POLÍTICA
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LA GUERRA QUE EL ESTADO MEXICANO NO PUEDE GANAR NI PERDER Fernando Vázquez Rigada
Masacre, Fernando Botero
SOBRE LOS LIENZOS DE BOTERO Fernando Botero es el pintor del color, del volumen, de la perspectiva. Todo en sus lienzos habla de la alegría que es, necesariamente, vivir. El maestro recuerda siempre a Matisse: "el arte es la silla que conduce al placer". Para él, el cuadro no debe ser un testimonio histórico, sino un asomo al gozo de la existencia simple y cotidiana. Nada en Botero implica, por un tiempo, una pintura militante. Por lo mismo, es un pintor -casicostumbrista. Retrata la vida de la provincia colombiana. El coloren sus cuadros es maravilloso, sin fronteras: refleja la vida y el placer de vivirla. Con el volumen quiere que el espectador toque las figuras con los ojos. Retrata a una Monalisa pasada de peso; al niño de Vallecas pero también retrata y plasma, como nadie, a un conjunto musical que viste de traje y sombrero, los instrumentos en obesidad con su ejecutante. Algo, sin embargo, cambia en su plástica en un año preciso: 1999. El
colombiano no puede seguir cerrando los ojos a lo que ocurre en su país. Colombia llora sus muertos; lamenta la violencia inaudita que han desatado los cárteles de la droga. El maestro crea una serie de cincuenta cuadros que denomina "Masacre". Los colores frescos, francos, vivos, no desparecen: sólo conviven ahora con otra realidad, una oscura y violenta. La pintura de Botero estremece por el contraste: el paisaje pintoresco permanece, pero salpicado en sangre. Los personajes con volumen excesivo siguen ahí, pero con lágrimas. La belleza de Colombia apasiona aún, pero es rota por balas. Masacre no sólo fue un testimonio: fue una renuncia. La realidad, a veces, aplasta las más íntimas convicciones. Botero lo dijo todo: - Fue una declaración de horror. LA MEXÍCANIZACIÓN DEL CRIMEN
En una conferencia magna en 2005, César Gaviria se quejaba. Nunca la violencia de Colombia había llegado a los extremos de secuestro, crimen cotidiano, inagotable, que sufría México. Recordaba que, desde entonces, la DEA había determinado que el principal proveedor de drogas a los Estados Unidos no era, ya, Colombia, sino los cárteles mexicanos. Con todo, apelaba el ex presidente, nadie dejaba de referirse a la violencia sin fronteras, descarnada y cruel, con un adjetivo: colombianización. Las imágenes del desafío abierto de Pablo Escobar al estado Colombiano, la extraña mezcla de terrorismo con guerrilla que le había, literalmente, arrebatado el control de trozos enteros de territorio a la autoridad legal y legítima, había sellado el adjetivo en la mente de los formadores de opinión del mundo. En buena medida, tenían razón. Nunca antes se había visto una guerra tan cruel como la que padeció Colombia. Nunca una espiral de violencia
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había concentrado la locura del secuestro, el abuso del terrorismo, la alevosía del magnicidio, así, tan impunemente, como ahí. El Estado parecía incapaz. No se quebraba, pero se doblaba. Hoy, sin embargo, el adjetivo cambia, y mueve a tristeza. Ha llegado la mexicanización del crimen global. RUMSFELD, EL PROFETA
Hace unas semanas Donald Rumsfeld, el ex secretario de la Defensa de los Estados Unidos y unos de los hombres más influyentes y poderosos de la era Bush, reflexionó sobre los errores cometidos por él como responsable de la segunda guerra del golfo. Rumsfeld había tenido que renunciar tras la catástrofe de la elección intermedia del año 2006. El voto de castigo, masivo y por tanto demoledor del pueblo norteamericano tenía un nombre: Irak. Los costos de una guerra larga y desgastante, con un costo de 204 mil millones de dólares, eran impagables para la administración. Los costos económicos de la Guerra de Irak � 5,600 millones de dólares mensuales. � 1,162 millones de dólares cada semana. � 166 millones de dólares al día. � 6 millones 921 mil dólares la hora. � 115, 356 dólares cada minuto. � Cada estadounidense paga 727 dólares
cada día.
Fuente: Institute For Policy Studies.
Rumsfeld reconoció varios errores, pero uno de ellos central. El gobierno norteamericano había planteado el ataque al terrorismo como una guerra. Se trató de una reacción casi instintiva al ataque artero del 11 de septiembre del año 2001. Pero la etiqueta de "Guerra contra el terrorismo" despertó en el imaginario norteamericano imágenes conocidas: las de los ejércitos victoriosos del coloso de
América entrando en Roma, en Paris, vitoreados por los pueblos liberados. La guerra recordaba las victorias bélicas: Santo Domingo, Granada, Panamá. Pero no. La lucha contra el terrorismo no era una guerra convencional. Por tanto, no habría territorios liberados, ni vítores, ni victorias visibles. Más temprano que tarde, la administración de esas expectativas se desfondó. El largo viacrucis de los soldados sobreviviendo en un infierno llamado Bagdad quebró la resistencia del pueblo norteamericano y de su respaldo al gobierno. Esa guerra, la del terrorismo, no se podía ganar. LOS COSTOS DE NUESTRA GUERRA
Felipe Calderón reconoció que, sin doblar al crimen organizado, la República estaba en riesgo. No se ha logrado identificar con precisión los riesgos para la seguridad nacional del avance incontenible de las mafias. La dificultad reside en que no pretenden, de acuerdo a la definición clásica de la seguridad nacional, tomar el poder político. No obstante, la debilidad del Estado es patente y convierte la penetración de las instituciones por las mafias en un asunto delicado. El quiebre institucional puede provenir, entonces, de la desestabilización. La autoridad deja de serlo cuando no puede ejercer su poder: eso es, precisamente, lo que buscan los cárteles de la droga, pero también las bandas de lenocinio, robo de autos, secuestros, piratería. El monstruo del crimen organizado es uno de mil cabezas, inmenso, poderoso y rico...muy rico. Según estudios internacionales, el negocio de la droga a nivel mundial gira en torno a una cifra de vértigo: más de 200 mil millones de dólares. De ellos, no obstante, según un estudio de los círculos de inteligencia de Estados Unidos en 2004, sólo cerca del 1% terminaba en los
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LA COOPTACIÓN
El poder del dinero hace crecer la amenaza de las bandas delictivas. Existe un ejército de parados en el país que espera una oportunidad para tener ingresos. La
desesperación, se sabe, no es buena consejera. Desde 1990, México debería haber generado 16 millones de empleos para satisfacer la demanda de plazas de los jóvenes que entran a la vida productiva. Sin embargo, la capacidad de generación de la República ha sido de cerca de 2 millones de empleos permanentes.
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Trabajadores permanentes creados por año vs necesarios Necesarios
17 13
Permanentes generados
2006
2005
2003
2004
2002
2001
1999
2000
1998
1997
1995
5
1996
9
1994
Millones
campesinos que cultivan la droga. Entre 50 y 60% terminaba en empresas en países desarrollados y el resto se repartía en los Ingreso de divisas en México carteles. Estudios recientes han calculado Cantidad Concepto que el negocio de la droga deja en México (millones de dólares) cerca de 25 mil millones de dólares al año, Petróleo 78,000 lo que lo convierte en la segunda fuente de Droga 25,000 divisas del país. Remesas 23,200 La penetración del Estado por los Turismo 13,000 carteles de la droga es un eufemismo para hablar del fenómeno con mayor precisión: la influencia del crimen organizado ha comprado jueces, legisladores, funcionarios, policías, sacerdotes, líderes sindicales, empresas, periodistas. El país, simple y llanamente, se pudre bajo el peso de los pesos del hampa. El presidente decidió, con razón, utilizar el último recurso del estado con todo su poder: las fuerzas armadas. El grave riesgo de esta apuesta es que, como el rey midas, el dinero pudra también al sistema de defensa de la nación. Calderón no tenía, con todo, otra opción. Su deciComparativo Guerra sión es correcta y era, además, contra el Narco en inaplazable. El costo humano de la soberbia del México vs Guerra de Irak hampa era ya, en los hechos, impagables para la sociedad. Más de 2,000 mexicanos Ejecutados por el narco en México murieron el año pasado ejecutados por el crimen organizado. Esta cifra, por 2006 2007a) Total supuesto, es sólo indicativa, pues existen 2,012 545 2,557 cientos, quizá miles de ejecuciones que Soldados de EU inundan las notas policíacas de los diarios muertos en Irak y que no se registran como producto de la 2006 2007 a) Total profunda descomposición del país. 744 242 986 La dimensión exacta de la cifra es la siguiente: cada año mueren más mexicanos ejecutados por el hampa que a) De Enero a Marzo de 2007 soldados norteamericanos en Irak.
Fuente: IMSS
Una válvula de escape ha sido la migración, en donde la hemorragia de talento no cesa. De 300 mil mexicanos que se iban cada año, la cifra se extendió el año pasado a 400 mil, según CONAPO, pero este año, la migración crecerá 40%, cuando la cifra rebase el medio millón y se ubique en 559,000. Las remesas, por lo mismo, han crecido también de manera exponencial, al grado de que para algunos estados, el flujo de recursos es vital. Remesas por entidad en 2006 (Millones de dólares) Entidad Michoacán Guanajuato Jalisco Estado de México Distrito Federal Veracruz Puebla Oaxaca Guerrero Hidalgo Chiapas Zacatecas San Luis Potosí Morelos Querétaro Sinaloa
Monto 2,471.6 2,054.8 1,992.8 1,926.2 1,551.2 1,415.2 1,386.1 1,198.2 1,157.4 853.4 807.5 610.4 607.4 527.8 466.9 420.0
Fuente: Banco de México
Entidad Monto Aguascalientes 378.2 Durango 370.8 Chihuahua 368.5 Tamaulipas 356.3 Nayarit 327.7 Nuevo León 285.8 Tlaxcala 257.5 Baja California 232.0 Sonora 216.4 Coahuila 216.1 Colima 166.7 Tabasco 150.2 Yucatán 113.6 Quintana Roo 78.7 Campeche 63.3 Baja California Sur 24.7
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Por último, la pobreza extrema aún mantiene cautiva a 20% de la población y la pobreza moderada a 51%. En suma: hay un ejército de voluntarios dispuestos a ser reclutados con tal de tener un ingreso. Uno que el hampa les puede dar. DOMINGO SANGRIENTO
Felipe Calderón no tenía opción. La suya ha sido una decisión valiente. El problema es que México debe prepararse para una larga, larguísima confrontación. En cuestiones de criminalidad, imperan las leyes de la física: a toda acción corresponde una reacción de igual magnitud en sentido contrario. A los golpes que ha dado el Estado, el hampa ha respondido con soberbia, con más violencia, con mayor crueldad. En el corto plazo, estas reacciones fortalecerán al presidente. La interrogante viene después. La espiral de violencia cobró niveles de novela de terror el domingo 18 de marzo. Ese día, más de catorce personas fueron ejecutadas. De ellos, cuatro lo fueron en el estado de Veracruz, justo el día en que el presidente visitaba ese estado. 5 más en Guerrero. Cuatro en Michoacán. Un policía en Durango, torturado y victimado. Una cabeza entregada en Colima y un cuerpo sin cabeza en sonora. El saldo terrible de un domingo cualquiera en la República del cambio. Dos cuestiones son de llamar la atención: el narco comienza a golpear a civiles, por un lado, y por otro comienza a dar finos estiletazos al ejército. El desafío es mayúsculo. El operativo de Acapulco, cuando un comando entró en una agencia del ministerio público, desarmó a los policías y los ejecutó, vestidos con ropa militar, fue un desafío al ejército, en una plaza ocupada por las fuerzas armadas. Seguiría el patrón sangriento el atentado al general, en Tabasco y la ejecución de la
hija de un general en retiro en la capital. Lo que estamos viendo, y seguirá al menos por dos años más, es una escalada. Como el planteamiento estratégico del gobierno no ha logrado ser integral, el narco está adoptando la técnica de la guerrilla. Golpea donde no se le espera y desaparece. Lo hace con grupos armados pequeños, altamente entrenados y con alta capacidad de fuego. El ejército corre detrás de estos golpes que ya no tienen, ni tendrán, patrón lógico. El efecto cucaracha está siendo sustituido por el efecto ratón loco. El riesgo es que la dialéctica del golpe-contragolpe termine por arrasar las libertades y los derechos humanos en el país. LA GUERRA QUE EL ESTADO MEXICANO NO PUEDE GANAR
El Estado mexicano está atrapado en una cruel paradoja: en los términos planteados, no podrá ganar esta guerra, pero tampoco puede perderla. El camino de salida es el siguiente: hay asuntos en que no ganar no implica necesariamente perder. La presidencia del empleo no podrá ganar esta guerra porque, en términos de comunicación política, Calderón cometió un error similar al de Bush. En un afán por encontrar un espacio para hacer crecer su respaldo político, planteó el tema del combate al hampa como una guerra. En el corto plazo, las cifras le darán razón. Una mayoría de los mexicanos aprueba la confrontación al crimen. Esto le ha permitido, por lo pronto, saltar temas complejos como el alza a los precios de insumos básicos y mantener una calificación general aprobatoria. No obstante, Calderón, igual que Bush, enfrenta una guerra posmoderna. Es, por definición, una que no se puede ganar. No, al menos en los términos
Aprobación en materia de seguridad 47%
42% 35%
23%
Ipsos-Bimsa Aprueba
Consulta Desaprueba
Aprobación general del Presidente Calderón Ni aprueba ni desaprueba NS/NC 2%
13%
27%
Desaprueba
58%
Aprueba
Fuente: Consulta
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Planteamientos de la Presidencia. � Transferencia de activos a la PFP � Involucramiento total de las fuerzas armadas en el combate al crimen. � Autonomía del ministerio público. � Creación de un sistema de coordinación nacional. � Policía única.
bélicos clásicos de Clausewitz, como se verá. Además, esta "guerra" se prolongará y el desaliento golpeará a la autoridad y no al hampa. Este patrón es mundial. Ningún Estado ha logrado arrasar al hampa de tal manera que se erradique el problema. Los estados exitosos han logrado poner bajo control el poder de las mafias. Los casos más exitosos son los de Estados Unidos e Italia. Ahí, el Estado logró someter, mantener bajo control, a extensas redes de crimen y violencia mediante una sofisticada combinación de elementos. El gobierno mexicano no lo ha hecho, aunque lo ha intentado. Básicamente, ha recargado su lucha en el peso de la fuerza. Y la fuerza se sabe, es bruta. � Para salir avante en esta lucha, el estado mexicano debe pasar su actuación por varias coordenadas: fortalecer su sistema de inteligencia, cortar los flujos de dinero, y dar los elementos al sistema de justicia para que se reduzca la impunidad. Sólo hay que recordar: de cien delitos que se denuncian en México, sólo uno termina en sentencia condenatoria. Por ello, mientras no se reduzcan los niveles de impunidad, la guerra no sólo estará pérdida: será inútil. El paquete necesario
� Inteligencia. � Inteligencia financiera. � Clausura de los canales de lavado de dinero. � Corte de la ruta del dinero de la comercialización. � Modernización del sistema de impartición de justicia. � Depuración de los sistemas de impartición de justicia. � Fortalecimiento del ministerio público.
� Reforma judicial. � Creación de la figura jueces sin rostro. � Endurecimiento de penas. � Creación de redes sociales contra el crimen. � Fortalecimiento de sistemas educativos, cultura y deporte. � Reactivación económica. � Negociación.
Pero además, en el mediano plazo el escenario se irá descomponiendo para el estado. Si la espiral de violencia no cesa y
continúa o, peor, se expande; si el narco comienza, como en Colombia, a atacar a los civiles y al poder político; si las muertes continúan al ritmo de este año, la percepción de la población será que no es posible derrotar al hampa, que el gobierno no da resultados y que, finalmente, la derrota será para el Estado. Siete Carteles en México Cártel de Juárez
Cártel de Sinaloa
Lugartenientes de Amado Carrillo
Joaquín El Chapo Guzmán
Opera en 21 Estados
Opera en 17 Estados
Cártel de Colima
Cártel de Oaxaca
Hermanos Amezcua Contreras
Pedro Díaz "El Cacique Oxaqueño"
Opera en 10 estados
Opera en 8 Estados
Cártel del Milenio
Cártel del golfo
Hermanos Valencia Valencia
Osiel Cárdenas Guillen
Opera en 8 Estados
Opera en 8 Estados
Cártel de Tijuana Hermanos Arellano Félix Aunque opera en 2 Estados, tiene alianzas con el Cártel del Golfo y es considerado el Cártel más violento.
En esta guerra no existen símbolos, o éstos se desvanecen pronto. El primer mega operativo, en Michoacán, fue impactante y brindó la percepción de que se había liberado un territorio ocupado. Lo mismo ocurrió con el lanzamiento de la unidad de paracaidistas en Sinaloa. Sin embargo, los acontecimientos posteriores dejaron un mal sabor de boca. El desaliento cundió. El gran golpe dado al flujo de recursos en el DF, perdió su efecto por la respuesta terrible del hampa. Esta fue violentísima porque dolió. Calderón necesita esos símbolos. Se requiere al Chapo y a los grandes nombres tras las rejas. No obstante, el tiempo corre a favor del hampa. También la vastedad del territorio y lo extendido de sus tentáculos. El hecho de que sus bases de operación en
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el exterior estén intocadas le dan una base operativa importante. Y lo sabe. Bases de operación de anfetaminas en EU
Phoenix, ARIZONA. Central Valley, Los Angeles, San Diego y San Francisco, CALIFORNIA. Denver, COLORADO. Atlanta, GEORGIA. Honolulu, HAWAI. Des Moines, IOWA. Kansas City, MISSOURI; Las Vegas, NEVADA. Yakima Valley, WASHINTON. Fuente: DEA
La guerra posmoderna que enfrenta el Estado Mexicano reclama un nuevo planteamiento para poder triunfar. La creación de un mapa estratégico de acción debería pasar por las coordenadas señaladas pero también por la necesidad urgente, urgentísima, de cerrar la llave del dinero los procesos políticos. Es posible que, en el futuro, el narco se interese, como nunca antes, en expandir su base de poder político. Por ello, la definición de objetivos debe adecuarse a la realidad de una guerra desgastante, desigual y cruel. No habrá victoria total. Sólo, acaso, el rescate de la dignidad.
LA GUERRA POSMODERNA
LA MILITARIZACIÓN DE LA POLÍTICA
El once de septiembre del año 2001, el mundo conoció el surgimiento de la guerra posmoderna. Los paradigmas de la guerra clásica se rompieron. Un ejército no convencional atacó a la mayor potencia del mundo. No utilizaba armas. No tenía rostro, ni nacionalidad. No se circunscribía al derecho de guerra internacional, ni había declaración de guerra. No controlaba un territorio específico. Nada de lo que comúnmente se entendía por conflicto bélico se presentaba y, sin embargo, era una guerra. Algo similar ocurre al Estado Mexicano. Lo que enfrenta es una guerra, aunque no debió haber sido planteada así. El enemigo está en todas partes, y en ninguna. No tiene, tampoco, un rostro visible ni un cuerpo de mando unificado. Su estructura es porosa, flexible y se mueve en comandos. No tiene, tampoco, nacionalidad propia. Sus células mezclan desde colombianos, chinos, rusos hasta kaibiles. No reconocen ningún código de guerra, salvo el de la violencia descarnada y feroz. Poseen armas, pero también sofisticados sistemas de inteligencia, cooptación y penetración de la base enemiga.
Uno de los efectos colaterales más delicados de este diseño estratégico por parte del Gobierno Federal es la vuelta de los militares a la escena nacional como figura central. Esto implica el siguiente problema a mediano plazo: el problema no es sacar al ejército a las calles, sino volverlo a meter en los cuarteles. El ejército mexicano se ha caracterizado siempre por su lealtad, disciplina e institucionalidad. Sin embargo, también es un hecho que, a lo largo de las últimas décadas, su rol se ha ido modificando. En un principio, y de manera absolutamente razonable, las fuerzas armadas fueron utilizadas para atender los casos de emergencias nacionales, particularmente en desastres. Las imágenes de inundaciones, el terremoto de 1985, San Juanico, están vinculadas a la organización militar unida al pueblo en desventura. De ahí, se procedió, con José López Portillo a involucrar a las fuerzas armadas en la denominada operación Cóndor, contra el narcotráfico. De ahí su influencia se fue extendiendo hasta llegar a la militarización de los cuerpos policiacos.
Integración de las Fuerzas Armadas en México
Armada 50,000 10,288 Fuerza Aérea
Ejército 178,000
Fuente: IFAI
Importación de armas en México
(millones de dólares) 300
265
250 200 150 100 50 0
12 1992
43 1995
Fuente: Banco Mundial
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Previsiones económicas
Región
2006 2007
Mundo
3.9
3.2
Latinoamérica
5.3
4.3
México
3.6
3.7
Fuente: Banco Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo
Periodistas Muertos y Desaparecidos en 2006 Nombre y Medio Raúl Marcial Pérez, El Gráfico Adolfo Sánchez Guzmán, Televisa Veracruz Xhora Ori Stereo Roberto Marcos García, Testimonio José Manuel Sánchez Nava, El Sol de México Misael Tamayo Hernández, El Despertar de la Costa Brad Will, Indymedia Enrique Perea Quintanilla, Dos caras, una verdad Ramiro Téllez Contreras, Radio Exa 95.7 FM Jaime Arturo Olvera Bravo, La Voz de Michoacán Guevara Guevara Domínguez, Semanario Siglo * José Antonio García Apac, Ecos de la Cuenca * *Desaparecidos
Ahora, sin embargo, el rol de las fuerzas armadas se extiende: la PFP ha sido engrosada con 10,000 efectivos de las fuerzas armadas. De ellos, 2500 pertenecían a la marina y el resto al ejército. Es decir: casi el 5% de las fuerzas armadas se comisionaron a la PFP. Además, el gasto en importación de armamento no ha dejado de aumentar desde hace una década. Así, el rol de las fuerzas armadas se extiende ya a labores de seguridad pública algo que, en principio, debería ser un asunto de civiles. Pero además, el ejército ha sido utilizado para legitimar al presidente de la República, en un juego de artificios, por lo menos, riesgoso. Talleyrand decía que las bayonetas sirven para muchas cosas, menos para sentarse en ellas. Por lo mismo, Calderón deberá encender otros motores de legitimidad que le permitan obtener éxitos más allá del uso masivo de la fuerza. El problema de la militarización de la política es que el péndulo de la historia vuelva a desplazarse hacia atrás. Uno de los grandes aciertos del sistema priísta fue retirar, de manera pacífica, a los generales de la política. Miguel Alemán Valdés eliminó del PRI al sector militar e inauguró el ciclo de presidentes civiles y abogados. Este hecho, y la colaboración de la milicia, liberó a México de la triste historia del golpismo latinoamericano que cercenó el desarrollo democrático en la región hasta la última década del siglo XX. LAS VÍCTIMAS.
¿Quiénes serán las víctimas de este proceso, amargo y cruel? Muchos, sin duda. Se llamaba Ernestina Ascensión. Tenía 73 años. Cuidaba ovejas en Soledad Atzompa, en la sierra de Zongolica, Veracruz. Murió de una hemorragia
interna intestinal. El parte médico dijo que había sido violada por vía vaginal y anal. Tenía fracturadas las costillas y el cráneo. Los pobladores, indígenas, retuvieron a los agresores. Eran tres miembros del ejército mexicano. Días después, el presidente Calderón los exoneró: -”La mató una gastritis", concluyó. Uruapan, 7 de septiembre del 2006. En el bar Sol y Sombra irrumpe un comando de 20 sicarios. Portan pasamontañas y armas largas. Arrojan cinco cabezas humanas a la pista. Se identifican como "la familia". Advierten: -Esto es justicia Divina. Se llamaba Mireya López Portillo. Transitaba con su esposo, después de cenar en Santa Fe, Distrito Federal. Todos refieren que era una pareja ordenada y amigable. Fueron interceptados y recibieron 50 impactos de bala. Ella recibió, además, el tiro de gracia. Su pecado: era hija de un general. El arma: una uzzi propiedad de la PGR. Reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa. Cartagena, marzo del 2007. Se expone que México es el país más peligroso de América para ejercer el periodismo, por encima de Cuba o Venezuela. Nueve periodistas han muerto en el último año. El saldo de esta guerra puede ser la recuperación de la tranquilidad y de la potestad del estado para ser genuinamente soberano. Pero puede ser también lo contrario: la vuelta de la mordaza, de la restricción de la libertad, del estado autoritario, de las facultades especiales. La víctima más preciada de esta guerra puede ser, sin duda, la incipiente democracia mexicana.�