Año 11 · Nº 54 · Julio-Septiembre 2011
UN RENUEVO ESPIRITUAL
El Espíritu de Engaño
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Sólo Solo Dios transforma
tu dolor en paz 15
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Año 11 · Nº 54 · Julio-Septiembre 2011
Consejero Espiritual Edgar Chávez Consejo Editorial Jorge Chacón Fernando Saravia Editora Lorena Farrach
La Buena Noticia Su presencia fuente de santidad
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Asesor Administrativo Marco Antonio García Redactores Osberto Ruano Armando Molina César Castañeda Lissette de Archila Hilda Maury de Medina
Hoy en el Mundo
Espada de la Palabra Corrección de Texto Lissette de Archila Diseño Gráfico Rony Chiché Impresión CIFGA
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El Espíritu de engaño
Tira lo que te aparta de Dios
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Los Milagros Continúan Sólo Dios transforma tu dolor en paz
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Decisiones Despojarnos de lo malo para vestirnos de Él
Mujeres de Proverbios La vejez
Vida de Alabanza Adorador buscado por el Padre
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Entretenimiento Las siete iglesias del Apocalipsis
26 escribenos@revistaaguaviva.com
El Espíritu de Engaño… entendiendo los tiempos Revista Agua Viva es un Ministerio que nació del corazón de Dios con el fin de anunciar el mensaje de salvación a aquellos que aún no tienen una relación personal con Jesús y llevar un renuevo espiritual a los que ya lo han aceptado como su Señor y Salvador. Con este mismo sentir, en esta edición, el Espíritu Santo nos ha movido a dar a conocer los tiempos que estamos viviendo y a advertir a toda persona que lea estos artículos, de cuidarse de no seguir falsas doctrinas. En este editorial, quisiera citar literalmente una parte del artículo El Espíritu del Engaño, publicado en la página número 9, debido a la importancia del tema. En 1 Tim 4:1-2 la Biblia nos advierte: 1 Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos renegarán de la fe, siguiendo a espíritus engañadores y enseñanzas que vienen de los demonios. 2 Harán caso a gente hipócrita y mentirosa, cuya conciencia está marcada con el hierro de sus malas acciones.
Pero ¿qué podemos hacer los cristianos para defendernos del engaño? Amado lector, esto es serio. Ya no es tiempo de tener una relación tibia o efímera con Dios. Los tiempos peligrosos aumentan, y la Biblia establece que sólo los que estén firmes en su fe podrán ser salvos de la ira venidera. El río de engaño que hoy en día se presenta, es sólo una de las tantas señales que Jesús nos dejó en Mateo 24:1-44 para entender los tiempos.
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Para defendernos del engaño, deben estar presentes dos cosas primordiales en tu vida; primero, la lectura de la Palabra de Dios. “Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz en mi camino” (Salmo 119:105). Leer la Biblia es la parte “teórica” del conocimiento de la voluntad de Dios. En la práctica diaria de la lectura de la Biblia, conocerás el pensamiento de Dios y sus principios, y esto te defenderá contra las mentiras de otras doctrinas que están tan arraigadas hoy en la sociedad. Segundo, una comunión íntima con el Espíritu Santo. Esto es a través de la oración, la alabanza, y la meditación en la Palabra. Esta es la parte “práctica” de tu relación con Dios. Él mora en tu corazón, y te dará el discernimiento para diferenciar lo que es santo y lo que es profano. El Espíritu Santo te alertará cuando algo no está alineado con la voluntad de Dios, y sabrás en lo más profundo de tu ser, cuando una filosofía o doctrina lleva un mensaje de engaño y mentira. En San Juan 16:13 dice: “Cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda verdad.” Estos son tiempos radicales, y solo el que atiende a la voz de Dios podrá discernir el engaño que se levanta contra su iglesia.
Su presencia fuente de santidad
Por: Osberto Ruano
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or varios días medité sobre lo que significa la “presencia de Dios”. Eso me llevó a encontrar la razón para llevar una vida en santidad. Aquel bendito día que Cristo tocó la puerta de mi corazón, le invité a entrar. Creí en mi corazón y confesé con mi boca que Jesucristo es Mi Señor. Entonces se inició una relación maravillosa donde cada día el Señor me sorprende con aventuras emocionantes diseñadas por El mismo para que me goce en El y con El. Me deleito en su presencia cuando veo su poder y gloria actuar en mi vida y en la de otros. Es como un romance que cada día me trae cosas nuevas, nunca se estanca y cada vez quiero conocer más de la persona que amo. Anhelo pasar tiempo junto a Él, para conocer lo que le agrada o le disgusta, y en base a eso poder actuar. Devoro la Palabra de Dios y busco su presencia constantemente. He visto el trabajo del Espíritu Santo en mi vida. Me doy cuenta de que me ha llevado por ese camino de santificación hasta el día de hoy. Estoy consciente de que falta un gran trecho para lograr el carácter de Cristo, pero que ya no soy el mismo de ayer. Reflexionando sobre este camino de santidad que estamos llamados a transitar, el Señor me habla por medio de su Palabra y me emociona contarte lo que me ha dicho.
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“Sino, como aquel que os llamó es Santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir” (1 Pedro 1:15)
Ser santos En primer lugar Dios es santo y por ello nos llama a ser santos como El lo es. En 1 Pedro 1:15 dice: “Sino, como aquel que os llamó es Santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir, porque escrito está: Sed santos, porque yo soy Santo”. Me llama la atención que dice santos en toda nuestra manera de vivir, y no solo en un área de nuestra vida. El no te llama a hacer algo que no puedas hacer con su poder. Y no solo es santo, sino que habita en la santidad, Isaías 57:15 dice: “…Yo habito en la altura y en la santidad…” y en el Salmo 37:28 dice: “Porque El Señor ama la rectitud,…” Y su presencia es morada de rectos. El Salmo 140:13 dice: “…Los rectos morarán en tu presencia.” Me he preguntado qué puedo hacer para mantenerme en santidad en toda mi manera de vivir. Amo a Dios con todo mi corazón y anhelo agradarlo en todo, pero al examinar mi vida y siendo honesto, yo no diría que lo he logrado. Hace un tiempo me preguntaba si habría alguna fórmula, o algo que pudiera hacer para llevar una vida de santidad plena, y me frustraba cada día cuando el Espíritu Santo me mostraba que todavía había pecado en mí.
Confesarnos Fue entonces cuando Dios me reveló que había dejado una provisión en la Sangre de Jesús para que al confesar mis pecados pudieran ser perdonados y volver a un estado de armonía con El (1 Juan 1:9). Cuando Dios te perdona, su perdón es real, y ya no lo recuerda más.
En Hebreos 8:12 dice “… Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades”. Cada vez es una cuenta nueva. Es su sangre la que siempre te da acceso al lugar santísimo (Hebreos 10:19). No son tus obras, por lo tanto, no caigas en la trampa de pensar que si hiciste buenas obras, eso te da derecho a estar en su presencia.
Si no estás consciente de la presencia de Dios, te pueden envolver los afanes del día o las circunstancias que estás viviendo, y reaccionas con pensamientos, emociones, actitudes, acciones, miradas y palabras que no le agradan a Él. Sin embargo, al tener consciencia de su presencia pura y santa, es razón de gran peso para vivir cada vez más en santidad.
Es Su sangre la que nos hace santos; y si pecaste, tampoco eso te impide entrar, sino que debes confesar tus pecados y acudir a su sangre que te perdona, te limpia y te da acceso siempre!!! Pero no se trata de un ciclo de pecar y pedir perdón, sino de caminar cada vez más en santidad para Gloria del Padre y para tu bendición.
Obedecer por amor
Soy formado en su presencia En el salmo 139:7-8 dice: “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú está”. Y el versículo 15 dice “…en oculto fui formado…” Y estas palabras se clavaron en mi corazón y por su gracia, me recuerda en todo momento que Él está presente. Aunque ya tenía ese conocimiento en mi mente, no estaba consciente de lo real que es su presencia en todo tiempo. Si alguien a quien tú amas, admiras y respetas mucho, (tus padres, tu líder espiritual, tu pareja, tu maestro, etc) estuviera contigo durante diferentes situaciones en tu vida, aún sin decirte nada, te aseguro que tus reacciones serían diferentes: no responderías como lo has hecho, no mirarías lo que has visto, no dirías ciertas palabras, no harías ciertos negocios, etc.
La motivación no debe ser la de una persona que al ser fiscalizada, hace las cosas bien, bajo el ojo fiscalizador. Tristemente, en algunos casos es así por miedo al castigo. La motivación correcta es obediencia por amor, y cuando estás consciente de que la persona que amas está a tu lado, tu comportamiento gira en función de agradarle. Como dice el salmo 139, El te acompaña a las profundidades de tus pensamientos, conoce tu caminar, tu reposo, tus palabras aún sin haberlas dicho, conoce tus miradas y las reacciones de tus emociones, las decisiones de tu voluntad, conoce la fe de tu corazón, conoce tus caídas, tu testimonio, te conoce bien, El te hizo y ha estado contigo siempre. En su presencia hay un sin número de bendiciones. Entre otras hay gozo completo (Salmo 16:11), llenura de alegría (Salmo 21:6), protección (Salmo 31:20), tus enemigos huyen (Salmo68:1), tiempos de refrigerio (Hechos 3:19), lugar de seguridad (Salmo 91:4). El anhelo de Dios es bendecirte con su presencia cada instante de tu vida, !no te resistas!
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El Espíritu de Engaño
Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos renegarán de la fe, siguiendo a espíritus engañadores y enseñanzas que vienen de los demonios. Harán caso a gente hipócrita y mentirosa, cuya conciencia está marcada con el hierro de sus malas acciones. (1 Timoteo 4:1,2)
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Por: Lissette de Archila
no de los problemas más grandes que enfrentamos hoy como sociedad es la inmensa variedad de religiones y creencias que existen. Seguir prácticas ocultas ya no es algo de lo que las personas se avergüencen. La práctica de ritos espirituales paganos es totalmente aceptada por la sociedad, y en muchos casos, admirada.
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El espíritu de engaño es como una corriente de falsas doctrinas provenientes de la sabiduría corrupta que Satanás ha implementado en el mundo, y que ha tomado posesión de la educación, el entretenimiento, las artes, los medios de comunicación, etc. Tiene como fin confundir a la humanidad para impedir que crean en Jesucristo como su salvador.
Falsas creencias Podemos ver a nuestro alrededor vestigios de otras filosofías que confunden al que no está bien cimentado en la fe cristiana. Es más, cualquier canal de televisión mostrará ritos paganos con mucha mayor frecuencia de lo que muestra los valores cristianos. Poco a poco se están aceptando dentro de nuestra cultura creencias que difieren radicalmente de los principios de la Biblia. Vi no hace mucho un programa de sacerdotes mayas haciendo un rito para traer paz a la tierra; vi luego una entrevista con una espiritista que decía recibir revelación de los ángeles. En los comerciales es ampliamente anunciada la ayuda de psíquicos que prometen resolver los problemas. En los periódicos se anuncian los servicios espiritistas, el tarot, etc. En una radio se anunciaba que la verdadera religión es el islamismo. Las películas y programas de televisión más populares son con personajes principales que practican hechicería. Y así, podemos citar cientos de ejemplos que demuestran que nuestra sociedad, y en realidad el mundo entero, entró en una confusión tremenda en cuanto a la verdad.
Esto es algo preocupante. Estamos en un tiempo de total caos y confusión, y mantenernos enfocados en Cristo puede ser difícil si no se siguen los lineamientos que Cristo nos enseña.
Para defendernos del engaño deben estar presentes dos cosas primordiales en tu vida; primero, la lectura de la Palabra de Dios. “Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz en mi camino” (Salmo 119:105)
El diablo ha disfrazado la verdad de una manera tan sutil, que es difícil discernir lo que proviene de Dios o lo que no, porque su método es el de tomar algo verdadero y torcerlo un poquito, de manera que no sea fácil descubrir dónde está la imitación.
Es la parte “teórica”, por así decirlo, del conocimiento de la voluntad de Dios. En la práctica diaria de la lectura de la Biblia, conocerás el pensamiento de Dios y sus principios, y esto te defenderá contra las mentiras de otras doctrinas que están tan arraigadas hoy en la sociedad.
Esto no es nada nuevo para el estudiante de la palabra de Dios, pues el engaño, los falsos maestros y falsos profetas fueron anunciados desde hace dos mil años por las Escrituras. Observa lo que nos dice: 2 Pedro 2:1 Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.
Segundo, una comunión íntima con el Espíritu Santo. Esto es a través de la oración, la alabanza, y la meditación en la Palabra. Esta es la parte “práctica” de tu relación con Dios. Él mora en tu corazón, y te dará el discernimiento para diferenciar lo que es santo y lo que es profano. El Espíritu Santo te alertará cuando algo no está alineado con la voluntad de Dios, y sabrás en lo más profundo de tu ser cuando una filosofía o doctrina lleva un mensaje de engaño y mentira.
¿Qué podemos hacer los cristianos para defendernos del engaño? Amado lector, esto es serio. Ya no es tiempo de tener una relación tibia o efímera con Dios. Los tiempos peligrosos aumentan, y la Biblia establece que sólo los que estén firmes en su fe podrán ser salvos de la ira venidera. El río de engaño que hay hoy en día es sólo uno de los tantas señales que Jesús nos dejó en Mateo 24:1-44 para entender los tiempos.
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Por lo tanto, la mejor manera de preservarnos de falsas doctrinas es vivir una vida apartada para Dios. Esto significa que tu corazón debe desear las cosas de Dios, y no las del mundo. Significa también que estarás buscando una intimidad con Jesús, y le buscarás en oración todos los días de tu vida. El salmo 36:9 dice: “Porque contigo está el manantial de la vida; En tu luz veremos la luz.”. Jesús es la luz del mundo, así que lo que este salmo nos dice es que al buscar a Jesús, encontraremos la luz que nos llevará a la verdad.
Discernir si viene de Dios Y por último, la Biblia nos da una buena estrategia para discernir si algo viene de Dios o no; lo que escuchas debe ser centrado en Cristo y determinar a Jesús y a su obra en la cruz como el único medio la salvación y la vida eterna. SI LA DOCTRINA QUE ESCUCHAS NO DECLARA QUE JESÚS MURIO EN LA CRUZ PARA EL PAGO DE NUESTROS PECADOS Y QUE EL ES EL UNICO CAMINO AL PADRE, estás escuchando una falsa doctrina, la cual procede del espíritu del anticristo. HUYE DE ELLA!!!
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1 Juan 4:1-6
Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. 2 En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; 3 y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo. 4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo. 5 Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye. 6 Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error. Así que ¡ora todos los días! Lee la Biblia, ve a estudios bíblicos para que maestros de Dios te guíen a la verdad; si no vas a la iglesia, ¡empieza este fin de semana! Estos son tiempos radicales, y solo el que atiende a la voz de Dios podrá discernir el engaño que se levanta contra su iglesia.
“Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.”
(2 Corintios 4:16)
Tira lo que te aparta de Dios
Por: Armando Molina
El corazón del ser humano tiene la capacidad de formar un ídolo de casi cualquier cosa creada.
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stos ídolos se levantan en nuestro corazón como sustitutos de Dios y no solamente traen pecado y muerte a nuestra vida sino que son una ofensa a la grandeza de Dios. En este artículo veremos como Dios, por medio del profeta Isaías, le habló al pueblo de Israel para mostrarle en dónde estaban sus ídolos y también los frutos de confiar en ellos. En nuestra época ya no nos postramos ante ídolos hechos de oro y plata, pero desde el punto de vista de nuestro corazón los ídolos de hoy siguen siendo tan presentes y poderosos como los de hace miles de años.
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La historia en el capítulo 30 de Isaías es una historia de urgencia nacional: la pequeña nación de Israel está siendo amenazada por el imperio más poderoso de la tierra en esa época: Asiria. No había ninguna esperanza de resistir ante tal poder. Los líderes y el pueblo de Israel en su desesperación buscan una solución para no ser destruidos. Dios está con ellos y desea ser fiel a su pacto, Él está presto a escuchar su clamor y a perdonarles su pecado. Sin embargo, en lugar de volverse a Dios y buscar refugio en él, ignoran al Señor y buscan alguna seguridad más tangible, algo o alguien más visible en lo que sea más fácil poner su confianza, así que terminan haciendo un pacto con Egipto.
¿En quién pones tu confianza? Pero esto es lo que Dios les dice por medio del profeta Isaías: Isaías 30:1-2: “… Añadiendo pecado a pecado! Se apartan para descender a Egipto pero no me han consultado. Quieren fortalecerse con la fuerza del faraón, y ponen su esperanza en el amparo de Egipto”. Si bien se llamaban a sí mismos el Pueblo de Dios, aquí los vemos ante una situación de extrema necesidad ignorando al Señor y sus mandamientos. Quizás al preguntarles si confiaban en Dios, ellos no lo hubieran negado, pero a la hora de la verdad sencillamente no consultaron al Señor ni lo consideraron relevante en su situación. Prefirieron poner su confianza en el rey de Egipto antes que en el Rey de toda la tierra.
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No es malo buscar protección y ayuda ante la necesidad. Por ejemplo, si estamos desempleados, es necesario buscar trabajo, si hay una enfermedad, es necesario ir al médico. El problema aquí era que el pueblo estaba recurriendo a una ayuda que Dios desaprobaba. Por ejemplo, si en mi búsqueda de trabajo recurro a llenar de mentiras mi Curriculum o si por querer ser sano de una enfermedad voy con un espiritista o curandero, estaré haciendo algo fuera de la voluntad de Dios. Isaías 30:3 “Pero la fuerza del faraón se os cambiará en vergüenza y la protección a la sombra de Egipto, en confusión.”
Falsos ídolos Esos ídolos que buscamos son falsas esperanzas que no pueden proteger. El fruto de confiar en ellos es la vergüenza. Dan un sentimiento falso de protección que por un momento puede parecer que nos conforta pero su final es decepción y vergüenza. En nuestras vida, esto se compara con el numero de lotería que compramos con tanta anticipación, el arma que llevamos y sin la cual no dejamos la casa, los títulos universitarios que pienso que me hacen superior al resto, las cuentas de banco para las cuales hago lo que sea con tal que aumenten, los contactos que tengo en altas posiciones. Todos estos son ídolos que ofrecen protección pero que fallan al momento de la verdad. Isa 30:6 “Llevan sobre lomos de asnos sus riquezas y sus tesoros sobre jorobas de camellos. Las llevan a un pueblo que no les será de provecho alguno.”
Por si esto fuera poco, estos ídolos no solo nos engañan prometiéndonos una salvación que no llegará, también exigen un pago por sus falsos servicios. En este versículo vemos como los tesoros de la nación de Israel son puestos en una caravana de burros y camellos y toda esa riqueza es transportada a Egipto en pago por el pacto que se ha hecho con ella. Confiar en un ídolo no es gratis, ese ídolo requiere un sacrificio costoso. El pueblo de Israel envía sus tesoros como pago por una seguridad que Egipto no puede dar. Lo mismo nos pasa a nosotros, ¿cuánto te ha costado tu vicio? Las riquezas de tu vida se han ido como tributo a un dios que no salva, has entregado tu familia, tu tiempo, tu trabajo, tu dinero. Todo eso ha sido ofrecido pensando que el alcohol, el juego, el sexo iban a traer reposo y seguridad a tu vida… y lo único que vas a encontrar al final es decepción y sufrimiento. ¡Que diferencia con el Señor! Mientras que estos falsos dioses nos requieren un pago, nuestro Señor ha hecho el pago por nosotros. El sacrificio perfecto de su hijo es el pago por nuestra salvación, aquello que nosotros nunca podríamos haber logrado, Él nos lo da como un don gratuito si creemos en el nombre de su Hijo Jesús.
Isaías 30:15 “Porque así dijo Jehová, el Señor, el Santo de Israel: «En la conversión y en el reposo seréis salvos; en la quietud y en confianza estará vuestra fortaleza». Ahora Dios te invita a que reposes en él. Abre tus ojos y mira que la verdadera salvación viene de Él. Jesús dijo: “Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga». (Mateo 11:29-30) Isaías 30:18: “Sin embargo, Jehová esperará para tener piedad de vosotros. A pesar de todo, será exaltado y tendrá de vosotros misericordia, porque Jehová es Dios justo. ¡Bienaventurados todos los que confían en él!”
Dios es el único protector El Señor en su paciencia no nos abandona. Su misericordia es preciosa y es la esperanza de nuestro corazón. El ha visto toda tu situación, ha visto como has entregado tu vida y tus tesoros a eso que al final solo te maltrató y te ha hecho sufrir, aun así, Dios está esperando con paciencia que te vuelvas a Él y así mostrarte su misericordia. En total contraste con los que ponen su confianza en los ídolos, la Palabra de Dios es enfática: “Dichosos todos los que confían en Él”. Dios es un verdadero protector de los suyos, su poder y su fidelidad son la garantía de sus promesas.
Isaías 30:22 Tendrás por impura la plata que recubre tus esculturas, y el oro que reviste tus imágenes fundidas. Los apartarás como a un trapo asqueroso y les dirás: «¡Salid de aquí!». La verdad de Dios expone la debilidad de los ídolos, cuando eso pasa, aquello que antes nos ataba lo llegamos a despreciar. Cuando esos ídolos son comparados con la gloria de Dios, el ser humano los mira como lo que son: basura. No importa si están hechos de plata u oro, en ese punto los tiramos por los suelos. Cuando ese ídolo que antes era nuestro tesoro y sin el cual nos habíamos engañado que no podíamos vivir, ahora lo consideramos una suciedad, entonces significa que la misericordia de Dios se está manifestando en nosotros. Esto no es algo que podamos lograr por nuestra propia fuerza, sino que es obra de la gracia de Dios. Que esa gracia nos llene de vida, lluvia y cosecha abundante.
“Exhorto, pues, ante todo que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y sosegada con toda piedad y dignidad”.
(1Timoteo 2:1-2)
Sólo Dios transforma
tu dolor en paz
La finalidad principal de un padre es enseñar a sus hijos a tener una relación personal con Dios.
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Por: Lorena Farrach
uan Carlos y Regina Asturias se casaron en 1990. Un año después nació su primer hijo, a quien lo nombraron Juan Carlos como su papá. En 1995 nació su segundo hijo, Andrés. En ese tiempo Regina había sentido la necesidad de tener una relación con Dios, así que tomó la decisión de asistir a un retiro. “Sentí que no podía seguir mi vida sin la cercanía de Dios”, fueron las palabras de Regina, así que, al regresar del retiro le pedió a Juan Carlos que asistiera con ella a la iglesia, pero él se resistió, por lo que Regina decidió ir sola, con tal de congregarse.
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Un día le pidió favor a Juan Carlos que fuera a recogerla a un evento especial en su iglesia, pero cuando llegó por ella, Juan Carlos entró a la reunión y esa noche el Espíritu Santo tocó su corazón por primera vez . “Esa noche sentí que el Señor me dijo lo que dice en Isaías 29:13: Este pueblo me sirve de palabra y me honra con la boca, pero su corazón esta lejos de mí,” y a partir de ese día comenzaron a congregarse juntos. Durante los siguientes 4 años dejaron dócilmente que Dios los moldeara y que trabajara su relación matrimonial; lo que significó fuertes cambios, entre ellos, un nuevo trabajo para Juan Carlos. Esto los ayudó mucho más a unirse como pareja, lo cual sería indispensable para lo que tendrían que enfrentar después… En este entonces su hijo menor Andrés comenzó a enfermarse durante mucho tiempo con temperaturas muy altas, pero el pediatra creía en un principio que era viral. Después de cuatro meses de no ver mejoría, el doctor decidió hacer un frote periférico de leucemia. El examen dio negativo como resultado, pero a los 4 días los síntomas empeoraron, y hubo que hospitalizarlo. Allí le hicieron un punzón de médula para investigar qué aquejaba al niño, y desafortunadamente, esta vez el resultado fue positivo, tenía leucemia. Como no tenía defensas, el estado de salud de Andrés se complicó con neumonía, así que lo trasladaron al intensivo, donde estuvo entubado durante el resto de la semana.
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“Para este entonces”, comenta Regina, “nuestro dolor era tan grande que a duras penas podíamos permanecer parados. Teníamos un eterno clamor, “¡Jesús, ten compasión de mí!”, pues con tanta angustia no podíamos ni siquiera orar y muchos menos ayunar.”
Cuatro meses después, Regina quedó nuevamente embarazada, y nació Marcelita. Ella vino a ser un refresco, un nuevo gozo, un deseo de volver a empezar. “El amor de Marcelita es una bendición para nuestras vidas, es una niña muy amorosa, obediente y muy especial.” Comentaron ambos.
“Entregué a mí hijo”
Siguen las pruebas
“Entonces fuimos a la capilla del sanatorio”, comenta Juan Carlos. “Hincados ante la presencia de Dios sentíamos una angustia terrible. No es cierto que cuando estás con Dios ya no sufres, pues en esos momentos de prueba sentía como un puñal que me atravesaba el corazón del desprendimiento y entrega de mi hijo al Señor. En ese momento tuve una visión en la que el Señor me mostró que Andrés iba ya caminando de la mano de Jesús y que yo lo tenía que dejar ir...” Al poco tiempo, Andrés murió.
Pero la prueba no terminó allí. En el año 2003 Juan Carlitos ya tenía 12 años. Era un niño muy sensible a Dios. Cuando se juntaba a jugar con sus primos les decía que en su casa habían verdes prados, y que era la casa que Jesús estaba preparando para él en el cielo.
“Cada quien vivió el duelo diferente”, comenta Regina. “Yo tuve mucho apoyo de los hermanos de mi congregación y recibí ministración al alma, en donde pude abrir mi corazón y comenzar a alabar a Dios. Así comencé a sanar el dolor”.
“El Señor nos consoló” “Yo en cambio”, agrega Juan Carlos, “Me encerré en mi interior y solo quería que el dolor terminara. Pero entré en pleito con Dios y no podía terminar de entregarle a mi hijo. Mi semblante era demacrado y anímicamente estaba muy mal. Pero la misericordia de Dios me llevó a no alejarme de mi congregación y las llamadas de mis hermanos nunca faltaron”. El es el Dios de toda consolación, como dice en 2 de Corintios, y El nos consoló.
Una tarde Juan Carlitos estaba en su casa almorzando, y se le cayó algo debajo de la mesa. Se agachó a recogerlo, pero cuando se levantó se dio un fuerte golpe en la cabeza lo que le provocó un derrame interno. Esto no fue notorio al principio, porque siguió caminando e incluso fue a la casa de la vecindad (donde sus abuelos) a pedir una pastilla para el dolor de cabeza. Al llegar a su casa se recostó a dormir un rato, pero no se levantó más. Esa tarde, Juan Carlitos murió.... Regina estaba sola en la casa porque Juan Carlos había salido en un viaje de negocios, así que llevó a su hijo al hospital tan rápido como pudo, pero ya estaba muerto. “Siento que fue peor que el caso de Andrés porque no entendía cómo, estando Juan Carlitos tan sano, ¿podía ahora estar muerto?
Pero Dios me guió a leer el Salmo 139, donde dice que Dios tiene contados todos los días de nuestra vida. Entonces entendí que nuestro hijo era del Señor, pues desde pequeño había recibido a Cristo como Señor y Salvador”. Juan Carlos nos narra, “Me llamaron a Costa Rica para contarme que había sucedido un accidente y que tenía que regresar. No pude dormir toda la noche y clamé al Señor por su ayuda. A mi llegada al aeropuerto me estaban esperando mis padres y mi pastor para darme la noticia. No podía creer lo que me decían, ¿cómo era posible que esto estuviera sucediendo? Me llevaron a la funeraria pero no sabía qué hacer o decir, pues estaba en estado de shock. Mis amigos trataron de que yo expresara algo pero no me salía ni una palabra. Entonces un hermano me dijo algo de parte de Dios: “Con la muerte de tu segundo hijo Dios podrá traer verdadera sanidad a tu vida”. Así que dije, “ Señor es tu hijo antes que ser mío” , y acepté la voluntad de Dios. “Reconocí que El es Dios soberano. Entonces comenzó mi verdadera sanidad como un proceso en el que pude entregar la muerte de mis 2 hijos. Ya no entré en pleito con Dios por lo que yo quería, sino entendí que ellos ya están gozando de vida eterna”.
Libertad Interior Hoy, 7 años después, nuestros corazones han sanado. Deseamos compartir algunas cosas que el Señor nos enseñó para llegar a esta libertad interior.
1.
La finalidad principal de un padre es enseñar a sus hijos a tener una relación personal con Dios. Juan Carlos nos dice, “Mi propósito como padre fue cumplida. El tiempo era perfecto para Dios aunque tal vez para nosotros como humanos no”.
4. No dejar de congregarse.
“Menos mal que les hablamos del Señor,” agrega Regina, “y no me enfoqué únicamente en llevarlos a sus clases de natación, karate o piñatas, porque presentarles a Jesús es lo verdaderamente importante. Yo pensaba que tenía toda mi vida para hablarles del Evangelio, pero aproveché los años que los tuve.”
5.
Cuando tengas un dolor no corras de Dios sino corre hacia Dios. Tú mismo debes disponer tus pies para asistir a recibir la palabra de Dios, pues nadie te va a cargar o a obligar a que vaya. Es decir, tomar tú mismo la decisión de congregarte. Tomar la decisión de salir de ese grandísimo dolor. No perder el tiempo en reclamarle al Señor por lo sucedido, porque en este mundo hay dolor y no somos inmunes solo por ser cristianos.” Pero ANIMO, YO he vencido al mundo”, como dice en Juan 16:33, “Para que en mí tengas paz.” Sufrimos, pero ahora la paz de Dios gobierna nuestras vidas.
Cambia tu manera de pensar
2.
“Como pareja”, dice Juan Carlos, “nunca nos hemos echado la culpa el uno al otro. Por el contrario, hemos fortalecido cada uno nuestra relación en el Señor. Algo básico que Dios nos enseñó es no poner nuestra mirada en el cónyuge como centro de nuestra vida, sino en Dios. Mientras así lo hagamos nos sana a cada uno como personas individuales”.
3. En la medida en que aceptamos
la soberanía de Dios y nos humillamos ante El, comenzaremos a sanar y ser restaurados. Con el entendimiento de que la voluntad de Dios está por encima de la nuestra, se rompe la espiral de destrucción de nuestra alma. Se empieza con la aceptación de que ha muerto nuestro ser querido. Si nos negamos a reconocer nuestra situación y a aceptarla como parte de la soberanía de Dios, destruiremos nuestra vida. Regina comenta, “Cuando el dolor era muy grande clamábamos a Dios y El venía a consolarnos”.
6.
Como dice en Romanos 12:12, Cambia tu manera de pensar de acuerdo a la voluntad de Dios. Juan Carlos nos comparte, “Al principio, yo no cambié mi manera de pensar, y eso me estaba destruyendo”. Juan 10:10 dice “El ladrón viene a matar, robar y destruir pero yo he venido para que tengas vida y la tengas en abundancia”. “Cómo tú enfrentes el ataque o el dolor, demostrará si tu vida está rendida al gobierno de Dios o no”, agrega Juan Carlos. “Aunque me hacen falta mis hijos, vivo tranquilo porque mi confianza está puesta en Dios y la vida abundante de justicia, paz y gozo en el Espíritu está en nuestro interior. Esto nos permite compartir contigo este testimonio y decirte que si estás pasando alguna situación difícil en tu vida, Dios también puede transformar tu dolor en paz.”
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Despojarnos
de lo malo para vestirnos de Él
Por: César Castañeda
“Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras para que nadie se jacte” (Efesios 2:8-9) 18
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l día que recibimos el gran amor de Dios que impactó nuestras vidas, sucedió algo milagroso y sobrenatural. En un instante hubo un cambio que marcó significativamente nuestra forma de vivir y no volvimos a ser los mismos. Ese día le entregamos a Dios nuestros fracasos e incapacidades, así como nuestra muerte, porque andábamos en tinieblas. Jesús nos dio su vida, nos resucitó y su gracia salvadora comenzó a operar en nosotros. Recibimos de Él su Santo Espíritu y comenzamos a vivir de una manera diferente. Ese amor inicial era como un fuego que nos hacía testificar y evangelizar a otros. Teníamos tiempos de dulce comunión con Dios y queríamos más de su presencia. Su gracia salvadora nos daba la fuerza y el poder para seguir adelante en cualquier situación que atravesásemos. Teníamos el deseo de cambiar lo que no estaba bien en nosotros y de declarar a todos los demás lo bueno que es Dios.
Al pasar el tiempo, llegan las pruebas, las dificultades, y los ataques del enemigo. Empezamos a experimentar fracasos y sentimos que la vida se torna más complicada. Es más difícil orar, testificar y cambiar nuestra naturaleza. Es entonces cuando sentimos el calor de la jornada. Hay algunos que al sentir esto flaquean, otros caen en la tentación y otros abandonan el camino cristiano. Pero algunos siguen adelante, continúan caminando en obediencia a Dios porque de una manera sobrenatural pueden orar a pesar de las dificultades y las pruebas. Transforman su vieja naturaleza a pesar de que el mundo los quiere amoldar a su estilo, y a pesar de que han caído, por la gracia de Dios se han levantado y han perseverado en la senda de Dios y en Su obra. (Leer 2 Corintios 9:8)
La gracia santificadora Es en esta etapa en donde necesitamos la gracia santificadora de Dios para remover todo lo malo que hay en nuestra vida, para que Él haga los cambios de carácter que se requieren y crezcamos a la estatura del varón perfecto: Jesucristo. El Señor quiere darnos la gracia que nos hace madurar, avanzar y santificarnos, pero como al principio, es por decisión propia. Es tu decisión permitirle a Él accionarla en tu vida, no es con tus fuerzas, sino con Su poder y gracia. Él lo desea y lo anhela pero eres tú quien lo deja actuar. “Como tenemos estas promesas, queridos hermanos, purifiquémonos de todo lo que contamina el cuerpo y el espíritu, para completar en el temor de Dios la obra de nuestra santificación.” 2 Corintios 7:1
La Biblia nos amonesta a dejar algunas cosas que afectan nuestro crecimiento y tomar de Dios lo que tiene para avanzar en nuestra santificación.
A. Quitarnos el ropaje de la vieja naturaleza y ponernos el ropaje de la nueva naturaleza. “Con respecto a la vida que antes llevaban, se les enseñó que debían quitarse el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos; ser renovados en la actitud de su mente; y ponerse el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad.” (Efesios 4:22-24). En lo que respecta a nuestra vida antes de conocer al Señor Jesús, debemos tomar la decisión de quitar todas aquellas cosas que están corrompidas por ambiciones engañosas: deseos en base al egoísmo, o que el mundo ha impuesto como “necesidad”, o deseos en base a nuestro estado de ánimo o a los estándares de nuestra mente, etc. ¿Cuál es el antídoto? Renovarnos en la actitud de la mente, que se logra a través de leer la Palabra de Dios (ver Romanos 12:2) para que cambie nuestra manera de pensar y pensemos como Él piensa para enfocarnos en lo que Dios quiere en nuestras vidas. Ponernos el ropaje de la nueva naturaleza implica que dejemos que Cristo que vive en nosotros actúe por medio de Su Espíritu Santo en nuestras vidas y vivamos ese estilo de vida que propone el Señor en la Biblia (en verdadera justicia y santidad).
B. Despojarnos de todo pecado que estorba nuestro caminar cristiano “Por lo tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante.” (Hebreos 12:1). Las palabras del escritor de Hebreos nos amonestan a despojarnos de ese lastre que nos estorba, que es el pecado. Examinémonos, y quitemos de nuestra vida todo aquello que sabemos que no le agrada a Dios (toda rebeldía o desobediencia a Él). El pecado nos asedia, nos persigue, nos insiste una y otra vez, a tal extremo que a veces queremos darnos por vencidos, pero debemos mantenernos firmes y decir que no a lo que no conviene. Pero si alguna vez caemos, tenemos provista una fuente inagotable de perdón, que es la Sangre de Jesús que nos limpia de todo pecado. Luego debemos levantarnos y seguir con paciencia y perseverancia la carrera que tenemos por delante. Recordemos que no es una carrera de velocidad sino de resistencia, así que lo más importante es mantenerse en la carrera y llegar a la meta.
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C. Despojarnos de nuestra maldad para recibir la palabra de Dios y dar fruto. Veamos Santiago 1:21 “Por esto, despójense de toda inmundicia y de la maldad que tanto abunda, para que puedan recibir con humildad la palabra sembrada en ustedes, la cual tiene poder para salvarles la vida.” A veces al escuchar la palabra “maldad”, sólo pensamos en la corrupción del mundo, la sociedad o de las instituciones. Pero veámonos de cerca para entender qué es lo que nos corresponde a nosotros personalmente cambiar y en quiénes tengo influencia. Se nos indica en este pasaje para qué tenemos que despojarnos de toda esta inmundicia y maldad de nuestro ser: Para que esté limpio el terreno, recibamos la poderosa Palabra de Dios en nuestro corazón y se transforme nuestra vida por medio del Espíritu Santo (al producir su fruto en nosotros).
D. Prepararnos para Su segunda venida: “La noche ya está muy avanzada y ya se acerca el día. Por eso dejemos a un lado las obras de la oscuridad y pongámonos la armadura de la luz, vivamos decentemente, como a la luz del día, no en orgías y borracheras, ni en inmoralidad sexual y libertinaje, ni en disensiones y envidias. Más bien, revístanse ustedes del Señor Jesucristo, y no se ocupen por satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa.”
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(Romanos 13:12-14). Aquí, el apóstol Pablo nos advierte que la noche está muy avanzada. Ya se acerca el final, y ahora que vivimos en los últimos tiempos, esta advertencia es mayor porque vemos con más claridad que ya se están cumpliendo todas las señales que Jesús anunció que abrían antes de su segunda venida. Vemos que nos tenemos que preparar para recibir a Jesús. Luego nos dice cómo: dejar a un lado las obras de oscuridad. Revisemos este pasaje y preguntémonos cómo estamos usando nuestra libertad ¿Qué hay de oscuridad en nosotros? Arrepintámonos y dejemos de buscar satisfacer los deseos de la carne. Esto significa no proveernos de los deseos de la carne, lo cual es como querer abastecernos, buscar llenarnos de lo malo. Por el contrario, debemos ponernos la armadura de la luz, revestirnos del Señor Jesús y vivir para agradarle a Él.
E. Ponernos toda la armadura de Dios. Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo.”… “Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza.” (Efesios 6:11,13). Después de despojarnos de la naturaleza de nuestra carne, debemos tomar toda la armadura de Dios, no solamente unas cuantas armas, sino la armadura completa con dos propósitos (ver Efesios 6:1417). Primero, para que podamos hacerle frente a las artimañas del diablo, teniendo en claro que artimañas son las estrategias del enemigo para hacernos caer en pecado.
Se manifiestan con mentiras y engaño para que desconfiemos de Dios y de su Palabra y le desobedezcamos. Segundo, para que cuando llegue el día malo podamos resistir con firmeza hasta que termine la prueba. Resistir implica: oposición valiente y vigorosa, mantenerse en su posición y hacer frente a las fuerzas del mal. Esto sólo lo podemos lograr con la armadura de Dios y el poder de su Santo Espíritu, conscientes que estamos en batalla y que tenemos que buscar de Dios para tomar fuerzas y estrategias para vencer.
F. Vestirnos del ropaje de Dios. “Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia”… “Por encima de todo vístanse de amor, que es el vínculo perfecto.” (Colosenses 3:12,14). Por último, el Apóstol Pablo nos da un listado de características con las que debemos ser revestidos. Éstos son frutos del Espíritu Santo, así que nos tenemos que llenar del Espíritu Santo y vestirnos de ellas , una y otra vez para dejar que el poder de Dios actúe en nosotros. Estas características son un signo de contradicción en medio de un mundo que insta todo lo contrario, y que sólo fluirán en nosotros a medida que tengamos relación con el Señor en oración y dejemos que Su carácter se forme en nosotros cada día. Oremos y pidámosle al Padre que nos llene de esa gracia santificadora para que obre cada día en nosotros, nos transforme en carácter y lleguemos a la estatura del varón perfecto: Jesucristo.
La vejez
E “La gloria de los jóvenes es su fuerza y la hermosura de los ancianos es su vejez”. (Proverbios 20:29)
Por: Hilda Maury de Medina
staba yo de visita en Tigre, un pueblito pequeño de Atlanta, Estados Unidos, invitada por una pareja amiga. En la habitación que me asignaron había varios álbumes de fotos a la vista. Eran recuerdos de la familia de mi amiga. Me llamó la atención una pareja guapa; ella se notaba enamorada, él gallardo en su uniforme militar, la fecha alrededor de los años 40. Miré a sus hijos cuando pequeños, después adolescentes, luego los días de campo, de playa, los campamentos, las fiestas de cumpleaños, etc. A los pocos días fuimos al pueblo con los amigos. Concretamente a un hogar para ancianos, un sitio caro a mi parecer. Allí visitamos a una anciana, cuyo rostro denotaba haber sido una belleza, pero su mirada un tanto perdida. “Padece de Alzheimer,” me dijo en voz baja mi amiga y nuera de la anciana. Para mi sorpresa, ella era la madre joven de aquellos álbumes que vi.
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Mi corazón se estremeció al ver la manera en que esta mujer cambió con el pasar de los años, y pensé: ¿Le temo a la vejez? Le pregunto a usted, ¿Le teme? Y muchos contestarán: Sí.
Hoy soy abuela! Entiendo que a esta edad, compartimos con nuestros padres y nos reímos de sus ocurrencias. Quisiéramos cumplirles todos sus deseos.
La Palabra de Dios afirma en Isaías 46:4 “Hasta vuestra vejez soy yo el mismo y os soportaré hasta que encanezcas. Yo los hice y seguiré llevándolos; cargaré con vosotros y os salvaré”.
Ahora escuchen hijas, llegará el momento de estar ante tus padres: no te impacientes cuando los veas limitados, ignorantes ante los avances de la tecnología. No los ignores, pues todavía pueden hacerte relatos ¡tan interesantes! Además, está comprobado que su memoria antigua se mantiene clara y podrá revelarte mucho.
Sabiduría Cuando era niña, mis abuelas eran figuras respetadas y amadas de sus hijos, quienes disimulaban si encontraban algún fallo o defecto en ellas. Las honraron y las amaron tal como eran. Me consta que Dios estuvo asistiéndolas hasta el último suspiro. Cuando llegamos a la juventud nos sentimos tan fuertes y competentes que los ancianos se nos presentan débiles y enfermos. Si nos han educado bien, claro, seremos atentos y amables con ellos. Luego vienen los tiempos de casarnos y tener hijos, los años productivos. Nos vamos dando cuenta del legado de nuestros ancianos padres. Los consejos que nos dieron ahora nos sirven, recordamos las recetas las de mamá y la sabiduría de papá.
Comprensión con los ancianos Job 12:12 dice “En los ancianos esta la ciencia y en la larga edad la inteligencia”.
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--Pero Tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo --Seré ungido con aceite fresco --Mirarán mis ojos sobre mis enemigos --Aún en la vejez fructificarán, estarán vigorosos y verdes. Hay más en Proverbios 20:29 dice: “La gloria de los jóvenes es su fuerza y la hermosura de los ancianos es su vejez”.
O sea que Dios nos sustenta en la debilidad. Pidámosle que cuando nos llame a su presencia sea en “buena vejez”, como dice en Job 5:26: Dale también tiempo necesario “Vendrás en la vejez a la sepultura, cuando lleguen a olvidar lo que como la gavilla de trigo que se recoge estaban contando o tal vez cuenten a su tiempo”. una y otra vez la misma historia y sobre todo, ellos, tus padres te enseñaron a Es hermoso que El tenga tantos caminar, comer, vestirte, te cuidaron recursos para los ancianos (la Biblia menciona la palabra anciano más cuando estuviste enfermo. de 200 veces) aunque estés en un Hoy, ante tanto deterioro de valores, asilo, con la familia, o solo, no estarás más que nunca instruiremos a descuidado, ni pobre, ni abandonado, nuestros hijos y a las generaciones sino glorificando a Dios en todo venideras para que no se aparten del tiempo. Y recuerda: a Moisés el Señor lo trasladó, no murió enfermo sino en respeto y la consideración. la vejez más pura. ¿Sabes? Pídelo, Dios escucha. Escuchen
personas de la tercera edad:
No se desanimen, no teman, no se desvaloricen. Las sagradas escrituras hacen mención de nosotros. Hay honra, salud, bienestar, cuidado amoroso del Padre, hay esperanza y provisión. En el Salmo 71:9 David pedía: “No me deseches en el tiempo de la vejez, cuando mi fuerza se acabare, no me desampares”. Y este mismo David escribió un cántico después de su queja y dice así en el Salmo 92:10:
“Te irás como el buen trigo” Déjame contarte, abriendo la puerta de mi familia, de mi madre específicamente. Una vez ella recibió una palabra profética: “Te irás como el buen trigo” ella lo tomó con gozo y llegados sus ochenta años, mamita Carmencita solía comentar: “todavía no quiero morirme, estoy tan feliz con mis hijos y nietos.” A sus 89 años, un diez de mayo, nos invitó a mis dos hermanos y a mí a su casa donde nos había preparado un gran almuerzo.
Cuando nos sentamos a la mesa, nos comentó con una amplia sonrisa: estoy con mucho gozo, el Señor habló a mi corazón y me dijo que El me quiere a su lado y ya es el tiempo y debo aceptar Su voluntad. Ella comió apenas. Nos despedimos. A los ocho días, según nos contó María, su compañía de largos años, Doña Carmen se paró muy recta, caso inusual en un anciano, y luego se desplomó. María corrió pidiendo ayuda para levantarla pero mi madre ya había partido hacia Su Padre Celestial. Personalmente no podía pensar en la separación de mi madrecita, pero al enterarme cómo fue su partida, había dolor en mi corazón, pero a la vez sentía paz y confianza, pues el trigo cuando está cargado de grano por el peso, cae la espiga y el tiempo de recogerlo se ha llegado.
Concluyamos con algo relevante. En la historia de Israel, se menciona en todos los eventos la presencia de ancianos. Por fortuna hoy también tenemos hombres y mujeres sabios, respetados y reconocidos. Honrémoslos. Dice la Biblia en Tito 2:2-4”Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia. Las ancianas, asimismo, sean reverentes en su parte, no calumniadoras, no esclavas del vino. Que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la Palabra de Dios no sea blasfemada”.
“Fíate del Señor de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos y él enderezará tus veredas”.
(Proverbios 3:5-6)
La Blibia describe a los ancianas como sabias, justas, consejeras, maestras para enseñar a las generaciones. Levantemos y cumplamos esa labor divina de enseñar.
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Adorador
buscado por el Padre
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Jesús, experto en el tema de la adoración. Él es adoración verdadera ante el Padre, porque proclama el Nombre del Padre a nosotros sus hermanos, y se ofreció a sí mismo como ofrenda agradable.
n cierta ocasión, cerca del mediodía, Jesús iba de Judea a Galilea y al pasar por Samaria, cansado del camino, se sentó junto al Pozo de Jacob. Éste era un lugar sagrado para los samaritanos. Repentinamente llega allí una mujer del lugar a sacar agua del pozo. Jesús empieza una conversación con ella, a pesar de que judíos y samaritanos eran enemigos. Jesús le ofrece vida eterna, la confronta con su pecado y ella lo reconoce como un profeta. Esta mujer le cuestiona cuál es el lugar sagrado, el correcto para adorar a Dios, y es entonces cuando Jesús nos enseña acerca de la adoración. Juan registra estas maravillosas palabras en su evangelio. Juan 4:21-24: “ Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren”. Jesús le dice a la mujer samaritana “…créeme”. ¿Por qué?... Para darle énfasis a lo que viene; es importante no solo oír el mensaje sino creerlo.
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Por: Osb erto Ruano
Habría un tiempo estipulado por Dios para que el lugar de adoración ya no fuera un templo construido por hombres, ni en el pozo de Jacob, ni en Jerusalén. Este tiempo llegó cuando Jesucristo se fue y nos dejó al Consolador, el Espíritu Santo, quien nos hace templos de Dios, como dice 1 Cor 3:16: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?”. Ahora bien, veamos la definición de templo: Es un lugar sagrado donde pública y exclusivamente se rinde culto de adoración. Aquellos que hemos recibido a Cristo en nuestro corazón y le hemos confesado como nuestro Salvador y Señor y hemos recibido al Espíritu Santo, hemos sido constituidos templos de Dios. Nosotros mismos somos el lugar de habitación para Él, un lugar de adoración, hecho por las mismas manos de Dios. En cualquier lugar donde haya un hijo de Dios lleno del Espíritu Santo será el lugar correcto de adoración a Dios
Hay dos tipos de personas, las que adoran a quien no concen y las que conocen a quien adoran El primer tipo de personas adoran en masa, un tipo de adoración ignorante, llena de ritos sin involucrar el corazón, y se dejan llevar por lo que los demás dicen. No les gusta pensar por sí mismos, dejan que otros lo hagan por ellos y simplemente los siguen. El segundo tipo de personas, son movidas a adorar por el conocimiento del objeto de su adoración, en este caso, a Dios. Le adoran por quién es El y por lo que ha hecho. Jesús menciona aquí que la salvación viene de los judíos, es decir del Hijo de Dios o el Cristo, el mismo que le estaba hablando.
Este punto es importantísimo, y quiero hacer un alto aquí para darte la oportunidad de conocer a Aquel que te amó desde la eternidad. Aquél que entregó su vida para que pasaras la eternidad junto a Él, el único Dios verdadero. Lo único que tienes que hacer es creer con tu corazón que Jesucristo fue enviado por el Padre a morir por tus pecados, pero que resucitó de entre los muertos y está a la puerta de tu corazón llamando esperando que en este momento le invites a entrar. Luego confiesa con tu boca que Jesús es el Señor y tu Salvador. Te animo a que pares de leer por un momento, cierres tus ojos e invites a Jesús a entrar a tu corazón y a gobernar tu vida. En el pasaje citado anteriormente, el Señor nos enseña sobre la existencia de adoradores verdaderos; y si hay adoradores verdaderos, también hay adoradores falsos. ¿Qué los diferencia?... Según el diccionario de la Real Academia Española adorar es reverenciar con sumo honor o respeto a un ser, considerándolo como divino.
¿Verdadero adorador? En primer lugar el objeto de tu adoración determina si eres verdadero o falso adorador, si es al Dios verdadero o es a un dios falso. Ahora te pregunto ¿Qué ocupa el lugar de adoración en tu vida?, ¿tú mismo?, ¿tu vida gira alrededor de ti?, ¿o quizás el dinero?, ¿o algún vicio?, ¿o tu familia?, ¿o el deporte?, ¿o tu ministerio?, ¿Qué es lo que ocupa la mayor parte de tu tiempo y de tus pensamientos? Como ves, en esta pequeña lista hay cosas malas y buenas, pero cuando algo
o alguien, sea bueno o malo, ocupa el lugar de adoración en tu vida en lugar de Dios, se llama idolatría, adoración falsa e ignorante, porque adoras a un dios falso. También existen personas que dicen adorar a Dios, rendirle culto, pero solo con sus labios. No se interesan por conocerlo, ni le obedecen. Jesús lo dijo en Mateo 15:7-8:“ Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí”. Es adoración falsa, solo culto de labios. Es como aquellos que el domingo alaban a Dios en la iglesia con sus labios y levantan sus manos, pero de lunes a sábado con la misma boca con la que bendijeron a Dios, maldicen a los hombres, hechos a semejanza de Dios; las manos que se levantaron ante el Señor, son las mismas manos que roban, maltratan, pegan, etc.
Adorar guiados por el Espíritu Es sencillo ser adorador si somos guiados por su Espíritu (Romanos 8:14), y conforme a la verdad, es decir, la Palabra de Dios (Juan 17:17). Existe solo una manera correcta de adorar a Dios y es a la manera de Dios, ¡no a tu manera! Él nos muestra cientos de expresiones y formas de hacerlo, registradas en su Palabra y otras nuevas que son guiadas por su Espíritu. Adoración es una palabra que no es para definirse, sino para hacerse, es acción, es amor extravagante y obediencia extrema, no se le puede enseñar a adorar a alguien que no adora, hay que practicarlo. Finalmente, dice que el Padre busca adoradores verdaderos. ¿Te gustaría ser buscado por el Padre? ¡¡¡Adórale siempre en Espíritu y en verdad!!!
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Siete espíritus y siete estrellas
LAODICEA
K. (Ap.3:14)
FILADELFIA I. (Ap.3:7)
SARDIS
TIATIRA
Ninguno
Obras buenas, tiene pocas fuerzas pero no niega el nombre de Jesús
Solamente algunos andan dignos ante Dios
E.(Ap.2:19)
B. (Ap.2:7)
L. (Ap.318)
Llama a la puerta, quien reconozca su voz cenará con Jesús. Sentarse en el trono de Dios
Guardarlos a la hora de la pruega. Ser columna en el templo de Dios, conocer el nombre nuevo de Dios
Retener lo que tiene: su fidelidad a Dios en medio de duras pruebas.
J. (Ap.3:7-13)
Tibieza espiritual, orgullo, ceguera espiritual
H. (Ap. 3:5)
G. (Ap. 3:3)
F. (Ap.3:2)
Maná escondido, una piedra blanca con un nombre nuevo
Arrepentirse o herirá Autoridad sobre naciones, la de muerte al que haga estrella de la mañana las obras de Jezabel. Retener lo bueno
Arrepentirse
No temer, pues serán Corona de Vida, no sufrirá probados. Ser fiel segunda muerte. hasta la muerte
Arrepentirse y regresar a las primeras obras
Toleran a Jezabel (enseñanzas falsas, idolatría)
Retienen doctrina de Balaam (idolatría y fornicación) y de los nicolaítas (paganismo, humanismo)
C.(Ap.2:2,3)
Tiene la Espada aguda de dos filos
ESMIRNA
D. (Ap.2:18)
Ninguna
Muchas obras, y ha padecido tribulación, pobreza y blasfemia
El primero y postrero; Estuvo muerto y vivió
PERGAMO
Dejó su primer amor por Cristo
Rechaza el mal, persevera, es paciente. Aborrece nicolaítas.
A. (Ap. 2:1)
REPRIMENDA
EFESO
ELOGIO
CRISTO REVELADO
RESPUESTAS: A. Tiene las siete estrellas en su diestra, anda en medio de los candeleros de oro - B. Dar a comer del árbol de la vida - C. Obras, y a pesar de estar en lugar de tinieblas, no niega el nombre de Cristo, arduo trabajo - D. Ojos como llama de fuego, pies de bronce - E. Obras que han aumentado, amor, fe, servicio y paciencia - F. Obras muertas, no ser hallado perfecto ante Dios - G. Acordarse de lo que recibió, arrepentirse - H. Vestiduras blancas, su nombre en el libro de la vida, confesión de su nombre ante el Padre y ángeles - I. Santo, Verdadero, tiene la llave de David - J. Ninguna - K. El Amén, testigo fiel y verdadero, principio de la Creación - L. Comprar de Jesús oro refinado, vestiduras blancas (obras justas) y colirio santo. Arrepentirse
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IGLESIA
A continuación encontrarás un cuadro que resume el mensaje a las siete iglesias, pero incompleta. Te invitamos a tomar tu Biblia para buscar las respuestas que llenan correctamente los espacios en blanco, y luego, a meditar en la manera de aplicar este mensaje a tu vida! Versión Reina Valera 1960) PROMESA A VENCEDORES
Jesús dejó una enseñanza muy importante para nosotros a través del mensaje a las siete iglesias del Libro de Apocalipsis capítulos 2 y 3. En cada pasaje revela cuatro cosas importantes: 1) Una revelación de Él mismo. 2) Una alabanza o elogio por lo que están haciendo bien. 3) Una crítica o reprimenda por algo que no está bien en la iglesia. 4) Una promesa para los vencedores. INSTRUCCIÓN
Las siete iglesias del Apocalipsis