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El viaje apenas comienza
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Estamos en este mes cumpliendo tres años desde que inició la pandemia, una época que para generaciones como la mía y la tuya, la de tus padres e hijos, amigos y conocidos ha dejado huella permanente para ser contada, quedando en los anales de la historia.
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Efectivamente este viaje nos ha permitido traer a nuestra cotidianeidad, ajustes, así como adaptaciones centradas en la supervivencia para desarrollarnos y hacernos más resilientes ante la necesidad de continuar aquí y ahora. No es que sea tarea sencilla poder construir nuevos esquemas de adecuación en breves periodos de tiempo como el vivido; sin embargo, hoy esta etapa nos está mostrando la madera de la cual estamos constituidos, los recursos internos con los que contamos y los que aún nos hacen falta para continuar este trayecto.
Cada una de las pérdidas que hayas enfrentado o estés encarando en este momento, es una guía valiosísima para identi car por dónde puedes comenzar a trazar una nueva ruta de viaje. A partir de reconocer que tu vida está atravesando por ajustes, tal vez incómodos, desa antes, extenuantes, es una de las primeras acciones valientes donde, con un trabajo comprometido, podrás generar una nueva perspectiva, serás una persona con más herramientas para seguir creciendo.
No hace mucho tiempo que nalicé un dimado en Neurobiología del Comportamiento Humano, reconociendo que nuestros neurotransmisores pueden jugar a nuestro favor, siempre y cuando sepamos cómo usarlos de forma correcta. Y es que con tanta infoxicación -sobrecarga informativa donde es difícil de procesar y asimilar-, dejamos que el exterior controle cada situación vivida, siendo incapaces de poner freno al diálogo interno, descargando gran cantidad de hormonas como el cortisol y adrenalina, las cuales pueden desenfrenarse hasta ser parte cotidiana de la vida. Lo verdaderamente sobresaliente de todo esto, es que el estrés ha dejado de ser una llamada de alerta cuando el peligro se nos presenta para poder sobrevivir
–aquí funciona el cortisol de forma adecuada-. Hoy en día es parte del ritual cotidiano, es decir, vivir bajo una constante de lucha o huida con lo que signi ca que el cuerpo está recibiendo descargas fuertes de adrenalina la mayor parte del tiempo. A este fenómeno se le conoce como estrés por anticipación, cosas que creemos que van a pasar y que esperamos que vayan a ir mal, saltamos a la conclusión de que todo irá empeorándose con resultados catastró cos.
Imagínate el desgaste físico, biológico y emocional originado por vivir con un piloto automático desenfrenado; estamos pagando precios por decisiones inconscientes, originando costos importantes en nuestra salud. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el primer año de la pandemia, la ansiedad y la depresión aumentó un 25%. Las manifestaciones psicológicas debido a esta situación son trastornos emocionales ocasionando en el organismo estrés, apatía, insomnio, entre otros. Dichos efectos están generando resultados colaterales en cada uno de nosotros, es tarea personal comenzar a trabajar con acciones concretas que permitan ir avanzando en la mejora; siendo conscientes día a día de lo que piensas, sientes, actúas y generas como resultado.
Para ayudar a mitigar cualquiera de los trastornos antes mencionados, permíteme compartirte cinco puntos que sumarán a que el trayecto de tu viaje cotidiano sea placentero:
1. Identi ca aquello que te genera ansiedad y/o estrés, anotándolo en una libreta -sugiero que en esta ocasión dejes a un lado tu dispositivo móvil, ya que el cerebro no capta de la misma manera la información-. Sé lo más concreto en identi car aquellas frases o palabras que constantemente te repites en tu mente. Ejemplo: “Todo me sale mal y seguro que esto también será un fracaso”.
2. Date cuenta de tu corporalidad, así como de la emoción que surge en el momento que estás realizando la práctica.
Veri ca si tu cuerpo está rígido o tenso y cuál es la emoción que está presente; puede ser tristeza, miedo, enojo.
3. Posteriormente, identi ca aquellas situaciones en las cuales has salido adelante resolviendo. Te pido que seas lo más compasivo contigo, sin juzgarte y encontrando aquellos momentos que saliste avante.
Ejemplo: “El pasado viernes le ayude a un compañero de trabajo a completar un reporte para una junta muy importante en la compañía”.
4. Nuevamente anota ahora la corporalidad y la emoción surgida.
5. Compara ambas situaciones. ¿De qué te das cuenta? ¿Cómo puedes aplicar este sencillo ejercicio a tu vida diaria? ¿Qué estás dispuesto a hacer a partir de este momento para que la técnica te ayude a mejorar cotidianamente?
6. Si puedes ver el cambio con esta sencilla práctica, lo siguiente es dar seguimiento diario para conocer los pensamientos y emociones que surgen ante determinadas situaciones de tu vida diaria. Con el paso del tiempo podrás notar que las distorsiones que presentas son erróneas, y que estás creando escenarios nada realistas.
7. ¡Sigue practicando! Si por algún momento crees sentirte atorado, mi recomendación es buscar a un especialista que te apoye con más estrategias. Consulta libros y podcasts relacionados con meditación, respiración consciente.
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Por lo pronto, esta sencilla dinámica más realizar ejercicio cotidiano -caminar, bicicleta, correr, bailar, etcétera-, así como alimentación sana junto con hidratación diaria, apoyará tu progreso.
FELIZ VIAJE.
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