Año 11 · Nº 53 · Abril-Junio 2011
UN RENUEVO ESPIRITUAL
¿Dónde
está mi fe? 21
La fuerza del clamor 8
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Año 11 · Nº 53 · Abril-Junio 2011
Consejero Espiritual Edgar Chávez Consejo Editorial Jorge Chacón Fernando Saravia Editora Lorena Farrach
La Buena Noticia
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Como niños
Asesor Administrativo Marco Antonio García Redactores Osberto Ruano Armando Molina César Castañeda Lissette de Archila Lourdes de Castañeda César Solís Corrección de Texto Carmen E. Gadala-María Diseño Gráfico Rony Chiché
Hoy en el Mundo
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La fuerza del clamor
Espada de la Palabra La humildad
Los Milagros Continúan El efecto Gedeón
Impresión CIFGA
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Decisiones Acércate al Señor y experimentarás Su gracia
Mujeres de Proverbios ¿Dónde está mi fe?
Vida de Alabanza Perfume grato a Dios
Entretenimiento ¿Quién fué?
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24 26 escribenos@revistaaguaviva.com
Para construir sobre la roca debemos escuchar la voz de Dios y obedecerla… En Mateo 7:24-27 la Biblia nos enseña de dos bases sobre las cuales podemos construir nuestras vidas, y dice así: “Por tanto, el que me oye y hace lo que yo digo, es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Vino la lluvia, crecieron los ríos y soplaron los vientos contra la casa; pero no cayó, porque tenía su base sobre la roca. Pero el que me oye y no hace lo que yo digo, es como un tonto que construyó su casa sobre la arena. Vino la lluvia, crecieron los ríos, soplaron los vientos y la casa se vino abajo. ¡Fue un gran desastre!
A partir de hoy tomemos la decisión de ir a Dios en oración, para consultar si ese nuevo proyecto, esa nueva relación, ese nuevo trabajo, etc… está dentro de Su voluntad. De esta forma construiremos nuestras vidas sobre Jesús, que es nuestra roca sólida. Así cuando vengan los vientos y crezcan los ríos, permaneceremos firmes en Él.
En estos tiempos de inseguridad y cambio aún podemos encontrar una manera segura para construir nuestras vidas con solidez: escuchar la voz de Dios y obedecerla. Para no caer en la inestabilidad del mundo y en los deseos de nuestra propia carne, entonces construyamos sobre la roca; como dijimos anteriormente escuchando la voz de Dios y obedeciéndola por medio de su gracia y la fuerza de su Espíritu.
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Como niños
Por: Osberto Ruano
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Durante los últimos meses he observado a varios niños de diferentes edades y en distintas situaciones, entre ellos a mis hijos. Me ha llamado la atención algunas características que he encontrado en ellos.
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e empezado a entender ciertas frases que dijo el Señor Jesús respecto de los niños. Marcos 10:13-16 dice: “13 Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban. 14 Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. 15 De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él. 16 Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía.”
Para Jesús son importantes los niños Si leemos los versículos anteriores al pasaje citado, Jesús estaba ocupado sanando enfermos, enseñando y respondiendo preguntas a los fariseos. De pronto Jesús ve que los discípulos reprendían a quienes querían presentarle a sus niños; Jesús se indigna, y deja de hacer lo que hacía para atender a los niños. Alguna vez, al exponerle a Jesús tus necesidades, ¿has sentido que está muy ocupado atendiendo asuntos más importantes que tú? Si este pasaje lo analiza un adulto, pareciera que Jesús deja a un lado algo relevante para dedicarse a algo “no tan importante”, como hablarle a los niños. De hecho, cuando los niños interrumpen una conversación de adultos, les decimos que deben esperar a que éstos terminen de hablar. Pero la ponderación del Señor es diferente a la nuestra.
A Jesús le gusta estar rodeado de niños Jesús pide que dejen a los niños venir a Él. Debe haber algo en ellos que lo atraen. Tanto así que pronuncia unas palabras impresionantes para unos y chocantes para otros: “de los tales es el reino de Dios”. Los fariseos del tiempo de Jesús tenían armada toda una estructura sobre cómo entrar en el Reino de Dios. Jesús rompe esta estructura al decir “quien no reciba el Reino de Dios como un niño no entrará en él”. Un niño es lo opuesto a un fariseo del tiempo de Jesús, o a un religioso en la actualidad, porque es impredecible, espontáneo y sin estructuras. Para ellos casi toda experiencia es nueva.
En los brazos del maestro Finalmente Jesús toma a los niños en sus brazos, les pone las manos sobre su cabeza y los bendice. ¡Que emocionante estar en los brazos de Jesús! ¿No te gustaría estar en sus brazos recibiendo su bendición? Ahora bien, Jesús no está excluyendo a los adultos del Reino de Dios, (Dios no hace acepción de personas), simplemente enseña que hay ciertas características en los niños que dan acceso a su Reino.
Algunas virtudes en los niños gratas a Dios Fe:
Los niños creen a sus padres todo lo que les dicen. He escuchado a papás decirle a sus niños cosas tan increíbles como que los trajo un pájaro de Francia llamado Cigüeña, o que un ratón
les deja dinero cada vez que se les cae un diente y lo creen. Si sus padres se los dicen. Mis hijos mayores bromean con mi hija pequeña, y diciendo que ellos tienen superpoderes. Ella siempre viene a preguntarnos si lo que sus hermanos le dijeron es verdad. Si nosotros creyéramos como niños lo que nuestro Padre nos dice, por increíble que parezca, sería tan diferente nuestra vida, y si consultáramos con Él, con su Palabra, lo que nuestros hermanos nos dicen, viviríamos de acuerdo a la Verdad y seríamos libres.
Son imitadores de sus padres: Los niños imitan lo
Inocencia:
En 1 Cor 14:20 la Biblia dice que seamos como niños en la malicia, es decir, un niño no tiene la malicia que tiene el adulto. A un niño no le da vergüenza su desnudez, porque tiene inocencia, a los adultos nos avergüenza la desnudez física y sobre todo la interior, nos avergüenza quedar expuestos en nuestras debilidades. Dios ya las conoce, ¿Porqué no exponerlas ante su presencia y ser libres?
Dependencia: Un niño depende
Corazón enseñable: De pe-
Para mi cumpleaños, mi esposa y mis hijos me despertaron para felicitarme. Cada uno de ellos oró por mí, cuando le tocó el turno a mi hija pequeña, le preguntó a su mamá por qué orar. Que bueno sería depender de Dios hasta para orar, y preguntarle como hacerlo. Lástima que mientras más crecemos más autosuficientes nos creemos, ya no necesitamos de papá ni de mamá. Nunca dejemos de depender de nuestro Padre, sin El no podemos hacer ¡¡¡NADA!!!
queños aceptan la corrección de sus padres, se les puede enseñar a comportarse, se les puede inculcar principios y valores, pero al crecer, creyendo que ya lo saben todo, dejan de ser enseñables y no aceptan la corrección. Dios te dice en Proverbios 3:11-12: “No rechaces, hijo mío, la corrección del Señor, porque el Señor corrige a quien él ama, como un padre corrige a su hijo favorito”
que hacemos los padres, (¡Ojo papás!). Mi hijo siempre que puede se viste igual que yo, le gusta el baloncesto y la música, igual que a mí. Jesús hace TODO lo que el Padre hace. En Juan 5:19b dice: “…porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente”. Es un buen momento para esclarecer en nuestras vidas, ¿A quién hemos imitado? ¿Al Padre? O ¿Al diablo?, ¿Hay verdad o mentira en nuestra vida?, ¿Amor u odio?, ¿Gozo o tristeza?, ¿Paz o aflicción?, ¿Bondad o maldad?, ¿Santidad o impureza?... de sus padres para suplir todas sus necesidades, tanto materiales como afectivas. Jesús fue como niño en ese sentido toda su vida. En Juan 5:19 dice: “Respondiendo entonces Jesús, les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre…”. Dios quiere que dependamos de El así como un niño depende de sus padres y como su Hijo Jesucristo dependía de El.
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La fuerza del clamor
Por: Lissette de Archila
“Clama a mí y yo te responderé, y te mostraré cosas ocultas que tú no conocías.” (Jeremías 33:3)
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uando mis hijos eran aún pequeños, mantenía mi oído alerta a cualquier grito o llanto que pudieran dar. Si no estaba con ellos en la misma habitación, mi instinto materno me mantenía sintonizada con sus voces, dispuesta a socorrerlos si escuchaba un llanto muy fuerte que me decía que estaban en peligro. De hecho, ese llanto desgarrador me levantaba de donde estaba y me hacía correr para sacar a mis hijos de cualquier apuro.
Meditando en esto, entendí el pasaje citado en 2 Crónicas 16:9(a), “Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen el corazón perfecto para con él…” ¿Cuántas veces hemos estado en situaciones de sumo peligro y desesperación? El mundo moderno es absorbente y destructor. Hay deudas, enfermedades, destrucción de hogares, violencia, y más. La calamidad llega a nuestra vida sin aviso, pero Dios está pendiente de nosotros, dispuesto a socorrernos en cuanto nos escuche pedir su ayuda. Si Dios dice que es nuestro Padre, tengo la seguridad de que no quitará su vista de nosotros.
Todo empieza con un clamor Clamor en hebreo significa llamar a gritos, dar un grito desgarrador, implorar. Es convocar a Dios cuando en nuestra desesperación no tenemos a quién más recurrir. Cuando el pueblo israelita clamó a Dios, Moisés fue enviado para librarlos de Egipto. (1) Cuando Ana concibió un hijo, fue porque primero lloró con amargura de alma ante el Señor.
(2) Cuando Bartimeo el ciego gritó fuertemente: “ Jesús, hijo de David, ten misericordia de mí” cobró la vista. (3)
Asi lo hizo Ana, cuando con amargura de alma oró a Dios para que la librara de la tristesa de no poder concebir un hijo.
Clamor es gemir con llanto, súplica y fe al único Dios que nos puede ayudar. Es humillarnos ante Jesús y entender que lo humanamente posible ya fué hecho y que sólo su poder nos puede librar de esta situación. Es el llamado desesperado que damos al cielo desde lo más profundo de nuestra alma, cuando nuestro problema es más grande que nuestras fuerzas.
El sacerdote Elí pensó que estaba ebria, por que Ana estaba en un nivel tan profundo de oración, que su cuerpo temblaba al llorar. Pero Dios la escuchó, y le concedió un hijo.
“Clamaron a Dios, y Él los libró de sus tribulaciones…”
El hombre tiene un límite para soportar el dolor. Fue formado así por Dios para depender de su ayuda y dirección. Cuando el dolor excede el límite de un hombre separado de Dios, puede llegar hasta la locura para aliviar su realidad. Pero el cristiano, el que por fe en Jesús fue salvo, le tiene a Él para llevar las cargas.
Nuestra visión es muy corta. Tendemos a pensar que la realidad es sólo aquello que vemos, por ende, cuando estamos en un lugar de sumo temor y deseperación, como un barco en medio de una gran tormenta, tememos verdaderamente por nuestra vida. El salmo 107 habla del clamor que salvó al pueblo de la cautividad, de las tinieblas, de tormentas, de hambres y pestes. Sabemos que Dios promete no enviarnos una prueba más grande de lo que podemos soportar y que si la manda, también da la salida. Pero a veces, el temor ante el problema nos enceguece. Clamarle en estas circunstancias es usar nuestro derecho de hijos de Dios para que el obre lo que para nosotros es imposible.
El clamor traslada nuestra pena y angustia a Dios
El clamor es la transferencia de nuestra carga a la cruz. El verdadero clamor trae libertad, porque es un traspaso de nuestro problema a Dios. Nos quitamos la carga que llevamos sobre los hombros, para dársela a Él. Es reconocer nuestra impotencia ante una situación difícil, pero al mismo tiempo, entender que en el nombre de Jesús está nuestra salvación.
hoy en el mundo
Con el ejemplo que vino a mi memoria, sobre la manera en que estuve siempre alerta para socorrer a mis hijos de algún peligro, Dios me reveló que Él también siempre estaba pendiente sobre mí y sobre su pueblo: sobre el que tiene un corazón perfecto para con Él. A donde yo vaya, en donde yo esté, Él estará atento para sacarme de toda situación que me ponga en peligro.
El clamor es un traspaso de nuestro problema a Dios lo que produce paz y libertad.
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hoy en el mundo 10
Generalmente nuestro clamor irá cargado de emociones negativas como tristeza, temor o angustia. Derramamos nuestra alma ante la cruz, ¡Pero de eso se trata! De tener a quién recurrir cuando ya no podemos más. Si lo hacemos con la convicción de que Dios nos está escuchando, el fruto será una paz inexplicable, acompañada de la sensación de que Dios abrirá un camino o una puerta para sacarnos del apuro. Esta paz será su Espíritu que habla a nuestro corazón, y nos dirá con voz suave y apacible que Él peleará nuestra batalla.
Dios escucha nuestro clamor “Escuchar “significa tener un interés genuino y poner atención cuidadosa a lo que la persona dice. Cuando en nuestra desesperación clamamos al cielo, nuestras lágrimas y peticiones cargadas de fe son recolectadas por Dios, y permanecen delante de Él. No importa si estamos orando por nosotros mismos, o por la necesidad de alguien más. Su nombre es Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz por lo que cobra interés por nuestra petición.
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Él hace uso de su poder y su misericordia para elaborar un plan que nos traerá salvación. Así, obtenemos una revelación más grande de Dios y de su reino, aprendemos sus secretos y misterios al meternos en su presencia. Dios es Dios de lo imposible. Para Él, no hay tarea grande o tarea pequeña. Solo examina si lo que le pedimos es de acuerdo a su voluntad. Y sí lo es, su poder hace que los mares se partan, que las estériles den vida, y que lo que esté muerto resucite. Pero debemos empezar todo con un grito desgarrador que viene desde nuestras entrañas, desde el lugar en donde nace nuestra fe, donde sabemos que existe un Dios que puede sacarnos de donde estamos. Clama a Dios, Él te responderá… (1) Exodo 2:23-25 (2) 1 Samuel 1:1-18 (3) Marcos 10:46-52
“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová, tu Dios, estará contigo dondequiera que vayas”.
(Josué 1:8)
La humildad
De entre todas las actitudes que Dios busca en el hombre, hay una que parece resaltar a juzgar por la cantidad de versículos de la palabra en que Dios nos habla de ella y todos los elogios y promesas que recibe: la humildad.
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Por: Armando Molina
ncontables veces, vemos como Dios a través de sus profetas exalta la humildad como una cualidad que él ama y busca en sus hijos. Miqueas 6:6-8 es un pasaje que resume en forma admirable lo que Dios desea del hombre. El contexto de estos versículos es una conversación que el profeta está sosteniendo consigo mismo, en la cual se pregunta con qué podrá agradar a Dios. El profeta piensa en términos ceremoniales y de cantidad: sacrificios y ofrendas, por ejemplo 10,000 ovejas, ríos de aceite; incluso llega al punto en que se pregunta si el sacrificio de su propio hijo podrá agradar a Dios. Al final llega a esta conclusión:
“ Hombre, él te ha declarado lo que es bueno, lo que pide el Señor de ti: solamente hacer justicia, amar misericordia y humillarte ante tu Dios”
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La humildad es fruto del Espíritu La humildad es parte del fruto del Espíritu Santo en nuestras vidas, no es el resultado del esfuerzo humano. Es la obra de Dios en nosotros. Dios usará diferentes medios para producirlo en nosotros. Sin embargo, al mismo tiempo que es un fruto del Espíritu, también es una decisión de nuestra voluntad: “humíllense delante de Dios y el los exaltará”. (Sant 4: 10) Santiago nos pone ejemplos concretos de qué es humillarse: someterse a Dios, llorar delante de Él, limpiarnos del pecado y el exámen propio de uno mismo a la luz de la Palabra.
¿Cómo se produce la humildad? El fruto de la humildad será producido en nuestras vidas si hacemos uso de los instrumentos que Dios nos dejó, por ejemplo: Reconoce que todo lo bueno que tienes es dado por Dios 1 Cor 4:7. ¿Qué perspectiva trae a nuestro corazón el saber que lo que hemos recibido es un don? La gracia de Dios por definición es algo que no merecemos o que no ganamos. Ninguno de sus dones los hemos conseguido en base a méritos; todos nos son dados (regalados) por Dios. Cuantas veces nos hemos enorgullecido por las cosas que tenemos, aun las bendiciones que recibimos de Dios. Hemos hecho que la unción, los ministerios o las revelaciones, se conviertan en motivos de orgullo.
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Estas cosas deberían de humillarnos, y al contrario, las hemos usado como herramientas para considerar nuestra propia persona, iglesia o denominación como superior o más espiritual que otra. Que Dios nos perdone, porque hemos usado estas cosas como motivo de reconocimiento y ostentación. Que el Señor nos lleve a traer todos sus buenos dones como sacrificios a su altar y que solo él reciba la gloria y no nosotros. (Sal 115)
(Jer 18:4-6) Es un siervo voluntario y gozoso del Dios soberano. La adoración verdadera pone en el lugar correcto a Dios y al hombre. Veamos el ejemplo de los 24 ancianos alrededor del trono, Aún con sus coronas son arrojadas delante de él y reconocen que todo (hasta sus coronas) vienen de Dios mismo y a él le pertenecen: Ap 4:10-11. (También Isaías 6:1-7 especialmente el versículo 5)
Aquí vemos que aún las coronas que Dios nos da le deben ser devueltas a él 2). Preséntate ante Dios no con en una actitud de profunda humildad. tus propios logros, preséntate con el único sacrificio agradable a él. Este sacrificio es la entrega voluntaria del 4). Cultiva en tu vida la virtud del cordero perfecto de Dios. Cuando te contentamiento. El contentamiento presentes a Dios reconoce que tu no está basado en las circunstancias, única defensa y tu única esperanza es la confianza gozosa de saber que de ser justificado delante de Dios es la providencia de Dios controla todas el sacrificio de su Hijo. La persona las cosas, que no hay nadie que pueda humilde sabe que solo hay un acceso arrebatarnos de sus manos y que al Padre. El llegar a ese lugar no las dificultades temporales de este consiste en recitarle a Dios una lista mundo no controlan mi verdadera vida de nuestros logros personales. Solo y gozo. El contentamiento nos hace ser tenemos acceso a Dios a través de agradecidos en todo tiempo. Cristo. Es decir, colocados en él, por los logros y meritos de él solamente. Lc 18:9
3). Adora al Señor en Espíritu y Verdad. La persona humilde sabe quién es Dios y quién es él. Y sin embargo, este reconocimiento no lo aleja de Dios. Al contrario, “Dios resiste a los soberbios, pero a los humildes da mayor gracia”. Hay un reconocimiento en su vida de que Dios es el alfarero, y que él tiene derecho sobre él para hacer según sea su voluntad, aún hasta el punto de quebrantarnos para recomenzar de nuevo.
5). No te extrañes del sufrimiento: (Is 38:15). El sufrimiento nos ayuda a ver nuestras debilidades con una nueva luz. Nos enseña ( la mayoría de las veces sin que nosotros lo queramos), a depender de Dios en una nueva forma. Expone nuestra fragilidad y necesidad de Dios y quiebra nuestro orgullo. Esto puede ser extremadamente doloroso pero es muy efectivo. Un resultado sano del sufrimiento es la dependencia de Dios: humildad. Confía en el Señor, él ha puesto un límite tanto en tiempo como en cantidad a cualquier experiencia difícil que estés pasando.
Altivez versus humildad Dios ha bendecido grandemente a su Pueblo con dones, ministerios y manifestaciones de su Espíritu. Muchos siervos de Dios e iglesias han sabido poner en su justo lugar cada una de estas bendiciones con la conciencia total de que todas le han sido dadas por gracia, que pertenecen a Dios y a él pertenece también la gloria. Pero también hay una infección en la iglesia, un espíritu de altivez que al ver estas bendiciones, nos lleva a considerarnos en un grado superior de espiritualidad y nos aparta del resto del cuerpo de Cristo. Esta infección también se manifiesta en una actitud, una postura, una forma de conducirse y ministrar la cual claramente demuestra más confianza en sí mismo que confianza y dependencia de Dios.
¿Crees que no es posible? Pablo nos enseña cómo la grandeza de revelaciones que Dios le había dado era potencialmente una causa para que él se exaltase desmedidamente, por esta razón Dios toma acción y corrige a su siervo Pablo, el cual recibe la corrección y se mantiene en humildad. (2 Cor 12:7)
Oración Señor, obra en nosotros a través de tu Espíritu. Produce en nuestro corazón el fruto hermoso de la humildad, que todos tus dones y ministerios, sirvan sólo para mostrar más claramente tu grandeza y tu gloria. No a nosotros Señor la gloria, sino a tu Santo Nombre.
“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”.
(Romanos 8:26)
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El efecto
Gedeón
Por: César Solís
Todos fuimos diseñados para superar retos más allá de lo que podíamos imaginar. Emprender negocios, formar familias fuertes y desarrollar la carrera que siempre soñamos. Pero ¿qué es lo que nos ha impedido lograrlo?
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ios trazó un plan para nuestras vidas desde antes de que viniéramos a este mundo (ver Isaías 44:2), pero hay algo que no nos ha permitido lograr vivir la vida plena que Dios diseñó para nosotros y que afecta que cumplamos nuestro propósito. Lo que nos puede estar robando nuestro presente y futuro es el efecto gedeón, que ha afectado a generaciones anteriores y a la nuestra. Por muchos años, el efecto gedeón me robó en mi vida. Se instaló desde mi concepción y duró hasta mis 25 años. Es una maldición que pasa de una generación a otra. Es como el virus que se instala en una computadora y empieza a afectar el desempeño de la misma, afecta sus funciones, los programas internos y desata un auto-sabotaje que llega a trabar la máquina hasta que no funciona más.
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¿Qué es el efecto gedeón? Gedeón fue el hombre que Dios llamó a libertar al pueblo de Israel del sitio que le habían puesto sus enemigos por haber dado la espalda a Dios, pero Dios, en su infinita misericordia, decidió liberar a Israel por medio de Gedeón (ver Jueces 6-8). Sin embargo, cuando el ángel de Dios se le apareció a Gedeón para anunciarle que era él el elegido para liberar a Israel, no lo podía creer ni aceptar, pues no se miraba como libertador, ni como un hombre que Dios pudiera usar. El colmo fue que le reclamó a Dios por las desgracias que estaban pasando y empezó a expresarse como se veía a sí mismo, como alguien pequeño, sin importancia, pobre, el menor, como alguien sin valor. Es así como surge el efecto gedeón.
De la abundancia del corazon habla la boca Aquí vemos claramente lo que dice la palabra, que de la abundancia del corazón habla la boca. Gedeón expresó como “se veía a sí mismo”, como estaba su identidad y ese es el punto medular de nuestras vidas. Dios nos diseñó que para que tuviéramos una identidad en Él. Los encargados de impartir la identidad en nosotros son unos agentes especiales llamados padres.
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Pero ¿qué sucede muchas veces? Por ignorancia, por heridas no sanadas en ellos mismos o por distintas circunstancias, la mayoría de nuestros padres fallaron en impartir esa identidad que Dios quería para nuestras vidas, y crecimos con una identidad distorsionada, dañada con mentiras, y con una imagen distinta a lo que Dios planeó para nuestras vidas. Muchos crecimos afectados por el efecto gedeón, creyendo que no valíamos, que no merecíamos lograr nada, que éramos inferiores a otros. Y así como Gedeón, nos creímos las mentiras y pensamos que no éramos capaces ni merecedores de grandes cosas.
¿Cómo me veo yo? Como les mencione anteriormente, en mi caso el efecto gedeón se activó cuando fui concebido, ya que mis padres se casaron porque yo venía en camino y el plan de Dios era que yo fuera concebido dentro del pacto matrimonial y no antes. Desde ese momento empecé a crecer con un sentimiento de error, y muchas circunstancias en mi vida, como palabras insultantes, desprecios, heridas a mi autoestima, aumentaron ese sentimiento de error. Mi identidad fue dañada al punto que en algún momento pensé en suicidarme, pues pensaba que si yo era un error lo mejor sería eliminarlo. Esto pasó en mi vida, aún creciendo en un hogar cristiano. Pero el efecto gedeón estaba operando en mi vida y robándome mi identidad y mi propósito.
Para romper el efecto gedeón, debemos escuchar a Dios, para saber como nos ve Él y dejar que sea Él quien defina nuestra identidad
¿Cómo me ve Dios? Entonces, ¿Cómo podemos romper el efecto gedeón? Escuchando a Dios para saber cómo me ve Él a mí y dejar que sea Él quien defina mi identidad. Eso le da un giro de 180 grados a mi vida y a mis generaciones. En Jueces 6:12 vemos como Dios miraba a Gedeón: “Jehová está contigo, varón esforzado y valiente”. Qué contrastante con la forma como se veía Gedeón y eso es lo que Dios quiere para todos nosotros, que recibamos su identidad para que podamos cumplir su propósito en nuestras vidas. En Jueces 6:14 vemos nuevamente que Dios le reafirma su identidad: “Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?“ Qué afirmación más poderosa.
La vida de Gedeón tomó otro curso, se convirtió en un hombre valiente que enfrentó a un ejército de 100,000 hombres con sólo 300 israelitas y Dios peleó por ellos dándoles la Victoria. Como podemos ver, el efecto gedeón está activo mientras existan mentiras en nuestro corazón que mantienen una identidad distorsionada en nuestras vidas. Cuando se identifican esas mentiras, se rompe el efecto gedeón y Dios como Padre puede darnos la verdadera identidad en nuestras vidas. En mi caso, Dios me permitió identificar el efecto gedeón durante un seminario llamado “Sendas Antiguas”. Ahí pude ver cómo me había robado tanto tiempo el enemigo y al identificar las mentiras pude escuchar la voz de mi Padre Dios impartiendo la verdadera identidad a mi vida y eso dio un giro en mi familia, en mi hogar y desató el propósito de mi vida.
Lo que Dios dice de ti Es el tiempo de levantarte como Gedeón y verte cómo Dios te ve, y así alcanzar las cosas para las cuales te llamó, afectar la vida de muchos y lograr un legado generacional. El Efecto Gedeón le ha robado mucho a las generaciones, pero yo puedo romper esa cadena. He visto una llave poderosa que ha transformado la vida de hombres y mujeres valientes como Gedeón. Ahora, pregúntale a Dios: ¿Cómo me ves tú? Y espera a que Él como padre amoroso te responda. Cuando escuches sus palabras de Verdad, eso transformará tu vida y te convertirá en agente de bendición.
“Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito.”.
(Josué 1:8)
Ahora la pregunta es: ¿Está operando el efecto gedeón en tu vida? ¿Cómo está tu identidad? ¿Cómo te ves a ti mismo? ¿Te has creído las mentiras que fueron impartidas a tu vida?
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Acércate al Señor y experimentarás Su gracia
Por: César Castañeda
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ay ocasiones en nuestra vida en las que sentimos que Dios no escucha nuestras oraciones, o que su tiempo es diferente al nuestro. Pensamos que nuestro problema no es importante para Él. Esto le sucedía también a los personajes de la Biblia, como a David. Cuando Dios le reveló Su omnipresencia escribió: “¿A dónde podría alejarme de tu Espíritu? ¿A dónde podría huir de tu presencia? Si subiera al cielo, allí estás tú; si tendría mi lecho en el fondo del abismo, también estás allí.
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Hay momentos en la vida que por muchos motivos nos sentimos lejos del Señor. Pero Dios está más cerca de lo que nosotros pensamos, es solo que algunas veces Él está madurando nuestra fe; otras, es sólo nuestra percepción y otras es porque tenemos un pecado sin confesar que nos impide estar cerca de Dios.
Si me elevara sobre las alas del alba, o me estableciera en los extremos del mar, aun allí tu mano me guiaría, ¡me sostendría tu mano derecha!” Salmo 139:7-10. Así que si tú sientes que Dios está distante o indiferente, no es así, Dios está más pendiente de ti de lo que tú imaginas, créelo y sentirás como Su brazo de amor te sostiene y te saca adelante.
Te invoqué, y viniste a mí; “No temas”, me dijiste. Tú, Señor, te pusiste de mi parte y me salvaste la vida. Tú, Señor, viste el mal que me causaron; ¡hazme justicia!” Lamentaciones 3:55-59. “El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido.” Salmo 34:18
Cuando Dios está madurando nuestra fe
Cuando hay pecado sin confesar
En otras ocasiones, pareciera que Dios está ausente, pero lo que provoca es que tú madures en la fe. De la misma manera en que un padre/ madre se aleja para que su hijo pueda hacer algo por sí mismo, pero está atento a cualquier cosa que pase, así nuestro Padre celestial está atento a nuestro problema. El ve nuestro dolor, nuestra soledad, y conoce nuestra situación. Está listo para apoyarnos en cualquier momento e intervenir con Su poder. “Desde lo más profundo de la fosa invoqué, Señor, tu nombre, y tú escuchaste mi plegaria; no cerraste tus oídos a mi clamor.
Lamentablemente hay momentos en nuestra vida en los que Dios se hace distante porque en nuestra vida tenemos pecado, falta de perdón, andamos en desobediencia o rebeldía. Dios no tiene nada que ver con el pecado, Él es puro, es Santo, ama al pecador pero no soporta al pecado. Así que sí en tu vida hay pecado sin confesar, sí estás en rebeldía o estás desobedeciendo las órdenes del Señor, arrepiéntete, apártate del mal. Deja de hacer lo malo porque el pecado no te permite ver con claridad, Él te quiere ayudar, Él te quiere limpiar, tal vez crees que no se puede vivir sin ese pecado, pero no es así, Dios tiene una mejor vida para ti, suelta lo que tienes. Dios te quiere ayudar, pero tienes ocupadas las manos. Confía en Él, y verás Su gloria. “Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. ¡Pecadores, límpiense las manos! ¡Ustedes los inconstantes, purifiquen su corazón!” Santiago 4:8. Cuando Jesús inició su ministerio en la tierra, según el evangelio de Marcos, comenzó diciendo: “Se ha cumplido el tiempo –decía-.
El reino de Dios está cerca. ¡Arrepiéntanse y crean las buenas nuevas!” Marcos 1:15 Una de las condiciones para acercarse a Dios es arrepentirse, es decidir dejar el pecado y toda clase de maldad, y creer en las buenas noticias que trae Jesús.
Al acercarnos a Dios encontramos: 1. Refugio En momentos de dificultad, debilidad o de dolor, tenemos a dónde acudir: un lugar de refugio al estar en Su Presencia, donde al orar podemos encontrar fuerza, sabiduría y consuelo en medio de nuestra situación. “Para mí el bien es estar cerca de Dios. He hecho del Señor Soberano mi refugio para contar todas sus obras.” Salmo 73:28 2. Gracia y misericordia Cuando nos sentimos debilitados por nuestros problemas o nos sentimos débiles por la tentación que nos acedia y ya no podemos más, recordemos que Jesús es el Sumo sacerdote que intercede por nosotros delante del Padre, Él nos comprende, porque fue probado en todo, y venció cada batalla. “Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado.
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“Y estas señales seguirán a los que creen: en mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y sí bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos y sanarán.”.
(Marcos 16:17-18)
Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitamos.” Hebreos 4:15-16 “Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, interiormente purificados de una conciencia culpable y exteriormente lavados con agua pura.” Hebreos 10:22
El apóstol Pablo, al comentar la cita que leímos con anterioridad (Deuteronomio 30:14) dice: “…La Palabra esta cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón. Ésta es la palabra de fe que predicamos: que si confiesas que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo.” Romanos 10:8-10.
3. Instrucción
Más adelante dice: “porque todo el que invoque el nombre del Señor será salvo” Romanos 10:13 Así que invoca el nombre del Señor, cree en el sacrificio que Jesús hizo en la cruz, por ti y por mí, y serás testigo del gran amor de Dios en tu vida. “Muy cercano está para salvar a los que le temen, para establecer su gloria en nuestra tierra.” Salmo 85:9
En Dios y en su palabra tenemos una fuente de sabiduría en donde podemos encontrar las mejores indicaciones, cuando nos sentimos desorientados o abrumados por alguna decisión que debemos tomar. Encontraremos también las instrucciones a seguir cuando necesitamos un consejo sabio, o deseamos conocer la voluntad de Dios en algún aspecto de nuestra vida. Atrévete a buscar sus respuestas y las encontrarás: “La palabra está muy cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón, para que la obedezcas“. Deut 30:14 (ver también Sal 119:151) 4. Salvación Si tú has estado lejos de Dios y te sientes vacío acércate a Él. Si has caminado por tu cuenta y ya no puedes más con tu dolor, tu problema o tu pecado; acércate a Dios, arrepiéntete de tu pecado (de orgullo y autosuficiencia) y entrégale tu corazón a Jesús, Él quiere dirigir tu vida y mostrarte Su amor.
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5. Ser parte de Su familia Dios quiere acercarnos para que seamos parte de Su familia: “Pero ahora en Cristo Jesús, a ustedes que antes estaban lejos, Dios los ha acercado mediante la sangre de Cristo.” Y “Por lo tanto, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios.” Efesios 2:13, 19 Así que si tú ya has entregado tu vida a Dios, eres un hijo de Dios (Juan 1:12-13) y con confianza puedes acercarte a Él para que te ayude en tu necesidad, cualquiera que sea.
¿Dónde
está mi fe?
Todo ser humano hace las cosas por algún motivo, hay algo que lo mueve a hacer o no hacer determinada actividad, por su manera de pensar, su cultura, sus metas, y aún por sus fracasos.
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Por: Lourdes L. de Castañeda
l ser humano es un ser integral, no es un simple robot que funciona por medio de botones y que se le puede “desconectar” por algún tiempo. Todo el tiempo, mientras vive, está funcionando tanto su corazón como sus pensamientos. Y todo lo que hace lo hace siempre por un motivo que lo ha impulsado a eso. Dependiendo del rango de prioridades que cada persona tiene, así será la fuerza que opera para determinar sus acciones. Por ejemplo, si un hombre le da demasiada importancia al deporte, sus actividades se verán relacionadas con el deporte. Si alguien le da importancia al intelecto, enfocará su energía a todo lo que tenga que ver con estudios y conocimiento, y así sucede con la familia, el dinero, la salud, la diversión, el descanso, y también con la religión.
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Según lo que cree, así actuará. Nada de lo que hacemos carece de un pensamiento previo, y a todo pensamiento lo antecede una creencia. Por esto es que la Palabra de Dios en Santiago dice: “…la fe por sí sola, si no tiene obras, está muerta.” Esto es así porque si en verdad se cree algo, se actuará de acuerdo a eso. Y si no se actúa de acuerdo a lo que dice creer, es porque en realidad no lo ha creído.
¿Por qué hago lo que hago? Lo que todos debemos preguntarnos es ¿en que creo?, ¿por qué hago lo que hago? Esto es de suma importancia, ya que muchas veces hacemos las cosas sin sentido, por costumbre nada más, y debemos ser cuestionados en lo más profundo de nuestro ser. Y descubrir si el objeto de mi fe es sólido, seguro, inagotable, inconmovible, pues de ello depende mi vida al fin de cuentas. Se puede creer en muchas cosas, personas, filosofías, etc., pero solo existe una Persona que es digna de nuestra confianza absoluta: Dios. Hay quienes aseguran no creer en nada, pensando que el creer se circunscribe sólo al ámbito espiritual, pero la verdad es que aún los que se dicen ser ateos o científicos creen en algo. Ellos creen que como no ha de existir Dios porque no hay pruebas reales (aunque Dios no debe ser comprobado sino experimentado), pueden hacer lo que más les conviene y por eso son más “libres” que los demás que sí creen en Dios, pues no hay nada
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que les machuque la conciencia para hacer lo que quieren. Ellos creen en ellos mismos, son quienes gobiernan sus propias vidas conforme a sus propios criterios y conveniencias, y han encontrado en la ciencia una excusa para seguir creyendo así. El problema es que tarde o temprano, el objeto de su fe se debilita y cae, y llegan a tal desesperación, que muchos pierden la esperanza y algunos, hasta deciden quitarse la vida por no poder seguir sosteniendo sus falsas teorías.
¿Creo en Dios? Pero no sólo los ateos carecen de verdad en sus vidas, existen muchos que, creyendo que si existe Dios, en realidad creen en muchas cosas menos en Dios. Creen en lo que otros han dicho acerca de Dios, o creen en un Dios hecho a su propio estilo. No se han detenido a conocer verdaderamente al Dios vivo. Niegan su poder y Su Palabra porque simplemente no encaja entre su estilo de cómo “debiera” ser Dios. O creen en Dios porque la mayoría de la gente lo hace, y se verían muy mal si no son como la mayoría. En realidad, ellos creen en la idea de Dios, pero no en Dios mismo. Esto produce la misma frustración que no creer en Dios, ya que nunca se llegan a realizar sus propios planes y viven enojados con sigo mismos y con Dios. Dicen creer en Dios, pero quieren ser quienes gobiernan y controlan todo a su alrededor.
¿Cuál es la intención de tu corazón? La Biblia nos muestra en Santiago 2:19 que no se trata en creer que hay un solo Dios, pues hasta los demonios creen eso y tiemblan. Es mucho más que eso.
Muchos se preguntan con frecuencia porqué les va mal, si hacen tantas cosas buenas. Quizás no se han detenido a pensar qué es lo que los motiva a hacer esas cosas. El corazón humano es tan torcido, que se engaña a sí mismo haciéndose creer que sus caminos son rectos, cuando no lo son. (Proverbios 14:12) En la Palabra encontramos muchos pasajes que nos hablan de la importancia de las intenciones del corazón. Es tan delicado y sutil, que debe ser confrontado y exhibido a la luz de la misma Palabra de Dios.
“Ciertamente la Palabra de Dios ... Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón.” Hebreos 4:12
Solamente Dios conoce a fondo nuestros pensamientos e intenciones, y solo El es capaz de mostrárnoslas. Nadie puede examinarse a sí mismo sin la ayuda del Espíritu Santo, pues seguramente saldrá aprobado o condenado. Jesús no ha venido a aprobarnos ni a condenarnos (ver Juan 3:16,17), vino a perdonarnos, a salvarnos, y solamente por medio del arrepentimiento y purificación de nuestros pecados a través de su bendita Sangre, seremos aprobados ante su presencia. Lo necesitamos a El para hacernos ver las verdaderas intenciones de nuestro corazón, para llevarnos al verdadero arrepentimiento y buscar en Jesús ese perdón que ha venido a darnos.
Déjate encontrar por Dios Creer en Dios significa creer lo que El dice que es, no lo que pensamos que es. Es dejarnos encontrar por él y conocerlo a Su manera, no a la nuestra. A veces pensamos que Dios siente y piensa de la misma manera que nosotros los humanos, queremos darle forma humana a Dios. A esto se le llama “antropomorfismo”, que es una herejía. Esto va totalmente en contra de Dios mismo, ya que su Palabra dice “Porque mis pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos son los míos.” Isaías 55:8 Para tener una fe sólida, cimentada en el verdadero Dios, lo primero que necesito es despojarme de mis propios conceptos de Dios (fortalezas, argumentos y altivez) (2Corintios 10:5), y con corazón humilde, dejar que la palabra entre en mi vida sin ponerle mis reservas. Por esto es que “la fe viene como resultado de escuchar la Palabra de Dios”. (Romanos 10:17)
¿Dónde está tu fe? La Palabra nos habla de principio a fin acerca de Jesucristo, quien es, era y ha de venir. Si nuestra fe no está basada en la persona de Jesús, quien es la Palabra, Verdad y Vida, tarde o temprano nuestro mundo se va a venir abajo. Si no construimos sobre la roca que es Cristo, el agua y las tormentas de la vida pronto acabarán con lo que nos sostiene. Por eso es tan importante examinar en dónde estamos parados. Tal vez, tú estás pasando por momentos quietos en tu vida, no han llegado las tormentas fuertes,
y nunca te has puesto a pensar en dónde está puesta tu fe, pues no lo ves necesario. O tal vez seas quien está pasando por la tormenta ahora, y sientes que todo lo que has creído se está desvaneciendo, por su falta de consistencia y de verdad. No te desanimes, quizás Dios lo está permitiendo para que acudas a él con un corazón humilde y crédulo en su Palabra. Para que deposites en El tu confianza, tu fe, y puedas comenzar a vivir de manera coherente a lo que crees. Dios no rechaza a aquel que está dispuesto a hacer Su voluntad. El no vino por los perfectos, pues los tales no existen, ni por aquellos que creen estar bien, como creían los fariseos, a quienes llamó “hipócritas”. Vino por los que se saben necesitados de un Salvador. Por los que, reconociendo su pobreza, acuden al único dueño y Señor de todo el universo.
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al padre, sino por mí ”.
(Juan 14:6)
Si hoy no estás seguro en dónde está puesta tu fe, es momento de arrepentirte y buscar al Señor con todo tu corazón. “…pues todo lo que no proviene de la buena fe es pecado”. Romanos 14:23 Ora al Señor pidiéndole que traiga convicción de pecado en tu vida por medio del Espíritu Santo, y te lleve al arrepentimiento. Declara tu fe en Jesucristo, como aquel que es el único digno de perdonar tus pecados y limpiarte. Permite que su Espíritu Santo te llene, pídeselo al Padre y deja que él venga a tomar el control de tu vida. Se obediente a Su palabra y a la guianza de su Espíritu y camina con pasos de fe.
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Perfume grato a Dios
A lo largo de la Biblia aparecen diversas expresiones de alabanza y adoración. Se puede observar que desde Adán hasta Moisés, la alabanza y la adoración se hacía por medio de sacrificios, altares y ofrendas.
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Por: Osb erto Ruano
uego de que Dios liberó al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto por medio de Moisés, Dios le da la ley y las indicaciones para hacer el tabernáculo, lugar donde Dios quería habitar en medio de su pueblo, según Éxodo 25:8: “Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos”, y se introduce otro tipo de expresión de alabanza y adoración, establecida por Dios mismo, plasmada en todo el sistema sacrificial, en las ofrendas mecidas y en el incienso aromático, como se puede ver en Levítico capítulos del 1 al 7. La música era una expresión de adoración muy eventual en este tiempo. Un caso se encuentra en Éxodo 15 donde narra que luego de pasar el Mar Rojo en seco y ser librados de sus enemigos, Moisés y María su hermana entonaron un canto de alabanza y gratitud al Señor. No fue sino hasta la época en la cual David llegó a ser rey de Israel, que la música pasó a ser una forma constante de adoración a Dios. 1 Crónicas 9:33 dice: “También había cantores, jefes de familias de los levitas, los cuales moraban en las cámaras del templo, exentos de otros servicios, porque de día y de noche estaban en aquella obra”. Fue David quien organizó los servicios de adoración en el tabernáculo de manera constante como lo narra la Biblia en 1 Crónicas, capítulos 15 y 16.
Pero en las diversas formas de expresión de alabanza y adoración a lo largo de toda la Biblia podemos observar que no toda la adoración levantada por el hombre es agradable a Dios.
Adoración agradable a Dios El primer caso que aparece registrado en la Biblia, en el cual un ser humano ofrece adoración a Dios está en Génesis 4:3-5: “3 Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. 4 Y Abel trajo también a los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda, 5 pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante” Por algún tiempo no entendí este pasaje, ¿Porqué Dios rechazó la ofrenda de Caín y aceptó la de Abel? Al analizar el pasaje en el versículo 2 dice: “…Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra”. Cada uno le llevó el fruto de su trabajo. Es más, Caín llevó su ofrenda primero a Dios y era el hermano mayor y da la impresión que discipuló a su hermano menor, ya que detrás de Caín venía Abel con su ofrenda al Señor. Quiero que me respondas con honestidad, si tú hubieras estado en el lugar de Caín, ¿Cómo hubieras reaccionado? … Ahora, si regresamos unos cuantos versículos, en el capítulo 3, podemos ver algunos detalles: En el v. 7 dice: “Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales”, cubrieron su desnudez con el “fruto de la TIERRA”, en el v. 8 dice: “… y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los
árboles del huerto”, se escondieron de Dios entre los árboles, “fruto de la TIERRA”, en el v. 14 le dice Dios a la serpiente como sentencia por haber tentado al hombre: “Por cuanto esto hiciste maldita serás entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás , y polvo comerás todos los días de tu vida”, en el v. 17, Dios da la sentencia al hombre por su desobediencia: “Por cuanto obedeciste a tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa…”, pone la ¡TIERRA BAJO MALDICIÓN!.
¿Adoración a Dios o al hombre? La tierra en la Biblia representa las fuerzas humanas y es el material del que está hecho el hombre. Contrastando con lo anterior en Génesis 3:21 dice: “Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió” ¿De dónde salieron esas pieles con las cuales los vistió Dios? De un animal que Dios sacrificó para cubrir la desnudez de ellos. Ya Dios había dado pautas de la forma de adoración que era aceptable para El, por medio del sacrificio de un animalito inocente por el pecador (prefigura de Jesucristo), a la manera de Abel. Todo lo que hagas como fruto de la tierra, es decir, en tus propias fuerzas, en tu criterio, a tu manera, a la manera de Caín, está bajo maldición, y es alimento para Satanás. Cuantas veces no hemos ofrecido alabanza a Dios a la manera de Caín, apoyados en nuestro talento, pura tierra, sin tomar en cuenta al Cordero de Dios, y no sólo eso, sino que enseñamos al pueblo a adorar, no a Dios, sino a nuestro talento.
Muchas iglesias hoy en día ofrecen su alabanza sin el Cordero, puro ritual, tradiciones de hombres, criterios humanos, tierra, a la manera del hombre y no a la de Dios, alabanza no aceptable para Dios. Toda nuestra alabanza debe de ser por medio de Jesucristo para que sea aceptable a Dios.
Adoración por medio de Jesucristo
Me emociona lo que dice en Hebreos 2:11-12: “11Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, 12 diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, En medio de la congregación te alabaré”. Es un texto que impacta mi corazón. ¿Quién es el que santifica? ¡Jesucristo! Y los santificados somos los redimidos por su sangre y transformados por el poder del Espíritu Santo. Jesucristo y nosotros somos del Padre, y nos llama hermanos. Pero dice que cuando nos reunimos en la congregación Jesucristo nos anuncia el Nombre del Padre y le alaba en medio de nosotros. ¿No te parece emocionante? Cada vez que nosotros nos reunimos para alabar a Dios, Jesucristo le alaba en medio de nosotros. ¡¡¡Que maravilloso!!! Estando conciente de que no por tocar una melodía hermosa y por tener una voz espectacular, e incluso cantarle un canto con una letra preciosa, te garantiza que tu adoración sea aceptable ante Dios. Te quiero invitar a que cada vez que alabes a Dios lo hagas por medio del Cordero, Jesucristo, ya que como dice Juan 15:5, ¡¡¡sin El no podemos hacer nada!!! Solo por medio de Jesucristo podemos ofrecer alabanza que sea perfume grato a Dios.
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A continuación se describen del lado izquierdo los hechos de distintos personajes de la Biblia. ¿Reconoces quién fue el autor de cada hecho? Pon tu respuesta en el espacio correspondiente, tomando los nombres en el recuadro que aparece en el lado derecho de la página:
1.
Conoció a Jesús en un pozo (Juan 4)
2.
Traicionó a su padre, rey de Israel, armando una insurrección para usurparle el trono: (2 samuel 15)
Ezequiel
3.
Quedó ciego como consecuencia de desobedecer a Dios. Acabó en un solo día con los filisteos al derribar con sus propias fuerzas su templo: (jueces 16:21)
Zaqueo
4.
En el tiempo de los jueces, Dios lo llevó a pelear contra un ejército de miles de medianitas con sólo 300 hombres, armados únicamente con trompetas, vasijas de barro y antorchas (jueces 7:16-21)
Sansón
5.
Profeta de Israel que devolvió la vida al hijo de una viuda acostándose sobre él, y dando de boca a boca su aliento (2 Reyes 4:34,35)
Absalón
6.
Este profeta estuvo acostado de lado izquierdo 390 días, como señal proféctica de los años de maldad de Israel, y 40 días de lado derecho por los años de maldad de Judá (Ezequiel 4:3.6)
Labán
7.
Fue mordido por una serpiente venenosa, pero el veneno no le hizo efecto: (Hechos 28:3-5)
8.
Jesús le vio subido en un árbol, y pidió que le invitara a comer a su casa (Luc 19:2-10)
9.
Estando preso, Dios le mandó a comprar un terreno en Judá cuando la ciudad ya estaba sitiada por el rey de Babilonia, como señal de que Israel sería restaurada (Jer 32: 1-15)
10. 11.
Rey asirio que fue ordenado meterse siete veces en el río Jordán para ser sanado de lepra (2 Reyes 5:1-14) Fue alimentado por un ángel en el desierto, para recobrar sus fuerzas, cuando huía de la reina Jezabel( 1 Reyes 19:4-8)
12. Obligó a su yerno a trabajar 14 años para él a cambio de que se casara con su hija (Gen 29: 15-27)
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RESPUESTAS: 1)Mujer Samaritana, 2)Absalón, 3)Sansón, 4)Gedeon, 5)Eliseo, 6)Ezequiel, 7)Pablo, 8)Zaqueo, 9)Jeremías, 10)Naamán, 11)Elías, 12)Labán.
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Jeremías
Gedeón Naamán Elías Eliseo Pablo Mujer Samaritana