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Presentación

La presente publicación, a manera de catálogo, se propone conformar la memoria de una exposición: Arte Negro 50+50. Esta muestra, más que un nuevo montaje testimonial, buscó articular parte de las piezas y fotografías exhibidas hace 50 años, en la primera muestra de Arte Negro que tuvo lugar en Uruguay, realizada en la Sala de Exposiciones Temporarias del Museo de Arte Precolombino. Bajo la dirección de Francisco Matto y Ernesto Leborgne, la muestra reunió entonces 82 piezas de diferentes círculos socioculturales de África, principalmente occidental y central. Aquella exposición remitía, a su vez, a la Première exposition d’art nègre et d’art océanien, organizada por Paul Guillaume y André Level (París, 1919), de destacada repercusión e importancia para el arte moderno.

Los artefactos exhibidos en la primera de las exposiciones uruguayas pertenecieron a artistas y allegados del Taller Torres García: Augusto Torres, Manolita Piña de Torres García, Alfredo Cáceres, Fernando Mañé, Eduardo Yepes, Amalia Nieto, Guillermo Wilson, Luis San Vicente, Ernesto Leborgne, y al sector de Arte Comparativo del Museo de Arte Precolombino. Así, se constituyó un espacio para observar y analizar interacciones productivas y creativas entre estos artistas y el llamado arte negro, fenómeno hasta entonces poco abordado, aunque sí identificado y citado por la crítica y la historiografía artística.

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El catálogo de aquella muestra contó con el aporte del estudio fotográfico Testoni, que documentó muchas de las piezas expuestas. Esas

fotografías, registro y documento de enorme valor, interesan tanto por el punto de vista adoptado y la forma de iluminación como por su lenguaje fotográfico, resultado de intercambios entre artistas, coleccionistas y fotógrafo.

Arte Negro 50+50 es un homenaje a la muestra de 1969, un testimonio de la propagación del arte africano más allá de los talleres de los artistas y de su recepción tardía en el Uruguay. También configura un primer paso en el camino de repensar, desde el Uruguay, un continente con gran riqueza y variedad de etnias, que debe apreciarse y valorarse por su gigantesco aporte estético, con múltiples proyecciones en el arte occidental en general y sobre nuestra cultura en particular. En este sentido, la muestra actual cuenta, en su espacio de exposición, con una copia de arte clásico griego —el Idolino de Pésaro, obra del siglo V— que, contrastada con el resto de las piezas expuestas, nos hace meditar y tomar conciencia de los preconceptos implícitos, canonizados y poco cuestionados respecto de otras culturas artísticas.

La exposición realizada debe su apoyo a diversas instituciones y personas. La Fundación Francisco Matto, ante todo, nos aportó materiales y conocimientos fundamentales. Asimismo, personas como Martín Castillo y Graziella Zito, Jorge Cancela, Wilfredo Penco y Gustavo Serra contribuyeron con distintas piezas, de enorme valor para la exposición. Un lugar muy especial dedicamos a la familia Leborgne —Elena, Cristina, Cecilia— y Fabricio Cuturi, quienes alentaron y apoyaron este emprendimiento.

La organización de la exposición y la presente publicación deben, asimismo, a Gustavo Ferrari y a Héctor Testoni un agradecimiento por su alta dedicación y compromiso.

Elena O’Neill William Rey Ashfield

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