A fondo
Un verano salesiano movido por la esperanza 13.000 niños, adolescentes y jóvenes han participado durante el periodo estival en las actividades de verano organizadas por los Salesianos, gracias al esfuerzo de 1.400 animadores y salesianos.
Salesianos Pozoblanco.
6 • septiembre 2021 Boletín Salesiano
T
ras un curso escolar intenso, el verano se presentaba como una gran oportunidad para descansar, para cambiar de actividad. Miles de niños, adolescentes y jóvenes afrontaban las vacaciones estivales con más ganas que nunca de desconectar de la rutina, pero sin dejarse llevar por la pereza, movidos por la esperanza. Para ellos, los Salesianos en España organizaron las habituales actividades del Verano Salesiano. Una propuesta a la que se unieron, según las previsiones, 13.000 participantes de diversas edades, acompañados por alrededor de 1.400 animadores y salesianos. Pese a las limitaciones provocadas por la pandemia, la oferta era amplia y variada. Los campamentos ordinarios con pernocta y los campamentos urbanos constituyeron la principal propuesta. El objetivo era crear un ambiente de convivencia animado a través de juegos, yincanas, deportes, momentos formativos, talleres, visitas culturales, salidas a la naturaleza, etc. En algunos casos, los campamentos tuvieron una temática, un hilo argumental que facilitaba la participación, especialmente de los más pequeños. También se organizaron campus tecnológicos, campus de inmersión lingüística, campos de trabajo y experiencias en el Camino de Santiago, en-
tre otras iniciativas. Un denominador común de todas estas actividades fue la promoción de valores que contribuyan al crecimiento personal de los participantes.
Centros juveniles Gran parte de las actividades del Verano Salesiano surgió de la iniciativa de los centros juveniles. La Confederación Don Bosco impulsó la campaña ‘Verano para soñar’, con la que recalcaba la necesidad de reinventarse para poder seguir ofreciendo a la infancia y la juventud espacios para su desarrollo durante el periodo vacacional. La entidad salesiana lamentaba la escasa dedicación a las actividades de educación no formal a la hora de establecer regulaciones para el verano por parte de las autoridades, afectando a los derechos de niños, adolescentes y jóvenes y a su acceso a actividades de ocio y tiempo libre. Además, alertaba del riesgo de esta falta de espacios, que puede tener otros efectos negativos para su salud, como el aumento del sedentarismo y la obesidad, la sobreexposición a las pantallas, los problemas de salud mental o la limitación del efecto positivo de la exposición al sol. “La apuesta de los centros juveniles salesianos es la de no quedarse quietos desde la responsabilidad, poniendo siempre en el centro a la persona y sus necesidades, atendiendo de manera especial a la infancia y la juventud en riesgo de exclusión”, explicaba el salesiano Pedro Hernández, coordinador nacional de centros juveniles salesianos.