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VALE LA PENA VIVIR ASÍ

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DE OTROS LARES

DE OTROS LARES

ALEXANDRA LASTRA Directora del Colegio María Auxiliadora de Juan Lacaze, Colonia

“Salir al encuentro”, “unirnos a la sociedad” con la presencia en “lo sencillo”, la “escucha atenta” y “el corazón abierto”, son algunas claves que, Alexandra Lastra, directora del Colegio salesiano de Juan Lacaze, encuentra para dar respuesta a los desafíos de estos tiempos.

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La Familia Salesiana es su “casa” desde los cuatro años y afirma que el “carisma está más vigente que nunca”.

Considera que las mujeres debemos “empoderarnos porque podemos” y que es necesario comunicar más la apertura que la Iglesia está teniendo de la mano del Papa Francisco: “Yo creo que María es ejemplo de que sí se puede y de que no estamos solas”.

Si tuvieras que explicar, en pocas

palabras, qué es ser salesiana ¿qué

dirías?

Es mi familia, mi casa, es jugártela todos los días por llevar a Jesús y la alegría. Estar con los jóvenes, con los

que más necesitan y estar con ale

gría. La fuerza del carisma salesiano es tener al joven en el centro, y si no se pierde este objetivo, todos los obstáculos van a ser menores.

¿Cómo descubriste el carisma y que

aportó a tu vida?

Desde mis orígenes, desde que recuerdo, he sido salesiana. Pegado a la casa de mis padres vivían los padres de una de las hermanas salesianas y cuando me vieron jugando afuera le dijeron a mi madre que tenía que ir a la escuela salesiana. Al otro día mi madre me llevó, y desde ahí pertenezco a la familia. La cerca

nía de los salesianos fue una cons

tante en mi vida, en mi matrimonio, al decidir la formación de mi hijo… Más allá del carisma, me marcaron los sacerdotes que estuvieron acá, quienes estaban constantemente preocupados por dar una palabra. El ser animadora de oratorio me aportó una manera de ver la vida, de la sencillez, de estar, de tener poco pero darlo mucho. Siempre es en el dar al otro y el darnos. Y ahora que tengo 40 años, de todas maneras lo sigo eligiendo.

¿Pensás que el carisma sigue vigente

para nuestras juventudes?

Pienso que está más vigente que nunca. Soy una admiradora de Don

nuevas pedagogías, más me conven

zo de que es más actual que nunca, a pesar de que fue hace 200 años. Desde mi rol de educadora me gusta acompañar a los chiquilines en el cuerpo a cuerpo, escucharlos, estar con ellos, acompañarlos, la asistencia con el corazón, el oído atento. Es la pedagogía del siglo XXI, y cada cosa nueva que uno lee ¡es Don Bosco!

¿Qué tipo de acompañamiento

necesitan y reclaman nuestras

juventudes?

A mí me encanta sentarme en el recreo y siempre viene algún joven a contarme qué está pasando en su vida, qué es lo que siente. Los chiqui

lines están necesitando hablar, ser

escuchados, y después de dos años

de pandemia esta necesidad es más

fuerte. Necesitan que una los escuche, que esté. Necesitan la presencia.

¿Hubo alguien en tu vida que fue

esa persona a la que podías acudir y

te sentías escuchada?

Mi amigo que es sacerdote salesiano, Hugo Espinosa sdb, desde hace 20 años que está presente y hasta ahora es así, por un mensajito o un whatsapp. También las hermanas salesianas, Dinorah, Laura, han sido personas que me han hecho un acompañamiento desde lo espiritual, y también como los chiquilines en el día a día. Siempre vivo esa confianza en ellos y ellas que sé que lo que compartimos va a quedar entre dos y que va a haber una escucha atenta.

¿Qué desafíos tenemos como sale

sianos/as para responder a los sig

nos de estos tiempos? ¿En qué

debemos crecer?

Desde la educación, educar evangeli

zando y evangelizar educando es la clave y es el gran desafío. Porque muchas veces, como colegio privado, sabemos que la mayoría no nos eligen por ser católicos. Nos eligen por seguridad, por tener grupos más pequeños, por muchos otros factores, pero la gran minoría por ser católicos. Entonces, creo que el desafío es mostrarles a Jesús en nuestra acción, en nuestro proceder, mostrarles que somos felices y se puede ser feliz cuando una está con Él.

¿Qué dificultades se presentan en tu

misión diaria y cuáles son las mayo

res satisfacciones?

¿Dificultades? muchas. Las familias a veces esperan cosas que desde nuestro lugar es difícil hacer o llevan más tiempo. Chiquilines que vienen con realidades familiares que no nos imaginábamos, que se descubre en el diálogo constante, y sorpresas tristes que muchas veces nos llevamos. Las satisfacciones vienen por ahí, en que confió en el educador, en que logramos hacer un cambio, así sea pequeño. Poder dialogar con la familia, ver a esos chiquilines en la misa un día, que cambiaron, verlos jugando juntos. Las satisfacciones son hechos pequeños pero profundos, muy grandes en el accionar. Pero son más las satisfacciones que los obstáculos.

¿Cuáles son los mayores impedi

mentos a tu juicio para el diálogo

Iglesiasociedad?

Creo que la Iglesia está en camino, pero muchas veces es muy estricta en muchas cosas. Entonces, si bien sé –pero porque estoy adentro que se está abriendo y el Papa Francisco está generando mucho cambio, todavía hay que comunicar estos cambios. Hay mucha gente mayor

acá que forma parte de la Iglesia,

pero no todos se sienten parte, y esta gente todavía tiene pensamientos estrictos, por ejemplo “si sos

divorciada no podes participar de

determinado grupo”. Creo que no es

la idea de la Iglesia, pero falta un diálogo más profundo en este cambio. Es necesario comunicar más

¿Cómo podríamos potenciar ese

diálogo?

Desde lo sencillo, desde la escuela, la parroquia. Salir nosotros al encuentro, no estar esperando a que vengan. Salir, unirnos a la sociedad y desde ahí mostrarnos. La clave es

salir al encuentro.

¿María es fuente de inspiración en

tu vida?

Soy muy devota de María y creo que es un ejemplo. El sí seguro de María lo es, y la decisión de “hagan lo que Él les diga”. En nuestro colegio la mayoría somos mujeres, y yo les digo “bueno, hoy no pudimos, pero mañana se va a poder”. Empoderarnos porque podemos. Hoy en día hay

muchas madres solteras, divorcia

das, y debemos comunicarles que se

puede, como María pudo, y que

Jesús nos acompaña a todos. Yo creo que María es ejemplo de que sí se puede y de que no estamos solas.

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