BS 178

Ñ O 38 –A

Nº

8 17

• MARZ O

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IL

2014

NUEVO CARDENAL CHILENO

AL SERVICIO DE LA IGLESIA CON EL ESTILO DON BOSCO

ÍNDICE AÑO 38, Nº 178 MARZO - ABRIL 2014 Santiago de Chile, Revista de la Familia Salesiana

e Ditorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1

Fundada por San Juan Bosco en el año 1877

r ector m ayor María, la madre de todos los días . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 m ensaje Del r ector m ayor A los jóvenes del MJS 2014 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 i niciación c ristiana ¿Qué es eso de “Iniciación Cristiana”? (2) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 c olonias s alesianas Un aporte a las vacaciones de los niños más pobres . . . . . . . . . . 8 p roFesiones Fma Dos nuevas religiosas para la Familia Salesiana . . . . . . . . . . . . . . 11 p astoral V ocacional Joven chileno realiza primera Profesión Religiosa . . . . . . . . . . . 12 o rDenaciones D iaconales Servidores alertas llamados a ser testimonio alegre . . . . . . . . . 13 c reación c arDenalicia Monseñor Ricardo Ezzati fue creado Cardenal por el Papa Francisco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 t ema c entral Monseñor Ezzati: nuevo Cardenal chileno. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 r ectores Nuevos rectores laicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24 n uestros DiFuntos Sor Magdalena Cancino (1940-2013) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 n oticias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28

D irec tor Jorge Moraga F., sdb r epresentante legal P. Alberto Lorenzelli, sdb r eDacción Fernando Vásquez S. c onsejo e Ditorial Jorge Moraga F., sdb Sor Alejandra Toro, fma Cecilia Puebla Vicente Fritz Fernando Vásquez F otograFía Archivo Área Comunicación ANS Corresponsales de las presencias salesianas de Chile Caetera Tolle Fernando Prado (portada, págs. 17 a 23) e Dición , p roDucción y a Dministración Editorial Don Bosco S. A. General Bulnes 35 - Santiago Fono: 887 8200 Fax: 887 8233 e-mail: comercial@editorialdonbosco.cl Casilla: 29-2 Santiago, Chile D iseño Editorial Don Bosco S. A. i mpresores Salesianos Impresores Ltda.

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EDICIÓN NO COMERCIAL DISTRIBUIDA EN LAS OBRAS SALESIANAS

EDITORIAL

Estimada Familia Salesiana:

A

l inicio de este nuevo período de intenso trabajo pastoral que coincide con el tercer y último año de preparación al bicentenario del nacimiento de nuestro padre fundador, San Juan Bosco, nos alegramos y damos gracias al Señor por todos los hermosos momentos que como Familia Salesiana hemos vivido en estos primeros meses del año:

En primer lugar, la creación cardenalicia de Mons. Ricardo Ezzati es un acontecimiento que nos alegra, enorgullece y estimula a seguir colaborando con dedicación a la misión de la Iglesia en el mundo. Este signo de confianza del Papa Francisco hacia la figura de Mons. Ezzati nos permite afirmar que el carisma salesiano está vivo y presente en la Iglesia chilena, del mismo modo lo testimonian hermanos y hermanas que durante estos meses han celebrado importantes pasos vocacionales: ordenaciones diaconales, renovaciones de votos religiosos, aniversarios significativos, todos ellos, signos que nos alegran profundamente y nos invitan a renovar como familia religiosa nuestro compromiso por los jóvenes, especialmente los más pobres.

Signo concreto de este compromiso con los más pobres se refleja también en el tradicional trabajo pastoral que se realiza durante el verano a lo largo de todo el país: las Colonias Salesianas “Villa Feliz” son una expresión pastoral que nos permite vivir el gozo de regalar a cientos de niños y niñas, un momento de sana diversión y de formación humana y cristiana al estilo de San Juan Bosco y de Madre Mazzarello.

Nos alegra también, al inicio de este año, poder contar en varias de nuestras presencias educativas con nuevos rectores laicos quienes, sin duda, ayudarán en la hermosa tarea de construir la comunidad educativa pastoral. A todos ellos les deseo, desde ya, un fecundo año de trabajo intenso y alegre donde la figura de Jesús, Buen Pastor, sea siempre su modelo de conducción y animación en la tarea encomendada.

Finalmente, les pido de manera especial a todos los miembros de la Familia Salesiana, que sigan rezando por el desarrollo y buena conclusión del Capítulo General 27. Esta instancia fundamental que reúne a representantes de todo el mundo salesiano y que se celebra cada seis años nos ayude a discernir aquello que el Señor quiere de nosotros en medio de los jóvenes de todos los rincones del mundo.

A través de estas líneas, escritas desde la Casa Generalicia en Roma, Italia, les auguro a cada uno de ustedes una experiencia cuaresmal vivida en profundidad que les permita al llegar a la Pascua, gozarse de la Resurrección del Señor, centro y fundamento de toda nuestra vida y de toda nuestra acción pastoral. Que María Auxiliadora nos dé fortaleza para vivir a fondo nuestra vocación compartida en la Familia Salesiana.

Un afectuoso saludo a todos,

P. Alberto Lorenzelli, sdb, Inspector.

“…La creación cardenalicia de Mons. Ricardo Ezzati es un acontecimiento que nos alegra, enorgullece y estimula a seguir colaborando con dedicación a la misión de la Iglesia en el mundo…”

“Las colonias «Villa Feliz» son una expresión pastoral que nos permite vivir el gozo de regalar a cientos de niños y niñas, un momento de sana diversión y de formación humana y cristiana al estilo de San Juan Bosco y de Madre Mazzarello”.

P. Alberto Lorenzelli Rossi, sdb Inspector

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RECTOR MAYOR

P. PASCUAL CHÁVEZ VILLANUEVA, sdb RECTOR MAYOR

La espiritualidad salesiana

MARÍA, LA MADRE

ME TOMÓ DE LA MANO CON BONDAD Hay un bello y delicado recuerdo en mi infancia. Tenía apenas nueve, 10 años cuando soñé.

Fue un sueño que dejó una marca indeleble en mi vida. Había visto a un grupo de muchachos entregados al juego; a un cierto punto el pasatiempo degeneró en una lucha furibunda: volaban golpes, patadas, palabrotas y también blasfemias. Me lancé al ataque. Después un Señor majestuoso me interrumpió, indicándome un modo distinto para hacerlos mejores. Inmediatamente después apareció una elegante Señora, cariñosa y bella: me hizo señas de que me acercara. Dado que yo estaba confundido con este rápido cambio de escenas, me tomó de la mano.

Este gesto de exquisita bondad maternal me conquistó para siempre. Con mucha sencillez te puedo asegurar que nunca me he desprendido de esa mano; más aún, la he mantenido bien estrecha, hasta el final…

CUANDO VINISTE AL MUNDO… Desde niño he absorbido el clima religioso de devoción mariana de mi tiempo. María era parte de la familia. Sé bien lo que escribió acerca de mí un buen salesiano: “María siempre estuvo cerca de él”. Me ha gustado leer esa afirmación porque era exactamente así. Rezábamos el rosario todos los días por la tarde en familia. La oración del Ángelus marcaba puntualmente nuestros días: a las seis de la mañana, a mediodía y a las seis de la tarde. Aprendí de mi mamá a venerar y celebrar a la Virgen con las devociones populares de los lugares donde viví: la Virgen del Rosario, la Virgen del Castillo, nuestra Señora de la Escalera, nuestra Señora de las Gracias, la Dolorosa, la Consoladora. Eran las muchas formas de tenerla de la mano…

Todavía recuerdo la última noche que precedió a mi ingreso en el seminario de Chieri. En la humilde casita de los Becchi mamá estaba preparando mi valija. Escogió ese momento para una importante revelación, un secreto entre madre e hijo: “Juanito mío, cuando viniste al mundo te consagré a la Virgen; cuando comenzaste tus estudios te recomendé la devoción a nuestra Madre; ahora te recomiendo de ser

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todo suyo”. Mi santa madre sabía cómo en aquellos tiempos era terriblemente alta la mortalidad infantil, tanto en las casuchas de los pobres como en el palacio del rey. “Te consagré” quería decir: te confié a María, te ofrecí a ella, eres suyo. Un acto de confiada entrega a la Madre que todo lo puede. “Esperemos mucho de quien puede mucho”: repetía yo a los demás lo que tantas veces había oído de mi madre. Así, cuando estaré en medio de los muchachos, les transmitiré el mismo estilo de devoción: no como un traje de fiesta que se usa solo los domingos, sino el encuentro diario, familiar con María, la madre de todos los días.

INMACULADA Y AUXILIADORA: ELLA LO HA HECHO TODO Era una devoción muy concreta, firme, casi descarnada, nunca clamorosa, sin llegar a empalagosa.

Les recordaba constantemente a los muchachos: “María quiere la realidad, no las apariencias”. Por eso insistía: “Para conseguir el cariño de la Virgen es preciso honrar al Hijo”.

Presentaba a María como la que nos lleva a Jesús. Resumía todo en “huir del mal y hacer el bien por amor a María”. Más práctico y concreto no se podía más…

Me sostenían dos certezas.

Ante todo insistía en presentar a María como la Inmaculada. Había motivos históricos, como la definición de este dogma (1854) y después, casi como para confirmarlo, las apariciones en Lourdes (1858). Eran fechas importantes. En mi poca experiencia no podía olvidar el 8 de diciembre de 1841 cuando tuve el encuentro providencial con Bartolomé Garelli. Cuarenta y cinco años después, mientras regresaba en tren de España a Turín, recordaba ese encuentro con emoción y gratitud: “Todas las bendiciones que nos han llovido del cielo son fruto de aquella primera Ave María dicha con fervor y con recta intención”.

DE TODOS LOS DÍAS Había también motivos pastorales: en contacto con la fragilidad juvenil, me daba cuenta de la necesidad inmensa que mis muchachos tenían de fijar su mirada en María, la llena de gracia, y recibir de ella un mensaje atractivo de pureza y santidad para poder vivir la alegría de sentirse hijos de Dios.

En Valdocco, en el 1854, podía contar con Domingo Savio, aquel formidable muchacho que se había propuesto el ideal de llegar a ser “un bello traje para el Señor”. Con él, otros jóvenes (casi todos serían salesianos) formaban parte de la Compañía de la Inmaculada, transformándose en levadura preciosa de bien en la masa. En su Reglamento se proponían ser “superiores a todo obstáculo, tenaces en las resoluciones, exigentes hacia sí mismos, amables con el prójimo, y exactos en todo”. Gracias a ellos, estaba naciendo un nuevo camino de santidad juvenil.

Después, con el pasar de los años, me di cuenta de que la fe estaba decayendo también entre la gente sencilla. Intuía que era urgente difundir la devoción a la Virgen bajo el título de Auxiliadora, la que nos da una mano, que nos ayuda, que nunca nos pierde de vista, que nos mantiene unidos a la Iglesia.

No fui yo quien inventó la devoción a María Auxiliadora; eso sí, fui su divulgador incansable y convencido. Les El 9 de junio de 1868, se consagró en Turín, Italia, en la Basílica de María Auxiliadora.

Sueño experimentado por San Juan Bosco a los nueve años de edad.

explicaba a mis primeros salesianos: “No son los tibios quienes deben ser inflamados, los pecadores que se deben convertir, los inocentes quienes deben se preservados, sino la misma Iglesia católica que está siendo atacada”.

Recuerdo, aun cuando un escalofrío de temor me aflige todavía hoy, la mañana en que comencé las excavaciones para construir el hermoso santuario dedicado a ella. Con toda solemnidad vacié en las manos del maestro de obras mi pobre monedero: cuatro tristes monedas de cobre fue mi primer aporte. Pero en mí había una certeza: “En ella he puesto toda mi confianza”.

Aquella misma mañana las varias cartas que había escrito la noche anterior todavía permanecían sobre mi escritorio; en casa no teníamos ni siquiera el dinero para comprar las estampillas. La Virgen sería mi “limosnera”. Te puedo asegurar que se reveló como una limosnera capaz.

Cuando logré terminar la construcción, podía decirle a los fieles que acudían: “¿Ven esta iglesia? María la ha levantado, diría, a punta de milagros”.

AHORA Y EN LA HORA DE NUESTRA MUERTE Los estudiosos salesianos que con mucho amor y afinada exactitud han escrito tantas cosas sobre mí se han dado cuenta de que en las últimas oraciones dichas en el lecho de mi agonía, no ha sido la acostumbrada invocación María Auxiliadora la que brotó de mis labios, sino la súplica: Madre, María Santísima, María, María. ¿Fue un olvido de mi parte? No. Ciertamente hay una explicación.

Al final de la vida, en los estertores de la agonía, por fin logré comprender todo. Quería morir como el niño del sueño de 62 años atrás. Con la Virgen que me tomaba con bondad de la mano, mientras yo le susurraba: “Oh Madre…

Madre… ábreme la puerta del paraíso”.

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MENSAJE A LOS JÓVENES

P. PASCUAL CHÁVEZ VILLANUEVA, sdb RECTOR MAYOR

Mensaje a los jóvenes del MJS 2014

SOÑAD A LO GRANDE Y SEGUID VUESTRO SUEÑO CON ALEGRÍA, ENTUSIASMO Y CONVICCIÓN Queridísimos jóvenes, No os escondo mi emoción al dirigiros el último mensaje como Rector Mayor. Quisiera que mis palabras llegasen a vuestro corazón para deciros que siempre os he amado y os amaré. Estáis en el centro de mi vida, de mi oración y de mi trabajo. Sois mi alegría, la fuente de inspiración y de esperanza para el presente y para el futuro que el Señor me reserva.

Gracias por el amor que me habéis demostrado siempre, por vuestras oraciones que me han sostenido en los momentos difíciles de mi delicado servicio. En este momento veo vuestros rostros iluminados por la alegría de vivir y de creer, pero también preocupados por un futuro incierto. He compartido las esperanzas y los sufrimientos que leía en vuestros ojos. Durante estos 12 años de mi hermoso oficio como Sucesor de Don Bosco hemos vivido juntos momentos inolvidables como las Jornadas Mundiales de la Juventud en Sidney, Madrid, Río de Janeiro; los diferentes encuentros del MJS en las inspectorías; los Confrontos y Campo-Bosco en el Colle Don Bosco y en otros lugares. Han sido tiempos fuertes del Espíritu, experiencias de comunión y de espiritualidad salesiana, momentos para compartir y momentos de fraternidad que nos han hecho crecer en el amor a Jesús, a la Iglesia y a Don Bosco.

Gracias, queridos jóvenes, por vuestra presencia reveladora del amor de Dios, por la frescura y el entusiasmo que habéis comunicado en estos encuentros, por la alegría que habéis dado a mi corazón. Con corazón de padre continuaré amándoos y por eso quiero invitaros a mirar con esperanza vuestro futuro. Dios no os abandona y nos está ofreciendo grandes signos de su amor.

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EL PAPA FRANCISCO, SIGNO DEL AMOR DE DIOS PARA SU IGLESIA Muchos contemplamos hoy, con gran alegría y estupor, el anuncio de una nueva primavera para la Iglesia y para el mundo. Los profetas de desventura que decretaban el invierno de la Iglesia, una vez más, tienen que desdecirse. Este nuevo soplo de primavera, don del Espíritu Santo, tiene un rostro y un corazón: los del Papa Francisco. En el presentarse humilde, sencillo y sonriente, revela su vida interior. Es un hombre intensamente unificado en un punto focal en torno al cual se concentran gestos, actitudes y pensamiento: el Señor Jesús, percibido siempre como Palabra de un Dios de la bondad, de la ternura, de la misericordia.

Nos llama fuertemente la atención la figura de este Papa tan dulce y, al mismo tiempo, hombre-roca, sólidamente afianzado en un punto de anclaje en el que converge toda su fuerza moral, la libertad de actuar y de hablar, junto a un profetismo iluminante. El punto unificador en torno al cual se concentra toda su persona es, al mismo tiempo, un gran sueño y un vasto proyecto con amplitud de miras. ¿Cuál es este sueño que ha seducido al Papa Francisco y que contagia y fascina a tantos jóvenes? Es de una Iglesia libre de la mundanidad espiritual, libre de la tentación de cerrarse en su cuadro institucional, libre de la tendencia al aburguesamiento y de la cerrazón en sí misma, libre sobre todo del clericalismo y del machismo. Una Iglesia encarnada en este mundo, resplandeciente en los pobres y en los sufrientes. Una casa abierta a toda la humanidad. En su corazón está el gran deseo de una Iglesia que acoja a todos, más allá de las culturas, de las razas, de las tradiciones, de las confesiones religiosas. Una Iglesia que salga a las calles para evangelizar y servir, alcanzando las periferias geográficas, culturales y existenciales. Una Iglesia pobre, que privilegie

a los pobres, convirtiéndose en su voz para superar la indiferencia egoísta de los que tienen más y no saben compartir. Una Iglesia que preste una justa atención y relevancia a las mujeres, sin las cuales, ella misma, corre el riesgo de la esterilidad.

El Papa Francisco vive con auténtica pasión la entrega a este sueño que lleva en el corazón y quiere que todos los creyentes, pero especialmente los jóvenes, vivan con la misma intensidad su impulso misionero. Vosotros jóvenes sois los protagonistas irrenunciables y determinantes de esta nueva primavera. Para salir de una cultura del “descarte” que os margina y os paraliza dejándoos sin futuro, debéis encender en vuestro corazón el “fuego” de una nueva pasión para invertir vuestras energías y vuestra vida; se trata de comprometerse en causas nobles, positivas y de gran valor moral, por las que valga la pena gastar la vida. Os lo pide el Papa Francisco, os lo pide Don Bosco, os lo pido yo mismo en este último mensaje, como un testamento espiritual que debéis custodiar cuidadosamente en vuestro corazón y realizarlo en la vida.

VUESTRA JUVENTUD, DON PARA ENTREGAR A LOS DEMÁS En estos años os he invitado a acoger vuestra juventud como el don más valioso y a orientar vuestra vida según un proyecto vocacional. He leído en muchos rostros que he encontrado la búsqueda y el gran deseo de felicidad que se expresaba en la alegría de la fiesta. La fe cristiana es la respuesta a vuestro anhelo porque es anuncio de radical felicidad, promesa y confirmación de “vida eterna”.

Bebed en la espiritualidad salesiana y adentraos en el corazón mismo de Don Bosco, donde compromiso y gozo van juntos, santidad y alegría son un binomio inseparable. Desde el inicio de mi ministerio os he propuesto un camino de santidad sencillo, alegre y sereno. La espiritualidad juvenil salesiana quiere llevaros al encuentro con Jesucristo para estrechar con Él una relación de amistad y de confianza. Os he indicado siempre la Iglesia como el lugar escogido y ofrecido por Cristo para encontrarlo y para escuchar su Palabra. Solo su presencia discreta estimula vuestra libertad para educar la mente, el corazón y la voluntad. A Él le basta un pequeño signo de confianza para deciros con mucha ternura: “Venid y estad conmigo, vosotros que estáis sedientos de felicidad y hambrientos de cosas bellas

y verdaderas que hacen crecer la vida. Venid, los que estáis cansados, desanimados, deprimidos. Los que sufrís en vuestro cuerpo, en vuestro espíritu, en lo profundo de vuestro corazón”.

Escuchad, queridos jóvenes, sus palabras que se adentran en vosotros lentamente y son consoladoras. Ellas se convierten en la Eucaristía en sangre que da vida nueva, carne de vuestra carne.

Es una nueva vida que se nutre de oración, de comunión y de servicio. Es una nueva vida percibida y vivida como vocación, como misión, como entrega fiel y disponibilidad total hacia los demás.

Escuchad la clara llamada del Papa a toda la Iglesia: “¡Salgamos, salgamos para ofrecer a todos la vida de Jesucristo!”. ¿Cómo resistir a esta llamada? Es una llamada que tiene toda la intensidad y la pasión del “Da mihi animas!” de Don Bosco. Vuestra generosidad juvenil no puede sino alegrarse y dejarse sacudir por este grito, abandonando una fe tímida, paralizada por el miedo y con dificultades para ser testimoniada.

Vosotros estáis llamados a vivir una fe que se manifiesta como profecía, como certeza de ser amados por Dios hasta poner en Él vuestra única seguridad. En su nombre podéis arriesgar todo, sin dejaros atemorizar por nada y por nadie, sin dejaros condicionar por otras visiones del mundo, sin contentaros con una vida mediocre.

La invitación que os hace el Papa Francisco es la de salir sin miedo para servir al mundo, para enriquecerlo con el don de Cristo y del Evangelio. A vosotros os confía la convicción de la real posibilidad de cambiar el mundo, porque Jesús resucitado está con nosotros, todos los días, hasta el final de los tiempos, y hace nuevas todas las cosas: “Una fe auténtica implica siempre un profundo deseo de cambiar el mundo, de transmitir valores, de dejar algo mejor después de nuestro paso por la tierra (EG, 183).

INICIACIÓN CRISTIANA

EQUIPO DE EVANGELIZACIÓN Y CATEQUESIS (EDEC)

¿QUÉ ES ESO DE “INICIACIÓN CRISTIANA”? (2)

A

sí como toda la Congregación Salesiana se prepara para celebrar el próximo año 2015 el bicentenario del natalicio de Don Bosco, la Iglesia en general lo hace para celebrar los 50 años de la conclusión del Concilio Ecuménico Vaticano II, considerado como el más grande signo eclesial del siglo XX. Como se ha dicho muchas veces, su importancia está en que en ese encuentro se trataron asuntos que significaron un gran cambio en la Iglesia, especialmente en el modo en que hasta entonces se comprendía a sí misma y su misión. Entre tantos asuntos, uno aparece hoy con creciente importancia: los obispos reunidos afirmaron que el período en que la Iglesia y su enseñanza eran el eje del mundo, había concluido hacía tiempo. Esa época, llamada “de cristiandad”, marcó en su raíz la cultura de los nuevos pueblos latinoamericanos, fruto del encuentro entre amerindia y la fe católica traída por españoles y portugueses. Sin embargo, ya en los años 40 del siglo pasado, Alberto Hurtado incomodó a no pocos cuando se preguntó lúcidamente: “¿Es Chile un país católico?”.

Sí, hace rato que no estamos en época de cristiandad. Las tecnologías de la información, el consumismo, el agnosticismo, la manipulación genética, etc., son nuevos rasgos del mundo.

El Evangelio ya no permea la sociedad occidental. En muchos lugares, tradicionalmente cristianos, como Europa (por ejemplo, Francia), el cristianismo es un asunto casi del pasado.

Antes de seguir, es importante no malinterpretar lo anterior, en el sentido de creer que ese desfase entre el afán evangelizador de la Iglesia y el real nivel de adhesión religiosa de los chilenos, ha impedido al Espíritu generar vida

[1] [2]

a través de la acción pastoral. Lejos de ello, muchos son los frutos positivos que se pueden señalar en estos últimos 50 años, por ejemplo [1]: • La Iglesia ha crecido en un encuentro vital con el Señor Jesús, a través de la lectura y meditación de la Biblia.

• Se ha desarrollado un inmenso cariño y devoción hacia la Santísima Virgen María.

• Han habido santos chilenos, beatos y otros, cuyos procesos de santidad están en curso.

• Es admirable la piedad popular expresada de maneras únicas y valiosas.

• Es valiosa la presencia de los laicos en la Iglesia y en la sociedad.

Pero, a pesar de los signos de renovación, el Papa Francisco denuncia el adormecimiento en que han caído gran parte de las comunidades cristianas, a veces debido a la poca sensibilidad ante los cambios culturales y otras por realizar más de lo mismo, casi como “espasmos pastorales”.

“Se desarrolla la psicología de la tumba, que poco a poco convierte a los cristianos en momias de museo. Desilusionados con la realidad, con la Iglesia o consigo mismos, viven la constante tentación de apegarse a una tristeza dulzona, sin esperanza, que se apodera del corazón como «el más preciado de los elixires del demonio». Llamados a iluminar y a comunicar vida, finalmente se dejan cautivar por cosas que solo generan oscuridad y cansancio interior, y que apolillan el dinamismo apostólico” [2].

Ver CONFERENCIA EPISCOPAL DE CHILE, Orientaciones Pastorales 2008-2012. Santiago, CECH, 2008, nº 52.1ss.

FRANCISCO, Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium. Ciudad del Vaticano, 2013, nº 83.

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MARZO – ABRIL 2014

No es sorprendente que en Aparecida los responsables se hayan cuestionado la manera como la Iglesia educa hoy la fe y alimenta la experiencia cristiana: “Es un desafío que debemos encarar con decisión, con valentía y creatividad, ya que en muchas partes la iniciación cristiana ha sido pobre o fragmentada” (DA 287).

En sintonía con ese diagnóstico, los responsables del mundo salesiano dijeron en el Capítulo General XXVI: “… nuestras iniciativas no están siempre claramente orientadas a la educación en la fe. Los procesos de catequesis son débiles y en muchos casos no suscitan en los jóvenes una vida sacramental convencida y regular, una verdadera pertenencia eclesial y un valiente compromiso apostólico” (nº 28).

Por lo tanto, respondiendo a esta nueva época, requerimos: • No solo renovar algunos métodos, tener más subsidios y mejorar la formación de nuestros agentes pastorales. Sería más de lo mismo.

• Optar por otro modelo, el de “iniciación cristiana”, distinto de la tradicional “preparación a los sacramentos” o del activismo apostólico a los que hemos reducido la pastoral. ¿Qué es la iniciación cristiana?

Primero que todo, hay que saber que la iniciación es una característica del ser humano. Ella se vincula con ritos preparatorios que se suelen efectuar para enfrentar momentos claves de la vida. Por ejemplo, en las culturas antiguas había diversas prácticas que marcaban la iniciación sexual de varones y mujeres, y el paso a la vida adulta. Pero también hoy ocurren iniciaciones: la “fiesta de los 15”, con la cual la joven, ya no considerada una niña, comienza su vida en sociedad; hoy, antes de comenzar sus estudios superiores, el/la estudiante recibe un “mechoneo”; cuando alguien comienza un trabajo, se espera que “pague el piso”; una pareja recién casada generalmente vive su “luna de miel”; la fiesta del baby shower precede un nacimiento, etc.

Si esto se ha vivido en asuntos de nuestras interrelaciones humanas, aquella relación que se tiene con Dios tiene un formato similar. En efecto, antes de decisiones religiosas, muchas personas viven jornadas de discernimiento o retiros, de modo que no es sorpresivo que alguien que se decida a vivir más radicalmente su amistad con Dios, viva un período de preparación o iniciación a tal paso.

Propiamente, los ritos que en sus orígenes asumió la Iglesia para la iniciación cristiana se inspiraron en prácticas antiguas de algunas religiones paganas (llamadas “religiones mistéricas”), presentes en la cuenca del Mar Mediterráneo.

Para quienes diseñaron esos procesos, había una certeza: el acceso al Misterio de Dios no se hace a través de la simple o sola enseñanza teórica, sino por medio de progresivas experiencias de fe que marcan, integral y profundamente, a los aprendices.

[3]

Por eso, la iniciación cristiana es un itinerario: • diseñado según las etapas del catecumenado bautismal (ver nº anterior del BS), • incluye una fuerte experiencia de encuentro con Cristo vivo, • ofrece una formación integral aunque paulatina en todas las áreas de la vida cristiana (profecía, celebración, comunión y servicio), • con particular protagonismo de una iniciación litúrgica y bíblica.

Sin un proceso de iniciación, nuestros muchachos en los colegios, parroquias, centros juveniles, en el MJS, etc., no lograrán vislumbrar ni menos asumir las dimensiones y perspectivas de la vida cristiana.

A propósito de esto, el Rector Mayor nos ha dicho: “Más que hablar de una ’transmisión’ hay que hablar de ‘iniciación’, lo que comporta un acompañamiento del joven desde su concreta situación hasta la plena madurez humana y cristiana. Y esta solo es posible con un vínculo comunitario y vivencial. El crecimiento en la vida cristiana debe presentarse y realizarse como iniciación concreta a la fe viva” [3].

En una época en que la Iglesia parece estar impactada por las denuncias en su contra debido al comportamiento de algunos de sus ministros, por la creciente ineficacia de sus tradicionales estrategias evangelizadoras y el alejamiento desinteresado de gran parte de las nuevas generaciones, la enseñanza profética del Papa Francisco y la iniciación cristiana nos parecen dos aportes providenciales para ser más fieles al Evangelio, en el entendido de que no nos debe interesar repetir la figura hegemónica que culturalmente la Iglesia tuvo en épocas pasadas.

Nuestras comunidades educativas pastorales deben asumir la iniciación cristiana como clave no tanto por sobrevivencia, sino en perspectiva de su propio desarrollo. Tarde o temprano, los responsables de las pastorales locales tendrán que hacerse expertos en diseñar y animar itinerarios de esta clase, en la esperanza de que, como dijeran los obispos reunidos en Aparecida: “Una comunidad que asume la iniciación cristiana renueva su vida comunitaria y despierta su carácter misionero. Esto requiere nuevas actitudes pastorales de parte de obispos, presbíteros, diáconos, personas consagradas y agentes de pastoral” (DA 291).

Hace 50 años el Concilio Vaticano II nos impactó al afirmar que hacía mucho tiempo que el mundo no estaba en cristiandad. A más de uno hay que recordárselo aun hoy. A ti no, ¿cierto?

DICASTERIO PARA LA PASTORAL JUVENIL, Repensar la Pastoral Juvenil. Roma, 2011, p. 12.

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COLONIAS SALESIANAS

ÁREA DE COMUNICACIONES HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA – ÁREA DE COMUNICACIONES SALESIANOS

Colonias Salesianas:

T

anto las Hijas de María Auxiliadora como los Salesianos de Don Bosco de Chile hace más de 40 años realizan en sus diferentes presencias las Colonias Salesianas “Villa Feliz”, experiencia que demuestra el compromiso social con las actividades propias del carisma fundado por Don Bosco.

Las Colonias Salesianas Villa Feliz nacieron en Santiago en el año 1974, creadas por los Salesianos de Don Bosco y las Hijas de María Auxiliadora para dar respuesta a las grandes necesidades sociales y religiosas de la época. Desde sus inicios, se constituyen en una experiencia de promoción humana y de evangelización para niños y niñas de escasos recursos siendo “vacaciones en la ciudad”.

Desde 1974, de forma ininterrumpida, las Colonias Salesianas “Villa Feliz” se realizan en la mayoría de las Casas Salesianas, como experiencia de inserción y de compromiso con los niños y jóvenes más pobres. Esta experiencia, cada año, convoca al compromiso y la generosidad de muchas personas y

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organizaciones para brindarles a los niños y niñas espacios de diversión y evangelización adecuados a su edad.

HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA Es así como dicha experiencia apostólica compromete a jóvenes alumnos y alumnas, padres y apoderados de los colegios de las Hijas de María Auxiliadora, acompañados por FMA y asesores seglares, dedicando tiempo de sus vacaciones. En nuestra Provincia Religiosa, durante los meses de diciembre y enero se realizaron las siguientes experiencias de Colonias en diferentes lugares del país:

Comunidad Liceo Laura Vicuña, La Cisterna

En el colegio Araucanía de la población San Gregorio, ubicado en la comuna de La Granja, atendiendo a 100 niños y niñas.

Comunidad Santa Teresita, Talca

En la Escuela Rural de Colín, acompañando a aproximadamente 80 niños y niñas.

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Comunidad María Auxiliadora, Los Andes

En el colegio Gabriela Mistral, en el sector de Alto Aconcagua, acompañando a 100 niños y niñas (de dos a 16 años de edad). Durante el día se llevaban a cabo actividades variadas, entre formación y recreación, catequesis, competencias, juegos de agua, concursos, todo hecho para formar y divertir durante toda la jornada a los niños y niñas.

Comunidad María Auxiliadora, Valparaíso En la Escuela Reino de Suecia, ubicada en el sector de Playa Ancha. Allí acompañaron a alrededor de 50 niños.

Comunidad María Auxiliadora, Santiago En el liceo Paul Harris de la comuna de Padre Hurtado, atendiendo aproximadamente a 150 niños.

Comunidad María Auxiliadora, Punta Arenas

Durante la novena de Navidad, del 14 al 22 de diciembre,

realizaron una experiencia de misión, atendiendo a 30 niños y niñas y a 24 familias de la Población Loteo del Mar.

Comunidad María Auxiliadora, Iquique En el Colegio Nazaret de Alto Hospicio en el sector El Boro, acompañando a alrededor de 100 niños y niñas.

Comunidad San Miguel, Santiago En la Escuela Laura Vicuña de San Joaquín, atendieron a alrededor de 100 niños y niñas.

Comunidad María Auxiliadora, Puerto Montt

Bajo el lema “Haciendo lío”, invitación del Papa Francisco a los jóvenes, el equipo de pastoral junto a jóvenes de la comunidad educativo-pastoral realizaron en la segunda semana de enero la Colonia Salesiana “Villa Feliz”, sector de Chinquihue, en la ciudad de Puerto Montt. Durante ese tiempo llevaron a cabo esta experiencia apostólica, acompañando a 37 niños de diversos sectores como Isla Tenglo, Panitao, sector Anahuac, entre otros.

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Dentro del itinerario recreativo-formativo, los niños compartieron experiencias de formación cristiana y valórica. Además de actividades como baile entretenido, cuentacuentos, paseos por la ciudad, visitas instructivas de Bomberos y Carabineros con su unidad canina.

Salesiana de La Serena. Esta actividad brinda a los niños días de entretención y evangelización quienes, debido a los trabajos como temporeros de sus padres, no pueden tener vacaciones en verano.

SALESIANOS DE DON BOSCO

En la Escuela República de Colombia de la comuna de Santiago se realizaron las Colonias Salesianas “Villa Feliz” del Centro Educativo Salesiano de Alameda. La actividad fue animada por la pastoral de la obra y se desarrolló entre el lunes 6 y el domingo 12 de enero. Se atendieron a diario cerca de 60 niños, entre ellos muchos inmigrantes que habitan en el sector.

Copiapó

Se realizaron en el sector Los Minerales de Copiapó, del 26 al 30 de diciembre del 2013. Organizaron jóvenes de enseñanza media e integrantes del Movimiento Juvenil Salesiano de la Escuela Industrial Salesiana. Participaron niños y niñas de entre seis y 12 años que pertenecen al campamento Mons.

Fernando Ariztía Ruiz.

Alameda

La Cisterna

En el cerro Monjas de Valparaíso se llevaron a cabo las colonias animadas por el colegio, instancia en la que participaron cerca de 60 niños y 45 monitores. El trabajo se inició el 3 de enero y fue encabezado por el P. José Chaf. Las integrantes del grupo Mamá Margarita se encargaron de la alimentación.

En la popular población La Bandera de la comuna de San Ramón se llevaron a cabo las Colonias Salesianas “Villa Feliz”, del 3 al 8 de enero, animadas por los jóvenes de las Comunidades Apostólicas Salesianas de la obra salesiana de La Cisterna.

El trabajo se desarrolló en la escuela básica Aliven. Lo ejecutaron 30 monitores que atendieron a los niños y niñas del sector durante todo el día, desde el desayuno hasta la merienda en la tarde, proponiendo diversas actividades como catequesis, recreación, talleres lúdicos, paseos, etc.

Macul

Concepción

Valparaíso

Colonias animadas por la presencia salesiana de Macul (colegio y parroquia) en la comuna de Peñalolén. El trabajo se desarrolló del 6 al 12 de enero en el colegio Eduardo de la Barra. Participaron 180 niños del sector y 80 jóvenes que encabezaron el trabajo.

La Serena

Más de 50 pequeños de El Molle y sus alrededores, en el Valle de Elqui, disfrutaron de unas especiales vacaciones gracias a las Colonias Salesianas “Villa Feliz” que, al igual que años anteriores, organiza la Pastoral de la Escuela

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Cerca de 250 niños distribuidos en tres centros participaron en las Colonias Salesianas “Villa Feliz” que anima el Colegio Salesiano de Concepción en la comuna de Chiguayante. Las actividades comenzaron con los jóvenes “haciendo lío” en el sector más vulnerable de la comuna, para transmitir un mensaje de Navidad y de alegría a los vecinos del lugar, el domingo 22 de diciembre. El trabajo de colonia se inició el 6 de enero y se desarrolló hasta el 15. Entre las actividades: recursos con dinámicas, catequesis recreativas, talleres de formación, paseo a la Granja Educativa, día del Agua, día del Disfraz y paseo de despedida a la Laguna Chica de San Pedro.

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PROFESIONES FMA

Profesiones FMA:

DOS NUEVAS RELIGIOSAS PARA LA FAMILIA SALESIANA

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El padre Inspector Alberto Lorenzelli, junto a las hermanas Carla Caroca (izq.) y Katherine Vargas (der).

uego de dos años de Noviciado, las hermanas Carla Caroca Zarricueta y Katherine Vargas Parras realizaron su primera profesión religiosa en el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, asumiendo por un año votos de pobreza, obediencia y castidad.

La celebración se llevó a cabo el viernes 24 de enero en la casa “Sagrado Corazón” de La Cisterna.

Junto a Carla y Katherine, celebraron 70, 60, 50 y 25 años de profesión otras 11 hermanas del Instituto.

Presidió la celebración el P. Inspector Alberto Lorenzelli. Concelebraron miembros del Consejo Inspectorial y salesianos de varias comunidades.

Sor Graciela Soto en sus 70 años de vida consagrada.

70 AÑOS DE VIDA CONSAGRADA • Sor María Graciela Soto 60 AÑOS DE VIDA CONSAGRADA • Sor María Fuentes • Sor Iris Galetovic • Sor Eliana Jiménez • Sor Rina Latini • Sor Rosa Nuñez • Sor Graciela Pinto • Sor Pierina Viacava • Sor Maria Zurob 50 AÑOS DE PROFESIÓN • Sor Ruth Quezada 25 AÑOS DE PROFESIÓN • Sor Rosa Echeverría

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PASTORAL VOCACIONAL

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Pastoral vocacional: JOVEN CHILENO REALIZA PRIMERA PROFESIÓN RELIGIOSA

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laudio Pinto Insulza (22), egresado del Centro Educativo Salesiano de Talca, realizó su primera profesión religiosa como salesiano de Don Bosco, el 30 de enero, en el Noviciado Internacional de la Congregación de Córdoba, Argentina.

Después de un año de experiencia formativa, Claudio asumió votos temporales de obediencia, pobreza y castidad, pasando así a integrarse formalmente a la Congregación.

Junto al joven chileno profesaron otros 12 muchachos: siete de Argentina Norte, tres de Argentina Sur y dos de Paraguay.

De los 13 nuevos salesianos, siete lo hicieron como salesianos coadjutores y seis como salesianos aspirantes al sacerdocio.

Desde hace algunos años, todos los jóvenes que, como Claudio, desean y son aceptados para realizar esta etapa vocacional, se integran en la comunidad de este Noviciado Internacional ubicado en Alta Gracia.

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En la ceremonia acompañaron a Claudio el P. Inspector Alberto Lorenzelli; el delegado de la Formación, P. Miguel Ramírez; el P. Mario Borello, de la comunidad del Aspirantado de Lo Cañas, y el estudiante de Teología Romedil Ilufi.

Además de salesianos de varias Inspectorías, participaron el P. Ángel Fernández, Inspector de Argentina Sur; el P. Manuel Cayo, Inspector de Argentina Norte; el P. Horacio Barbieri, Maestro de Novicios, y el P. Delio Barreiro, delegado de la Formación en Paraguay.

Concluida la ceremonia, los chicos de los oratorios del lugar hicieron una murga con tambores, disfraces, bailes, lo que sorprendió a todos los asistentes.

Claudio ha expresado a Boletín Salesiano que después de esta profesión sigue descubriendo que Dios le llama, con sus virtudes y defectos. Además, señaló que para él “este paso significa, como en muchas otras cosas, mayor responsabilidad, mayor compromiso,

mayor adhesión a Cristo Buen Pastor, mayor entrega por los jóvenes más pobres y abandonados”.

Claudio Ignacio Pinto Inzulza nació en Talca el 30 de enero de 1992. Hijo de Claudio y Patricia. En 2006 ingresó al Centro Educativo Salesianos Talca, donde descubrió su vocación. En 2011 fue admitido en el primer grupo que vivió la nueva modalidad de la experiencia de Aspirantado. En marzo de 2012 inició el Prenoviciado y durante 2013 el Noviciado en Argentina. Actualmente integra la comunidad del Posnoviciado-Teologado de Lo Cañas.

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En la misma celebración, se dio la bienvenida a los 12 nuevos novicios, de los cuales siete pertenecen a la Inspectoría de Chile. Junto a ellos, se integraron al Noviciado dos de Argentina Norte, dos de Argentina Sur y uno de Paraguay.

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ORDENACIONES DIACONALES

Ordenaciones Diaconales

SERVIDORES ALERTAS LLAMADOS A SER TESTIMONIO ALEGRE

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a imagen de “Cristo Siervo” es la que marca de forma predominante la etapa vocacional que los salesianos Darío Navarro y Christian Guzmán están viviendo a partir del Orden del Diaconado en tránsito que les fue conferido el sábado 21 de diciembre en el templo María Auxiliadora de Lo Cañas.

Reciben este ministerio transitorio, que antecede al sacerdocio, después de entre siete y ocho años de formación salesiana, tiempo que ha comprendido las etapas del Noviciado, Posnoviciado, Tirocinio (práctica pastoral) y

Teologado, largo camino de discernimiento y confirmación de su vocación y de corroboración de idoneidad por parte de los formadores.

Darío y Christian llegan a este momento de su vida con 28 años de edad, luego también de haber hecho un tiempo de trabajo pastoral en las obras salesianas de Concepción y Puerto Montt, respectivamente, y habiendo profesado de forma perpetua votos de pobreza, obediencia y castidad.

Su vivencia como hijos de Don Bosco durante este tiempo ciertamente los ha preparado para comprender

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la profundidad y urgencia del llamado que les hiciera el obispo de Temuco, Héctor Vargas, el día que les confirió el ministerio, de dar respuesta a una imperiosa necesidad de los hombres de hoy: no solo palabras, sino y más bien el testimonio de la ternura y misericordia del Señor, y ello, NO con una actitud de tristeza, desaliento, impaciencia o ansiedad, sino a través de una vida irradiada del fervor y la alegría de Cristo.

Como señalara también en su homilía el Pastor de la Iglesia de Temuco, Darío y Christian reciben un especial llamado al servicio en este momento de su vida, porque, justamente, esa es la espiritualidad del Diaconado, que los llama a ser íconos de Cristo Siervo que no vino a ser servido, sino a servir, y donar su vida para dar vida.

Sus vocaciones comenzaron a fraguarse en los ambientes del Colegio Salesiano de Puerto Montt, en el caso de Darío; y en el Instituto Don Bosco de Punta Arenas, en el caso de Christian. Allí, creciendo en el clima propio de una obra salesiana, que es casa que acoge, parroquia que evangeliza, escuela que educa y patio donde encontrarse con los amigos; donde además tienen la oportunidad de hacer experiencia pastoral y de compartir con salesianos consagrados el trabajo de la Misión, comenzaron a descubrir el llamado a la vocación salesiana y a dar los primeros pasos para seguirla.

Algunos de los familiares más cercanos acompañaron a estos jóvenes salesianos el día que recibieron este ministerio: Jorge y Doris, papá y mamá de Darío; y Gloria y Arturo, mamá y hermano de Christian, quien, además, recordó a su

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fallecido padre Raúl, de quien tiene la certeza que desde su descanso eterno se alegró por este momento.

Transcurrido un mes desde su ordenación, Boletín Salesiano dialogó con los nuevos diáconos, ya con un breve pero significativo tiempo de ejercicio del ministerio.

Consultado respecto del lema escogido para la ordenación –Los miró y tuvo compasión, Lc 10,33– Christian comentó que el significado para él es estar alerta para los que buscan a Dios en su vida, incluso para quienes lo buscan sin saberlo. Particularmente, de los jóvenes cree que deben animarse a realizarse las preguntas fundamentales que tocan en lo profundo aspectos esenciales de su vida.

“Las preguntas fundamentales nos llevan a conseguir la felicidad; esto es buscar estar donde Dios quiere que estemos, hay que buscar un desarrollo integral”.

Darío, por su parte, señala que los tiempos actuales en la sociedad reclaman santidad de vida, hecho que interpela a todos, y que se consigue no de manera individual. “Nuestra vida comunitaria hace que el camino sea más fácil y de manera colaborativa. Además, nos desafía a ser radicales en la opción de la vida”.

Para Darío es también relevante mirar las pobrezas de hoy, las de los jóvenes, principales interlocutores, y también las propias, sabiendo que una de las mayores es la soledad, como ha dicho el Papa Francisco. “En el relato del buen samaritano hay que ver a los jóvenes como los heridos, mirar su pobreza, espiritual y material, ayudarlos a caminar en su vida… Además, debemos mirarnos como los heridos”.

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CREACIÓN CARDENALICIA

MONSEÑOR RICARDO EZZATI FUE CREADO CARDENAL POR EL PAPA FRANCISCO

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legría y cercanía se vio en la ceremonia cuando el arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati Andrello, aceptó ser Cardenal de la Iglesia y trabajar como un colaborador directo del Papa.

La vestimenta y un capelo rojo, que significan su voluntad de incluso dar la vida por la defensa de la fe y un anillo –con el escudo de armas del Pastor de la Iglesia–, signo de una más sólida unión con la Santa Sede, marcarán su nuevo apostolado.

Junto a él, 18 de los 19 cardenales juraron arrodillados frente al Papa, y prometieron ayudarlo en su tarea apostólica y servir a sus respectivos países.

Como tarea se les asignó una iglesia o diaconía en Roma, como una forma de mostrar mayor cercanía y colaboración con el gobierno del Papa. Posteriormente, les entregó la “Bula de creación cardenalicia”, que dio paso a la oración de los fieles y el Padrenuestro. En el caso del arzobispo de Santiago, asumirá el encargo pastoral de la parroquia Val Melaina, pasando a ser parte del clero del Vaticano.

Tras la lectura del Evangelio, al inicio, el Papa Francisco dijo en su homilía: “Os digo lo que la Iglesia necesita: tiene necesidad de vosotros, de vuestra colaboración y, antes que nada de vuestra comunión, conmigo y entre vosotros. La Iglesia necesita vuestro valor para anunciar el Evangelio en toda ocasión, oportuna e inoportunamente, y para dar testimonio de la verdad.

La Iglesia necesita vuestras oraciones, para apacentar bien la “grey” de Cristo, la oración –no lo olvidemos– que, con el anuncio de la Palabra, es el primer deber del obispo. La Iglesia necesita vuestra compasión sobre todo en estos momen-

tos de dolor y sufrimiento en tantos países del mundo”.

Posteriormente, el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, se dirigió a los presentes a nombre de los nuevos purpurados, y junto con agradecer expresó que “aquí estamos, Santo Padre, para emprender y continuar con usted y bajo su liderazgo”.

EL NUEVO CARDENAL PARA CHILE Muy contento por el nuevo servicio que prestará a la Iglesia, se mostró el arzobispo de Santiago, quien dijo “yo voy a seguir trabajando en la porción de tierra que el Señor y la Iglesia me ha confiado. Pero al mismo tiempo voy a colaborar con humildad, pero también con eficacia a su ministerio de sucesor de Pedro”, y añadió: “Le pido al Señor que me dé mucha fortaleza para cumplir esta gran tarea”.

Ricardo Ezzati es el tercer cardenal chileno con vida, junto al cardenal Jorge Medina Estévez y el cardenal Francisco Javier Errázuriz, además de convertirse en el séptimo de la Iglesia Católica chilena.

COLEGIO CARDENALICIO A partir de estos nuevos nombramientos, el Colegio de Cardenales quedará integrado por 218 purpurados, 122 electores y 96 no electores. Siendo 117 europeos, 27 de América del Norte, siete de América Central, 23 de América del Sur, 19 de África, 21 de Asia y cuatro de Oceanía. El italiano Francesco Capovilla, quien fuera secretario de Juan XXIII, será el purpurado de mayor edad en el Vaticano, con 98 años, y fue el único que no pudo asistir a la ceremonia, por su avanzada edad.

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CARDENAL EZZATI

Nuevo cardenal chileno:

AL SERVICIO DE LA IGLESIA CON EL ESTILO DE DON BOSCO “Vestido de negro, morado o de rojo ser, de verdad, un pastor sencillo al lado de la gente y cercano a la esperanza de tanto joven”… fueron los primeros pensamientos de monseñor Ezzati al saber que sería el segundo cardenal de la Congregación Salesiana en Chile.

E

n su casa, uno de los obispos más influyentes de la Iglesia en Chile, monseñor Ricardo Ezzati Andrello, hombre ítalo-chileno –como el mismo se describe por haber nacido en Italia, pero chileno de vocación– dialogó sobre las primeras impresiones cuando supo que sería cardenal. También se refirió al cardenal Raúl Silva, su cercanía y amistad espiritual con él; sobre Don Bosco y la misión de los salesianos en Chile, además de sus experiencias más destacadas como obispo en nuestro país. ¿Don Ricardo, qué estaba haciendo el 12 de enero?

Como todos los domingos, muy sencillamente, a eso de las 8:00, 8:10, estaba rezando laudes y comenzó a sonar el teléfono, muy insistentemente, y pensé que algo urgente había pasado. Al contestar era el obispo de Calama y me dice: “Eminencia”, y yo reaccioné: “Bueno tú también me tomas el pelo”. Y ahí el obispo me dice: “El Papa ha anun-

ciado los nombres de los nuevos cardenales de la Iglesia y entre ellos está el suyo, así que felicitaciones”. Después de eso seguí rezando en lo posible, ya que el teléfono siguió sonando por todas partes.

Esa mañana tenía programado ir a dedicar una capilla en la parte del campo de Santiago, en el sector de Lampa. Partí para allá y la gente me empezó a felicitar, fue una celebración muy hermosa. La gente, de origen muy humilde, estaba muy feliz por poder tener su capilla. ¿Don Ricardo, cuáles son las primeras imágenes que pasan por su mente al verse llamado a colaborar más estrechamente con el Papa Francisco en el servicio cardenalicio?

La primera imagen que se me vino a la mente fue de hace muchos años atrás, de mis orígenes familiares, sencillos, de gente trabajadora, emprendedora, de clase popular. Ahí

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pensé lo que quería ser. Ser un humilde sacerdote salesiano al servicio de los jóvenes, dedicado a lo que Don Bosco siempre soñó, trabajar con los jóvenes más pobres.

Me acordé de otra cosa también, cuando a nuestro fundador, Don Bosco, el Papa Pío IX le sugirió la idea de ser monseñor, y Don Bosco, le pidió que lo dispensara de esa idea, porque ¿cómo lo verían sus jóvenes, vestido de monseñor? Él quería ser un sacerdote sencillo y servidor en medio de sus jóvenes. El Papa acogió ese deseo de Don Bosco. Pensé en eso y le pedí al Señor que me mantuviera el corazón muy sencillo, porque vestido de negro, morado o de rojo ser, de verdad, un pastor sencillo al lado de la gente y cercano a la esperanza de tanto joven. ¿Qué legado le dejó el cardenal Raúl Silva?

Llegando a Santiago el 7 de noviembre de 1959 y días antes de llegar, en Buenos Aires, los salesianos me contaron que en Chile habían nombrado un obispo para Valparaíso (hace poco se había hecho público que el padre Silva Henríquez sería obispo de la ciudad puerto). ¿Cuál fue mi sorpresa? Al llegar a Santiago, la persona a quien el P. Inspector había encargado acompañarnos a realizar los trámites era el cardenal Silva Henríquez, en ese entonces el padre Silva. Él, con mucha bondad y sencillez, nos acompañó al Registro Civil y a sacar todo tipo de trámites para vivir en Chile. Además, él mismo nos mostró el Teologado, que en esa época estaba en La Cisterna, y ahí pude ver el cariño que le tenían los estudiantes de teología, de quienes él había sido director. Ahí también conocí a un hombre que tenía una historia muy grande, muy benemérita en la vida de la Congregación y en la Iglesia de Chile, como presidente de Caritas, un hombre de mucha significación social.

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Pude asistir a su ordenación episcopal en Valparaíso, donde fue acogido con mucho gozo, cariño y alegría. Y después recibir sus visitas a Quilpué donde llegaba los domingos por la tarde a visitar el noviciado y posnoviciado. Monseñor Silva manejando y su secretario al lado, siempre nos traía unos paquetes de maní para pasar la tarde en su compañía.

Naturalmente, el noviciado y posnoviciado eran el coro que el cardenal pedía para todas las celebraciones, Semana Santa y otras, ya que Valparaíso no tenía seminaristas. Don Raúl era desafinado, como ustedes no se pueden imaginar, y eso provocaba el sufrimiento del padre Bertola, que lo trataba de ayudar para que lo hiciera mejor.

Estuve también con él cuando fue nombrado arzobispo de Santiago. Fue a tomar desayuno a Quilpué, y recuerdo claramente lo que nos dijo Don Raúl en esa oportunidad. El cardenal recordó la aparición de Jesús a Pedro después de la resurrección y cuando el Señor le pregunta ¿me amas más que a todos estos? y con lágrimas en los ojos, confesó su pequeñez y, al mismo tiempo, su confianza en el Señor en la tarea que le encomendaba.

También recuerdo cuando volvió a Chile como cardenal.

Eran otros tiempos, llegó desde el aeropuerto, en un auto descapotable, acompañado por el Presidente Alessandri.

Habían arcos de triunfo en toda la Alameda. A nosotros nos tocó estar cerca de la Gratitud Nacional, donde armamos un gran arco de triunfo, ahí lo pudimos recibir y saludar.

La relación se mantuvo, y el momento más significativo para mí, ha sido en el funeral de quien era el confesor del cardenal, el padre Simón Wojciski. Llegando a la sacristía del templo María Auxiliadora, en la Gratitud Nacional, el cardenal me grita fuerte y me dice: “P. Ricardo, usted ahora será mi con-

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fesor. Vamos a la capilla de aquí al lado para que me confiese”.

Imagínense lo que significaba para un joven sacerdote, él se dio cuenta, me vio nervioso y tenso, se confesó y al terminar me dice: “No te preocupes, no me des consejos, más adelante tendrás tiempo para darme consejos, ahora dame la absolución”.

La cercanía y el conocimiento mutuo fue creciendo, el conocimiento de un alma de sacerdote, de salesiano, muy sensible, de mucha fe y de una gran confianza en la providencia divina. Conocí al cardenal dialogando con el Señor las cosas de todos los días y, sobre todo, los problemas que tuvo que enfrentar en su periodo de gobierno como arzobispo de Santiago. Hay que pensar que no solo estaban los temas políticos, el golpe militar, también estaban los problemas de la gente, de los derechos humanos, de los que sufrían.

En su oración era capaz de decir, “¡Señor es cierto, que tú no quieres esto!”, por eso él se empeñaba tanto en algunas situaciones. Nadie que no conozca el alma del cardenal puede entender la fuerza que tuvo para emprender tantas cosas, tantas cosas grandes. Él impulsó cosas grandes, porque tuvo su raíz en una fe profunda en Jesucristo. Yo estoy convencido de que el cardenal Raúl es un ejemplo de santidad sacerdotal y episcopal y espero que eso en algún minuto sea reconocido por la Iglesia de todo el mundo. ¿Don Ricardo, qué significó, como sacerdote joven, ser el confesor del cardenal? ¿Y cómo se refleja hoy en su propio episcopado?

En la capilla, cada 15 días, yo encontraba al cardenal, en invierno, envuelto en una frazada, y en verano, más fresco, ahí se desarrollaba todo el diálogo espiritual. Entre media hora y tres cuarto de hora, después tomábamos desayuno juntos.

Ahí el cardenal era hijo espiritual mío, pero yo era su hijo espiritual, un hijo pequeño, de quien aprendí muchísimas cosas, actitudes pastorales y espirituales, el sentido de comprensión de la persona, la cercanía al dolor de las personas, la confianza ilimitada e ingenua, virtudes que él vivía constantemente.

Al cardenal, lo vi llorar por personas que más quería.

Amigos que, finalmente, no lo fueron tanto. Él lloró de dolor por sentir que la confianza dada, regalada a esos amigos, fue traicionada. Esto le dolía mucho, incluso, más que su propio yo, más que su propio prestigio.

Pude ver, que a partir de la profunda confianza que el cardenal Silva tenía en Dios, estaba convencido de que la persona humana ha sido creada por Dios y con la dignidad de hijo. Sus iniciativas como hospitales, construcciones de vivienda, formación, como las “arañitas de Cristo” que instituyó con su hermana, todo tenía por objetivo dignificar a las personas, buscar una motivación central en la personas que tenía que ver con su fe.

Usted ha estado vinculado a diversas soluciones de conflictos sociales. Un ejemplo es el conflicto Mapuche. ¿Qué han significado para usted esas participaciones?

La formación salesiana nos regala una gran sensibilidad social. Hemos sido formados en las escuelas de Don Bosco que surgen en la periferia de la ciudad.

Al inicio de la industrialización, Don Bosco nos inspiró la cercanía con los más pobres y estar al servicio de la formación de ellos.

Yo, siendo salesiano, y cultivando mi vocación salesiana, he visto el ejemplo de tantos salesianos de la Inspectoría. Podría

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recordar muchos, como los salesianos de Tierra del Fuego, la creación de escuelas agrícolas, técnicas, para dar oportunidad de tener una vida digna. Por consiguiente, la dimensión social forma parte de nuestra espiritualidad, es parte de nuestra misión. El capítulo general 24, del que participé (como Superior de los Salesianos en Chile) cuando habla de la educación cristiana, no deja de destacar la dimensión social de la caridad como un elemento esencial de nuestra espiritualidad.

La diócesis tenía un terreno que puso a disposición de la Universidad Católica de Valparaíso para iniciar un centro de experimentación y transferencia técnica para campesinos mapuches. Ahí trajimos desde Nueva Zelanda unas ovejas particulares por la fecundidad y la cantidad de lana, proyecto que sigue todavía. Iniciamos también un Centro de Formación Técnica que confiamos a la Universidad Católica de Concepción y que hoy tiene más de 800 alumnos en Cañete.

Y eso he tratado de vivir, lo hice como inspector, traté de llevar adelante iniciativas en la formación técnica, y como obispo, en Valdivia, acompañé a una comunidad de mapuches, de la costa, para que pudieran desarrollar un proyecto de crecimiento humano significativo; en Concepción, a pocos días de haber asumido, me tocó un conflicto con los madereros que costó la vida de un trabajador. Gracias a unas gestiones que se hicieron pudimos superar ese conflicto. Quedé muy marcado en esa primera semana cuando visité a unos caciques en Cañete. Una ruca muy oscura, llena de humo, estuve más de dos horas y media sin hablar, sólo escuchando el sufrimiento de su pueblo. Ahí pude percibir la vida espiritual y contemplativa del pueblo Mapuche, sus grandes valores como el amor a la naturaleza, la fraternidad y la confianza en el Ser superior. Yo recuerdo bien lo que me pidieron, que estuviera cerca de ellos y que sus hijos no tuvieran que salir de su pueblo para tener una formación. La cercanía la he tratado de tener, no solo en las visitas, sino en las obras que iniciamos en Cañete.

A petición de las familias de los Mapuche que estaban en huelga de hambre, también me tocó mediar en ese conflicto. Me pidieron que fuera mediador con el Gobierno y ellos mismos me pidieron aceptar esa tarea, pero yo dije que no quería ser mediador, me parecía humillante para el pueblo Mapuche que hubiese alguien que fuera mediador para ellos. El pueblo Mapuche tiene toda la dignidad y capacidad de sentarse a la mesa y discutir de igual a igual sus problemas con las autoridades del país.

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Yo los acompañé solo como facilitador del diálogo para que el pueblo Mapuche solucionara sus problemas con las respectivas autoridades. Esa tarea no fue fácil, en mi casa estuvimos horas y horas, días y días dialogando, y muchas veces, con el dolor de que eso no iba madurando en nada.

Con claridad recuerdo que el primer diálogo empezó a las dos de la tarde y terminó a las dos de la mañana. Finalmente, tras tanto diálogo, terminó la huelga de hambre y se firmó un acuerdo con el Gobierno. El problema no fue solucionado del

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todo, faltó más diálogo, poner sobre la mesa más el valor de la razón, la búsqueda de la convergencia, que es la verdad. Aquí queríamos que a través de la razón, el Estado pudiese reconocer atropellos que se hicieron al pueblo Mapuche y que la comunidad mapuche reconociera al país.

La síntesis más bella la pude escuchar cuando me despedí en la comunidad indígena de Cañete, inaugurando el Centro de Formación Técnica. Había un joven dirigente muy inteligente, y cuando se despidió me dijo: “Monseñor, yo estoy al pie de la bandera chilena, me siento parte de este país al igual que todo mi pueblo. Esta bandera es bella, porque tiene colores diferentes, y yo pienso que Chile será más bello cuando se nos reconozca a todos con los colores que tiene.

Debemos seguir para encontrar la justicia, la dignidad de ser personas”.

Don Ricardo, el Papa Francisco ha hecho un llamado a ser pastores, ¿cómo se regocija su corazón de pastor, siendo un pastor con olor a oveja?

Cuando vemos que las personas crecen, alcanzan ideales y metas, uno no puede no alegrarse y eso lo he experimentado muchas veces. Cuando fui director del estudiantado teológico y filosófico de la Congregación Salesiana en Chile, ser formador no es nada fácil, y a veces es fuente de penas profundas. Pero la mayor alegría es cuando pude ver a un hermano en la Profesión Perpetua, en la Ordenación Sacer-

dotal, y ver cómo toda su vida se vuelca al servicio de los demás, esa es la mayor alegría de un pastor.

Como obispo, la mayor alegría está cuando las personas, las comunidades, viven y gozan con ser cristianos. Porque ser cristiano es bello, y más bello aún, cuando uno toma conciencia de aquello.

Todos estos acontecimientos que aportan a las personas, a las comunidades, son la mayor fuente de alegría. También hay casos muy emblemáticos que uno ni siquiera ha soñado.

En estos días he recibido muchos mails, y dos me han llamado profundamente la atención. Uno cerca del 17 de enero y otro el 26 del mismo mes. El primero decía que “he visto los nombres y las fotos de los nuevos cardenales. Me he dado cuenta de que entre ellos hay uno que me confesó en una iglesia de Milán, cuando después del terremoto de Concepción, un obispo había llegado a pedir ayuda a la Caritas Ambrosiana”.

Ese joven me escribía por una confesión que tuvo. Es un mail larguísimo que me cuenta cuánto lo marcó ese momento. El segundo, es de una señora que no recuerdo, me habla de un diálogo con el sacerdote que la abrió a la esperanza y agradece ese momento.

La vida de un obispo, de un sacerdote, de un consagrado, de un educador, debe estar volcada al servicio de las personas y por la gracia de Dios se producen efectos impensables.

A uno solo le queda agradecer ser instrumento del Señor.

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¿Qué cree que Don Bosco le pediría hoy a usted como cardenal si él viviera en su diócesis?

Don Bosco me pediría muchas cosas, pero entre una de esas me diría “preocúpate de los jóvenes, mira a los jóvenes, comprende a los jóvenes, haz camino con los jóvenes”, cosa que trato de hacer, pero que no es fácil. Estamos en un cambio cultural en que el individuo se ha transformado en el centro absoluto de la verdad, sin la mediación del diálogo con el otro, sin la confrontación con Dios.

Los jóvenes de hoy tienen un límite con la tecnología y se han ido autoconfirmando en su propia verdad, con su propia visión de las cosas, en su individualismo. La persona se realiza en el amor, en la apertura a los demás, en la superación del egocentrismo. Debemos superar la capacidad de no poder confrontarnos con el otro, de no poder confrontarnos con la Verdad, con Dios.

Entonces, Don Bosco me diría “ayuda a los jóvenes a no centrarse solamente en eso, ayúdales a descubrir a las otras personas, que la vida se construye en comunión con los demás, que la vida se construye y se hace feliz en relación con Dios, que la vida es buena y hay que ayudar a vivir en comunión mirando más allá de las propias sensaciones o los propios sentimientos, pensando que la razón también puede iluminar caminos de verdad y vida”.

Por último, Don Bosco me diría, “preocúpate de la evangelización, los jóvenes que rechazan a Dios es porque tienen una gran sed de Él”.

hermanos, humildemente, que me sigan dando esa formación en mi corazón y mi espíritu como buen pastor a imagen de Jesús e imitando la virtudes pastorales de San Juan Bosco.

En segundo lugar, les pediría que en la Iglesia de Santiago, en la Iglesia de Chile, fueran los buenos pastores que Chile necesita. Los pastores que en Don Bosco, se inician donde están los jóvenes, van haciendo camino con ellos al encuentro con Jesús y alcanzan la plenitud de su vida, la vida que siempre han soñado.

Que la caridad pastoral al lado de los jóvenes, como Don Bosco, es el mejor regalo para la Iglesia. ¿Cómo sería para usted el sueño de Chile?

Me siento identificado con el Sueño de Chile del cardenal Silva Henríquez, naturalmente, en un tiempo y contexto nuevos. Chile tiene posibilidades inmensas de ser una gran mesa para todos, la mesa de la dignidad, de la expresión como hermanos, la mesa donde no haya exclusión. Esa posibilidad está en el potencial cultural, en el genio de la gente de Chile. Tal como lo dije en la homilía del último 18 de septiembre: “Debemos evitar los sellos personales, individualistas de ideologías, que sea una MESA común para todos. Todos partícipes del esfuerzo de un país de hermanos. Cada uno aporta al bien común, donde debemos aportar todos, y cuando uno no aporta, ya no es de todos”.

¿Usted qué le pediría a los salesianos como cardenal de la Iglesia en Chile?

Lo que Don Bosco me pide a mí, a mí me gustaría pedírselo a mis hermanos salesianos. La Congregación Salesiana en Chile tiene una historia de gracia importante, con muchos hermanos, y es portadora de un carisma muy actual en la cultura y en la vida de la Iglesia.

Les pediría, personalmente, y como comunidad, volver a Don Bosco. En la víspera de la celebración del bicentenario del nacimiento de Don Bosco, volver a la Gracia que Don Bosco recibió del Espíritu Santo y que hemos sido responsables de encarnarla en la historia. La sociedad chilena, la Iglesia de Chile espera mucho de los salesianos. ¿Qué le pediría, como regalo, a la Congregación Salesiana en su labor como pastor?

El primer regalo que ya me han entregado es la formación como religioso, como sacerdote y como obispo que tienen más de 50 años de vida consagrada. Por lo que, les pido a mis

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RECTORES LAICOS

ÁREA DE COMUNICACIONES SALESIANOS

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iete son los nuevos rectores laicos de los colegios salesianos de Chile. Ellos son Luis Alvarado, El Patrocinio de San José; Gabriel Araya, colegio Oratorio Don Bosco; Reinaldo Castro, Centro Educativo de Talca; Julio Muñoz, colegio Salesiano de Concepción; José Isert, Instituto Salesiano de Valdivia; Rosa Cárcamo, liceo San José de Punta Arenas, y Luis Velásquez, Instituto Don Bosco de Punta Arenas.

Esta información ha sido dada a conocer por el P. Inspector Alberto Lorenzelli a través de una carta a los salesianos, mensaje en el que explica que los nombramientos forman parte de los pasos orientados a fortalecer el compromiso con la Congregación, “… que nos invita a ‘fomentar un nuevo estilo de comunión y corresponsabilidad con los laicos’ (CG 24), además de asumir los acuerdos de un Capítulo Inspectorial (2007, núcleo temático 2) que instaba a ‘revisar el papel que

ocupan los religiosos salesianos en las presencias, para responder con mayor calidad (de propuestas, tiempo, recursos humanos) a los desafíos de la evangelización de los jóvenes’”.

Los siete nuevos rectores laicos de las instituciones educativas salesianas del país coinciden todos en poseer una extensa trayectoria dentro de las comunidades educativas salesianas, además de un intensa formación de pre y post grado y, en algunos casos, también en salesianidad.

Gracias a la recopilación de información del Departamento de Educación de la Congregación, ponemos a disposición datos y fotos de los nuevos rectores.

Con estos nombramientos, 19 de los 22 colegios salesianos del país cuentan con un rector laico.

Luis Alvarado Soto Colegio El Patrocinio de San José

• Profesor de Religión, de Educación Básica y Educación Media • Egresado de Licenciatura en Pastoral Educativa (Catequeticum) • Postítulo en Currículum y Evaluación de la Universidad Católica • Postítulo en Gestión Educativa Universidad Autónoma de Barcelona • Magíster en Educación en la Universidad Católica Silva Henríquez - UCSH • Docente universitario en el Instituto Catequístico Universidad Católica • Integrante Equipo de Evangelización y Catequesis (EDEC) de la Congregación • Docente en salesianidad por el Centro Regional Salesiano de Quito • Directivo docente por muchos años en el Colegio El Patrocinio de San José

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Gabriel Araya González Colegio Oratorio Don Bosco

• Profesor titulado en la Universidad de Chile en la asig

natura de Biología y Ciencias Naturales • 39 años de experiencia en colegios sianos • Actualmente trabaja como coordinsale ador pedagógico en El Patrocinio de San José. Realiza también docencia en edu ón media • Licenciado en Educación en la Universidcaci ad Metropolitana de Ciencias de la Educación

• Magíster en Planificación y Gestión cacional Univ ersidad Diego Portales • Casado desde hace 30 años, dos hijoEdu s varones may ores

Reinaldo Castro Castro Centro Educativo Salesiano de Talca

• Profesor de Estado en Enseñanza Media en Educación Tecnológica Universidad de Talca

• Técnico Universitario Industrial con mención en Sistemas Eléctricos de Control Universidad Federico Santa María

• Licenciado en Educación Mención Administración Educacional Universidad Tecnológica Metropolitana

• Diplomado en Aprendizaje Cooperativo en estilo Salesiano y Nuevas Tecnologías de Educación, Universidad Católica Silva Henríquez -UCHS

• Egresado de Magíster en Gestión y Liderazgo Educativo, Universidad Católica Silva Henríquez, UCHS

• Diplomado en Gestión y Diseño Curricular basado en Competencias y

Administración de la Unidad Educativa, Instituto de Máquinas Herramientas IMH, Elgoibar Gipuzkoa - España • Exalumno salesiano de Talca, con 25 años de Servicio en la Congregación Salesiana

Julio Muñoz Gatica Colegio Salesiano de Concepción cepción, 1981

ad de Con • Profesor de Biología y Química, Universid Católica del Norte, 1991 • Administrador Educacional, UniversiddeadCon cepción, 2003 • Magíster en Educación, Universidadia Universit para la Formación Técnico • Diplomado: Especialista en Docenc ción – Univaria ersidad de Kaiserleutern, Alemania,

Profesional, Universidad de Concep 2004 ración r Basado en Competencias y Administ • Diplomado: Gestión y Diseño Curricula 2005 uina Herramientas, Elgoibar, España, de la Unidad Educativa, Instituto de Máq cepción: profesor de Biología (1983• Desempeño en el Colegio Salesiano de 7-Con a 1997), profesor de Gestión de Pequeñ 1997), profesor de Administración (198 7 (199 la Escuela Industrial Salesiana San José Empresa (2000 – 2013), jefe técnico de Colegio (2013) – 2012) y coordinador académico del

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ÁREA DE COMUNICACIONES SALESIANOS

José Isert Arriagada Instituto Salesiano de Valdivia

• Profesor de Castellano, Universidad tral de Chil e • Postítulo Administrador EducacionaAus l • Magíster en Desarrollo Humano • Curso de Directivos de Establecimientos Educaciona • Ingresó al ISV en 1981, ocupando los cargos de prof les del Mineduc

esor, jefe de UTP, director de Estudios y coordinador académico • Es Salesiano Cooperador desde 1982 • Casado con Marianela Torres; dos hijo s: José Miguel y José Ignacio

Luis Velásquez Águila Instituto Don Bosco de Punta Arenas

• Estudios de Ingeniería Eléctrica Universidad de Magallanes • Profesor de Educación Tecnológica Universidad de Magallanes • Postítulo Currículum Evaluación PUC • Trabaja en el IDB desde 1983, desempeñando los siguientes cargos: profesor de electricidad y jefe de taller Eléctrico de Producción, jefe técnico Área Técnico Profesional, jefe técnico y coordinador académico Educación Media, director de Estudios

Rosa Cárcamo Dimitropulos Liceo San José de Punta Arenas

• Egresada de Pedagogía en Inglés en Educación Med (1970-1975)

ia. Universidad de Chile 4

allanes 198 • Profesora de Inglés. Universidad deraMag oral. Universidad Católica del • Orientadora Educacional y Conseje Vocacional-Lab Norte. Antofagasta (1998-2000) ades Educativas Escolares. Pontificia • Diplomado: Gestión Directiva en Unid 2012 Universidad Católica de Chile. Enero o o docente de Inglés en el Liceo Salesian com ñó mpe dese se 8 197 • Entre 1976 y les Monseñor José Fagnano de Puerto Nata en 1997, donde se he desempeñado as • Ingresa al liceo San José de Punta Aren jefe de Enseñanza Básica y Media, como docente de Inglés y profesora ente o del Consejo de Coordinación y Doc orientadora Educación Básica, miembr o ient ñam rdinadora Área Acompa Directivo, directora de estudios y coo • Cooperadora Salesiana • Posee amplia trayectoria en servicios pastorales

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HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA

NUESTROS DIFUNTOS

Sor Magdalena Cancino

(1 de agosto 1940 - 22 diciembre 2013)

MUJER DE FE

D

urante la celebración eucarística de la pascua de nuestra hermana Magdalena Cancino, se escuchó de su vida esta expresión: Mujer de Fe, la cual resume su entrega generosa a Dios al servicio de la juventud con el estilo de Don Bosco y Madre Mazzarello.

Sor Magdalena nació en Cauquenes, Chile, el 1 de agosto de 1940, sus padres fueron Gumercindo Cancino y Juana Domínguez. Fue la tercera de cuatro hermanos quienes gozaron de los cuidados, amor y religiosidad que les inculcaban sus padres.

Sor Magdalena recordaba que sus padres desde pequeños los llevaban a la Iglesia de San Alfonso a participar. A los seis años realizó su primera comunión, como le gustaba tanto el catecismo ella hacía de ayudante de sus catequistas. En los encuentros con sus primos e hijos de los trabajadores de su casa les enseñaba todo lo que había aprendido. Así fue creciendo en ella el gusto por hablar del Señor y enseñar el catecismo.

Conoció a las Hijas de María Auxiliadora cuando ingresó a la Escuela Normal María Auxiliadora en Santiago, cautivándole la cercanía y cariño de las hermanas hacia las niñas y jóvenes, aspecto que la llevó a soñar con convertirse en una de ellas, para transmitir el amor de Cristo con esa alegría y cercanía salesianas. Luego de titularse como profesora normalista dice a sus familiares: “Yo me quedo aquí para siempre”, es así como ingresa al Aspirantado. Realizó su primera profesión en Santiago el 24 enero 1965 con el deseo de ser toda del Señor y entregarse en lo cotidiano con gozo.

Sor Magdalena se destacó por ser una religiosa de profunda fe, buscadora del Señor, llena de optimismo y alegría contagiante, encontrando siempre la manera de hacer reír a quienes la rodeaban, en especial en los últimos años que vivió en la Casa de Salud. Fue una excelente educadora, llegaba al corazón de las jóvenes siendo exigente, pero haciendo sentir su cariño y cercanía; era sencilla, fraterna, sacrificada y con un gran espíritu apostólico, que la llevaba a entregar lo mejor de sí para los niños y jóvenes que encontraba en los oratorios, colonias y misiones.

Los últimos años que vivió en la comunidad de la Casa de Salud Santa María Mazzarello, demostró toda su capacidad de entrega y servicio, venciendo muchas veces sus malestares físicos, estando atenta a las necesidades de las hermanas, siendo generosa, acompañando a las hermanas más enfermas o en punto de muerte. Siempre tenía una palabra de aliento y rezaba junto a ellas. En los últimos días cuando el médico le dijo que la operación que podría aliviarle un poco era de alto riesgo, ella respondió: “Mis hermanas me necesitan”, por ello con total serenidad se entregó a la voluntad del Señor y se realizó la operación de la que, después de unos días, no logró despertar.

Agradecemos a Dios por la vida de nuestra querida hermana, que tanto bien ha realizado en nuestra provincia de Chile. Que Dios le conceda la vida eterna, intercediendo por vocaciones que con generosidad entreguen su vida, como ella lo hizo hasta el final.

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NOTICIAS

ROMA-CASA GENERALICIA Inauguración Capítulo General 27 Con la presencia de un sinnúmero de autoridades religiosas y eclesiásticas, tuvo lugar en la mañana del 3 de marzo la solemne ceremonia de apertura del Capítulo General de la Congregación Salesiana. En el mensaje de apertura del Rector Mayor, Don Pascual Chávez, explicó: “Nos preocupa no el futuro de la congregación, como si se tratara de una cuestión de supervivencia, sino nuestra capacidad de profecía”.

El primer acto consistió en la liturgia de invocación del Espíritu Santo: fue entronizado el Evangelio, del que se leyó un pasaje (Jn 21, 20, 22-24) y fue recitado el artículo de las Constituciones que describe el Capítulo General. A continuación, toda la asamblea levantó una oración a Don Bosco, después del canto Veni, Creator Spiritus.

Inmediatamente, Don Chávez presentó el discurso de apertura: “La Congregación –dijo– está llamada en este Capítulo a renovarse en una forma tal que tenga la frescura de los orígenes, el celo misionero de su adolescencia, el dinamismo de su juventud y la santidad de su madurez”. Ella se presenta unida, pero “la unidad de la Congregación no significa uniformidad”.

“Es evidente por tanto, que el Capítulo debe abrir las puertas a una discusión que tenga en cuenta todos estos elementos.

Todos son libres de expresar sus pensamientos acerca de la tarea de la Congregación hoy y sobre los desafíos más urgentes. Al mismo tiempo, todas las propuestas deben estar en la línea y en el espíritu del Evangelio, en la fidelidad de lo que indican las Constituciones”.

“Por supuesto, leyes y tradiciones, que son puramente accidentales, pueden ser cambiadas, pero no todo cambio significa progreso. Debemos discernir si tales cambios realmente ayudan a reafirmar su identidad, a fortalecer la unidad, y a promover la vitalidad y la santidad de la Congregación”.

Cada Capítulo constituye un paso importante que proyecta la Congregación hacia un nuevo sexenio. Sin embargo, “el CG27 – subraya Don Chávez – apunta a algo nuevo e inusual. Nos empuja la urgencia de la radicalidad evangélica. Estamos llamados a volver a lo esencial, a ser una Congregación pobre para los pobres, y a encontrar inspiración en el mismo celo apostólico de Don Bosco”.

Antes de concluir, el Rector Mayor agradeció a los consejeros por su colaboración leal, generosa y cualificada e invitó a

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la asamblea a una presencia activa: “A todos ustedes, queridos hermanos, pueden hablar, pero también una invitación a abrir el corazón al Espíritu, el gran Maestro interior que siempre nos guía hacia la verdad y la plenitud de vida”.

El cardenal João Braz de Aviz, Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, en su discurso se inspiró en la carta convocatoria del Rector Mayor Don Chávez, en la que nos pregunta: “¿Cuál vida consagrada es necesaria y significativa para el mundo de hoy?”, y resumió la respuesta en la expresión: vivir la profecía de la comunión y de la fraternidad.

Se trata de pasar de la sequela Christi individual a la sequela Christi comunitaria, y, parafraseando a Santa Teresa de Ávila, construir sobre el “castillo interior” también el “castillo exterior”: ir a Dios junto a los hermanos y hermanas.

Espiritualidad de comunión en el modelo de la Trinidad: he aquí el paradigma para la realidad actual en el que estamos llamados a ser constructores de comunidad para hacer concreto cada día el “espíritu de familia”, característico de la vida educativa y espiritual de Don Bosco.

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El Capítulo General de la Congregación Salesiana es un acontecimiento que implica no solo a los salesianos de Don Bosco. Por esta razón, en la ceremonia de inauguración intervinieron personalidades de la Curia Vaticana, obispos de varias diócesis y responsables y representantes de casi todos los grupos de la Familia Salesiana.

Todos los invitados fueron saludados con calidez por el Rector Mayor, Don Pascual Chávez, al inicio de su discurso; no fue solo un acto, sino la expresión de una sincera amistad. Muchos religiosos que estaban presentes se acercaron a manifestar su cariño y agradecer a Don Chávez al final de sus 12 años de Rectorado.

En particular, Don Chávez destacó la presencia del cardenal Joao Braz de Aviz, de los cardenales salesianos Bertone, Farina, Rodríguez Maradiaga y Ezzati, de monseñor Gino Reali, obispo de la diócesis de Porto-Santa Rufina –en la que tiene sede la Casa Generalicia–, del antiguo alumno salesiano monseñor Brugnaro y Madre Yvonne Reungoat.

Y en nombre de muchos invitados, después de la intervención del Rector Mayor y del cardenal Braz de Aviz, algunos

de ellos tomaron la palabra, expresando también un sentimiento común de gratitud a Don Chávez. El primero fue el cardenal Bertone, quien, en representación de los obispos y cardenales salesianos, expresó su “inquebrantable adhesión al carisma salesiano, la cercanía, incluso física, a tantas obras salesianas en el mundo y la pasión fraterna por las ansias y alegrías del apostolado juvenil en los diversos países”.

Luego intervino la Madre Reungoat, Superiora de las Hijas de María Auxiliadora, quien subrayó la afinidad de visiones entre los dos grupos salesianos: “También en nuestro Capítulo General XXIII (septiembre-noviembre de 2014), los documentos preparatorios enfatizan el tema de la familia como núcleo de nuestro ser con los jóvenes, casa que evangeliza. La casa, la familia, se encuentran entre las más grandes intuiciones de Don Bosco. Nuestra profecía comienza a partir de ahí (...) Es un espíritu que es testimonio de fraternidad, alegría vocacional e impulso en la misión”.

Fueron entregados a los capitulares en carpeta también los mensajes por parte de varios grupos de la Familia Salesiana.

En el de los Salesianos Cooperadores, la Sra. Bertola, Coordinadora Mundial de la Asociación, escribió: ”Por el mismo camino de santidad será siempre más importante su presencia a nuestro lado, con un acompañamiento espiritual que sostenga el crecimiento y la formación permanente, en el respeto de la especificidad de los roles”.

Mientras que en el texto de la Responsable Central de las Voluntarias de Don Bosco, en nombre de toda la Familia Salesiana, expresó un sentimiento de gratitud a Don Chávez, donde se subraya cómo en los 12 años de su Rectorado “ha crecido hasta convertirse en una gran comunidad carismática y espiritual, comprometida en dar a la Iglesia y al mundo un original aporte educativo y apostólico”.

Concluidas todas las intervenciones, a las 13:05 hora local, el Regulador del CG27, don Francesco Cereda dijo : “De conformidad con los Reglamentos Generales, con la aprobación de la Asamblea y en nombre del Presidente Don Pascual Chávez, pidiendo la ayuda de Dios, a través de la mediación del Señor Jesús, con la iluminación del Espíritu Santo y por la intercesión de María Auxiliadora, declaro abierto el Capítulo General XXVII de la Sociedad de San Francisco de Sales”.

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ONU Los salesianos en la Comisión para el Desarrollo Social (ANS) - La 52ª sesión de la Comisión para el Desarrollo Social se celebró del 11 al 21 de febrero en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, sobre el tema “Promover el fortalecimiento y la responsabilización de las personas hacia el logro de la erradicación de la pobreza, la integración social, el pleno empleo y el trabajo digno para todos” y contó con la presencia de los salesianos.

Dado que los objetivos de desarrollo del Milenio tenía como plazo cumplimiento el 2015 y las discusiones sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible están en auge, la 52ª Sesión de la Comisión ha sido un importante punto de encuentro para todas las partes interesadas en ofrecer sus ideas sobre el mejor modo de proceder, como comuni-

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dad mundial, a efectos de asegurar la promoción del bien común.

La sociedad civil ha sido enérgica en enfocar su atención sobre la idea de un desarrollo centrado en las personas, que garantice y proteja los derechos humanos de todos. Los trabajos, por otra parte, también sirvieron para informar a los debates nacionales e internacionales sobre la agenda de las políticas de desarrollo post-2015, con muchos gobiernos y organizaciones no gubernamentales que han presentado las buenas prácticas desarrolladas por ellos –concretas, eficaces, comprobadas por los resultados– para promover el fortalecimiento y la responsabilización de las personas.

Los objetivos fundamentales de la sesión fueron explorar los enfoques eficaces para: a) asegurar que las instituciones sociales, económicas, políticas y jurídicas sean abiertas e inclusivas; b) desarrollar el capital humano y fortalecer la capacidad de participación efectiva y dar voz a los individuos y a los grupos a los que pertenecen; c) promover activamente la participación incluso a través de la lucha contra la discriminación y la exclusión social.

Entre las muchas contribuciones se mencionan algunas: el papel de la familia en el desarrollo sostenible; la especial atención hacia las niñas y las mujeres; garantizar que los niños y los jóvenes no estén excluidos; un nuevo informe sobre la desigualdad por parte del Departamento para los Asuntos Económicos y Sociales; la experiencia de la migración juvenil por elección o por falta de oportunidades en sus países de origen.

La participación salesiana en la Comisión se articuló en varios niveles: además de la presencia del P. Thomas Brennan, representante oficial de la Congregación, también estuvieron presentes Nicholas Anton, pasante en la Oficina de los Salesianos en la ONU, y la voluntaria Deborah O’Hara-Rusckowski. El P. Brennan, en colaboración con sor Germaine Price, de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, elaboraron una intervención escrita sobre los planes de participación, educación y protección social.

Al final de la sesión, sin embargo, no se produjo ningún documento de síntesis sobre las políticas o las recomendaciones al respecto.

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MÉXICO 50 años del Oratorio Felipe Rinaldi El 8 de febrero, la comunidad de fieles del Oratorio Felipe Rinaldi y los salesianos de la comunidad de la Parroquia de María Auxiliadora, celebraron los 50 años de la fundación del Oratorio, ocurrida en 1964.

La solemne Misa por este gran acontecimiento fue presidida por monseñor Eugenio Lira Rugarcía, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Puebla y secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM). Concelebraron el padre Juan de Dios Saúl Santiago Velasco, y el padre Jesús De la Rosa, salesianos. Durante la homilía monseñor Eugenio felicitó a todas las personas que hacen posible la vida del Oratorio Felipe Rinaldi: “Por dar amor sobre todo a los jóvenes y hacer que la gente se sienta querida por Dios”.

El padre Saúl dirigió unas palabras de agradecimiento a los miembros del consejo del oratorio y les ofreció un mensaje de ánimo, valor, tenacidad y esperanza, y les motivó a continuar compartiendo la alegría de Don Bosco entre los jóvenes.

Concluida la santa Misa, fue puesto en escena el musical “Cantata a Don Bosco”, cuyo tema central fue “El sueño de los nueve años”, dicho suceso marcó toda la vida de Don Bosco, y él mismo lo señala

como la fuente que inspiró su camino hasta entender la misión que Dios le tenía reservada, lo que abarcó toda su obra y su vida: La salvación de los jóvenes sobre todo los más pobres y necesitados.

Durante estos festejos se entregaron diversos reconocimientos a los primeros oratorianos de esta obra, así como a los catequistas y agentes de pastoral que hoy colaboran en el Oratorio Felipe Rinaldi y que dan continuidad a la labor evangelizadora, educativa y pastoral.

Muchos de los cerca de 800 chicos y chicas que se congregan en el Oratorio cada semana, se reunieron para esta ocasión. Los jóvenes de grupos juveniles y animadores salesianos organizaron “Una feria de la alegría”, riqueza que han adquirido de sus experiencias en el Movimiento Pastoral de la Inspectoría “Vivir Valdocco” –señaló el padre Saúl.

El Oratorio Felipe Rinaldi congrega cada semana tanto a niños, adolescentes, adultos y padres de familia en actividades educativas, pastorales deportivas y artísticas difundiendo el mensaje de Cristo de salvación y alegría, desde la Espiritualidad Salesiana.

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ROMA Jornadas de Espiritualidad de la Familia Salesiana

Desde el 16 al 19 de enero se vivió la XXXII Jornada de Espiritualidad de la Familia Salesiana. Esta edición estuvo marcada por las reflexiones sobre la espiritualidad de Don Bosco, Aguinaldo 2014 y del tercer año de preparación al Bicentenario, y el especial clima de comunión entre los Superiores de los diversos grupos de la Familia Salesiana, en vista de la próxima finalización del segundo rectorado de Don Pascual Chávez.

Las Jornadas de Espiritualidad son una cita tradicional de la Familia Salesiana que sirven para reunirse en torno a la reflexión común y a compartir el carisma de los representantes de los diversos grupos. Las jornadas se iniciaron en 1973, con una pausa de 2001 a 2003. Las diversas ediciones han profundizado cada vez temas específicos, siempre en relación con la sociedad, la Iglesia y la vida cotidiana de la misión entre los jóvenes.

El tema de este año –tomado del Aguinaldo 2014– “Acudamos a la experiencia espiritual de Don Bosco para caminar en santidad según nuestra vocación específica”, será el hilo conductor de las relaciones.

Se iniciaron las Jornadas con la presentación de don Adriano Bregolin, vicario del Rector Mayor, después don José Luis Plascencia desarrolló un tema llamado “Encuentro con Jesús de Nazaret”. Seguida por un momento de

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confrontación y diálogo entre jóvenes, parejas, estudiantes y el Rector Mayor.

El viernes 17, intervino don Aldo Giraudo, con las “Consideraciones acerca de la sensibilidad espiritual de Don Bosco y claves interpretativas para acercar su enseñanza”, y el mismo Rector Mayor, Don Pascual Chávez, sobre el tema “La caridad pastoral: centro y síntesis de la Espiritualidad Salesiana”. Por la tarde, se presentaron los testimonios de espiritualidad vividos en varias áreas: nuevas fronteras y periferias, patio digital, casas de familia y encuentro con los inmigrantes; mientras que por la tarde, en la obra salesiana de Cinecittà, se llevó a cabo un recital a cargo de los posnovicios salesianos de Nave: “Negocios para Santos. ‘Aquí se hace negocio no de dinero, sino de almas’ “.

El programa del sábado por la mañana fue una mesa redonda que presentó tres experiencias de espiritualidad salesiana puestas en lo concreto de la actividad pastoral y misionera. A continuación, dos de los momentos más esperados: la entrega a todos los presentes por parte del Rector Mayor del Aguinaldo 2014, y una noche de homenaje que los superiores de los respectivos grupos de la Familia Salesiana a Don Chávez por los 12 años vividos como guía espiritual y centro de la Familia Salesiana.