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UN RENUEVO ESPIRITUAL
Cree y vive
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El Dios de
promesas
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Año 12 · Nº 59 · Octubre-Diciembre 2012
Consejero Espiritual Edgar Chávez Consejo Editorial Jorge Chacón Fernando Saravia Editora Lorena Farrach
La Buena Noticia
Redactores Osberto Ruano Armando Molina Cesar Castañeda Lourdes de Castañeda
Hoy en el Mundo
Diseño Gráfico Rony Chiché Impresión CIFGA
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Instruye al niño en su camino
Espada de la Palabra Corrección de Texto Paola de Pajares
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Cree y vive
Asesor Administrativo Francisco Castañeda
Un Jesús a la medida
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Los Milagros Continúan Te bendeciré y serás bendición...
Decisiones El Dios de promesas
Mujeres de Proverbios Su amor es más que suficiente
Vida de Alabanza Adoración con sentido
Entretenimiento Sopa de letras
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escribenos@revistaaguaviva.com
Cuando Dios promete… cumple!! Hoy en día, cuando vemos la situación mundial y nos vemos rodeados de tanta adversidad, pecaminosidad y falsedad, nos desanimamos y perdemos toda esperanza. No vemos que esa situación vaya a cambiar y, cuando vemos para adelante hacia el futuro, aparece a nivel de nuestra alma, duda y zozobra. Ahí es donde necesitamos una esperanza sobrenatural, que no se rige por las circunstancias, avances o retrocesos que tenga nuestra sociedad, una esperanza que no se basa en uno mismo ni en alguien más, porque la Biblia nos dice que maldito el hombre que confía en el hombre, porque su corazón es perverso y engañoso (ver Jeremías 17:5 y 9). Solamente podemos confiar en un Dios de promesas, en un Dios de pactos, que cumple lo que dice y que no falla porque es fiel y porque, a través de toda la Biblia, podemos ver una y otra vez que es confiable y que los que confían en Él, no seremos defraudados.
Cuando estamos en Cristo, tenemos muchas promesas: sanidad, libertad, acceso a su presencia, su sangre para el perdón de los pecados, provisión, gracia, favor de Dios, crecer en santidad, etc. Y la garantía que nos dio Dios para que sepamos que tenemos todas sus promesas es: su Espíritu Santo. Éste garantiza nuestra herencia hasta que llegue la redención final del pueblo adquirido por Dios, para alabanza de su gloria. Dios desea que descubramos y atesoremos todas sus buenas promesas. Así que hoy tenemos una decisión que tomar: confiar en las cosas de este mundo sin esperanza, que cada vez está más inmoral, corrupto y deteriorado; o confiar en el Dios verdadero y sus promesas, quien permanece estable, firme y confiable y que nos lo demuestra con sus hechos. Hoy decide confiar que Dios será fiel en cumplir, en su momento y a su manera, las promesas que ha dicho para tu vida.
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Cree y vive
Por: Osberto Ruano
“Cuando un niño está aprendiendo a manejar bicicleta, no le basta sólo con la teoría, le es necesario pasar por la experiencia de subirse a la bicicleta y practicar las instrucciones que le dio quien le está enseñando a manejarla”
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editando en este ejemplo, me di cuenta que igual sucede con la vida espiritual. Necesito conocer la “teoría” que está en el manual de vida, la Biblia, la Palabra de Dios, y que el instructor (el Espíritu Santo), me dé las indicaciones para finalmente ponerlas en práctica en mi vida.
En Mateo 21:28-32 la Biblia nos dice: “Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña. Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios. Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle”.
Dios es quien se acerca Veamos los dos casos. Ambos eran hijos; aquí no está hablando de gente que no ha recibido a Cristo en el corazón, está hablando de hijos de Dios que han creído en el Nombre de Jesús y le han recibido. Juan 1:12 dice: “Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”. Otro detalle interesante es que es el padre quien se acerca a los hijos. Cuánta gente hay que piensa que son ellos quienes se acercan a Dios, cuando realmente siempre es Dios quien toma la iniciativa de acercarse al hombre, a tal grado que viendo que para el hombre era imposible romper con esa barrera de pecado que le impedía acercarse a Dios, no escatimó el dar la vida de su único Hijo,
Jesucristo, para que el camino de vuelta al Padre fuera abierto de una vez y para siempre para los que creen en su Nombre. Hebreos 10:19-20 dice: “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que Él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne”.
En forma individual Otro detalle es que su forma de acercarse en este caso es individualmente. Es interesante observar que no se acerca a los dos al mismo tiempo y les da la instrucción, sino que primero se acerca a uno y luego al otro. Y es que Dios anhela tener una relación personal e intimidad con cada uno de sus hijos, mientras sus hijos perdemos el tiempo en cosas vanas, como televisión, chismes, revistas, etc. A pesar de que se les acerca individualmente a cada uno, a ambos les da la misma instrucción, la cual requiere, en primer lugar una respuesta de cada hijo y luego una acción inmediata. Ahora veamos la instrucción que da el padre a sus hijos y es: “ve hoy a trabajar en mi viña” La primera palabra es “ve”, demanda acción; luego dice “hoy”, la repuesta que pide es inmediata, y finalmente la instrucción clara de trabajar en “su” viña, la acción es en función de algo de su propiedad.
Es interesante analizar la respuesta de cada uno de los hijos para responder la pregunta de Jesús: ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Veamos al primero, con su boca dijo “no quiero”, pero al final, arrepentido, fue.
Escoge hacer la voluntad de Dios En nuestra vida hay muchas cosas que no queremos hacer, o que no queremos dejar de hacer, pero sabemos que hacerlas o dejarlas es lo correcto; la voluntad de Dios es perfecta. La clave está en la palabra “arrepentimiento”, es la llave que nos permite hacer la voluntad de nuestro Padre por encima de nuestra voluntad. Jesucristo dice en Marcos 1:16: “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio”. Para que el reino de Dios venga a nuestra vida, es necesario dos cosas: primero arrepentirse y luego creer en el evangelio. Ahora, veamos la respuesta del segundo hijo: Dijo que “sí” con su boca, pero no lo hizo. Pudieron haber sucedido dos situaciones: que desde que respondió no tenía la menor intención de ir, y sólo dijo que sí para quitarse al papá de encima, o que sí haya tenido la intención de ir y al final se le presentó algo que consideró más importante, y por eso no fue.
Dios anhela tener una relación personal e íntima con cada uno de sus hijos.
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¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarte, salvación mía y Dios mío.
(Salmo 42:5)
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En la primera situación nos muestra su doblez de corazón, su hipocresía y, en la segunda, su inconsistencia, pero en ambas no hace la voluntad de su padre. Luego, entre estos dos casos, quien hizo la voluntad de su padre fue quien con la boca dijo no, y luego arrepentido fue; lo cual nos dice que para Dios es muy importante que reflejemos con nuestras acciones nuestra naturaleza de hijos de Dios. Dice Mateo 7:21: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”.
Que tus hechos confirmen tu fe Este es un buen momento para hacer un alto y examinar el tipo de respuestas que damos a los diferentes llamados que Dios hace a nuestra vida: a la salvación, a la intimidad, a conocer su Palabra, a la santidad, al servicio, etc. Si crees que por sólo decir amén a las instrucciones que Dios te da en su Palabra es suficiente, podrías ser como el segundo hijo de la parábola, que finalmente no hizo la voluntad del Padre. Como hijos de Dios, nuestros hechos tienen que confirmar nuestra fe. Santiago 2:1820 dice: “Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?” Podemos ir un paso más allá de estos dos hijos, y decir con nuestra boca “sí” y hacerlo. ¡¡¡CREAMOS, CONFESEMOS Y VIVAMOS CONFORME A LO QUE CREEMOS!!!
Instruye al niño
en su camino
“La verdadera religión pura y sin mancha delante de Dios el Padre es ésta: ayudar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones y no mancharse con la maldad del mundo” (Santiago 1:27)
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Por: Lorena Farrach
odo comenzó en febrero de 1976, el día del terremoto de Guatemala” –nos comienza contando Vivian Teos, encargada de Relaciones Publicas de Asocrigua (Asociación Cristiana de Orfanatos de Guatemala)- “cuando el señor Fred Jarvis se encontraba en Guatemala haciendo una escala de su vuelo que lo llevaría a Estados Unidos, pero que no pudo salir debido al terremoto. Entonces aprovechó ese día para ir a dar una vuelta a la ciudad y le impresionó ver tantos niños huérfanos, por lo que ese mismo año regresó a fundar el hogar Liga de Vida Nueva.” “Mi primer contacto con los niños huérfanos” – comenta Vivian – “fue un día que fuimos varias personas de mi congregación a pasar un día a Liga de Vida Nueva para compartir con los niños, y recuerdo cómo ellos me abrazaban sin quererme soltar, por la necesidad de afecto que tenían, y eso me quedó grabado en mi corazón, entonces decidí primero trabajar como voluntaria y luego comencé a trabajar tiempo completo para el orfanato Liga de Vida Nueva localizado en Villa Nueva.
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Entonces comencé a conocer a más profundidad las historias de los niños. Por ejemplo, en el hogar se encuentran actualmente dos hermanitos que entraron porque el papá asesinó a la mamá a patadas por estar borracho, y a los niños, cuando llegaron, se les notaba el trauma que habían pasado, pero después de un tiempo de darles atención, cuidado y sobre todo mucho amor, ellos comenzaron a sanar de todo ese dolor.
La prioridad es presentarles a Jesús
Muchos niños huérfanos, abandonados y que han sufrido abusos han encontrado refugio y abrigo en el hogar. Liga de Vida Nueva se esfuerza por ser un verdadero hogar para estos niños con necesidad, donde se les ayuda a suplir sus necesidades físicas, emocionales y espirituales. Todo el personal del hogar tiene como propósito presentar a cada niño a Jesucristo, nutrirlos en su vida personal con Cristo y proveerles de una buena educación cristiana. Como parte del ministerio de Liga de Vida Nueva, cuentan con un colegio que es parte integral del esfuerzo de “instruir al niño en su camino”, tanto para los niños del hogar como para los niños de la comunidad de Villa Nueva. También cuentan con una clínica de medicina general, dental y una farmacia que ofrece servicios a un bajo costo, para las comunidades cercanas y el hogar. Cuando un joven o señorita sale de Liga de Vida Nueva, nuestra oración es que él o ella estén preparados para afrontar los diferentes
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retos que se le presentaran en la vida, viviendo de una manera que agrade a Dios y siendo personas que afecten de manera positiva el futuro de nuestra nación, siendo profesionales, padres, esposos, esposas, que formen a futuras generaciones en el amor a Dios. En Liga de Vida Nueva se esfuerzan en sembrar principios y valores en los niños que están en el hogar, dándoles una atmosfera familiar para que ellos sientan que tienen un hogar al que pertenecen.
Se forma Asocrigua En una reunión de misioneros, que trabajaban en diferentes hogares de niños, nació la idea de formar la asociación, cuya misión sería honrar al Señor Jesucristo, hablando con una sola voz para representar proactivamente a los hogares cristianos que brindan abrigo y protección a niños y adolescentes huérfanos, proporcionándoles una red de apoyo y distribución de recursos. Entre los objetivos de Asocrigua están: 1. Organizar talleres para capacitar, entrenar y orientar a las organizaciones afiliadas que se dedican a dar abrigo y protección a los niños necesitados. 2. Una red para la distribución de recursos educativos, médicos, alimenticios, informativos, y de ayuda. 3. Promover valores éticos y morales en las organizaciones. 4. Estimular el incremento en el nivel de calidad de servicios en las organizaciones afines. 5. Cooperar en la profesionalización de los programas administrativos y psicológicos. 6. Promover la cooperación económica de las iglesias, empresas, organizaciones nacionales e internacionales para el apoyo y sostenimiento de los hogares.
Entre los hogares que forman parte de Asocrigua se encuentran: Hogar Agua Viva, Liga de Vida Nueva, Distrito de Alto Rendimiento (DAR), Jesucristo es mi casa, Los gozosos, Cena en mi especial tesoro, Nuestros pequeños hermanos, Oasis Kids Alive, Príncipe de Paz, Casa Bernabé, Vida ilimitada y Amor del Niño.
¿Deseas colaborar tú también? Por una ofrenda mensual, tú puedes ayudar financiando a uno de los niños en los orfanatos. Tu contribución ayudará a cubrir los costos de: * Alimentación y vestuario * Cuidado médico y dental * Una educación Cristo-céntrica * Entrenamiento en habilidades de la vida diaria * Un hogar donde Jesús es el centro Muchos de los niños de los hogares son afectados por su pasado en cuanto a abuso, negligencia, desnutrición, falta de educación, etc… Tu contribución ayudará a sanar esas heridas del pasado y proveer una esperanza para el futuro. “Dios en su santo templo, es padre de los huérfanos y defensor de las viudas. Dios les da un hogar a los desamparados y rescata a los cautivos y les da prosperidad, pero a los rebeldes los hace habitar en el desierto.” Salmo 68:5-6.
Contáctanos Si al leer este artículo sientes en tu corazón el deseo de colaborar con alguno de estos orfanatos, puedes comunicarte al e-mail: asocrigua@gmail.com “El que recibe en mi nombre a un niño como éste, me recibe a mi” Mateo 18:5.
Un Jesús a la medida
Por: Armando Molina
La Palabra de Dios manifiesta, de manera clara, quién es Jesús. Sin embargo, el ser humano se ha ideado otras muchas imágenes de Jesús con el propósito de hacerlo más de su agrado y de quitar aquellos aspectos de Él con los que no se siente a gusto.
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stas falsas ideas son aún más peligrosas cuando niegan a Jesús, no de una forma abierta y evidente, sino de manera escondida y sutil. Aún peor, algunas de estas imágenes de Jesús son proclamadas por personas que dicen hablar en nombre de Él. Ya Jesús había advertido acerca de la venida de falsos profetas y también dijo que éstos engañarían a muchos. Mateo 24:11: “Y se levantarán muchos falsos profetas, y a muchos engañarán.”
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Veamos algunas de estas falsas imágenes:
El hacedor de milagros Bajo esta perspectiva, Jesús no es más que un hombre de espectáculos. Su preocupación es hacer cosas dramáticas, preferiblemente, que puedan servir como gancho para atraer a multitudes. Con ese fin, se organizan reuniones en las que la atracción es invitar a gente para que “venga por su milagro”; se les dice: “éste es su día”. Claro, estos milagros son mercadeados como si fueran un producto. ¡Qué diferente es la forma de actuar de Jesús en los evangelios! Allí nunca vemos a Jesús llamando la atención a los milagros en sí, al contrario, muchas veces le encargaba, a quienes habían sido sanados, no contárselo a nadie, nunca utilizó técnicas de manipulación ni usó los milagros para volverse popular o hacer colectas.
“Si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo.” Rom 10:9
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Los milagros para Él siempre tenían el objetivo de manifestar de manera clara que Él era el Hijo de Dios y que la gente se arrepintiera de sus pecados y creyera en Él.
Cuando se presenta a este Jesús, se le hace ver como alguien que de alguna forma tiene necesidad que yo le dé algo para poder bendecirme, sea esto mis ofrendas, mis oraciones, etc.
El Jesús psicólogo/ consejero
Es cierto que el Señor ha prometido darnos las cosas materiales necesarias, pero eso es solamente para aquellos que han puesto en el primer lugar de su corazón al Reino de Dios y su justicia (Mat 6:33), no para aquellos que simplemente quieren usar al Señor para sus propósitos.
Acá se trata de presentar a Jesús como aquél que es capaz, a través de ciertas técnicas psicológicas, de llevarme a un estado de paz y armonía en todas mis relaciones, evitándome a toda costa cualquier sufrimiento. No sólo eso, Él será la garantía de que conseguiré una pareja o de que alguna relación rota quedará arreglada. Nuevamente el problema en esto es que a menudo estos ofrecimientos dejan por fuera la verdadera raíz de nuestro problema: nuestra separación de Dios causada por el pecado.
El Jesús negociante La función de este Jesús es prosperar mi negocio o fuente de trabajo de tal forma que yo tenga abundancia material. El trabajo de este Jesús es conseguir clientes para mi comercio, obtener para mí jugosos aumentos, etc. El objetivo de todo esto es la prosperidad, Jesús llega a ser tan sólo una herramienta para poder llegar a eso que tanto se anhela.
Estas falsas perspectivas tienen en común que presentan a un Jesús que vino para darnos otras cosas, pero ignora o minimiza la realidad del arrepentimiento y del perdón. Cualquier ministerio, iglesia o persona que pretenda anunciar a Jesús, pero que omite o esconde el llamado al arrepentimiento de su predicación, está quitando la base del evangelio: sin arrepentimiento no hay perdón, sin perdón no hay salvación. Es cierto que Jesús se interesa por nuestra condición y que no hay área de nuestra vida en la que Él no tenga compasión y desee ayudarnos, pero el problema con estas imágenes es que dejan por fuera lo más importante.
En el nuevo testamento hay un título que se usa mucho más frecuentemente que cualquier otro para referirse a Jesús. Es una palabra que de tantas veces que la hemos oído quizás ya ni nos fijamos en ella. El título más frecuente de Jesús es Señor. Este título indica, de la forma más simple pero a la vez profunda, que Él es el dueño, el propietario, el que tiene todo el derecho.
Jesús es el Señor Fil 2:9-11: “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús SE DOBLE TODA RODILLA de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es SEÑOR, para gloria de Dios Padre.” Mira que este título le ha sido dado por Dios. Si Dios se lo ha dado, significa que el asunto ya está decidido: Él es Señor por la eternidad. Nadie puede arrebatarle esa posición. Y también implica que no somos nosotros los que lo hacemos Señor, nosotros podemos reconocerlo como Señor, pero no agregamos nada al señorío que ya le ha sido dado. Cuando nuestros ojos son abiertos y reconocemos a Jesús como Señor, también cambia nuestra postura ante Él. Si antes mirábamos a Jesús como un negociante o un hacedor de milagros, entonces nuestra postura ante Él era la de un cliente, es decir, alguien que paga por un servicio y
que tiene todo el derecho, si no se cumplen sus expectativas, de ir a comprar a otro lado o de presentar una queja. Además el cliente no tiene ningún compromiso con el negocio, puede retirarse cuando lo quiera. Pero si reconocemos a Jesús como Señor, ya no nos vemos como clientes, sino como discípulos y siervos. Llegamos ante Él como necesitados; a pedir, no a exigir.
Reconoce hoy su señorío Aún más, el siervo reconoce el poderío de su Señor. Se ha entregado a Él de por vida. Puede que en otro tiempo haya tenido otros señores, pero ahora ya solamente le obedece a Él.
“Te ofreceré sacrificio de alabanza, E invocaré el nombre de Dios.” (Salmo 116:17)
Isaías 26:13: “Oh SEÑOR, Dios nuestro, otros señores fuera de ti nos han gobernado; pero en ti solo confesamos tu nombre.” Las funciones y privilegios de este Señor no están separadas, como si pudiéramos escoger sólo un aspecto de su obra y dejar otra para después. La idea de que podemos aceptarlo como Salvador y no como Señor es falsa. Jesús es uno solo. El llamado de la Palabra de Dios es a creer en Él como Señor y Salvador. Es creyendo en Él como Señor como podemos recibir la salvación. Rom 10:9: “Que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo.”
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Te bendeciré y serás bendición…
Por: Lorena Farrach
Un testimonio de cómo ser un instrumento de Dios, un canal para llevar su bendición a otros, para Su gloria.
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n 1984 comencé a trabajar junto a mi cuñado en una granja avícola, de la cual eramos socios –comienza contándonos Adolfo Paiz- “y después de 12 años de trabajar juntos, decidimos, en 1996, hacer una nueva empresa, que era la distribuidora comercial de la producción que se realizaba en la granja, de forma que así podríamos especializarnos cada uno en una rama y profesionalizarnos. Entonces alquilamos una bodega en la zona 5” –comenta Adolfo—“para almacenar el producto y, de ahí, poder distribuirlo a supermercados. El comienzo no fue tan difícil, ya que traía el conocimiento de los 12 años trabajados en la granja, además de algunos clientes ya establecidos y, el apoyo de algunos de los empleados que se vinieron conmigo para comenzar la nueva empresa de comercialización.
Al igual que en la granja, desde el comienzo vinieron unas monjitas a solicitarnos ayuda y, como siempre, decidimos bendecir a quienes estuvieran a nuestro alcance con la bendición que Dios nos daba. Así como Dios le dijo a Abraham en Génesis 12:1: “Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Haré de ti una nación grande, te bendeciré, engrandeceré tu nombre y SERAS BENDICION”.
Vimos la provisión de Dios Formas de ayudar hay muchas y el Señor va poniendo nuevas ideas para llevar bendición a otros. Fue así como surgió un nuevo proyecto: Todo empezó porque personalmente me gusta mucho celebrar mis cumpleaños” –agrega—“pero entonces se me ocurrió que, en lugar de que mis invitados me llevaran a mí un regalo, mejor llevaran víveres y así podíamos ayudar a una casa de ancianos. Entonces el proyecto de ayudar ya no era sólo mío, sino que involucraba a mis invitados quienes me comentaron que se sentían parte de un proyecto de ayuda…. Aquí fue donde, por primera vez, experimenté lo lindo de no llevar la ayuda
solo, sino la alegría que les causa a las personas el involucrarse en proyectos de ayuda a los necesitados y sentirse partícipes del mismo”.
que por cada cartón de 30 huevos vendidos se iban a donar 2 huevos para los niños de los orfanatos de ASOCRIGUA.
Otro nuevo proyecto surgió después que asistí a un seminario de liderazgo cristiano en el que pusieron el ejemplo de una empresa que hacía zapatos y que, por cada par de zapatos que vendían, regalaban un par para gente de escasos recursos de Latinoamérica. Y allí el Señor puso en mi corazón el poderlo replicar en Guatemala en el tamaño de la medida en que yo pudiera hacerlo. Entonces compartí la idea con un amigo publicista y juntos trabajamos por 8 meses para desarrollar la idea. La intención de mi corazón era simplemente poder dar de lo recibido de Dios, de lo mucho que Él nos da, y poder involucrar a más personas a que se sintieran parte del proyecto de ayudar a otros y así poder dar a conocer el amor de Dios en una forma práctica.
Para ellos fue una gran sorpresa que alguien por primera vez los llamara para ofrecerles una ayuda tan grande para los niños. Al mismo tiempo, al personal de la empresa le dimos una plática sobre dar y ayudar en la medida que cada uno pudiera, porque siempre hay alguien más necesitado que uno. Lo bonito fue también que la persona que dio la charla donó de su tiempo al saber de lo que se trataba el proyecto. Esto fue de gran bendición dentro de la empresa. Finalmente, el otro proyecto de ayuda consistió en apoyar a un primo con problemas de aprendizaje. El centro donde asistía fué cerrado, así que lo trajimos a trabajar en la empresa con nosotros y todos mis empleados lo han apoyado. Hasta el día de hoy sigue trabajando y se siente muy motivado al devengar un sueldo.
El proyecto de ayudar ya no era sólo mío... Entonces, a mi amigo publicista se le ocurrió hablarles a la Asociación de Orfanatos Cristianos de Guatemala (ASOCRIGUA), ya que él había tenido la oportunidad de ir a ayudar a uno de estos orfanatos con su familia y había sido una experiencia muy linda. Fue así como se les ofreció, con el apoyo de Emisoras Unidas de Guatemala y el Club Rotario Nordeste, que se iba a sacar una campaña publicitaria con el fin de anunciar
Pero en verdad aquí pude experimentar cómo se cumple la cita bíblica que está en Hechos 20:35 que dice: “Más bienaventurado es dar que recibir”, puesto que los más bendecidos somos los que estamos alrededor de él. Lo que he ido aprendiendo a través de estos proyectos es que la gente muchas veces tiene el deseo de ayudar, pero no saben cómo o dónde hacerlo y a través de esta campaña encontraron un medio para poder hacerlo y ser parte del proyecto de dar.
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Da de lo que Dios ya te ha dado... Realmente quisiera ser un instrumento de Dios para que muchos empresarios guatemaltecos sean motivados a dar de lo que Dios les ha dado. La necesidad siempre existe a nuestros alrededores y, por esto, hoy los exhorto para empezar por ahí, y no esperar a querer hacer algo grande para dar el primer paso. La idea es dar en la medida que cada quien pueda. Y además involucrar al personal de la empresa, pues le da un propósito nuevo a los empleados para hacer mejor su trabajo, pues éste repercutirá en ayudar a otras personas. Y si no eres empresario, también te invito a que crees un proyecto en el que puedas ayudar a otros, ahí con tus amigos, tus vecinos y con el objetivo de mostrar el amor de Dios en una forma práctica, como dice la Biblia en Santiago 1:27: “La religión pura y sin mancha delante de Dios el Padre es ésta: ayudar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y no mancharse con la maldad del mundo”.
Es muy importante recordar que sin Cristo, nada somos, y que nosotros somos únicamente instrumentos, vasos de barro en las manos de Dios, canales de distribución para llevar bendición a otros, pero la fuente fue, es y siempre será Dios, quien es el que quiere bendecir a otros y, en su misericordia, quiere usarnos para llevar de su amor y bendición a los que lo necesitan. ¡Qué bendición que, a pesar de que no nos necesita, ya que Él todo lo puede, el Señor quiera usarnos! Por nuestra parte, nos queda entonces presentarle nuestra disposición al Señor y dejarnos usar para sus propósitos, de forma que su voluntad, que es buena, agradable y perfecta, sea realizada en la vida nuestra y de los demás para su gloria.” *Si vives en Guatemala, durante los meses de noviembre y diciembre, Avícolas Unidas pondrá en cada cartón de huevos un mensaje de motivación para bendecir a los huérfanos donando un regalo. Si quisieras ser parte de esta nueva iniciativa y colaborar en este nuevo proyecto, puedes comunicarte al correo electrónico: vivoparaayudar@gmail.com.
“Hijo mío, si haces tuyas mis palabras y atesoras mis mandamientos;... si la buscas como a la plata, como a un tesoro escondido, entonces... hallarás el conocimiento de Dios. ”
(Proverbios 2:1-5)
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El Dios de
promesas
Por: César Castañeda
Hoy en día, cuando vemos la situación mundial y nos vemos rodeados de tanta adversidad, pecaminosidad y falsedad, nos desanimamos y perdemos toda esperanza.
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o vemos que esa situación vaya a cambiar y, cuando vemos para adelante hacia el futuro, aparece, a nivel de nuestra alma, duda y zozobra. Ahí es donde necesitamos una esperanza sobrenatural, que no se rige por las circunstancias, avances o retrocesos que tenga nuestra sociedad, una esperanza que no se basa en uno mismo ni en alguien más, porque la Biblia nos dice que maldito el hombre que confía en el hombre, porque su corazón es perverso y engañoso (ver Jeremías 17:5 y 9). Solamente podemos confiar en un Dios de promesas, en un Dios de pactos, que cumple lo que dice y que no falla porque es fiel y porque, a través de toda la Biblia, podemos ver una y otra vez, que es confiable y que los que confían en Él, no seremos defraudados. La palabra promesa según el diccionario Strong viene de la palabra griega Epangelia y es definida como un anuncio con el sentido especial de promesa, prenda y oferta. Epangelia dice lo que la promesa de Dios es y, entonces, da la seguridad de que la cosa prometida se cumplirá.
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Dios en su tiempo, cumple lo que promete Dios, desde el principio, ha hecho promesas a los hombres y, en su debido tiempo, cumplía lo que decía. A través de la Biblia vemos que el Señor ha hecho promesas a varios personajes y que, a pesar de las circunstancias o pruebas, ellos son nuestros testigos de que Dios es fiel a lo que promete. Así mismo, hoy, Dios nos da sus promesas como hijos de Dios y podemos confiar que será fiel en cumplir, en su momento, a su manera, lo que dice su Palabra, en este siglo o en el venidero. A muchos no les gusta ver a Dios como Padre por la imagen deformada que tienen de su propio padre terrenal, pero resulta que Dios no es como los padres terrenales, más bien los padres terrenales debieran ser como el Padre Celestial, pero esto no es así por causa del pecado. A Abraham Dios le prometió descendencia y, a pesar de sus circunstancias, le creyó a Dios y obtuvo al hijo de la promesa. Hebreos 11:11 nos dice: “Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa”. Qué detalle tan importante nos dan las Escrituras: Abraham conocía a Dios y sabía que Dios era fiel y cumpliría su Palabra, él sabía que era digno de confianza. Además Abraham recibió la promesa a pesar de toda prueba y su fe en Dios se fortaleció.
“Por la fe Abraham, que había recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo único, a pesar de que Dios le había dicho: “Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac.” Consideraba Abraham que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos, y así, en sentido figurado, recobró a Isaac de entre los muertos.” Hebreos 11:17. Es por eso que Melquisedec lo bendice, porque era el portador de las promesas (Ver Hebreos 7:6).
Promesas de Dios Luego, a cada uno de los patriarcas, Isaac y Jacob, Dios les prometió darles la descendencia que le dijo a su padre Abraham y, además, que les daría la tierra de Canaán para que vivieran en ella. Después esas promesas se las confirmó por medio de Moisés a todo el pueblo de Israel. Josué más adelante confirma su cumplimiento: “Así fue como el Señor les entregó a los israelitas todo el territorio que había prometido darles a sus antepasados; y el pueblo de Israel se estableció allí. El Señor les dio descanso en todo el territorio, cumpliendo así la promesa hecha años atrás a sus antepasados. Ninguno de sus enemigos pudo hacer frente a los israelitas, pues el Señor entregó en sus manos a cada uno de los que se les oponían. Y ni una sola de las buenas promesas del Señor a favor de Israel dejó de cumplirse, sino que cada una se cumplió al pie de la letra.” Josué 21:43-45.
Jesús vino con el propósito de rescatar al hombre de la muerte eterna.
Años más tarde, Dios promete a David bendecir a su descendencia y de la cual vendría el Mesías. David lo agradece porque sabe que el Señor es fiel en lo que promete: “Señor mi Dios, tú que le has prometido tanta bondad a tu siervo, ¡tú eres Dios, y tus promesas son fieles! Dígnate entonces a bendecir a la familia de tu siervo, de modo que bajo tu protección exista para siempre, pues tú mismo, Señor omnipotente, lo has prometido. Si tú bendices a la dinastía de tu siervo, quedará bendita para siempre.” 2 Samuel 28-29. “De los descendientes de éste (David), conforme a la promesa, Dios ha provisto a Israel un salvador, que es Jesús.” Hechos 13:23. Y cuando se dio el tiempo, vino Jesús, descendiente de David, con un propósito, el de salvar al hombre de la esclavitud del pecado y rescatarlo de la muerte eterna (redención espiritual). “Pero la Escritura declara que todo el mundo es prisionero del pecado, para que mediante la fe en Jesucristo lo prometido se les conceda a los que creen.” Gálatas 3:22. ¿Cómo lo hizo? En la cruz, viniendo a morir por mi pecado y por tu pecado, esto sin que Él haya cometido ningún pecado. ¿Por qué lo hizo? Por amor, porque no había ninguna otra manera de salvar al hombre, porque su sacrificio fue suficiente, ya que era de alguien que no cometió pecado, y su sangre fue el precio que había que pagar por nuestro rescate y libe rarnos de la esclavitud. ¿Para qué lo hizo? Para que fuéramos libres y para que, al resucitar Él de entre los muertos, tuviéramos vida eterna y pudiéramos tener una nueva vida.
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Recibe a Jesús ¿Cómo lo recibo personalmente? Solamente arrepintiéndote de tu pecado, creyéndolo en tu corazón y confesándolo con tu boca: “Ésta es la palabra de fe que predicamos: que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levanto de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo.” Romanos 10:8-10. Cuando estamos en Cristo, tenemos muchas promesas, además de las que he mencionado: su Espíritu Santo, sanidad, libertad, acceso a su presencia, su sangre para el perdón de los pecados, gracia, favor de Dios, crecer en santidad; en fin, como el apóstol Pablo decía: “Todas las promesas que ha hecho Dios son “sí” en Cristo. Así que por medio de Cristo respondemos “amén” para la gloria de Dios. Dios es el que nos mantiene firmes en Cristo, tanto a nosotros como a ustedes. El nos ungió, nos selló como propiedad suya y puso su Espíritu en nuestro corazón, como garantía de sus promesas.” 2 Corintios 1:20-22. ¡Qué hermosa garantía nos dio Dios para que sepamos que tenemos todas sus promesas: su Espíritu Santo! Jesús lo prometió a sus discípulos y a quienes creyeran en Él: “En él (en Cristo) también ustedes, cuando oyeron el mensaje de la verdad, el evangelio que les trajo salvación, y lo creyeron, fueron marcados con el sello que es el Espíritu Santo prometido.
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Éste garantiza nuestra herencia hasta que llegue la redención final del pueblo adquirido por Dios, para alabanza de su gloria.”
La fuerza del Espiritu Santo Efesios 1:13-14. El Espíritu Santo es nuestro consolador, nos da la gracia para orar, nos hace decirle confiadamente a Dios Abba Padre, nos da poder para testificar, nos revela su Palabra, nos recuerda todo lo que decía Jesús, nos lleva a toda verdad, nos santifica, nos convence de pecado, nos da frutos y dones, y nos da la garantía de que recibiremos la herencia completa que tenemos en Cristo, preparada para los hijos de Dios. El saber que tenemos promesas implica examinarnos y quitar todo aquello que no le agrada a Dios, para no poner obstáculo a su bendición y crecer en santidad. El Señor quiere que cada vez seamos más puros y más consagrados a Él. Solamente su Sangre nos ayuda en este proceso, y todas las cosas de esta vida tienen que pasar por su cruz; es decir, que tenemos que entregar, dejar o morir a todo lo que Dios nos muestre para que la obra que Él está llevando a cabo en nuestras vidas, llegue a su culminación. “Como tenemos estas promesas, queridos hermanos, purifiquémonos de todo lo que contamina al cuerpo y el espíritu, para completar en el temor de Dios la obra de nuestra santificación.” 2 Corintios 7:1. “Así Dios nos ha entregado sus preciosas promesas y magníficas promesas para que ustedes, luego de escapar de la corrupción que hay en el mundo debido a los malos deseos, lleguen a tener parte de la naturaleza divina” 2 Pedro 1:4.
Nuestro Dios quiere que nos mantengamos puros y limpiando nuestras vestiduras en la Sangre del Cordero, para que estemos preparados y listos para cuando Él venga por los suyos y nos lleve a ese lugar que está preparando para pasar con Él toda la eternidad. (Ver Juan 14:1-3).
Descubre las promesas de Dios para ti Tenemos en la Biblia muchas promesas para nosotros, como hijos de Dios, y nuestro Padre desea que las descubramos y atesoremos. Así que hoy tenemos una decisión que tomar: confiar en las cosas de este mundo sin esperanza, que cada vez está más inmoral, corrupto y deteriorado; o confiar en el Dios verdadero y sus promesas. Él permanece estable, siempre firme y confiable, su naturaleza y sus hechos nos lo han demostrado: el Padre es un Dios de promesas y muchos personajes en la Biblia nos lo confirman, ya que ellos confiaron en su Palabra y no quedaron defraudados. “No sean perezosos; más bien, imiten a quienes por su fe y paciencia heredan las promesas” Hebreos 6:12.
Su amor es más que
suficiente
Por: Lourdes de Castañeda
L “Porque donde esté tu tesoro allí estará también tu corazón:” Mateo 6:21.
legué a los pies de Cristo pensando que casi todo andaba bien dentro de mí. Creía que Jesús vendría a ser una parte de mi vida que me hacía falta para tenerlo todo. No sabía que en realidad sin Él no tenía nada. En mi gran orgullo, me sorprendí al escuchar por primera vez esta pregunta: ¿Quién o qué está en el centro de tu vida? Allí me di cuenta que ni siquiera había podido cumplir con el que se conoce como el primer mandamiento: “Amarás a Dios encima de todas las cosas”. Recuerdo que en ese momento sentí la necesidad de poner a Dios en el primer lugar de mi vida, pero no sabía cómo hacerlo. Había vivido 15 años oyendo acerca de Dios y sus mandamientos, pero eso no había hecho que, en mi corazón, Él ocupara el primer lugar. Sin embargo, uno sabe lo que es poner a alguien en el centro: todos tus pensamientos, anhelos, planes y acciones giran alrededor de esa persona (o cosa) importante. Te levantas pensando en eso, comes pensando en eso, duermes pensando en eso, vas en la calle y ves las cosas en torno a eso.
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¿Qué o quien controla tu vida? Todos, sin excepción, tenemos a alguien o algo que controla el timón de nuestra vida, y si no es alguien ajeno a nosotros, entonces somos nosotros mismos quienes tenemos ese control. Crecemos pensando que así tiene que ser, y el mundo mismo enseña que tu vida es sólo tuya y, por tanto, puedes hacer lo que quieras con ella. Pero la Palabra nos confronta en este sentido: “Si alguno viene a mí y no sacrifica el amor a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, y aún a su propia vida, no puede ser mi discípulo.” Lucas 14:26. Cuando reconocemos que en realidad nuestra vida sólo le pertenece a Dios, nuestro creador, y damos el paso de creerle a Él y entregarle ese “timón” de nuestro corazón, ocurre ese nuevo nacimiento. Sólo entonces Dios nos capacita para poder amarle a Él, pues nadie puede amar a Dios por sí mismo si primero no recibe el amor de Dios. “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados”. 1 Juan 4:10.
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Dios es quien nos enamora por medio del Espíritu Santo que nos da entendimiento de estas cosas. Cuando nos damos cuenta que Jesús pagó lo que nos correspondía a nosotros a causa del pecado, cuando vemos que como cordero fue llevado al matadero y, sin decir nada, se entregó a sí mismo y no renegó de llevar esa cruz por tu causa y por la mía, cuando reconocemos que no merecíamos ser rescatados y, sin embargo, Dios se entregó por amor, aún sabiendo que podíamos decidir no aceptar ese sacrificio, sólo entonces reconocemos que su amor lo supera todo, y que yo no tengo nada con que pueda pagarle tanto amor, pues es por gracia y solamente por su gracia que Él decidió darnos el perdón. Si acepto esta verdad con humildad, entonces empiezo a enamorarme de Él y darle el lugar que le corresponde.
Decide consagrarte a Él Pero ése es sólo el comienzo de ese enamoramiento. Dios nos sigue conquistando cada vez más, pues desea que cada día nos apartemos más para Él, nos santifiquemos cada vez más. Pero, en ese proceso, nuestra voluntad juega un papel importante. Debemos decidir cuál respuesta vamos a darle a Dios. Es cierto que no podemos pagar lo que Él hizo con nada, pero sí podemos responder ante su amor, consagrándonos para Él. Y ésta es una decisión que hacemos a diario frente a las cosas del mundo que nos envuelven y nos seducen.
Ante ese amor de Dios, sólo se puede responder de dos formas: Sí o no, con Él o contra Él, bendición o maldición, vida o muerte (ver Deuteronomio 30:15-20).
Y haz lo que Él te guíe hacer Dios desea que nos decidamos por Él, puesto que nos quiere bendecir de muchas maneras, y ha dado todo para que tomemos esa decisión. Él no quiere que nadie se pierda. Sin embargo, muchas veces lo despreciamos a Él por otras cosas más llamativas que nos envuelven y que se nos presentan aún como cosas piadosas. Es el caso, por ejemplo, de nuestros dones puestos al servicio del Señor. Muchas veces, al conocer a Cristo, surge en nuestro corazón la pasión por servirle, y eso es bueno y lo natural de un nuevo hijo de Dios; sin embargo, podemos caer en la trampa del “hacer”: “hago” muchas cosas “para Dios”, pero en realidad no han surgido de la relación que tengo a diario con el Padre, sino de mi emoción, mi activismo o mis “buenas ideas”. Debemos tener cuidado, pues si no buscamos estar en relación con el Señor, donde nos alimentemos y le conozcamos cada vez más, podemos caer en ser como aquellos que no daban buenos frutos, pues sus vidas eran secas, aquellos de quienes Jesús dijo: “Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios e hicimos muchos milagros?” Entonces les diré claramente: “Jamás los conocí. ¡Aléjense de mí hacedores de maldad!”Mateo 7:22.
La vida eterna consiste en que conozcamos al Padre y a su Hijo a quien Él ha enviado (Juan 17:3). A Dios no le interesa tanto todo lo que haces o puedes llegar a hacer, le interesas tú. Él desea conquistar tu corazón hasta el punto que estés completamente dedicado a Él, que no desees nada en esta tierra más que a Él.
El engaño de la autorealización Otro caso puede ser el de la autorrealización. El mundo se ha encargado de hacer creer a todos, creyente y no creyente, que si no nos “realizamos” en lo que hacemos, nunca seremos realmente felices. ¡Qué mentira tan grande y estratégica la de Satanás! La misma con la que engañó a Eva, está engañando a muchos por allí, y el mensaje es el mismo: “Tú eres importante, no deberías desperdiciar tu vida haciendo cosas que no se ven”. “Debes sobresalir en todo lo que hagas”. “No dejes que otros te menosprecien por no tener una carrera, maestrías y un buen sueldo, supérate”. “Tu felicidad depende de lo bien que te sientas contigo mismo”. En otras palabras: “…no es cierto, no morirás, Dios sabe bien que cuando lo hagas se te abrirán los ojos y serás como Dios.” ¿No crees que fue la misma causa de la caída de Satanás? Subiré…me sentaré…gobernaré… YO seré como… Lo que pasa es que no lo decimos abiertamente así: “quiero ser como Dios”, pero constantemente andamos buscando elogios, satisfacciones y tener el control de todo lo que esté a nuestro alcance, pues no hemos reconocido al Señor como lo que es y no hemos escuchado decirle a Él quiénes somos para Él.
El día que descubramos el verdadero valor que tenemos para Dios, que no escatimó ni su propia vida para estar con nosotros, ese día dejaremos de buscar, en otras cosas, la satisfacción que sólo Dios nos puede dar. Cuando entendamos que no somos nada y que lo que somos es por la gracia de nuestro Padre, entonces no tendremos que buscar ninguna realización en lo externo, pues estando en Cristo somos completos. El mundo nos enseña que debemos comprar una identidad, pero Dios es quien nos da la verdadera identidad, nos da el privilegio de ser hijos de Él por lo que somos y no por lo que hacemos. Las obras que hagamos debieran ser el resultado, la respuesta al amor que recibimos diariamente en Jesús. Este es nuestro verdadero llamado. “Porque por gracia hemos sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es regalo de Dios, no por obras para que nadie se jacte. Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.” Efesios 2:8-10.
Sólo Dios debe ocupar el trono de tu corazón Y así, podríamos mencionar tantas otras cosas que nos apartan sutilmente del verdadero amor, y que, en sí, no son malas, pero no han sido diseñadas para ocupar el trono de nuestro corazón. Solamente Dios puede ocuparlo, y por eso Él no puede compartir su lugar con nada ni nadie, pues Él no acepta la idolatría. (Éxodo 20:1-4).
El Señor desea ocupar ese trono, porque conoce nuestra necesidad de Él y sabe bien que sin Él nada podemos hacer. Pero más que eso, nosotros fuimos sacados de Él, y no encontraremos plenitud hasta que volvamos a estar en Él. Él sabe que sólo su amor eterno nos puede dar eso que tanto andamos buscando en las cosas que vemos y sentimos en esta tierra y, por eso, nos anda buscando y atrayendo hacia Él. Dios va trabajando en los corazones de manera que estemos listos para soltarnos de todo aquello de lo cual, al fin y al cabo, no dependemos. Reconocerlo como Señor de nuestra vida, no es solamente decirlo con palabras, es día a día, rendirle a sus pies esos ídolos en los cuales ponemos nuestro apego y confianza y darle ese lugar que le corresponde obedeciendo lo que Él dice a través de su Palabra y su Espíritu.
Y todo esto como respuesta a su amor Cuanto más nos enamoremos de Él, la luz de su amor irá opacando todas las demás luces a nuestro alrededor, de manera que todo irá perdiendo su encanto ante nuestros ojos, y así sólo tendremos ojos para Él, y podamos decir: “…todo aquello que para mí era ganancia, ahora lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por Él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo y encontrarme unido a Él.” Filipenses 3:7-9. …porque su AMOR es más que suficiente para mi!
Adoración
con sentido
Por: Osberto Ruano
Meditando sobre los tiempos de alabanza en nuestras iglesias, puedo ver cómo hay muchos cristianos que alaban a Dios en automático, es decir, aplauden, cantan, por solidaridad, porque los demás lo hacen, y no saben ni qué están cantando; su mente y su corazón están en otra parte. 24
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e allí nace este tema que trata de cómo darle sentido a tu alabanza y, más allá, a tu vida de adoración. Es necesaria una plataforma llamada “RELACIÓN” que sustente todas esas expresiones. Sin ella seríamos como címbalos resonantes (1 Corintios 13), como ese pueblo que le alaba de labios pero sin involucrar el corazón (Mateo 15:8). Dentro de esta plataforma, veamos algunos aspectos:
Búsqueda Al hablar de búsqueda quiero hacer notar que es Dios quien siempre toma la iniciativa. Dios te ha buscado incansablemente, desde que estabas perdido. En Lucas 15:4-5, la Biblia nos cuenta la historia de un pastor que tenía cien ovejas y se le pierde una, de modo que deja las noventa y nueve y va en busca de la perdida, siendo así que cuando la encuentra, hace fiesta. Ahora bien, Dios ha anhelado ser encontrado por ti y abrió el camino por medio de Jesucristo. Hebreos 10:19-20 dice: “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que Él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne”.
Cuando respondes al llamado de Dios recibiendo a su Hijo Jesucristo y creyendo en Él, dice Juan 1:12, que pasas a ser su hijo y entonces se da la primera cita en la cual conoces personalmente al Señor, lo cual ha sido su voluntad desde la eternidad. En 1 Tim 2:4-5 dice: “el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”. Dios te sigue buscando luego de tu primera cita. El Salmo 14:2 dice: “Yhwh miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres para ver si había algún entendido, que buscara a Dios”. Ahora bien, tú estás llamado a buscar a la manera de Dios, pero… ¿cómo busca Dios? En Lucas 15:8 dice: “¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla?”. Debes buscar su presencia y su Palabra, la santidad en tu vida, las cosas de arriba, el reino de Dios con diligencia hasta encontrarlos. Déjame preguntarte algo: ¿Qué es lo que más has buscado en tu vida?, y ¿Qué es a lo que más le has dedicado tiempo? Dime en qué inviertes tu tiempo y te diré qué es lo que ocupa el primer lugar en tu búsqueda.
Conocimiento Luego de esta primera cita, inicia una relación, en la cual vas conociendo a Dios en distintas profundidades y facetas. No es sólo un conocimiento mental sino de experiencias.
El Señor usa en su Palabra varios ejemplos para ilustrar cómo relacionarnos con Él y uno de ellos es la relación entre esposos. Esta es una relación íntima, llena de vivencias y experiencias. Imagina que una pareja se conoce por chat, se comprometen por chat y se casan por chat y nunca se conocen en persona, no tienen experiencias juntos, y su relación no tiene sentido. Aunque suene ridículo, hay algunos que así es su relación con el Señor, de lejos, sin vivencias, sólo con un conocimiento mental, como los fariseos. En mi vida, yo doy testimonio de haber conocido algunas facetas y profundidades de Dios. Primero lo conocí como mi Salvador. Estaba engañado creyendo que estaba bien, cuando en realidad iba rumbo a la muerte eterna, al infierno, sin saberlo, pero Él me mostró el camino para volver a Él, Jesucristo, le recibí y literalmente quitó toda la carga de pecado, de condenación, y trajo una paz a mi vida que no podía entender. Le conocí vivencialmente como mi Salvador. También lo conocí como mi sanador, como mi escudo protector, librándome de la muerte, como mi paz, etc. Cada faceta que conozco de Él es porque he tenido vivencias, y veo cómo su Palabra se hace real en mi vida. En 2 Pedro 3:18: “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A Él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén”. Esto se logra mediante la relación y esto es búsqueda de su presencia y de su Palabra. El conocer aquí es igual a intimidad, como cuando la Biblia dice que Adán conoció a su mujer.
Gratitud Es tu respuesta natural ante el conocimiento vivencial de Dios, es un resultado de tu relación con Dios. Además, es voluntad de Dios que seas agradecido. 1 Tes 5:18 dice: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”, y es una buena forma de entrar a su presencia. Salmo 100: “Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza”. Ahora, quisiera que meditaras en lo siguiente: Si tuvieras sólo aquellas cosas por lo que das gracias a Dios, ¿cuánto tendrías? Esto me lleva al Salmo 103, que dice: “No olvides ninguno de sus beneficios…” Meditar en sus beneficios nos lleva a ser agradecidos.
Alabanza y adoración genuinas Como resultado de tu gratitud, viene tu alabanza y tu adoración genuinas. No es una meta en sí, sino un resultado de tu relación con Dios. La adoración es que todas las áreas de tu vida sean totalmente rendidas al Señor. Y un área es la alabanza; la cual es importante para Dios, ya que es mencionada muchas veces en su Palabra. Te invito a que busques más a Dios, le conozcas y te dejes conocer por Él, y brotará gratitud, alabanza y adoración genuinas y con sentido. ¡¡¡Alabémosle!!!
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En este “Buscaletras” encontrarás los nombres de algunas ciudades, montes o regiones mencionados en la Biblia, los cuales tienen historias importantes que nos enseñan acerca del Reino de Dios!!. A continuación encontrarás una pequeña reseña de lo que representan los lugares, pero luego de leerla, encuéntralos buscando en forma diagonal, vertical u horizontalmente.
1. Lugar donde Jacob tuvo la experiencia 2. Los Israelitas la rodearon siete días y luego, con gritos y estruendos, botaron sus murallas.
3. Capital del Reino del Norte o Israel. 4. Cuidad donde creció Jesús. 5. Tierra donde vivía Abraham antes de ser llamado por Dios para seguirlo a Canaán.
6. Tierra prometida que Dios le dio a Abraham y sus
descendientes, hoy es la actual Israel. 7. Reino que llevó cautivo al pueblo de Judá durante 70 años. 8. Cuidad donde Jesús predicó e hizo milagros. 9. País que tuvo a Israel cautivo durante 400 años, antes de ser liberados por Moisés. 10. Capital de Judá, donde se construyó el Templo de Salomón. 11. Ciudad donde nació Jesús. 12. Isla en donde escribió Juan el libro de Apocalipsis. 13. Nombre del monte en donde Moisés recibió las tablas de la ley. 14. Ciudades destruidas por Dios, como consecuencia de un juicio por el abundante pecado en ese lugar. Octubre-Diciembre 2012
RESPUESTAS: 1. Bet-El 2. Jerico 3. Samaria 4. Nazaret 5. Ur 6. Canaan 7. Babilonia 8. Galilea 9. Egipto 10. Jerusalen 11. Belen 12. Patmos 13. Sinai 14. Sodoma y Gomorra.
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