El nacimiento de un imperio (Leyenda tradicional de PerĂş)
l Sol estaba muy triste. Día tras día, ofrecía su energía a los hombres, pero había un pueblo al sur de Perú que no la aprovechaba en absoluto. Esa gente vivía en cuevas, como salvajes, y lo peor es que ni siquiera se daban cuenta de cuánto podría mejorar su vida si aprendieran a utilizar los rayos solares. Cansado de esta situación, el Sol llamó a sus dos hijos y les encomendó una importante misión: –Hijos míos –les anunció–, os voy a enviar a la orilla de un lago al sur de Perú y llevaréis con vosotros esta varilla de oro. Cuando lleguéis al lago, caminaréis en línea recta y sólo os detendréis allí donde la varilla se hunda en el suelo. En ese preciso lugar, fundaréis una ciudad y enseñaréis a sus habitantes a utilizar mi energía. Con el tiempo, esa ciudad se convertirá en el origen de toda una civilización. Los dos hijos del Sol caminaron sin descanso hasta encontrar el lugar señalado por su padre. Emocionados, fueron reuniendo a todas las gentes de los alrededores. Con mucha paciencia, les enseñaron a construir casas, a vestirse, a cocinar, a educar a los niños, a usar herramientas, a cultivar la tierra... Y así fue como nació el gran imperio Inca, mientras el Sol lo contemplaba todo desde el cielo con una gran sonrisa.