planes de Gestión del Cambio Climático. Durante esta fase se implementaron acciones de género para el empoderamiento de las mujeres en el marco de la gestión integral para la resiliencia al CC. iii. En la Fase 3 (2020-2023), el proyecto avanzó hacia el fortalecimiento y expansión del enfoque y modelo de gestión territorial biocultural resiliente al CC a nivel nacional.

El proyecto Biocultura y Cambio Climático tuvo sus raíces en la fase cero como PNB en 2007, cuando se elaboró el Plan Rector. Este plan se basó en los hallazgos y experiencias de programas relacionados

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con el uso y conservación de la biodiversidad, desarrollados en colaboración con la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE). El proyecto surgió como una iniciativa conjunta del gobierno boliviano, a través del Ministerio de Medio Ambiente y Agua (MMAyA), y COSUDE. Fue lanzado en 2008 con la participación de la Asociación Boliviana para el Desarrollo Rural (Pro-Rural) como ejecutor. Su objetivo fue llevar la visión alternativa de desarrollo a la acción, aprovechando la riqueza cultural y de biodiversidad de los Andes para un desarrollo económico y social sostenible. El enfoque se centró en fortalecer el manejo local de la biodiversidad a través del diálogo intercultural y la revalorización de las identidades.

Área de intervención

La Paz Socio

Cochabamba Municipios

Socio

WCS

Pueblo Leco de Apolo

PROINPA

MIGA-PROSUCO

Santiago de Huata

Potosí Socio

Santa Cruz Municipios

MIGA-PROSUCO

Torotoro

Prometa

Villazón

Socio

Yunchará

FUNDESNAP

Área protegida de Sama

Samaipata

Chuquisaca

Municipios

Prometa

Municipios

COMPAS-Bolivia

Tarija Socio

Municipios

Colomi

Socio

Líder

Municipios

Presto

Biocultura ha colaborado con comunidades, municipios y organizaciones de la sociedad civil, creando condiciones propicias para la efectividad y sostenibilidad de los procesos emprendidos. El enfoque del proyecto abarca una visión holística e integral de la resiliencia territorial biocultural, fusionando aspectos productivos, ambientales, culturales e institucionales. Uno de los resultados más destacados ha sido la mejora significativa en los índices de gobernabilidad y transparencia en los municipios donde se ha trabajado. Este enfoque ha contribuido a los procesos de planificación en curso en Bolivia, incorporando conceptos como los Sistemas de Vida (SdV), la gestión para el cambio climático y la resiliencia integral para la Adaptación al Cambio Climático (ACC). El diálogo de saberes representa el fundamento esencial de Biocultura, permitiendo la co-creación de conocimientos y tecnologías basados en la cosmovisión y cultura de las comunidades indígenas

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campesinas. Esto se realiza mediante la revalorización de los saberes ancestrales, conocimientos locales, tecnologías y métodos de gestión territorial y de los recursos naturales y culturales. El proyecto ha promovido la implementación de un modelo endógeno que identifica y aborda las potencialidades y necesidades, en base al principio de identidad en el desarrollo local. Es decir, se busca una apropiación auténtica que permita su adaptación a la cultura local. A través de un proceso de aprendizaje conjunto, se ha fomentado la complementariedad entre sabidurías y tecnologías locales con el conocimiento científico. Ejemplos de esto incluyen el monitoreo climático, la gestión del agua, el manejo de áreas protegidas, la agrodiversidad, el turismo biocultural y la cría de camélidos, entre otros. A través del diálogo de saberes, los actores locales han sido reconocidos y visibilizados como gestores bioculturales. En marzo de 2020, se concluyó la segunda fase del proyecto Biocultura y Cambio Climático, con lo que se culminaron 10 años de implementación de la iniciativa que permitió la conservación y el mejoramiento de las funciones ambientales en los territorios intervenidos; el incremento de más de 12 mil familias productoras; además del mejoramiento de la soberanía y seguridad alimentaria a través de la revalorización de las prácticas ancestrales y alimentos locales de alto valor nutritivo. Una vez obtenidos los resultados —en octubre de 2020—, se inició la tercera fase (de salida) que se extenderá hasta agosto de 2023. Durante la fase actual del proyecto se ha dado continuidad al trabajo de formación de redes y de líderes bajo el concepto de integralidad para la comprensión del Cambio Climático en los diversos campos del conocimiento y bajo el enfoque de las cuatro resiliencias (resiliencia político institucional, resiliencia ecológica, resiliencia económico productiva y resiliencia sociocultural), consolidando un grupo de mujeres líderes que promueve sus derechos, sensibilizando a las comunidades para generar normativas y modificar actitudes y prácticas, en el marco de la implementación de la estrategia de Comunicación y Género (EC&G).

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En este contexto, la evaluación cualitativa del efecto de las acciones de género —en el marco del proyecto Biocultura y Cambio Climático— empezó oficialmente el 10 de julio de 2023 con una reunión inicial con la responsable de comunicación del proyecto. El proceso de evaluación está delineado en tres productos principales: 1 Plan y Metodología de Trabajo: Este primer producto incluyó un detallado plan y metodología

de trabajo. No solo estableció los pasos clave del proceso, sino que también definió hitos importantes de avance y coordinación con los responsables del proyecto. Esta planificación cuidadosa posibilitó que la evaluación se lleve a cabo de manera estructurada y en línea con los objetivos y requisitos del proyecto, lo que derivará en la construcción de un documento analítico de evaluación cualitativa lo suficientemente solvente para que resulte de utilidad a tomadores de decisiones (operadores de política pública), técnicos y a la población en general. 2 Informe Analítico de Evaluación Cualitativa: El segundo producto consistirá en un informe

analítico exhaustivo. Este documento presentará los hallazgos y resultados de la evaluación cualitativa del impacto de las acciones de género en el contexto del proyecto. Se espera que el informe aporte una visión clara y detallada de cómo estas acciones han afectado el empoderamiento de las mujeres en relación con la gestión integral para la resiliencia al cambio climático. 3 Texto Editado de Evaluación de Acciones de Género: El tercer producto será un texto editado

que resuma y detalle la evaluación realizada. Este documento, con una extensión de entre 30 y 50 páginas, estará elaborado en un formato editable, utilizando la fuente Arial de tamaño 11 y hojas tamaño carta. Además, se incluirá un anexo pertinente para proporcionar información adicional y respaldo a los hallazgos presentados en el texto principal. A través de estos productos, la evaluación busca no solo identificar logros y desafíos, sino también comunicar de manera clara y sustancial cómo las acciones de género han contribuido al empoderamiento de las mujeres en el contexto de la gestión integral para la resiliencia al cambio climático.

1.1 Análisis del Contexto La igualdad de género como parte de las respuestas al CC Colocar la igualdad de género en el centro de las respuestas al cambio climático implica integrar diversas perspectivas de género en políticas y programas holísticos y de larga duración relacionados con la gestión integral para la resiliencia ante el cambio climático, la preservación del medio ambiente y la reducción del riesgo de desastres. La participación plena y equitativa de mujeres y niñas en los procesos de toma de decisiones emerge como una prioridad fundamental en la lucha contra el cambio climático. La ausencia de igualdad de género obstaculiza la construcción de un futuro sostenible y equitativo. Esto significa que las soluciones al CC también exigen una mejora en la recopilación y análisis de datos cualitativos y estadísticas en términos de género, además de una inversión en este ámbito. Esto ampliará la comprensión de la relación entre género y clima. Además, se debe fortalecer y garantizar los derechos

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sobre la tierra, así como fomentar soluciones sostenibles dirigidas y lideradas por mujeres. En particular, se deben destacar las soluciones basadas en la naturaleza propuestas por comunidades locales y pueblos indígenas, abarcando la gestión de recursos y las actividades de producción de alimentos. Desde tiempos ancestrales, las mujeres han mantenido una conexión especial con la naturaleza. Su destacada contribución al bienestar y al desarrollo sostenible de sus comunidades resulta fundamental para la preservación de los ecosistemas, la biodiversidad y los recursos naturales del planeta. En naciones en desarrollo, las mujeres a menudo lideran la gestión del capital medioambiental en su entorno. Desde recolectar agua para uso doméstico, cuidar tierras para el pastoreo del ganado y obtener alimentos de ríos hasta recoger leña, las mujeres de todo el mundo interactúan diariamente con los recursos naturales y los ecosistemas. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y otras agencias de la ONU, las mujeres son las primeras en sentir los efectos del cambio climático al tener que recorrer distancias cada vez mayores para abastecer a sus familias con lo necesario para su alimentación. A pesar de esto, el reconocimiento de la invaluable contribución de las mujeres a la supervivencia del planeta y al desarrollo sigue siendo limitado. La persistente desigualdad de género y la exclusión social agravan los impactos negativos de una gestión medioambiental insostenible y destructiva, especialmente para las mujeres y las niñas. La existencia de normas sociales y culturales discriminatorias, que incluyen el acceso desigual a la tierra y al agua, además de la limitada participación de las mujeres en la toma de decisiones relacionadas con la planificación y el manejo de los recursos naturales, a menudo conduce a ignorar las valiosas contribuciones que ellas tienen para ofrecer. Específicamente, las mujeres indígenas, quienes poseen conocimientos tradicionales transmitidos a las generaciones venideras, desempeñan un papel de gran importancia en la lucha contra el cambio climático. Es crucial incorporar activamente a las mujeres indígenas y rurales en todos los procesos de planificación y desarrollo de políticas públicas, teniendo en cuenta los roles de género arraigados en las comunidades. Asimismo, es esencial garantizar la protección de las defensoras del medio ambiente, quienes desempeñan un papel vital en la defensa de los medios de subsistencia, las fuentes de agua, las áreas protegidas y los recursos naturales. La inclusión plena de las mujeres indígenas y rurales, sin dejar a nadie atrás, es fundamental para la adopción de alternativas estratégicas, innovadoras y efectivas en la respuesta a los impactos del cambio climático y los riesgos asociados.

El empoderamiento de las mujeres contribuye al desarrollo y la sostenibilidad ambiental La participación y el liderazgo de estas mujeres son esenciales para impulsar un futuro más sostenible y equitativo. Ellas están implementando prácticas de gestión del paisaje y de producción agrícola sostenible para restaurar la salud de ecosistemas frágiles que, tras años de desertificación y sobrepastoreo, han dejado vastas extensiones de tierra estériles e inactivas. Adicionalmente, los esfuerzos liderados por mujeres están desafiando los estereotipos de género y empoderando a las mujeres para que contribuyan activamente en los procesos de toma de decisiones dentro de sus comunidades. Estas acciones tienen

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un impacto transformador al permitir que las voces femeninas sean escuchadas y respetadas en temas fundamentales para el desarrollo y la sostenibilidad. La “Red Iberoamericana de Mujeres para la Acción Climática” —iniciativa creada el 2021 y de la que participan la UNAM, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales de El Salvador, la Universidad de Costa Rica, la Universidad de Antioquia de Colombia y dos universidades de Brasil (la de Río de Janeiro y la de São Paulo), además de instituciones de educación superior de España y Portugal— analiza el impacto del cambio climático en América Latina desde una perspectiva de género, centrándose en cómo afecta a las mujeres y a los grupos vulnerables. Una de las especialistas de la red, Paulina Ordóñez Pérez, investigadora del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) de la UNAM, destaca que existe una relación cada vez más evidente entre género, cambio climático e igualdad social. “Las mujeres en situaciones vulnerables, como niñas indígenas, afrodescendientes, adultas mayores, discapacitadas y migrantes, enfrentan riesgos más graves (…) sorprendentemente, el 80% de los refugiados climáticos son mujeres”. La Red Iberoamericana trabaja en la recopilación de datos socio-demográficos y en la creación de mapas de vulnerabilidad, abordando índices de sequía en Latinoamérica desde una perspectiva integral. Por su parte, el Informe de Bonn de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), destaca que las mujeres son agentes de cambio significativos, ya que toman decisiones más sostenibles y adoptan comportamientos ecológicos. Las mujeres desempeñan roles cruciales en la agricultura en países de bajos y medianos ingresos, y su responsabilidad es desproporcionada en la provisión de alimentos, agua y combustible. Esto las hace vulnerables a impactos climáticos adversos, como sequías. Además, fenómenos meteorológicos extremos pueden exacerbar la violencia de género. Durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, conocida como COP26, celebrada en Glasgow (Escocia) en noviembre de 2021, los líderes y representantes de los países se reunieron para discutir y tomar medidas en relación con el cambio climático y los compromisos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y abordar sus impactos en todo el mundo. En ese contexto, se mencionó que: “Se necesitan cambios de política, incorporar visión de género a los planes de respuesta a las catástrofes, considerar las necesidades y vulnerabilidades de mujeres y niñas cuando se diseñen programas de adaptación al cambio climático (...) las mujeres no pueden seguir siendo víctimas de la injusticia climática”.

El cambio climático no es neutral en términos de género María Noel Vaeza, directora regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, enfatiza que el cambio climático no es neutral en términos de género. Las mujeres y niñas a menudo enfrentan de manera desproporcionada las consecuencias negativas de estos fenómenos. Los eventos climáticos extremos, en primer lugar, cobran un costo en vidas humanas que afecta a las mujeres de manera más significativa que a los hombres. De hecho, según un informe del PNUD de 2019, en los últimos 20 años, la proporción de fallecimientos entre mujeres en estos eventos extremos ha superado el 60%. Después de las catástrofes, las mujeres son particularmente vulnerables a la inseguridad alimentaria. Los cambios en la disponibilidad, accesibilidad, consumo, estabilidad y producción de alimentos recaen en ellas de manera más aguda, lo que resulta en las primeras y más graves consecuencias. Además, desde un punto de vista económico, las mujeres también suelen llevar la peor parte.

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Las mujeres, especialmente en áreas rurales e indígenas, representan una parte significativa de la fuerza laboral agrícola en los países en desarrollo, generando entre el 45% y el 80% de los alimentos. Como consecuencia, los impactos del cambio climático, como sequías e inundaciones, las afectan de manera desproporcionada en términos de medios de subsistencia, ingresos y seguridad alimentaria. La desigualdad de género se convierte así en un factor fundamental en la seguridad alimentaria. En muchas comunidades, las mujeres dedican más tiempo al trabajo doméstico y al cuidado de los niños, lo que a menudo limita su participación en la toma de decisiones sobre riesgos. Además, existe una falta de paridad de género en las instituciones gubernamentales que trabajan en la definición de políticas públicas, así como en la acción comunitaria para la prevención de riesgos.

Las soluciones climáticas deben adoptar un enfoque de financiación que tenga en cuenta las cuestiones de género Para forjar un futuro más sostenible, los programas que impulsen el empoderamiento de las mujeres en el marco de la gestión integral para la resiliencia al CC, deben invertir recursos y esfuerzos en la difusión de tecnologías que aumenten el uso de las energías renovables y limpias, y apoyen la participación de las mujeres en su desarrollo y uso. Es una apuesta por ejecutar programas que defiendan y promuevan medidas de acción por el clima que sean equitativas, justas y con perspectiva de género.

1.2 Ámbito y objetivos de la evaluación final Ámbito La evaluación cualitativa del efecto de las acciones de género en el marco del proyecto Biocultura y Cambio Climático, tendrá como base los criterios CAD (Criterios de Ayuda al Desarrollo), estos criterios son un conjunto de estándares y principios desarrollados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para evaluar la eficacia y la calidad de la ayuda al desarrollo. Aunque originalmente se aplicaron al contexto de la asistencia oficial para el desarrollo, muchos de los principios y enfoques pueden ser relevantes para la evaluación de proyectos de desarrollo y empoderamiento en otros contextos, como el cambio climático y el género:

Enfoque en Resultados (pertinencia): Los criterios CAD ponen un fuerte énfasis en la medición y evaluación de los resultados del desarrollo. Este enfoque permitirá evaluar cómo las acciones de género han contribuido al empoderamiento de las mujeres en términos de gestión integral para la resiliencia al cambio climático. Esto podría incluir la medición de cambios en roles y responsabilidades, acceso a recursos, participación en la toma de decisiones, mejoras en la calidad de vida, etc. 1

2 Participación y Propiedad (eficacia): Los criterios CAD resaltan la importancia de la participación

activa de los beneficiarios en la planificación, implementación y evaluación de los proyectos. En este

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contexto, se identificará si las mujeres participantes han sido involucradas en todas las etapas del proyecto y cómo se ha promovido su propiedad y liderazgo en las acciones de empoderamiento. 3 Coherencia: Los criterios CAD enfatizan la necesidad de coherencia entre diferentes áreas de

desarrollo y políticas. Se examinará cómo las acciones de género y empoderamiento en el contexto de la gestión integral para la resiliencia al cambio climático están alineadas con otras políticas y estrategias relevantes. 4 Sostenibilidad: Los criterios CAD también destacan la importancia de la sostenibilidad a

largo plazo de los resultados del desarrollo. Se evaluará si las acciones de empoderamiento están diseñadas para tener un impacto duradero en las mujeres y sus comunidades en términos de resiliencia climática. 5 Coordinación y Armonización (eficiencia): Los criterios CAD promueven la coordinación y la

armonización de esfuerzos entre diferentes actores y organizaciones. Se considerará de qué manera se han coordinado las acciones de género y empoderamiento con otros proyectos, iniciativas y actores relevantes en el ámbito de la resiliencia climática. El informe analítico de evaluación cualitativa utilizará el enfoque metodológico definido por el Grupo de Evaluación de las Naciones Unidas (UNEG). Las preguntas de evaluación realizadas a la Red de mujeres, al jefe de Biocultura y Cambio Climático y a la responsable de Comunicación y Género de proyecto buscarán: i) analizar los factores que contribuyeron al logro de los resultados del proyecto y los que obstaculizaron la implementación y el logro de los resultados; ii) realizar recomendaciones que mejoren la pertinencia, la coherencia, la eficiencia la eficacia y la sostenibilidad del proyecto en el futuro; y iii) conocer las lecciones aprendidas. Asimismo, las preguntas de evaluación, se encuentran dentro de las siguientes áreas de análisis: Roles y Responsabilidades Sociales: Las desigualdades de género a menudo resultan en roles y responsabilidades diferenciados para hombres y mujeres. En comunidades rurales, por ejemplo, las mujeres pueden estar más involucradas en la agricultura y la gestión de recursos naturales. La comprensión de estos roles es esencial para el diseño de estrategias de resiliencia climática que involucren a todas las partes afectadas. Acceso a Recursos y Conocimiento: Las mujeres y las niñas pueden enfrentar limitaciones en el acceso a recursos como tierra, agua y tecnología. También pueden tener un acceso desigual al conocimiento y la educación, lo que puede afectar su capacidad para participar en la toma de decisiones y en la adopción de prácticas de adaptación al cambio climático. Participación y Toma de Decisiones: La inclusión de las voces de las mujeres en la toma de decisiones relacionadas con el cambio climático es fundamental para diseñar estrategias efectivas. La falta de participación puede llevar a soluciones incompletas o inadecuadas que no reflejen las necesidades y preocupaciones de todas las personas. Vulnerabilidad y Exposición: Las diferencias de género pueden influir en la vulnerabilidad y exposición al cambio climático. Por ejemplo, las mujeres pueden estar más expuestas a riesgos

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debido a factores socioeconómicos, culturales y geográficos, lo que puede agravar sus efectos en caso de desastres naturales o eventos climáticos extremos. Capacidades y Habilidades: Es importante reconocer y fortalecer las capacidades y habilidades de las mujeres en la gestión de riesgos y la adaptación al cambio climático. Esto puede incluir la promoción de la formación en técnicas agrícolas sostenibles, la gestión de recursos hídricos y la implementación de estrategias de seguridad alimentaria. Empoderamiento Económico: El empoderamiento económico de las mujeres a menudo está vinculado con su capacidad para enfrentar los impactos del cambio climático. El acceso a empleos remunerados, oportunidades de emprendimiento y servicios financieros puede aumentar la resiliencia de las mujeres y sus comunidades. Violencia de Género: Los desastres naturales y eventos climáticos extremos pueden aumentar la vulnerabilidad a la violencia de género. La planificación de la respuesta al cambio climático debe incluir medidas para prevenir y abordar la violencia de género en situaciones de crisis

Objetivos La evaluación recogerá las lecciones aprendidas, conclusiones y recomendaciones con el fin de contribuir a posibles acciones futuras para mejorar el diseño, la pertinencia, la coherencia, la eficiencia, la eficacia y el impacto del proyecto Biocultura y Cambio Climático en la implementación del transversal género para el empoderamiento de las mujeres durante en el marco de la gestión integral para la resiliencia al Cambio Climático. La evaluación analizará —brevemente— la contingencia de la crisis política y sanitaria por COVID-19 para la ejecución del proyecto. Además, la evaluación se basará en la información para valorar la eficiencia y la eficacia de la gestión del proyecto y hasta qué punto la gestión fue capaz de adaptarse para hacer frente a cualquier problema en la implementación, así como de adaptarse al contexto en el que se aplicó la intervención.

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2. Metodología 2.1 Descripción de la Estrategia y Enfoque Siguiendo la prioridad y en línea con la metodología establecida por el Grupo de Evaluación de las Naciones Unidas (UNEG) para llevar a cabo evaluaciones de alta calidad que aseguren la máxima utilidad de los resultados, esta evaluación adoptará los principios de una evaluación orientada hacia la utilización. Esto implica que se recolectarán y analizarán sugerencias y recomendaciones basadas en las opiniones de las beneficiarias de la Red de Mujeres. En este sentido, la evaluación adquiere un carácter de aprendizaje, ya que el proceso brinda un marco para la reflexión y la autoevaluación tanto a nivel organizacional como individual. La ejecución de esta evaluación se llevará a cabo en estrecha colaboración con el jefe del proyecto Biocultura y Cambio Climático, Javier Linares, así como con la responsable de Comunicación y Género del proyecto, Daniela Claros. Mediante un enfoque de investigación con métodos mixtos, este proceso evaluativo se basará en diversas fuentes de evidencia. Se aplicará un enfoque consultivo y participativo, involucrando activamente a la Red de Mujeres en el proceso de evaluación. La orientación adoptada no solo permitirá rendir cuentas y hacer un balance del progreso de los resultados durante la ejecución de la acción, sino que también se empleará para revisar los avances logrados hacia la consecución de los objetivos. Además, se identificarán áreas de mejora y deficiencias, y se formularán recomendaciones para posibles acciones correctivas en el futuro, si resulta necesario. Esta aproximación fomentará la apropiación integral de todo el proceso evaluativo, así como de los resultados que se obtengan de él. a) Criterios de Evaluación

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La intervención se evaluará en función de cinco de los criterios de evaluación del CAD: pertinencia, eficacia, eficiencia, sostenibilidad y coherencia.

b) Recogida y Análisis de Datos La evaluación se basará en tres líneas de evidencia: (1) Una revisión documental exhaustiva de la documentación del proyecto y de la literatura pertinente relativa a la intervención; (2) entrevistas de información clave (EIC); y (3) reunión participativa con la Red de Mujeres. c) Análisis Revisión documental La fase documental implica la elaboración de un índice conjunto de la documentación institucional que será preciso leer, analizar y sistematizar (estudios, notas técnicas, informes temáticos, entre otros), tomando como base el repositorio documental de Biocultura y Cambio Climático Entrevistas de Informantes Clave (EIC): Las entrevistas de los informantes clave se dirigirán a las principales partes interesadas: jefe de proyecto, responsable de Género y Comunicación y beneficiarias de la Red de Mujeres. Todas las entrevistas, siempre que sea posible, se realizarán por WhatsApp y se sistematizarán en función de cada pregunta de evaluación.

2.2 Criterios de Revisión, Preguntas de Revisión Clave y Escala de Calificación Para cada uno de los criterios de evaluación y sobre la base de las áreas específicas de análisis, se han desarrollado un conjunto de preguntas de investigación. Estas preguntas generales estructurarán la forma en que la evaluación pondrá a prueba las hipótesis y los supuestos de la teoría del cambio en que se basa el proyecto durante cada fase de la evaluación.

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Preguntas de evaluación Criterios PERTINENCIA (Enfoque de resultados)

Áreas de análisis

Preguntas de evaluación

Roles y Responsabilidades Sociales

P1: Las desigualdades de género suelen derivar en roles y responsabilidades diferenciados para hombres y mujeres. ¿Qué piensas sobre esto?

Capacidades y habilidades

P2: ¿En qué aspectos específicos sientes que has ganado más empoderamiento a través de tu participación en el proyecto?

Empoderamiento

P3: ¿Sientes que tu participación en este proyecto te ha empoderado en términos de la gestión integral para la resiliencia al cambio climático? ¿Por qué? P4: ¿Cuáles fueron las principales capacidades y habilidades relacionados con la gestión integral para la resiliencia al cambio climático que adquiriste durante el proyecto? P5: ¿Cómo has aplicado estos conocimientos y habilidades en tu vida diaria o en tu comunidad?

EFICACIA (Participación y propiedad)

Acceso a recursos y conocimiento Participación y toma de decisiones Violencia de género Empoderamiento económico

P6: Las mujeres y las niñas pueden enfrentar limitaciones en el acceso a recursos como tierra, agua y tecnología. También pueden tener un acceso desigual al conocimiento y la educación ¿Tu participación en el proyecto te ha permitido participar en la toma de decisiones y en la adopción de prácticas de adaptación al cambio climático en tu comunidad? P7: ¿Qué tipo de capacitación y fortalecimiento de capacidades adquiriste durante el proyecto y cómo lo has aplicado en tu vida diaria o en tu comunidad? P8: ¿Obtuviste herramientas para abordar la violencia de género a través de las capacitaciones? ¿De qué manera ha cambiado tu percepción sobre esta problemática? P9: ¿El proyecto te ha brindado herramientas o alternativas para tu empoderamiento económico?

EFICIENCIA

COHERENCIA

Vulnerabilidad y exposición

P10: Las mujeres pueden estar más expuestas a riesgos debido a factores socioeconómicos, culturales y geográficos, lo que puede agravar sus efectos en caso de desastres naturales o eventos climáticos extremos. ¿El proyecto te ha brindado herramientas para sobrellevar estos factores de riesgo y posibles alternativas para mejorar tu calidad de vida? P11: ¿El proyecto estuvo alineado con otras políticas y estrategias relevantes? (dirigida a responsables del proyecto)

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SOSTENIBILIDAD

P12: ¿En qué medida, las actividades respaldadas por el proyecto Biocultura pueden ser sostenibles? P13: ¿Qué hace falta para darle sostenibilidad al proyecto?

Puntuación del rendimiento del proyecto: Calificación

Descripción del rendimiento

4 Muy satisfactorio (siempre/casi siempre)

El rendimiento es claramente muy alto en relación con la pregunta/ criterio de evaluación. Los puntos débiles no son significativos y se han gestionado eficazmente.

3 Satisfactorio (en su mayor parte, con algunas excepciones)

Los resultados son razonablemente buenos en la mayoría de los aspectos de la pregunta/criterio de evaluación. No hay lagunas o debilidades significativas, o las menos significativas se han gestionado en su mayor parte de forma eficaz.

2 Moderadamente satisfactorio (a veces, con muchas excepciones)

El rendimiento es inconsistente en relación con la pregunta/criterio. Hay algunas debilidades graves. Cumple con las expectativas/ requisitos mínimos hasta donde se puede determinar.

1 No satisfactorio (nunca o de forma ocasional con claras debilidades)

El rendimiento es inaceptablemente débil en relación con la pregunta/ criterio de evaluación. No cumple las expectativas/requisitos mínimos.

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3. ANÁLISIS DE LA EVALUACIÓN 3.1 Pertinencia El análisis de la pertinencia implica reflexionar acerca de si el diseño y los objetivos del proyecto respondieron a las necesidades de las beneficiarias, tanto directas como indirectas, considerando aspectos relevantes como: i) los cambios en roles y responsabilidades, ii) el acceso a recursos, iii) la participación en la toma de decisiones y iv) las mejoras en la calidad de vida de las mujeres. Uno de los indicadores clave de la pertinencia del proyecto es la evaluación de los cambios en los roles y responsabilidades de las mujeres en la comunidad. El proyecto ha contribuido a la redistribución equitativa de las responsabilidades y ha empoderado a las mujeres para desempeñar un papel más activo en la gestión de riesgos climáticos. “La desigualdad de género es un tema difícil de tratar acá en el campo. Es más difícil deshacer a la mujer de sus roles bien asignados (…), en mi grupo hemos podido discernir un poco esos roles que nos atan, gracias al apoyo del proyecto. Se ve mucho el antes y el después. Antes ni siquiera

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podíamos hablar, nos ocultábamos detrás de una persona, pero ahora ya podemos expresarnos, decir lo que sentimos, lo que queremos, más allá de nuestra asociación, ahora nos expresamos y nos hacemos valer en un sindicado, en ampliados”. “Existe mucho machismo, pero luego de las capacitaciones con Biocultura se hace algo. Las mujeres nos reunimos, algunas se muestran más tímidas y no participan porque dependen de la decisión del cónyuge o de lo que digan los hombres (…). En mi caso, he podido participar, pero no a nivel de municipio. En Paicho [municipio de El Puente] hay poca participación. Sin embargo, la organización de mujeres es la organización más fuerte, porque a nivel de grupo se logran los más grandes apoyos, la de transformación del durazno, por ejemplo”. “En nuestras organizaciones los socios fundadores llegaban a los 65 años y tenían que dejar a los hijos, nos ha costado hacerles entender que deberían dejar la titularidad a nosotras las mujeres, pero de a poco se está logrando”. “Nosotras antes no nos animábamos a tocar la máquina, esperábamos a que alguien nos lo prenda, que venga el ingeniero. Ahora ya nosotras mismas nos valemos, hemos aprendido y eso es muy valorable y apreciado por nosotras”. “Ha sido muy importante la intervención del proyecto para que el trabajo de captura y esquila de las vicuñas sea de forma rotativa e inclusiva a la mujer. Antes, el esquilador tenía que ser un varón. Varias compañeras hacen muy bien la esquila manual, las hemos mandado para que se capaciten en lo que es la esquila mecánica (…). No les ha sido fácil, era más de un día [la capacitación] y significaba abandonar sus casas, dejar a los hijos. Luego de esto se las empezó a incluir, los hombres decían: ‘mira, ¿ella está esquilando?’. Para la esquila se requiere mayor fuerza (…), se decía que el hombre tenía más habilidad para el corte de la vicuña, pero ahora tenemos una compañera jovencita que hace excelente esquila con un vellón completo, no pedaceado, enterito, con un corte prolijo. Muchas de estas ideas están cambiando, antes se decía que ellos [los hombres] no podían hacer el embullonado o limpieza de la fibra porque esa tarea era para las mujeres. Esas cosas chiquitas, pero que son enormes, hacen mucho para el cambio”. “Se hizo un curso en el sector de Uyuni para sacarle un 10 por ciento más a la fibra [de camélidos] y así tener mayor mercado y también precio. Han ido compañeros varones, nosotras hemos decidido que ellos también asistan”. La participación activa de las mujeres en proyectos de resiliencia al cambio climático es pertinente y puede generar beneficios significativos tanto para las mujeres como para sus comunidades. Las soluciones al CC requieren una comprensión completa de las dinámicas de género y la incorporación de enfoques sensibles al género para abordar los desafíos climáticos de manera más efectiva y equitativa. Biocultura fue pertinente dado que facilitó la participación de las mujeres en la toma de decisiones locales sobre la gestión de recursos naturales y el uso de la tierra. El proyecto ha promovido la participación de mujeres en la conservación de ecosistemas, como la creación y gestión de reservas naturales locales. Estas acciones son altamente pertinentes. Esto contribuye a la protección de la fauna y flora locales y promueve el ecoturismo sostenible. “El proyecto ha sido nuestra escuela: el liderazgo, la participación activa, la toma de decisiones. Los logros han sido bastantes, pero sigue habiendo propósitos por cumplir”.

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“Efectivamente, hemos conformado un Comité de Defensa del territorio en Villazón, y el 50 por ciento ha sido liderado por mujeres. Se ha ido alternando la presidencia y se logró actualizar el reglamento de la regional con perspectiva de género (…) Más de 20 años estuvimos denunciando a personas que intimidaban a los dirigentes de la comunidad porque nuestras vicuñas van al territorio a tomar agua, a pastear al territorio argentino, les querían demandar internacionalmente (…) Se hizo un amparo, no cedimos nuestro territorio y vimos otras alternativas. Finalmente, se dio el juicio en Villazón y se lo ganó, se ganó el juicio a favor de las comunidades, pero ellos [la parte argentina] no se quedaron contentos e hicieron una apelación a Sucre [ante el Tribunal Constitucional Plurinacional]. No tenemos recursos para llevar adelante este proceso. Actualmente yo soy la vicepresidenta (...), el proyecto me ha empoderado e impulsado como líder local”. “Poder conservar lo que es la fauna, la flora, las vertientes [área protegida de Villazón]. Y eso nos llevó a una consciencia total para poder gestionar lo que es la Ley del Área Protegida Municipal, nos llevó cuatro años (…) Cuando estaba asumiendo el cargo dirigencial en la regional, me tocó consolidar la Ley Autonómica Municipal en 2018. Se logró la declaración, ¡fue uno de los grandes logros! Primó lo que era defender el territorio (…) También logramos reglamentar el área. Luego de tener el reglamento dejé de ser dirigente, sin embargo, dejé encaminado el Comité de gestión del área para trabajar de forma conjunta con el municipio. El día de hoy cuenta con todos los instrumentos legales como son la declaración del área, la reglamentación, la zonificación, el Comité de gestión. Ahora nos encontramos con barreras porque no se ha logrado conseguir recursos económicos para tener la parte operativa del área, nos encontramos haciendo las gestiones para que se pueda coordinar”. “Ahora estamos promoviendo al municipio [Santiago de Huata] como un municipio turístico (…) hemos empezado por reconocer que sí es real el cambio climático. Tenemos que conservar y aprovechar, ahora se produce frutales que antes no daba (…) Tenemos que conservar a la madre tierra e identificar este cambio, ya no es lo mismo que hace 30 años atrás”. “Como mujeres somos más vulnerables, estamos expuestas a muchas cosas. Estar en el cargo dirigencial es muy complicado, si toca salir a reuniones en otros departamentos, nos lleva tiempo dejar a la familia, a los hijos. Implica tiempo y ahí sí estamos vulneradas. Nos dicen que dejamos a las familias, a los hijos”. El proyecto ha contribuido a mejoras tangibles en la calidad de vida de las mujeres en las áreas de intervención. Se ha mejorado la seguridad alimentaria, la salud, la educación y los ingresos de las mujeres como resultado de las acciones de género ejecutadas por Biocultura. “El proyecto ha permitido un mejoramiento en nuestra economía. Nos han dotado de trébol y estamos alimentando a los conejos y en este invierno las vacas lecheras siguen produciendo leche gracias al trébol. Los días de feria llevamos nuestros conejitos a vender y los quesitos (…). Estamos muy fortalecidas en el tema económico. El proyecto nos ha abierto una ventana para fortalecernos económicamente, sabemos que nuestra vaca va a dar tres o cuatro quesos diarios, es poco, pero seguro (…) contamos con ese dinero y eso es gracias a que el proyecto nos ha dado trébol, han tenido esta iniciativa para que tengamos verdeo todo el año. También tenemos nuestra motobomba y sacamos agua del río, bombeamos y todo eso es muy favorable para el tema económico, nos han dejado en buenas condiciones”.

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“Hemos mejorado la alimentación de nuestras familias, hemos aprendido a utilizar nuestro tarwi que tiene un alto contenido de proteínas (…) lo mismo con el haba, los diferentes preparados. En Colomi siempre hemos comido de manera desproporcional, no tenemos acceso a la carne todos los días, pero sí al tarwi que sustituye muy bien a la carne. Hemos mejorado nuestra salud, nuestros cultivos y ahora sabemos lo que estamos comiendo”. “Se mejoró los ingresos, volvimos a revalorizar qué semillas son las más aptas ante el cambio climático, revalorizando todos esos conocimientos ancestrales. En el tema ganadero hemos aprendido a guardar forrajes cuando tengamos condiciones para sembrarlos, así como la rotación de territorios, tema de pastoreo en verano e invierno para poder garantizar el alimento familiar y poder vender el excedente”. “El programa ha ayudado en la introducción de llamas caras que tienen mayor proporción de carne y la otra comunidad que está haciendo el proceso del charque compra a las comunidades productoras. El proceso de crianza es largo, son como dos años para poder vender (…). Se siente una mejora en la economía familiar que administramos las mujeres”. “El proyecto nos ha capacitado en técnicas de riego. Nos han apoyado porque antes regábamos en un día enterito, ahora con el sistema de riego que nos han enseñado, tenemos tiempo para poder conversar, dedicar ese tiempo a nosotras mismas. Aplicamos el sistema [de riego] y tenemos más tiempo para dedicarlo a otras cosas, ahorrar ese tiempo y utilizarlo para nosotras, para conversar, reír y hablar de nosotras”. “Nos han prestado maquinarias [Biocultura] que están en nuestra sede. El otro día estábamos trillando tarwi en la forma tradicional y entre todas tardábamos dos días, mínimo. Las más jóvenes estábamos adaptando la trilladora, lleva tiempo adaptar (…), la trilladora para haba también es para el tarwi, pero hay que adaptarlo, se requiere de tiempo, entonces las señoras han empezado a trillar a mano, pero con la trilladora lo hemos hecho en una hora lo que teníamos que trillar en dos días. Esto nos devuelve el tiempo para nosotras. Sucede lo mismo con la fumigadora, con la motobomba. Estás han sido las ventajas que nos ha proporcionado el proyecto. Hay una mejoría con la reducción de los tiempos de trabajo, nos estamos organizando mejor”. El empoderamiento de las mujeres es un indicador clave de la pertinencia del proyecto. Las mujeres han ganado confianza, habilidades y conocimientos que les permiten tomar decisiones informadas y liderar iniciativas de resiliencia climática. Se ha fortalecido las capacidades y el liderazgo de las beneficiarias. Biocultura ha ejecutado iniciativas que fortalecen las habilidades y el liderazgo de las mujeres en la gestión de proyectos de resiliencia climática, como la planificación de emergencias y la gestión de recursos hídricos, son altamente pertinentes. “En mi grupo somos 18 mujeres. Yo asumo el cargo de secretaria de actas. Hay distintas organizaciones: agua potable, asociación de mujeres productoras (…). Con el proyecto Biocultura hemos sacado nuestra personería jurídica como asociación de mujeres, esto nos abre puertas y es una ganancia grande para las mujeres en Colomi”. “Hoy por hoy la mujer se está empoderando, antes la mujer aymara, originaria, no era visible, no podía estudiar, era para la cocina, para el fogón, para el sexo (…) Mi madre me decía: ‘no quiero que seas ciega, sorda, muda como yo’ y ahora yo lo logré. El proyecto me ayudó a empoderarme. Soy

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concejala y estoy aplicando lo que me enseñaron para compartir con mis hermanas de Santiago de Huata”. El proyecto ha mejorado el acceso de las mujeres a recursos críticos, como tierra, agua y semillas. Estas mejoras en el acceso a recursos han fortalecido la resiliencia de las mujeres y sus familias frente al cambio climático. El proyecto ha intervenido en regiones agrícolas afectadas por el cambio climático. La capacitación a las mujeres en prácticas agrícolas adaptadas al clima, como la selección de cultivos resistentes a la sequía o la gestión de sistemas de riego eficientes, son altamente pertinentes. Esto asegura la seguridad alimentaria de las comunidades locales y aumenta la resiliencia de la agricultura. El proyecto involucró a mujeres en la gestión sostenible del agua en áreas propensas a sequías. Se les brindó capacitación sobre la importancia de la gestión sostenible del agua y los desafíos relacionados con la disponibilidad y la calidad del agua en sus comunidades. Se promovieron prácticas como el reciclaje de agua y la siembra de agua en municipios como Curahuara de Carangas (Oruro), para garantizar un uso eficiente y responsable de los recursos hídricos en los municipios priorizados. Se capacitó a las agricultoras locales en prácticas de agricultura sostenible, como la agricultura de conservación y la gestión eficiente del riego, para minimizar el desperdicio de agua, así como la promoción de la siembra de agua que implica la restauración de ecosistemas locales, como la revegetación de áreas degradadas. “Hemos recibido capacitación y a partir de esto. [Nosotras] tenemos la responsabilidad individual en la gestión del agua, tenemos una responsabilidad para el uso adecuado dentro del hogar y la comunidad”. “Nos han capacitado sobre cuidado del agua, cosechar agua en tiempo de lluvia, las parcelas a goteo, cuidar los ríos, el medio ambiente, el manejo de la basura. Y nosotras estamos socializando en la comunidad todo lo que hemos aprendido con Biocultura”.

Rendimiento del proyecto Considerando todo lo expuesto en este acápite, puede concluirse que hubo pertinencia entre las actividades diseñadas por el proyecto Biocultura y las principales acciones de género y comunicación ejecutadas. Es importante destacar la importancia de la comunicación efectiva en la promoción de acciones de género y en la sensibilización sobre la resiliencia al cambio climático. La comunicación inclusiva y sensible al género ha ayudado a movilizar a las comunidades y a crear conciencia sobre la importancia de abordar el cambio climático. Según el criterio de calificación definido en este documento, el rendimiento del proyecto es claramente muy alto, es decir, los puntos débiles no son significativos y el proyecto se ha gestionado de manera adecuada. Así, en esta dimensión, el proyecto puede asignarse la máxima puntuación: 4 muy satisfactorio.

3.2 COHERENCIA En este punto, se realiza la evaluación del proyecto respecto al diseño e implementación de las acciones de género y comunicación desde la perspectiva de la coherencia, analizando si éstas se alinean con otras políticas y estrategias relevantes.

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Las acciones de género en el proyecto han contribuido directamente a los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la igualdad de género (ODS 5) y la acción por el clima (ODS 13), resaltando la coherencia entre el proyecto y la agenda global de desarrollo sostenible. En este sentido, Biocultura se alinea con estrategias nacionales o locales de género y adaptación al cambio climático, enfocándose en la integración de enfoques de género en la toma de decisiones y la planificación de medidas de resiliencia. El proyecto se alinea con la política nacional de cambio climático del país. Las acciones de género se integran en la estrategia nacional, asegurando que las medidas sean coherentes con los objetivos climáticos. El proyecto ha trabajado en estrecha colaboración con las autoridades locales y los gobiernos municipales para garantizar que las acciones de género estén alineadas con las políticas y estrategias gubernamentales. Esto promueve la coherencia entre el proyecto y las prioridades de desarrollo local y asegura que las medidas de resiliencia sean coherentes con las necesidades y roles de las mujeres en las comunidades Se establecieron alianzas con socios estratégicos, lo que aportó conocimientos especializados y recursos adicionales para aumentar la eficiencia de las acciones y evitar la duplicación de esfuerzos. El proyecto ha promovido la consolidación de una Red de Mujeres para abordan cuestiones de género y cambio climático. Esto garantiza la coherencia con las estrategias y acciones más amplias en el ámbito nacional y/o regional. El proyecto Biocultura ha promovido una comunicación fluida y la compartición de conocimientos entre todas las partes interesadas, incluyendo instituciones públicas, organizaciones no gubernamentales y comunidades locales. Esto asegura que todos estén alineados en la visión y los objetivos del proyecto. Se ha establecido una coordinación efectiva en las que se abordó la seguridad alimentaria y la gestión de recursos naturales en el marco de las acciones de género en el proyecto se alinean con los esfuerzos para fortalecer la resiliencia de las comunidades rurales.

Rendimiento del proyecto Teniendo presente las actividades implementadas y los logros conseguidos por Biocultura, el rendimiento del proyecto en esta dimensión está calificada con 4 puntos, la máxima puntuación: muy satisfactorio.

3.3 Eficacia y eficiencia La evaluación de la eficacia de las acciones de género y comunicación en el proyecto tiene que ver con la participación de las mujeres en todas las etapas y su propiedad y liderazgo en acciones de empoderamiento. Asimismo, la evaluación de la eficiencia de las acciones de género y comunicación en el proyecto está relacionada con la coordinación y la armonización de esfuerzos. La eficacia del proyecto se mide no solo por los resultados, sino también por la inclusión y participación activa de las mujeres en todas las etapas del proyecto. Biocultura ha promovido la propiedad y el liderazgo de las

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mujeres en las acciones de empoderamiento. La Red de Mujeres ha participado en la implementación y la evaluación, además de aportar ideas para la planificación de la segunda y tercera fase del proyecto. Este es un indicador clave de su eficacia. Por otro lado, la inclusión de mujeres en proyectos de resiliencia al cambio climático puede aumentar la eficiencia en la implementación de medidas, mejorar la productividad y maximizar el impacto de las intervenciones en la lucha contra el cambio climático. Las mujeres desempeñan un papel crucial en la agricultura. El proyecto ha promovido prácticas agrícolas sostenibles, como la agricultura de conservación a través de la capacitación a las mujeres en técnicas de cultivo eficientes y en la gestión de recursos hídricos, lo que mejora la seguridad alimentaria y la resiliencia al cambio climático. “En la parte agrícola nos han apoyado con la dotación de semillas de haba, trébol y tarwi. También nos han capacitado en el uso de bioinsumos (…) Las capacitaciones han sido dirigidas hacia el manejo de bioinsumos y también hacia el uso del riego (…) Hemos recuperado conocimientos ancestrales sobre el tarwi, mejorando nuestros cultivos y alimentación familiar”. “Además de apropiarnos de técnicas de riego y cultivos, hemos recuperado nuestra cultura, en el caso del tarwi ya no manejábamos, se estaba olvidando esa práctica de ponerlo al borde de las parcelas para el cuidado mismo del otro cultivo, se empezó a recuperar con el proyecto. Hemos aprendido sobre los diferentes preparados de tarwi y el reconocimiento de las diferentes especies”. “Nos hemos organizado y hemos entregado papa al supermercado en Santa Cruz. Hemos llegado a entregar una buena cantidad de papa, eso nos ha abierto una expectativa muy grande (…) A pesar de ser un objetivo, no hemos podido seguir porque en nuestro país la papa sube, baja, no hay precio fijo y no hemos podido abastecer el mercado porque la demanda era muy alta. Estamos sembrando haba, queremos acopiar y entregar a un lugar fijo nuestra producción (...) La papa es muy pesada para nosotras. “He podido ser parte de la primera fase del proyecto Biocultura. Nos hemos capacitado en temas de riego y mejoramiento de canales (…) Sobre todo, hemos recuperado las prácticas ancestrales. A mí sí me empoderó el proyecto, sigo participando como persona de base”. “Atravesamos el problema de escases de lluvias, escases de agua para la cosecha y la producción. Acá son minifundios, muy productiva, pero el factor determinante es el agua. Hemos aprendido a hacer pequeños atajados para hacer más sostenible la parte del riego”. La educación y la concientización son fundamentales para la resiliencia climática. Biocultura ha promovido la educación de las mujeres en temas ambientales y climáticos, con la finalidad de tomar decisiones informadas sobre la gestión de recursos y la adaptación al cambio climático. Las mujeres suelen ser agentes de innovación y adaptación local. El proyecto ha fomentado la recolección y difusión de conocimientos tradicionales y prácticas adaptativas lideradas por mujeres para aumentar la resiliencia de la comunidad; así como el impulso de alianzas entre mujeres líderes en la resiliencia climática para amplificar el impacto de las iniciativas. Estas redes permiten el intercambio de conocimientos y experiencias, así como el apoyo mutuo en la implementación de medidas efectivas. “Hay compañeras que han salido adelante a pesar del abandono del marido. Ellos no las dejaban salir y ahora que se han desintegrado familias, las mujeres ya no se quedan ahí, entre nosotras mismas

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nos apoyarnos. Nos hemos comprometido, gracias a lo que no hemos capacitado con el proyecto, a caminar de manera conjunta, a ser solidarias y a seguir aprendiendo juntas, a salir adelante”. “A otras compañeras se las ha invitado para aprender cuál es el proceso del charque (…) En consenso con el marido se le ha dejado participar, cada vez es mayor la participación, estamos venciendo barreras en las comunidades para así podernos capacitar a las mujeres”. “Hay que seguir concientizando (…) antes no se permitía que el socio titular sea mujer, era muy poco, ahora hay de todo. ¿Cuándo llegaba una mujer a la dirigencia de la regional? No había. Ahora se está integrando y dejando participar, nosotras ya nos animamos, nos hemos permitido levantar la voz y apoyándonos en nosotras mismas. Eso también nos ha empoderado el proyecto”. Una gestión eficiente de los recursos y la colaboración efectiva entre actores múltiples son esenciales para maximizar el impacto del proyecto. Biocultura ha fomentado la coordinación y la colaboración entre múltiples actores, como organizaciones gubernamentales, ONG, comunidades locales y otras partes interesadas. El proyecto Biocultura ha evitado la duplicación de esfuerzos y recursos al coordinar sus actividades con otros proyectos o programas relacionados con la resiliencia climática y la igualdad de género en la misma área geográfica. “Hubo bastante aporte, el proyecto Biocultura con el socio ejecutor PROMETA, prácticamente, fue nuestra escuela para consolidar la participación de la mujer (…) Yo empecé activamente el 2011, me dejaron empezar porque antes no me dejaron [en la comunidad]. Fue muy valorado el apoyo del proyecto no tan solo desde perspectiva de género, si no tener una conciencia y revalorización del medio ambiente. Mediante la promoción de prácticas agrícolas sostenibles, como la agricultura de conservación, las mujeres pueden mejorar la eficiencia en la producción de alimentos, lo que lleva a mayores rendimientos y seguridad alimentaria. Biocultura ha fomentado la creación de grupos de mujeres para compartir recursos, conocimientos y experiencias en la implementación de estrategias de resiliencia, lo que aumenta la eficiencia y el aprendizaje colectivo. “Nos hemos abocado a lo que es el tema del agua y el cambio climático. El tiempo de la pandemia las comunidades nos hemos quedado sin alimentos por la helada y la granizada. Nos hemos visto afectadas en los cultivos, el ganado no tenía pasto para sobrevivir (…) Esto nos ha llevado a ver otras estrategias con el tema del ganado, muchos compañeros y compañeras han valorado el trabajo a favor de la fauna silvestre, camélido y vicuña, incluso con otros pisos ecológicos, el tema del maíz, durazno (…) Justamente durante dos temporadas de siembra el proyecto Biocultura ha podido ingresar a esas comunidades, porque se mostró resultados. Hemos llegado a sembrar forrajes, llevar estiércol, se ha sembrado algunas pasturas (…) Entonces, se hizo intercambio o se cosechó las pasturas para conservarlas. Algunas comunidades que pertenecían a la regional, se dedicaron a la conservación de la semilla. Gracias a Biocultura se ha revalorizado la semilla de maíz y papa para ver cuál es el más fuerte, cuál sobrevive a una granizada, a una helada y ser resilientes frente al cambio climático”. “En la ganadería se ha introducido reproductores en cuanto a camélidos. Varias familias han logrado tener otra capacidad de ingresos con la venta de charque de llama. Con esa visión en las otras

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comunidades estamos tratando de reconducir, ver como comunidad para ir mejorando. Eso nos ha dejado el proyecto”.

Rendimiento del proyecto Con base en la evaluación, puede asignarse al rendimiento de estas dimensiones la calificación de 4 puntos, es la máxima puntuación: muy satisfactorio. El proyecto ha utilizado eficientemente los recursos financieros, humanos y tecnológicos disponibles para implementar las acciones de género y comunicación. Se ha optimizado los recursos mediante la cooperación y el trabajo en red.

3.4 Sostenibilidad En esta dimensión, muchas de las actividades impulsadas por el proyecto Biocultura continúan realizándose; sin embargo, se ha identificado —a través de las entrevistas— que aún existe la demanda de capacitación y acompañamiento continuo. Se requiere que los beneficios de la implementación perduren más allá de la intervención del proyecto. Para algunas de las beneficiarias, la sostenibilidad estaría garantizada a través de una capacitación continua sobre la importancia de la conservación de recursos naturales, como la gestión sostenible del agua, la reforestación y la conservación del suelo; además de la ampliación del segmento de beneficiarias para comprender cómo estas prácticas contribuyen a la resiliencia climática. “Las capacitaciones nos siguen haciendo falta. Queremos seguir aprendiendo y empoderándonos [como grupo de mujeres]. Ahora que estamos en etapa de cierre, siento como un bajón en mis compañeras (…) ya no hay seguimiento, muchas piensan: ‘lo dejaremos, no haremos esto, no hay obligación de hacerlo’. Esa es una dificultad, sobre todo para quienes estamos dirigiendo el grupo”. “Biocultura nos ha capacitado. Por parte del Gobierno municipal no hay capacitaciones ni acercamiento, mientras que con el proyecto era constante, el ingeniero estaba en las reuniones, venía a las parcelas (…). Eso extrañamos, se siente ese bajón”. La sostenibilidad del proyecto dependerá en gran medida de la participación activa y el compromiso continuo de las beneficiarias. Al empoderar a las mujeres dentro de las comunidades y alentar su implicación en la protección del medio ambiente y la adaptación al cambio climático, se crea un camino hacia un futuro más sostenible y resiliente. Es importante replicar lo aprehendido mediante campañas de concientización para las futuras generaciones. Esto asegura que el conocimiento y la comprensión de la resiliencia climática se transmitan permanentemente. “Nosotras tenemos que seguir sosteniendo el proyecto, lo que es las actividades. Hay que seguir replicando lo que hemos aprendido, lo que hemos revalorizado. Ha sido bonita la enseñanza porque ya ha sido incorporada a nuestras familias, a nuestro cotidiano, a nuestro vivir. Podemos distribuir

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mejor nuestro tiempo, especializarnos en algo, seguirnos capacitando y seguir con las prácticas”. “El tema de la participación de la mujer es obligatorio, vamos a seguir participando y apoyando desde donde estemos, así dejemos de ser dirigentes. La idea es seguir incorporando las enseñanzas que nos ha dejado el proyecto y seguir con más logros”. “Los objetivos [del proyecto] se han cumplido, pero de esas metas y objetivos siguen saliendo más propósitos. Entonces no se acaban, tampoco nuestra participación”. El proyecto ha empoderado económicamente a muchas de las mujeres beneficiarias a través de iniciativas sostenibles, como la producción y comercialización de productos locales que les ha permitido generar ingresos y reducir la vulnerabilidad al cambio climático. Se pudo identificar que, en muchos casos, se apoyó a mujeres emprendedoras en la producción de alimentos orgánicos, lo que contribuye —sin duda— a la sostenibilidad económica y ambiental. Algunas de las integrantes de la Red de Mujeres consideran necesario promover la sostenibilidad a través de la diversificación económica dentro de la comunidad. Esto puede incluir el apoyo a la agricultura diversificada, la creación de fuentes de ingresos alternativas y el fomento del emprendimiento local para reducir la dependencia de actividades vulnerables al clima. “Para darle sostenibilidad al proyecto tenemos que apoyarnos más en cuanto a captura de mercados, comercializar, acopios de fruta disecada, participar en ferias grandes a nivel nacional. Yo participé dos o tres veces en Cochabamba, en representación de mi comunidad. Hace falta un estímulo para que las mujeres saquen su producto”. “Bueno, con el SPG [Sistema de Garantía de Producción] nos hemos certificado, tenemos una certificación agroecológica de parte del gobierno, tenemos nuestro sello, pero es en vano (…) en hortalizas, producción de arvejas, eso es algo que ha quedado como abierto, que no ha sido muy concretado porque acá no se valora ese sello, ese esfuerzo más de producción agroecológica, y no hemos encontrado un mercado donde llevar este tipo de productos (…) esto ha quedado un poco suelto con el proyecto Biocultura”. “Hemos sido capacitadas con los talleres para producir durazno, uva, verduras, tenemos una parcela con producción orgánica (…), cuando se saca harto se vende, el durazno lo hacemos pelón”. “Nos han capacitado para la elaboración y transformación de frutales, pero el problema está en la comercialización, nadie nos ayuda a abrir mercado, no se ha apoyado con el SENASAG (…), esto hace que las compañeras se desanimen”. “En Santiago de Huata contamos con un criadero de truchas, hemos recibido asesoramiento (…) éramos 80 mujeres, ahora quedaron 10. Hace falta esa capacitación, muchas mujeres llegan a sentirse desesperadas, se rinden. Hace falta el fortalecimiento y que nos acompañen”. Sin duda alguna, la consolidación de la Red de Mujeres tiene el potencial de generar alianzas sostenibles para el intercambio de conocimientos y de acción continua.

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“En Paicho [El Puente] tenemos reuniones del Club de Mujeres y a nivel cantonal, que es cada 20 de cada mes. El tema ‘cambio climático’ está presente. También hay reuniones a nivel zonal cada dos o tres meses, ya que contamos con dos subcentrales. Las mujeres participamos en las campañas fitosanitarias, en la producción de la fruta y el mejoramiento de canales de riego, gracias a las capacitaciones, de este modo vamos compartiendo con otras mujeres estos conocimientos que nos brindó el proyecto. Tenemos que buscar alianzas para seguir creciendo”.

Rendimiento del proyecto Con base en la evaluación, puede asignarse al rendimiento de esta dimensión la calificación de 2 puntos, es decir, un logro moderadamente satisfactorio. Sin embargo, la consolidación de la Red de Mujeres y el fortalecimiento de las capacidades de los gestores bioculturales tienen la potencialidad de replicar las acciones, incrementar el número de beneficiarias y gestores para dar de esta forma continuidad al proyecto Biocultura.

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4. Conclusiones y Lecciones Aprendidas A partir de la evaluación es posible extraer algunas conclusiones y lecciones aprendidas que puedan ser asumidas a futuro.

4.1 Conclusiones No se logró la elaboración directa de políticas públicas sensibles al género; sin embargo, se avanzó significativamente al desarrollar procesos encaminados a su consecución. A través de enfoques y medidas específicas, se sentaron las bases para la futura formulación de políticas que consideren de manera integral las cuestiones de género en el ámbito público

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4.2 Lecciones Aprendidas Clave Lección Aprendida 1: Inclusión de Perspectivas de Género en la Implementación: Durante la ejecución del proyecto, se identificó la necesidad de una mayor promoción de la equidad de género en las actividades. A pesar de los esfuerzos realizados para empoderar a las mujeres en el contexto del cambio climático, se reconoce que la inclusión de los hombres en los espacios de capacitación y diálogo es esencial para lograr un futuro sostenible y equitativo. Esta lección resalta la importancia de considerar activamente las perspectivas de género en todas las etapas de implementación para garantizar una participación inclusiva y equilibrada.

Lección Aprendida 2: Potenciar la Certificación Agroecológica: A medida que el proyecto avanzó y mejoró la calidad de la producción agrícola en los municipios prioritarios, surgió una lección clave. Se identificó la necesidad de brindar un acompañamiento más sólido a las productoras en el proceso de certificación agroecológica. Esta lección subraya la importancia de ofrecer apoyo específico y asesoramiento a las productoras para que puedan abrazar prácticas agrícolas certificadas y amigables con el medio ambiente. Este enfoque no solo mejora la sostenibilidad de la producción, sino que también refuerza la importancia de la capacitación continua y el respaldo técnico en proyectos futuros.

Lección Aprendida 3: Mantener el Compromiso y la Participación Activa: La experiencia ha demostrado que es crucial mantener el interés y la participación activa de la Red de Mujeres en los procesos de toma de decisiones dentro de sus comunidades. Esta lección enfatiza que una participación sostenida garantiza una influencia continua en la implementación y promoción de soluciones climáticas inclusivas.

Lección Aprendida 4: Potenciar la Difusión de Voces Femeninas: Se ha confirmado la relevancia de promover la difusión del material audiovisual y los reportajes producidos por mujeres jóvenes. Esta estrategia permite que las voces femeninas sean escuchadas y respetadas en temas críticos para el desarrollo y la sostenibilidad. La lección aquí es que la visibilidad de estas voces es esencial para un cambio real y duradero.

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Lección Aprendida 5: Fortalecimiento de Capacidades de Liderazgo: La experiencia ha señalado la importancia de fortalecer las capacidades de liderazgo de los gestores y gestoras bioculturales para difundir conocimientos e interactuar con la comunidad. Esto resulta esencial para desmitificar conceptos, disipar temores sobre el cambio climático y dar sostenibilidad al intercambio de conocimientos.

Lección Aprendida 6: Diseño de Estrategia de Comercialización: Se ha reconocido que, a pesar de los beneficios obtenidos por las mujeres en términos de mejora de ingresos económicos y recursos alternativos, se requiere una estrategia de comercialización. La lección aquí es la importancia de cerrar el circuito de producción y comercialización con una perspectiva sensible al género para lograr un enfoque completo y sostenible.

Lección Aprendida 7: Valoración del Tiempo y Empoderamiento: Se ha constatado que las mujeres enfrentan una desproporción en el tiempo dedicado al trabajo no remunerado, lo cual limita sus oportunidades de desarrollo personal, educativo y laboral, así como su participación en la comunidad. El proyecto ha demostrado que la optimización de su tiempo a través del uso de bioinsumos, técnicas de riego mejoradas y maquinaria eficiente en la producción de alimentos, brinda a las mujeres una oportunidad crucial para empoderarse y equilibrar su carga laboral.

Lección Aprendida 8: Superación de Barreras a la Participación Femenina: La evaluación ha revelado que las acciones de género y comunicación implementadas por el proyecto han superado las barreras que históricamente limitaban la participación de las mujeres en espacios de decisión y el intercambio de experiencias. Se identificó que muchas mujeres no eran consideradas como destinatarias y tenían temores para expresar sus opiniones debido a su falta de experiencia en procesos participativos. Esta lección destaca la importancia de crear entornos inclusivos y alentadores para la participación femenina.

Lección Aprendida 9: Alianzas Estratégicas para el Éxito de las Iniciativas de Comunicación y Género: Se ha confirmado que el éxito de las iniciativas de comunicación y género depende de la generación de alianzas estratégicas con autoridades locales y organizaciones sociales. Estas alianzas no solo fortalecen la difusión y el impacto de las acciones, sino que también crean un entorno propicio para el empoderamiento de las mujeres en la gestión integral para la resiliencia al cambio climático.

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Lección Aprendida 10: Adversidad y Resiliencia ante la Interrupción del COVID-19: Esta situación tuvo un impacto significativo en las acciones de género e intervención del proyecto, llevando a una paralización de casi ocho meses. Durante la crisis, se aprendió la necesidad de contar con planes de contingencia sólidos que permitan una rápida reacción ante situaciones disruptivas como pandemias. La paralización temporal de las actividades resaltó la importancia de diversificar las estrategias de intervención y de implementar herramientas tecnológicas y virtuales para mantener el flujo de comunicación y la continuidad de la participación.

Además, esta situación desafió a repensar los procesos de intercambio de conocimientos y aprendizajes. La recuperación de los aprendizajes e intercambios perdidos durante el período de paralización requerirá de un enfoque innovador. Alternativas como la creación de plataformas virtuales para compartir experiencias, la organización de webinars y la realización de encuentros virtuales pueden ser exploradas para retomar y fortalecer el diálogo y la colaboración.

Lección Aprendida 11: La resiliencia y la adaptabilidad son esenciales para enfrentar crisis imprevistas: Es necesario incorporar la flexibilidad en la planificación y la implementación del proyecto, preparándose para diversos escenarios y contando con estrategias para mantener el progreso y el aprendizaje incluso en situaciones desafiantes. La pandemia del COVID-19 ha subrayado la importancia de la resiliencia y la innovación en la implementación exitosa del proyecto Biocultura en tiempos de incertidumbre global.

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5. Recomendaciones Teniendo presente lo señalado en los capítulos precedentes, la “Evaluación de las acciones de género para el empoderamiento de las mujeres en el marco de la gestión integral para la resiliencia al Cambio Climático” sugiere al proyecto Biocultura y Cambio Climático tomar en cuenta las siguientes recomendaciones para la implementación de acciones futuras:

1. Identificación de Actores Clave: Antes de implementar futuras intervenciones, se recomienda realizar un ejercicio previo para identificar a las y los actores clave dentro de las comunidades. Esto asegurará que las voces y contribuciones más relevantes sean consideradas, lo que enriquecerá la efectividad y el impacto de las acciones de género.

2. Seguimiento Integral: Es fundamental dar un seguimiento continuo a los acuerdos establecidos, las acciones de capacitación y los indicadores de progreso. Este seguimiento garantizará la sostenibilidad a largo plazo del proyecto y permitirá ajustes en tiempo real según sea necesario.

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3. Comunicación y Visibilidad: Se sugiere destacar que abordar los desafíos del Cambio Climático representa una oportunidad para mejorar la calidad de vida y las condiciones de los grupos vulnerables. Para lograr esto, es esencial compartir públicamente la información desarrollada, de manera que la ciudadanía pueda comprender los conceptos clave y su relevancia.

4. Taller de Cierre Inclusivo: Se recomienda organizar un taller de cierre en colaboración con la Red de Mujeres y otros sectores relevantes, como organizaciones de la sociedad civil, la academia y el sector privado. Este taller permitiría compartir experiencias, conocimientos y lecciones aprendidas, fomentando la colaboración y la generación de ideas para futuras iniciativas.

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