El Bostezo. Emanuel Sacomani

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EL BOSTEZO

EMANUEL R. SACOMANI



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EMANUEL R. SACOMANI


Proyecto y edición: Emanuel R. Sacomani Dirección editorial: Brenda E. Rodríguez © de todas las ediciones en español Ediciones Piaf! www.edicionespiaf.blogspot.com.ar Av: Balbín 4545 11 F Ciudad Autónoma de Buenos Aires Diseño: Brenda E. Rodríguez © de las ilustaciones Brenda E. Rodríguez Todos los derechos reservados de acuerdo a la Convención Internacional de Copyright. La reproducción total o parcial de este libro, en cualquier forma que sea, por cualquier medio, sea éste electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación o fotocopia no autorizada por los editores, viola los derechos reservados. Cualquier utilización debe ser previamente solicitada al editor.


INDICE

12 Prólogo 18 Parte 1: Versos

20 Mi cabeza, una Olivetti 22 Insomnio 26 Revolución de sensaciones 28 Celos 30 Escena

32 El color del cielo 34 Utopía del abandonado 36 Crisálidas 38 Causa casual

40 Parte 2: Prosa

44 El bostezo 46 El tipo de la esquina 48 Decálogo de un escritor 52 Dos premisas para utilizar la lógica algebraica y así poder teorizar sobre la amistad entre el hombre y la mujer 56 Acompáñeme a caminar por el barrio 58 Disfraces

62 Parte 3: Tesis sobre el Catálogo de sueños

64 Introducción 73 Estructura del libro 74 Primera parte: Los entes fantásticos y su significado 77 Segunda parte: Los sueños 94 Conclusión


No le permito burlarse de modo chabacano del título que elegí para mi primer libro. No crea que por llamarse “El bostezo”, los textos que le otorgo generen algún tipo de aburrimiento. Para nada. Si lo piensa bien, el bostezo tiene que ver con desperezarse de un estado de reposo. Es un medio de elongación que nos prepara para disponernos a soñar y también a accionar. ¡Qué bello es cuando en un único bostezo se da ambas cosas! ¡Qué regocijo se siente en el alma cuando los sueños dejan de ser poesía, o cuentos y se tornan tangibles en un librito que intenta enviar un mensaje a otras almas sensibles que buscan conectarse! Un manojo de fantasías que se agrupan de un modo caprichoso en tres partes independientes que fomentan el orden humano a través de la solidaridad, la moral y el compromiso de ser, día a día, un poco más atentos a quien tenemos al lado. Plagado de humor y de modo completamente absurdo, lo invito a sumergirse en un idealismo que busca cobijar al ignorante y al instruido, al pobre y al rico, al enamorado y el eterno redimido en textos cortos y simples que intentan dar una vuelta de tuerca a situaciones triviales de un modo descabellado y entretenido. Sólo le pido un momento de su atención, los textos son cortos y puede leer de a uno por noche,

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antes de irse a dormir y, así, despabilarse de un día burocráticamente agotador. En su primera parte podrá admirar la sensibilidad del espíritu. La armonía que ofrece un alma enamorada capaz de disfrutar los placeres que ofrece aquel mundo intangible. Aquellos sentimientos calcinantes de goce y sufrimiento que confirman la bondad del espíritu y la entereza de las almas sensibles. Elegí utilizar los versos porque entiendo que la poesía es el lenguaje de los sentimientos que buscan expresarse, (casi siempre con torpeza) en la estética, la música y la palabra. La segunda parte, muestra pequeños textos que invitan a reflexionar cierta realidad mecánica, invitando a analizar aquel inconsciente colectivo que ignoramos y mantiene la estabilidad del cosmos. Su f ín: que al caminar por una vereda arbolada admire el ciclo de la fotosíntesis, la simbiosis que existe entre nuestra respiración y la creación de glucosa de un árbol y comprender la complejidad de un universo que es tablero de ajedrez en el cual las piezas están perfectamente colocadas para que cada una defienda y sea defendida por otra (si nunca pensó en algo así, dese la oportunidad, es un momento de conexión con uno y el todo). La última parte, y quizás el plato fuerte, es

PRÓLOGO

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una tesis sobre un libro que en verdad no existe (No lo voy a engañar, es invención mía), que intenta promover la razón y la ciencia en favor de los débiles y el progreso ético. Muestra la indignación que me produce la sociedad actual, aquella que manipula los conceptos lógicos para justificar sus atrocidades haciéndonos creer que todo es relativo y nada es absoluto, que las transformaciones dependen de la distribución material y no de una revolución interna. Que el sufrimiento y la redención son lapsos de angustia y no una posibilidad de crecimiento espiritual que requiere introspección onírica y un accionar cuidadoso. Espero que al leer este pequeño manojo de textos, pueda comprender que aquellas penas cíclicas que nos estancan como sociedad, puede torcerse desde el amor, la solidaridad y la comprensión, para crear un destino que se mueva en forma de espiral. Sólo es cuestión de recordar, cuando nuestro cuerpo nos impone un bostezo, que es momento de hacer realidad ese sueño colectivo.

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Emanuel Sacomani se busca entre las letras, entre siluetas desaparecidas, entre recuerdos, entre el desorden humano. Abarrotando el aburrimiento de una sociedad y un sentido de la vida que, por momentos, se vuelve nihilista. Nos llama a través de ese bostezo a despertarnos o, como dice él a: “hacer realidad ese sueño colectivo”. Aprender a crear nuestra propia ilusión, hacer un libro que no existe, una poesía, un amor. Ese sueño en el que estamos inmersos todos, y del que se pueden sacar todo tipo de ilusiones. Mofándose de lo ef ímero, mofándose de volver a empezar. Sólo puedo advertirles que los siguientes relatos demandan un lector despierto. Porque escuchar estas palabras pueden llenarlo de incertidumbre, enjaularlo en alguna que otra risa o tristes pasión. Porque escuchar la vida que contiene la prosa de un escritor de oídos abiertos es escuchar al planeta, es escuchar al mundo. Porque escuchar al mundo, es escucharse a sí mismo. Y en sí mismo, está la creación.

Carolina Giudice

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PARTE 1: Versos A quienes aún leen poesías.



Y mi cabeza, una Olivetti, duerme guardada en un cajón de alguna habitación, en alguna casa. Por las noches despierta y golpea fuerte con sus martillos. Como diástoles, como sístoles; impregnando en los libros de la memoria letras por doquier que, por momentos, forman palabras. Se agrupan en versos de métrica dispares, inmortalizando mis ideas, sentimientos y recuerdos. Soslayando mi carne, mi cuerpo, mi rostro. Mis palpitaciones, fabricantes de versos, aceleran en la madrugada. ¡Taquicardia de inspiración! Envuelto en cintas, ahogado en tinta (tinta sangre, venas cintas). Destruyendo aquel muro de silencio y vacío:

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un papel en blanco. Blanco de sueños y esperanzas, blanco de historias y recuerdos, blanco de amor y desencuentros.

Mi cabeza, una Olivetti

Vacío destruido por gritos de martillos. Puños bañados en sangre, golpeando la blanca y silenciosa realidad. Dejando testimonio de amor, de lucha, de vida. Entonces, todo se detiene ante el agudo, pero seco, sonido de una campana. En un cajón de alguna habitación, en alguna casa. Y mi cabeza, una Olivetti, duerme otra vez.

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Nicotina, alcohol, divague en la noche que me envuelve. Madrugada que gobierna este cuerpo quieto, inerte. Con silencio arrollador sin reloj que lo penetre; segundero, no es tu ruido, ¡Son los pasos de mi muerte! Ahí se acerca, está a mi lado, condenándome a su suerte y me abrasa, y me abraza; me fecunda en su vientre. Y aquí solo, ante el insomnio, pues el sueño nunca viene. La quimera es devorada por la esfinge gris y tenue que se vislumbra en la luna, en su haz de luz candente, reflector de un escenario. Soy actor que no comprende este libreto manuscrito, informal, tan inocente,

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que interpreto a mi capricho, improviso libremente con nulos dotes dramaturgos, didascalias que me pierden en la ambigua bifurcada: ira, odio, bronca, muerte. Y las estrellas expectantes, ¿O sólo aristas, marcas fuertes que se unen con el humo de un cigarro entre mis dientes? Así dibujo tu silueta, sinonimia indulgente. Como artista aficionado los detalles se me pierden. Con el viento se disipa todo el humo, y ya sin verte, sólo quedan apresadas tus sonrisas en mi mente. ¡Ya sin disfraz de persona! Desnudo ¿No lo entiendes? Es en las noches que mis poros destilan sangre, culpa, peste. Y me encuentro acorralado y el sueño que no viene.

Insomnio

¡Qué infinito es el silencio! Yo sólo un proyecto pendiente. Acá, despierto, ojos rojos

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lágrimas que no se contienen. Juez y parte, Dios y Diablo, asesino e inocente, reflexivo, enojado, todo, nada, vida, muerte. Soy cristal hecho pedazos, soy martillo que lo quiebre. Soy el niño asustado, soy el padre que protege. Soy la nada hecha persona, soy la hoguera que se enciende. Soy vino dulce, agua salada, río, caña, agua ardiente. Adrenalina de este cuerpo, soy el sueño que no viene. ¿Y tú, en qué mundo estás reminiscencia a agua fuerte? Voluntad hecha pedazos (mordió su cola la serpiente). Mi garganta ha anudado frases, versos aún pendientes. Pues todo lleva tu nombre y nunca más volveré a verte. Te escurriste en mi universo, un imperio que se pierde destruido en un instante:

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es el amor que se desprende desgarrando mis entra単as, desprendiendo lentamente mis conceptos e ideales, lo soporto mansamente. Estancado ante el insomnio y ya nada m叩s sucede. Instante muerto, tiempo hueco, sumergido, no se pierde. Y mi sue単o ya se ha ido divagando libremente por las calles. Trotamundos, Se confunde entre la gente Ya es de noche y ha llegado la hora donde todos duermen. Y mi sue単o, vela tu cuerpo que reposa dulcemente.

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Estremecerse por el frío, etremecerse entre las gotas. Están alerta los sentidos, están alerta nuestras bocas. A la par ir caminando, memorias rotas construyendo. A la par, refaccionando algún viejo manifiesto. ¿Suenan botas? Es la lluvia. Destruyendo aquel silencio con frases sueltas que deambulan, a mi memoria las condeno. Imagino tus caricias en cada gota escurriendo transitando en mi mejilla hasta mis labios ¿será un beso?

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De repente somos jóvenes con ideas, con mil sueños. Revolución de sensaciones concentradas en anhelos.

Revolución de sensaciones

El zar, el muro, la bastilla, la concepción del universo. Dejar atrás las pesadillas, crear juntos algo nuevo. ¿Por qué morir en ideales? ¿Por qué negarnos al deseo? Si nuestros cuerpos son reales ¡Revolución! Merece hechos.

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Graduado en academias de Caines, instruido por el viejo Barrabás. Hurtando tu alegría en un descuido. Celando, sin sentido, tu actitud con los demás.

Celos

Coro de fumadores querubines me confunden, me hacen dudar. Susurrándome al oído, te blasfeman con sus voces de tiniebla y de oscura tempestad. Tú, pájaro que vuelas, eres libre. Yo, jaula que intenta apresar. Tú, fuego que ardes en la hoguera, yo simplemente soy madera que en cenizas quedará.

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1 Yo, sin risa alguna en mis labios. Tú reías, maquillando el deseo de llorar. Yo, con la paciencia de los sabios. Tú, inestable, a punto de explotar. Yo adherido al suelo, sin ambición. Como la sombra de la sombra de un extraño. Tú, parte del viento, sin noción de la velocidad a la que estás volando. 2 Y los zapatos apretaban, y mis ojos hacia adentro. Aquella horma era pequeña, enorme el candado en mi pecho. Y tú, Big Bang ya floreciente expandiéndose hacia mí centro. E inhalabas la tristeza, eras un agujero negro. Pues existió un lugar, un escenario, un mismo cielo, un momento,

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una paradoja: futuro y pasado incidiendo en el presente; Un punto de encuentro. Porque siempre estuve rezagado y vos vanguardia, Equilibramos el tiempo.

Escena

3 Las nostalgias se igualaban, al igual que el sufrimiento. Y encontraba mi mirada en tu mirada, subjetivo aquel espejo. En tu iris maquillabas con sonrisas los agujeros, ¡Picaduras de escorpiones destilando sentimientos! Y nuestras almas moribundas encontraron un remedio: “Siempre es más si multiplicas dos espíritus amenos.” * * Segunda opción o final alternativo: “Siempre es más si multiplicas dos espíritus a menos.”

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Mi cielo, gris. Como una tormenta de invierno, Cubriendo memorias desvencijadas y sueños famélicos. Nubarrón de tristezas que no destilan lágrimas o lluvia. Y llegas con tu cielo celeste uniforme. Con un sol de esperanzas que baña tu piel de dorado. Dorado color de otoño. Con golondrinas surcando el celeste. Libres, como ideas buscando un norte.

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Intentas convencerme de que el cielo es celeste. ¡No lo creo! ¡No lo soporto! Tomas mi mano, besas mis ojos que se cierran por un tiempo incalculable. Las campanas de la iglesia dan seis golpes que me despiertan de un sueño hermoso. Miro el cielo de color rojo como un atardecer de esfumados sentimientos. Miro tus ojos y confirmo que ves lo mismo.

El color del cielo

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Anhelo, y sólo Dios sabe cuánto, que las grietas de tus labios se hayan amoldado a los míos. Y no encuentres sentido a otros pérfidos besos. Que los sientas sombríos, que los sientas ajenos y añores mis labios. Que vuelvas a mi lado o caigas en el desvarío. Anhelo que los empedrados, la música, el teatro, los ríos, los barcos, las islas, los puertos, los días nublados; te inunden de recuerdos que llevan mi nombre. Que odies cada hombre que pasa a tu lado pues en sus guiños, sus ojos, me ves camuflado.

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Anhelo que tus manos no abran otra cerradura que mi pecho. ¡Que lastimes tus dedos, por Dios que lo anhelo! Forzando lo imposible de un modo inconcebible que sólo yo pretendo, que sólo yo permito y te resulte inaudito el haberte alejado.

Utopía del abandonado

Anhelo que no puedas escapar de mi ausencia. Que remuerda tu conciencia el haberme abandonado, y que llores el pasado y que sangres por la herida. Y mi imagen, en tu retina, sea tu marca de Caín. Y comprendas, al fin, que mi herida, es tu vida.

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Nacer, iniciar, comenzar. Arrastrarse por el suelo, morder el polvo, destilar veneno, sentir la humedad y el frio en el vientre. Moverse con dificultad. Crecer, madurar, mayĂŠutica. Encerrarse, buscar el interior, crear una cota de maya propia de ideas. En sentimientos amenos, en sentimientos viles, en sufrimiento, en crisĂĄlidas de conocimiento, en superaciĂłn, en odio y amor.

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Envejecer, morir, último suspiro.

Crisálidas

Volar un sólo día. Desplegar colores, alas, sentir el viento en la cara y el cuerpo parte de él. Un instante de libertad. Lo maravilloso de las mariposas es que viven igual que nosotros. Pero su ciclo es al revés.

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¿Casualidad o causalidad a quién le importa? ¿Por qué buscar lógica a la magia? ¿Acaso difiere la importancia? Casualidad es... ...La soledad que usamos por sábanas, las baldosas que miramos al andar. El amor refugiado en crisálidas, las mariposas que quieren despertar.

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Los labios fríos, áridos y urgentes, el semáforo que nos puso a la par. Tu mirada que entre rostros, emergente, naufragó y en mi mirada fue a encallar.

Causa casual

La urticaria de asignaturas pendientes, la exigencia de darnos la oportunidad. La destreza de transformar, casualmente, nuestro encuentro en causalidad.

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PARTE 2: Prosa



Señor/a lector/a: Estoy emocionado (o más bien conmocionado) de poder presentarme ante usted que por mera casualidad vio este libro en el suelo, en una botella en medio del océano o planeando libremente en el viento y luego ocurrió una sucesión de actos involuntarios que hacen de este momento algo único y milagroso. Soy un ser de fantasía, pero para poder encontrarme con usted utilicé la racionalidad al máximo. Deje explicarme, un hecho voluntario desencadena una seguidilla de hechos involuntarios que con algo de lógica se pueden fácilmente intuir. Es por este motivo que podemos suponer que usted es un destinatario que maneja los mismos logos que yo y el propósito de estas líneas le resonará y, con suerte, lo transformará en un miembro fantástico, joven y prometedor. Mi acto voluntario ha sido escribir este mensaje y colocarlo en botellas que naufragan por los mares o en el mismo viento que viaja caprichosamente por sierras y montañas. Lo involuntario es donde se asentó este libro, el momento exacto en el cual sus líneas se toparon con usted, su astucia de apoderarse de él y la curiosidad y proeza de leerlo.

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Le pido, por favor, que si está de acuerdo o le ayuda en algo lo que a continuación va a leer, no lo tome como un evento del destino. Para nada. Tenga en cuenta que todo ha sido pensado con un razonamiento estadístico. Lanzo todos los días mi mensaje al cielo o al mar y, de cada mil, puedo suponer que una persona lee estos textos. La propuesta de hoy es que apague el celular, que (mínimamente) baje el volumen del televisor, se sienta cómodo y por un momento me brinde su atención y sea capaz de comprender y meditar, aunque sea un instante. Quizás en la era de la comunicación, pueda darse cuenta que muchas personas estamos solas y necesitamos un oído de verdad, un poco de compromiso y hasta algún consejo.

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Todo hombre está condenado al destino fatal de la muerte. Pero este fin está determinado por los distintos obstáculos que pueden ser persuadidos con sabiduría y destreza. Entre estas situaciones incomodas, tristes y enmarañadas; hay una, en particular, que es inevitable: el bostezo. La raza humana está resignada a la intención de evitar un bostezo. Sin embargo, hay mil terapias para el hipo. Desde un simple susto, hasta tomar un vaso de agua gélida mientras que la cabeza está apoyada en el suelo y la planta de los pies apuntan al cielo. Está de más decir (o eso espero) que ninguno de estos métodos son efectivos para que las contracciones del diafragma cesen, pero nos dejan una esperanza y una ilusión que nos hace más ameno el sufrimiento de esta patología. Pero en otra ocasión hablaremos del hipo. El bostezo es un instante que nos recuerda las horas dilapidadas en estresantes jornadas de trabajo en las cuales nos sentimos más inútiles aún que en nuestras casas. La rutina nos agobia, los años pasan y el fantasma de la tristeza deambula en busca de victimas para poseerlas. En el momento de la contracción facial y la apertura de la boca, el espectro escapa de nuestro cuerpo emitiendo aquel sonido diabólico, de ultratumba,

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dejando la sensación de abandono y angustia, desprendiéndose de nosotros e impregnando la incertidumbre de si somos o no felices. Luego, se mete en el cuerpo más cercano para repetir su trabajo. Es éste el motivo por el cual el bostezo es contagioso. A los poetas nos gusta esta sensación. Es más, nos resulta inspirante. En particular, escribo cuando un bostezo me arranca un pedazo de espíritu de sabor salado que escapa por el lagrimal y me deja pensando que tan cabal es mi vida. Cada incertidumbre se desplaza por mi mente y sumergido en una espesa niebla escribo unos humildes versos. Y todos los días bostezo por las dudas. Y, por las dudas, bostezo todos los días.

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Admito no ser un sabio ni una persona espiritualmente preparada como para guiar a un pueblo a la moral de Dios. Está bien así. Hoy por hoy, Dios es una entidad que carece de significado propio ya que se ha fragmentado en un manojo de sentimientos con distintos nombres: amor, esperanza, odio, rencor, etcétera. Nombres muy distintos que la sociedad es incapaz de conectar. Pero no quiero irme por las ramas en cuestiones que atormentan más a mi persona que a los demás. No soy nada de lo mencionado. Pero cuando estés perdido por la calle, o no sepas que hora es, o busques un kiosco de madrugada; siempre vas a tenerme como opción. Puede ocurrir que no sepa orientarte, o no me acuerde bien y haga que te pierdas. Puede ocurrir que te enseñe un cuento, o una fantasía en versos para amortiguar la realidad que es bastante nociva para la salud. Pero me vas a ver dispuesto a escucharte. Sin prejuicios, sin apuro y sin auriculares. Sigo siendo real en cada esquina, sólo es cuestión de que te acerques y me hables. Quizás, aquella parada de colectivo que estás buscando hace más de diez minutos la conozca y puedas llegar a destino gracias a una ayuda que sólo se paga con un “muy amable” distante. Al fin y al cabo, hacer el bien es patrimonio universal y no se le escatima a ningún par.

El tipo de la esquina

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1. Leer Rimas de Gustavo Adolfo Bécquer. Disfrutar su rima consonante, su métrica perfecta, su romanticismo clásico. Mirar los haces del sol que entran por la ventana en forma recta y ver flotar las partículas de polvo, y así comprender cuales son los invisibles átomos del aire que en derredor palpitan y se inflaman. Prestar atención al entorno y asociar una imagen visual a un verso u oración, es la herramienta más preciada de un escritor. 2. Tener la necesidad de saber si la luz sigue prendida al cerrar la puerta de la heladera. La curiosidad es lo que diferencia a una persona vulgar de un potencial artista. 3. Poner un espejo frente a otro, abrir miles de universos paralelos, sentir la inmensidad del infinito, comprender que estamos inmersos en él y perder aquel ego estúpido de pensar al hombre y su capacidad de razonamiento como centro del universo. El infinito no tiene centro. No se esfuerce en parecer una persona instruida, muestre su humildad y sus sentimientos de un modo sincero.

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4. Desgarrarse el alma con Edgar Allan Poe (aprovecho a decirle que escriba su nombre en cursiva y veránque agradable es el correr de la pluma por el papel), Hermann Hesse, Fiódor Dostoyevski y Jorge Luis Borges; tomar sus conceptos como bases principales.

Decálogo de un escritor

5. Desgarrarse el alma con Khalil Gibran (intente escribir su nombre en cursiva y verá lo incomodo que es), Pedro Calderón de La Barca, Federico García Lorca y José Mauro de Vasconcelos; tomen sus conceptos como bases principales. 6. Mezcle algunos conceptos obtenidos del punto 4 con algunos del punto 5, si al agitar la mezcla obtiene una solución homogénea habrá obtenido sus propias ideas. Teniendo de aliados a estos artistas, nadie puede refutarlo. 7. No escribir acerca de espejos y portales a otra dimensión. Con Lewis Carroll y Borges, esos textos (a pesar de que sigue y sigue usándose, y cada vez peor)

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no los lee nadie. No sólo los lectores están cansados de esta temática, sino que algunos seres del otro lado del espejo se sienten ofendidos al ser caracterizados como abominables y ficticios. 8. Tener una visión matemática del arte. La comunicación no es otra cosa, sino, que el uso cotidiano más excelso del álgebra. Los sustantivos se suman, los adjetivos multiplican y los verbos potencian. Dependiendo del mensaje que uno quiera trasmitir, debe elegir la forma correcta de permutar las palabras, despejar y resolver una ecuación antes de exponerla. Así como dos más dos es cuatro, un mensaje matemáticamente pensado genera como resultado el mismo sentimiento a todos los receptores en mayor o menor escala. Lo más dif ícil es aprender las propiedades de potencia, y la forma de despejarla; es decir, el uso de los verbos. a. Algunos verbos, son exponentes pares y hacen que toda base negativa se transforme en positiva; útiles para trasmitir esperanzas utópicas. b. Otros, son exponentes negativos. Es-

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tos invierten la base y son ideales para desconcertar y perderse en la verborragia. c. Los verbos más dif íciles de utilizar son los exponentes fraccionarios. Estos no sólo potencian, también radican. Unicamente los buenos artistas-matemáticos pueden dominar estos últimos. 9. Evite el deseo constante de apropiarse de los cerebros ajenos. Un buen cuento debe estar escrito para trasmitir incertidumbre, no verdades absolutas. Para eso, escriba un libro doctrinario sin recurrir a la ficción. Comer cerebros para alienar a otros y que estos, a su vez, coman otros, es actividad de un muerto vivo, no de un escritor. 10. De poca importancia a todos los puntos anteriores y lea el Decálogo del perfecto cuentista de Horacio Quiroga. Ese realmente vale la pena.

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Según estadísticas realizadas en las mejores universidades del mundo (como la UM, la UNTREF y la UNLAM), existen tres interrogantes que desvelan a los seres humanos más sensibles y expectantes de los destinos insondables. Haciendo una cuenta regresiva podemos ubicar en tercer puesto la incertidumbre que nos genera los acontecimientos que nos esperan después de la muerte. En segundo lugar, el constante pavor de entrar por error a Parque Chas y no encontrar la salida y en el primer puesto (ganando por lejos), la eterna disputa sobre si es posible la relación amistosa entre el hombre y la mujer. Tanto filósofos, matemáticos, científicos y charlatanes de fondas, elaboraron teorías y experimentos para darle una resolución a dicha problemática que se nos ha manifestado más de una vez, debajo de nuestra almohada, aquellas noches de insomnio en las cuales las frazadas no alcanzan para abrigar un cuerpo carente de autoestima y cariño. ¿Cuántas veces se sintió capaz de torcer una amistad con una palabra o un acto, y se reprimió por el pánico que genera la duda de cometer un error y perder aquella relación impoluta y espontanea que lo vincula a un ser querido del sexo opuesto? Le propongo, antes de tomar cualquier deci-

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sión, examinar estos razonamientos y no caer en la actitud mediocre de, una vez elegido el rumbo, sumergirse en suposiciones sin importancia al intentar responder la pregunta “¿Qué hubiera pasado si en vez de esto, hacía esto otro?” e inventarse mil pasados y no contemplar el único futuro que tiene, que es el verdadero. Para organizarnos expondré ambas premisas por separado. Luego usted, utilizando la lógica que aprendió durante el secundario en álgebra, saque sus propias conclusiones.

Dos premisas para utilizar la lógica algebraica y así poder teorizar sobre la amistad entre el hombre y la mujer

1. “En una relación entre dos personas del sexo opuesto no puede abolirse la seducción.” Esto es un hecho. Desde la naturaleza misma, un macho y una hembra no son ni anatómica ni estructuralmente iguales. No crea que mi postura es machista, para nada. De hecho creo que la mujer es un ser hermoso que merece cuidados especiales, que cuenta con los mismos derechos que el hombre, que goza de la misma capacidad de aprendizaje y desarrollo intelectual, pero son complementariamente diferentes. Mientras que el hombre es un ser alborotado, básico y estancado en su despreocupación general; la mujer es esa chispa que propone, que sostiene conceptos de un modo intelectual y sensible,

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que ofrece sonrisas hermosas para confirmar que la vida es un momento donde lo más importante es compartir. Sea sincero, sin una mujer usted no se afeitaría, no saldría de su casa, no encontraría sentido a nada. Y en el caso de que, quien lee, sea mujer, admita que sin los hombres no se sentiría segura de sí misma, se ahogaría en un vaso de agua frente a determinados problemas y no practicaría de un modo recreativo pequeñas actitudes que conllevan ser madre. No tome esta primera premisa como definitiva, si de algo estoy seguro es que la seducción no tiene por qué llevar a un deseo genital para nada. Sólo la comprendo como la llave correcta de un candado que guarda el secreto de la felicidad. 2. “En una amistad entre los sexos opuestos, existe la expresión más genuina de amor.” Permítame expandir este concepto. Es más probable que ante una amistad con el sexo opuesto, usted manifieste todos sus rasgos sin ningún tipo de temor dejando ver su alma del modo más genuino. Es más factible que un hombre muestre su faceta sensible, en ocasiones el mismísimo llanto, a una amiga, y esta pueda relucir un tormentoso erupto luego de un atracón. Esto se debe a que sabemos que luego de los eventos expuestos, habrá festejos y humoradas. Nadie puede negar que no exis-

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te nada más beneficioso que sacar a relucir nuestros cromosomas heredados de un hombre y de una mujer, sin sufrir la reprobación. Aquellas pequeñas actitudes que encerramos en nosotros, podemos comprenderlas y exponerlas ante una persona del sexo opuesto, ya que le son naturales y en este punto existe una libertad absoluta que es la única base capaz de sostener al amor a través de los años. Si me permite dar un punto de vista amplio, creo que la amistad es aquel amor que permanece guardado en completo silencio en el fondo del alma. Tan al fondo que a veces ni siquiera nosotros podemos vislumbrarlo, esperando aquel evento exacto y mágico para darse a relucir. No se preocupe si siente estar enamorado o enamorada de su amiga o amigo, no es tan grave. Tenga conciencia, aquella persona también lo está, y disfrute. El amor eterno es aquel que nunca sucede. Esta vez usted es quien se dio la oportunidad de contemplarlo, quizás cuando la otra persona lo haga, esté cerrado en otro asunto o quizás coincidan y todo se transforme. Pero cuando eso suceda, tenga mucho cuidado; es su única oportunidad de ser feliz con esa persona.

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¿Qué le parece si me acompaña a caminar? ¿Qué pasa? no me mire así. Esos ojos son cañones de revolver. ¡Tranquilo caballero! Mi corazón es noble. Un poco añejo, algo descuidado y extremadamente desordenado, pero no lo voy a lastimar. Bajo ningún punto de vista. No soy de la mafia, ni motochorro, ni ningún estereotipo de persona que puedan detectar como maligno los medios de comunicación. No soy enemigo del gobierno, ni amigo de la razón. No soy ni de derecha, ni de izquierda. Tampoco tercera posición. Llevo mucho tiempo en este barrio caminando sus calles y comprendiendo que el tiempo es cíclico y todo lo pasado volverá a suceder. Eternamente. Nuestro destino es chato, sin posibilidad alguna de progreso espiritual. ¿Observa aquel buzón? (El que tiene un pene en aerosol). ¡Ese buzón lo pintaron miles de veces, y siempre termina manchado con dibujos obscenos o destruido a patadas! Vamos... caminemos. El barrio me gusta, y hay muchas cosas que quiero compartir con usted. Verá, ¡soy un genial guía turístico! El pago es lo que usted quiera darme y si no hay nada, no importa. Hay momentos que quiero compartir, que necesito que alguien pise mi sombra constantemente, aunque sea en silencio. Acompáñeme a caminar por el barrio y le mostraré las esquinas en las

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que dormí ciertas noches de borracheras, Las paredes en las cuales hice rodar un auto mientras volvía del colegio a mi casa imaginando una ruta vertical. Déjeme mostrarle el barrio. Allí, en sus profundidades, donde el primer perro esboza su mensaje, el cual se propaga de ladrido a ladrido, de perro a perro, hasta las aristas más lejanas; lloré por cada posibilidad de amar que arruiné con ignorancia a la sombra de aquellos arboles de mora que manchan el suelo con su sangre de dulce aroma, déjeme mostrarle aquellos lugares secretos donde hay poca luz y tuve alocadas aventuras prohibidas de amor... y cuando pasemos por ciertas esquinas, aquellas donde las grietas del asfalto, son cubiertas con brea sobre brea, deme fuerte la mano, y ayúdeme a cruzar. En este barrio también hay calles que no me animo a transitar solo. Quizás mañana podamos bautizar de historias, una esquina que aún permanece anónima a nuestras vidas, así recurrir a ella cuando nos necesitemos.

Acompáñeme a caminar por el barrio

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Los disfraces suelen tener un encanto estético, de tan alta excelencia que de ella se desprende una personalidad propia la cual se le es impuesta al portador. Bruno Díaz es incapaz de lastimar a una persona o de crear un juicio a los males sociales. Es un hombre, más bien, de esos que observa otros estratos de reojo, con desconfianza y miedo. Sin embargo, al vestirse de murciélago, aquella imagen sombría y justiciera como es Batman lo condiciona a comportarse de un modo completamente distinto. De hecho, sin aquel disfraz de estética seductora, Bruno Díaz sería un caballero aristócrata incapaz de pensar en los débiles o interferir activamente en los comportamientos de ciertos criminales comunes. De este modo, con un preámbulo simple y exagerado, puedo continuar ahondando en el concepto. Todo disfraz refleja más bien la capacidad de establecer bases propias con un estado de conciencia y despojarnos temporalmente (mientras usemos el disfraz) de aquellos conceptos, comportamientos e ideas inculcada de forma arbitraria por nuestros progenitores primero, nuestros tutores después y nuestro entorno al que pertenecemos de manera azarosa. Un ejemplo de esta característica es El Cáscara, que de un modo extraño nació en Moreno, suele ser visto con la camiseta

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de San Lorenzo viajando en el furgón del Sarmiento hasta Flores tomando cerveza, golpeando las paredes del tren y cantando contra Huracán y Boca. Como si se tratara de una peregrinación religiosa colmada de una pasión injustificada e incondicional. Sin embargo, algunas de sus novias y de sus familiares confirman haber escuchado “Tocata y fuga en re menor” de Bach proviniendo de su habitación. Sin duda, los disfraces ejercen un poder sobre nosotros y cuando compartimos demasiado tiempo con alguien, no demora en que aquel individuo nos juzgue y pasemos a ser una persona cuya sinceridad es quebrantable. Muchas veces, el otro no se da cuenta que también vemos aquel disfraz que monta frente a nosotros. El problema surge cuando alguno no acepta nuestra identidad secreta o nuestro disfraz de superhéroe. No crecer en éste aspecto nos volverá seres intolerables y perturbadores. Nuestro disfraz también es parte de nosotros y debemos aceptarlo así como aceptamos disfraces ajenos. Al fin y al cabo, vestirse para la ocasión también es disfrazarse y es aceptado por la mayoría de la sociedad. En esta ocasión, quiero concluir pidiendo disculpas y marchándome. Debo quitarme el bombín, el traje de escritor y guardar mis lentes de

Disfraces

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decoración para vestirme con lo primero que encuentre en el ropero e ir a comprar víveres al supermercado, volver a mi casa, bañarme y vestirme de otro modo: de seductor. Así preparar una velada especial para la mujer que amo y al final de la noche desnudarme y desnudarla en mi cama. Así no quede disfraz ni prejuicios mientras hacemos el amor hasta quedarnos dormidos.

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PARTE 3: Tesis sobre el Catálogo de sueños



No me considero un bibliófilo, pero debo admitir que a la hora de buscar un libro prefiero las primeras ediciones de textos antiguos, a las nuevas producciones literarias. Quizás puedan acusarme de nostálgico, pero tengo sólidos argumentos que justifican esta decisión. Ante todo, el encuadernado. Los libros nuevos suelen ceder ante la apertura ya que solamente están pegados y no cosidos, las tapas no cumplen su función de proteger las páginas al ser tan flexibles como ellas y no tienen el porte que les brinda un forro de cuero. Además, (el peor de los males) en muchas ocasiones, la mala encuadernación hacen que algunas palabras se pierdan en el pliegue central del libros. Otros motivos no menos importantes son el admirable color amarillo de las páginas, el olor a humedad y el maravilloso tecnicismo utilizado por los autores que, a través de palabras, pueden generar imágenes sensoriales que estremecen nuestros receptores. Sin duda, ni Paulo Coelho, ni yo podríamos haber editado un libro, un siglo atrás. Lo particular de las viejas ediciones es tomar conciencia que un texto puede perdurar, de forma f ísica, en el tiempo y recorrer el mundo de aquí para allá haciendo de aquel mensaje, perteneciente a una época y un contexto, un dogma que influye hoy en día, de-

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mostrando que posee un misterioso espíritu capaz de generar sensaciones desconocidas por el hombre del siglo XXI. Mi primera incursión en este tipo de literatura criptográfica fue El Kybalión: un misterioso documento del siglo XIX que explica los siete principios del hermetismo, los cuales son el mentalismo, la correspondencia, la vibración, la polaridad, el ritmo, la causa y efecto y la generación. Este texto fue escrito por Los tres iniciados que prefirieron permanecer en el anonimato. Un libro fácil de conseguir, ya que se puede encontrar ediciones de distintos años a gran variedad de precios. El segundo hallazgo, fue una novela misteriosa, la cual adquirí de oferta en los puestos de Plaza Italia. Ésta, también anónima, no posee título y en sus más de doscientas páginas, aproximadamente en la central, figura la palabra “solo.” Todo lo demás es vacío. Debo admitir que este libro (El cual es titulado por las pocas personas que lo tuvieron en sus manos como “La verdad absoluta” o “el juicio final”) desapareció misteriosa y gratamente de mi biblioteca, ya que su sola existencia turbaba mi alma. La tercera obtención fue la traducción de William Tyndale de La Biblia. La cual fue censurada por la iglesia católica. A pesar de haber gastado una impensada suma de dinero en este libro, aún espera mi estu-

Introducción

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dio. Esta traducción de la sagrada escritura realizada en 1536, generó tanta indignación en la sociedad cristiana que el señor William fue ejecutado por estrangulamiento y luego quemado en público. El libro, es realmente dif ícil de conseguir y su precio es meramente excesivo. Sin duda, la ejecución de Tyndale, es una verdadera exageración, como todas las cremaciones de aquella época ya que, al parecer, los agravantes de herejía eran ciertos conceptos. Tyndale hablaba de congregación en lugar de iglesia, en el Capítulo 13 de 1 Corintios se tradujo el vocablo griego agápe por amor en vez de caridad. También se sustituyó el término sacerdote por anciano y de hacer penitencia por arrepentirse. El cuarto libro, El Kahal (1935) del escritor argentino Hugo Wats, es una obra literaria de inmensa calidad. Lamentablemente, el mensaje que intenta trasmitir es el antisemitismo en América. Una obra fácil de conseguir, pero que impone cierta crudeza a la hora de pedirlo. Wats, de ideología nacionalista, crea una trilogía ficcional en la cual (sin escrúpulo alguno) argumenta y defiende la propaganda impulsada por Streiche. El orden de las novelas son: El Kahal, Oro y 666. Su trama es la existencia de una conspiración mundial judía dirigida por un supremo (El kahal), que administraría la

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vida privada de los judíos de todo el mundo, imparte órdenes, exige lealtad absoluta hasta la muerte, o bien él mismo dicta sentencias de muerte. La sede de este se ubica en Nueva York y, en buena medida, se identifica con la alta finanza de Wall Street. El desenlace de la historia lo desconozco, ya que los otros dos libros no los busque, ni leí y tampoco me interesan. Con el primero tuve suficiente. El quinto libro (y a esto nos trae todo este preámbulo), es el Catálogo de sueños. Su aparición data a mediados del 1900 y cuenta con una única edición de pocos ejemplares. La historia establece que esta recopilación y análisis de sueños fue producto de distintos escritores radicados en España inquietos por, lo que era entonces, la instauración de nuevos paradigmas en el pensamiento científico y social, que arrasaba como un tsunami la mentalidad de toda Europa, encabezada por Darwin, Freud y Marx. En su prefacio establece que estas nuevas teorías, en lugar de dar mayor conocimiento, generan inmensas incertidumbres y destruyen la moral básica del hombre en sociedad, generando individualismo y desigualdad en el mundo. Ante la selección natural y la supervivencia del más apto, este misterioso libro establece que el hombre,

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en su capacidad de razonamiento y su concepción de la moral que establece al vivir en sociedad, no necesita adaptarse al medio ya que es capaz de adaptar cualquier medio a él, y es su obligación como ser social proteger al prójimo. Por este motivo, la verdadera evolución del hombre se basa en la solidaridad. Con respecto a los textos de Freud expone, y cito en un castellano moderno para mejor comprensión: El padre del psicoanálisis, busca destruir toda concepción religiosa, basándose en las historias falsas de los evangelios, condenando a las instituciones como monopolios que buscan la hegemonía económica a través del miedo y la manipulación social que lleva al hombre al sufrimiento y a la superstición de una posible salvación ante lo desconocido: La muerte. Sin embargo, además de abolir las instituciones, atenta contra el cosmos divino destruyendo aquella moralidad universal que nos iguala a todos, ya que las tablas de Moisés, el discurso de Jesús, o los cinco pilares del Islam establecen los mismos parámetros, para distintas épocas históricas, y ningún ser humano que las conozca, puede juzgarlas. Sin duda, el propósito de Freud es suplantar un monopolio aberrante por otro nuevo, aún peor, que ni siquiera se basa en la moralidad innata. Aquel padecimiento que la Iglesia llama peca-

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do o falta de fe, esta nueva corriente llama Neurosis. El sacramento de la confesión, es sustituido por terapia y el famoso diezmo, por honorarios al terapeuta. También es importante hacer hincapié que todas las aberraciones que hizo la iglesia “en nombre de Dios” son y serán suplantadas por atrocidades en nombre de la ciencia. En este punto, sin duda, este grupo acertó. Sólo es cuestión de investigar El Experimento de Milgram o El estudio de Monster para comprender las atrocidades que los psicólogos pioneros llevaron a cabo. Finalmente, el libro arremete contra el Marxismo estableciendo que su teoría puesta en práctica no puede dar otro saldo que gobiernos autoritarios y nacionalistas, con grandes concentraciones de capital. A pesar de que el manifiesto comunista exprese otro sentido, su utilización no es más que la manipulación de un pueblo para una rebelión utópica, cuyo resultado es un estado de guerra constante, donde los países más poderosos ganan, haciendo la brecha socio-económica más amplia, instaurando a fuego el nefasto sistema liberal. Sin duda, estos hombres tenían grandes conocimientos, o la casualidad hace creíbles sus argumentos. Quizás soy un pesimista que no puede disfrutar de las cosas bellas de la vida pero, cada lustro que pasa,

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siento que la sociedad es más individualista, los mercados increíblemente desiguales y la moral más ajena al hombre. Es por este motivo, que mi tesis sobre el catálogo de sueños ocupa un espacio importante en este libro que les presento cuyo propósito es promover los sentimientos por encima del razonamiento circular, frio y absurdo. Así contrarrestar aquella victoria intelectual perteneciente a la burguesía a lo largo de la historia de la humanidad. Lamentablemente, la obtención de Catálogo de sueños, me ha sido una tarea imposible. Sin embargo, tuve acceso a ciertos capítulos los cuales, resumí en un cuaderno y transcribo, adaptándolo a un vocabulario familiar al reconstruir los textos con mis notas, una frágil memoria y exceso de imaginación. El portador de dicho libro, se me dio a conocer en una reunión de escritores de manera azarosa, y viendo mi entusiasmo y conocimientos sobre algunas tramas, me invitó a su casa para que pudiera examinarlo y elaborar, así, mi tesis.

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El catálogo de sueños es una ficción perteneciente al género fantasy. Narra la jornada laborar de una cooperativa de entes fantásticos los cuales no son otra cosa que la representación del inconsciente humano. Estos seres, de actitudes inocentes e infantiles, se manifiestan con diversas expresiones artísticas para crear impresiones oníricas en los seres humanos, en principio como forma recreativa. De un modo abrupto, el comportamiento egoísta y perverso del hombre, despierta gran preocupación en estos seres, los cuales se inclinan a favor de la solidaridad entre el género humano. Para ello, crean una gran producción de impresiones artísticas así lanzar su mensaje a través de los sueños. En esta parte se puede observar la evolución de corrientes artísticas que se dan en la fábrica, sus principales exponentes y las obras pioneras y de mayor relevancia.

Estructura del libro

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El inicio del libro, no es otra cosa que la explicación informal del subconsciente a través de la personificación. Cabe decir que los autores del libro eran estudiosos de las publicaciones psicoanalíticas; su teoría se demuestra de un modo simple en los primeros capítulos: La conciencia es el hombre interferido por la nurtura, es decir el contexto que se nos impone al llegar al mundo; desde condición socio-económica, hasta los logos utilizado por el idioma y lenguaje. Es imposible vivir sin ella, por lo tanto la inconciencia es la misma muerte. Para ellos, el subconsciente es el estado natural del hombre, el cual intenta revelarse a través de los sueños o actos reflejos. Sostienen que este estado, no sólo refiere al hombre como animal, sino que también contempla al hombre como ser moral, ya que sin ella en su naturaleza, no podríamos haber llegado a la racionalidad. Algunos fanáticos de estos artistas, dicen que el estudio del ello, el yo y el superyó, ha sido inspirado por este grupo opositor, y fue una excelente estrategia para que el psicoanálisis se afiance definitivamente a la sociedad moderna. Con este criterio, podemos decir que el ello, es la moral en estado natural, el superyó es la moral impuesta por sistemas dominantes y el yo, aquella parte mediadora que intenta establecer equili-

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brio. Sin embargo, la discrepancia entre Freudianos y Catalogadores de sueños se establece en que estos últimos, sostienen que ante una sociedad corrompida, es un error decir que el yo es el estado consciente, ya que la posibilidad de mediar entre ambas partes, es un proceso inconsciente e innato que llevar a la supervivencia de la especie humana. Como corolario, quisiera agregar que, a través de ciertas investigaciones, estos conflictos constantes sólo dieron como resultado la eliminación del término “subconsciente” de las publicaciones a partir del año 1900 por sugerencia del mismo Freud, estableciendo el consciente, el preconsciente y el inconsciente, no satisfaciendo a los catalogadores de sueños quienes sostienen, puño en alto, la teoría de William Shakespeare, quien afirma: “estamos hechos del mismo material que los sueños.” Haciendo imposible dividir al hombre en tres estados, dependiendo de sus actos.

Primera parte: Los entes fantásticos y su significado

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La ficción establece que los sueños son manifestaciones artísticas de distintas disciplinas. Estas obras tangibles, deben someterse a una máquina inmensa cuyo funcionamiento es similar a una máquina de fotos, con la particularidad de obtener una impresión onírica, capaz de reproducirse a través de los sueños. Estas, se distribuyen azarosamente como ondas electromagnéticas que son captadas por los hombres bajo el estado REM, es decir. El sueño profundo. Como se establece anteriormente, esta parte del texto, es la que da título al libro, ya que en ella se especifican el arduo trabajo artístico, catalogado por las distintas corrientes que surgen al encarar la producción de sueños de distintos modos, no sólo a nivel literatura aunque es a la que se le da mayor importancia, sino que también aparecen ilustraciones que representan esculturas, pinturas y pentagramas (algunas están presentes como separadores de las partes que integran este libro). Quizás un análisis de estos bellos capítulos, resulte tendencioso y dif ícil. Es por ello, que en el momento que leí dicho catálogo, extraje grandes conceptos de ciertos capítulos que me admiraron y deseo compartir en esta oportunidad.

Segunda parte: Los sueños

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El minimalismo La primera corriente artística a la que se hace referencia, es el minimalismo. La idea fundamental de dicho grupo es volver a las bases de la impresión onírica. Su pensamiento principal, consistía en la eficacia de los sueños, centrándose en la cantidad por encima de la calidad. La estrategia que utilizaban para hacer frente al desenfreno y corrupción humana, era la constante elaboración de sueños en el menor tiempo posible utilizando los mínimos recursos. Es así, que lo principal en un sueño era la sensación capaz de causar, haciendo a un lado detalles y tecnicismos. Al fin y al cabo, el objetivo no era estético sino ideológico. La primera impresión onírica de índole minimalista, es una obra pictórica que consistía en un lienzo negro uniforme. La persona que recibía este sueño, consideraba no haber soñado nada en toda la noche, por lo cual se consideró un verdadero fracaso. Es así que este grupo de artistas decidió incorporar algunos círculos de colores chillones que generaban gran contraste. Lamentablemente, esta incorporación tuvo el mismo éxito que su antecesor. El primer triunfo obtenido (y quizás el único), fue

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la obra “Caída libre” la cual consistía en un vértigo que concluía con el sobresalto de la persona que lo soñaba. Su autor, establecía que a diferencia de los trabajos anteriores, “Caída libre” respetaba la tendencia minimalista ya que se centraba en las sensaciones. Los movimientos artísticos opositores, negaron esta obra como exitosa pues no mostraba ningún contenido ideológico o técnico. Careciendo de estas dos características, no se podía considerar como sueño, sino como mera impresión onírica ordinaria. Extremadamente repudiado, el minimalismo encontró su fin con la obra en conjunto “Pequeña historia de amor” la cual fue llevada a cabo por un dibujante minimalista y un narrador opositor, en un intento malogrado de asentar la convivencia entre los distintos grupos artísticos. Con premeditación y alevosía el narrador, en lugar de ayudar, atenta contra el movimiento dándoles a entender, a través de su arte, que el minimalismo no debía prosperar. A continuación comparto con ustedes dicha obra. Pequeña historia de amor En esta ocasión, me toca narrar una pequeña his-

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toria de amor y cuento con la ayuda del dibujante quien, a través de su lápiz y sus aptitudes para generar sutiles y admirables trazos, dibujará la escena que expondré a continuación. En principio, diré que la historia transcurre en una plaza o parque, da igual. Lo importante, y lo que se debe dibujar, es un banco en el centro del papel sin demasiado detalle. Sugiero que un simple rectángulo oficie como elemento principal. Por la derecha, entra a la escena un muchacho el cual debe sentarse en el banco: un simple círculo puede graficar la cabeza y algunas líneas rectas su cuerpo y sus extremidades. Allí permanecerá, con la calma como aliada, esperando por la mujer amada que llega por el otro extremo del papel. Seamos dinámicos, señor dibujante, y utilice nuevamente el método “palitos” pero entre su tronco y sus piernas, dibuje un triángulo para graficar una pollera y así diferenciar el género de nuestros protagonistas. Ella se sienta a su lado y sus miradas se cruzan por un largo tiempo para contemplarse el uno al otro y en las pupilas ajenas encontrar las herramientas para vencer la timidez. Es cierto que nuestros dibujos no poseen ojos, pero rápidamen-

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te, con dos puntos en sus cabezas se soluciona. La timidez intentará atentar contra estas almas predestinadas, pero todos sabemos que esta es incapaz de torcer cualquier destino, es por ello que al no ser suficientes los esporádicos momentos donde las miradas se cruzan, una sonrisa de ella (un semicírculo es suficiente) destruye el lapso muerto, acelerando lo inevitable. El hombre comprende que es su turno de dar un paso, y lentamente toma su mano entrelazando sus dedos. Haga el favor, señor dibujante, de aplicarles manos y dedos a los protagonistas. También le recomiendo que tome sus lápices de colores, ya que ambos comienzan a descubrir la belleza del cielo celeste, semejante al celeste de las pupilas de ella. Dibuje labios, para el eufórico beso que sellará la unión eterna de, hasta entonces, sus solitarias almas. Es en este punto donde necesito dinamismo en los trazo, el hombre acaricia los dorados cabellos de su amada, que se funden con los rayos del sol que logran atravesar las copas de los árboles de aquel parque o plaza. Ella dejándose vencer por la pasión exhala un suspiro que relaja su cuerpo vencido por la gravedad. Para evitar una caída, se sujeta de las

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solapas del saco de su amado, quien penetra sus pupilas en las cuales puede observar su rostro y el de ella en las pupilas de su reflejo infinitamente, como un espejo frente a otro. Ambos gozan de aquel instante y deciden perpetuarlo, haciendo de aquel cielo celeste, de aquellos árboles y de aquel sol algo completamente obsoleto, al punto de desaparecer junto a ellos que se funden en el abismo de lo intangible. Lo veo muy atareado señor dibujante, déjeme ayudarlo alcanzándole la goma así puede borrar todo a excepción del rectángulo que oficia de banco y, por favor, concentre su anonadada mirada en el papel y no en mi persona.

El realismo La corriente realista, en contraposición al minimalismo, buscaba de modo artístico un impacto sensorial puro. Hacía hincapié en la estética por encima del mensaje, los cuales solían ser eventos cotidianos

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capaces de abrir un abanico de interpretaciones. Las disciplinas artísticas más influyentes fueron el teatro y el ballet. El grupo selecto de mayor importancia, era llamado “El escenario realista” que contaba con pocos integrantes pero de gran capacidad técnica. Su filosof ía de trabajo consistía en crear sueños estéticamente verosímiles, para que el soñador no olvide la impresión onírica y no pueda discernir entre realidad y sueño. Ellos sabían que al concluir el estado REM, algunos detalles se pierden e intentaban sean los mínimos. Preferían dar imágenes nítidas que queden marcadas en la memoria al despertar. Ellos argumentaban que tanto el teatro, como el ballet, son eventos únicos e irrepetibles a diferencia de otras disciplinas como la literatura o la escultura que se perpetúa en el tiempo. Mientras que una novela, es de producción masiva, el teatro varía constantemente en cada interpretación, lo cual le da verdadero realismo. Su última obra, data en 1939 y es una producción nacional, llamada el Ballet de la línea 47, el cual consistía en una coreograf ía que intentaba mostrar los movimientos agitados de un viaje desde el autódromo hasta Chacarita en hora pico de un colectivo repleto y atrasado, cuyo conductor intentando llegar a horario realiza maniobras temerarias haciendo que

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los pasajeros dancen de una punta a otra, en bloque, realizando bellas posiciones y saltos como el demi-plié, el coupé y el entrechat. Aquella interesante pieza tiene, pequeñas historias en las butacas, perceptibles para los soñadores más observadores, entre las de mayor relevancia mencionaré la historia del conductor quien observa el reloj indefinidas veces y sobre el torpedo del colectivo tiene un ramo de calas que espera adornar un nicho en el cementerio, para dar el adiós definitivo a alguna persona, cuya identidad nunca es revelada, pero sabemos por sus gestos y su apuro que es la forma de acabar una agonía por la ausencia que destruye su espíritu. Otra historia interesante es de dos jóvenes que no cruzan sus miradas en todo el viaje, y al quedarse dormidos, los mismos movimientos del colectivo hacen que ella apoye su cabeza en su hombro, hasta que sus labios se rozan. Finalmente despiertan ante el ruido de una bocina y se desentienden, mirando cada uno para otro lado. La obra maestra de este grupo, es una escena teatral que generó gran polémica por su mensaje y sus imágenes verdaderamente fuertes. Sin diálogo y meramente representado por medio de didascalias, la obra transcurre en el living de una casa, donde un Rabino

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está planchando ropa. Finalmente llega un sacerdote católico y lo saluda con un beso en la boca. Mientras el cura, mira algo de televisión, mostrando cansancio, el rabino prepara la mesa para una cena romántica que culmina en una relación homosexual en el cuarto. Sus creadores confiesan que su intención no era ofender a ningún credo, sino establecer una postura de unidad entre ellos y dar apertura a la homosexualidad en un mundo religiosamente conservador. Lamentablemente este movimiento se disolvía a medida que intentaban generar mayor realismo. Sus obras al principio, intentaron evitar toda proyección o ensayos, por considerarlos medios de manipulación. No se puede hablar de realismo al existir un libreto que determine un futuro predecible. Es así que en muchas ocasiones, los actores permanecían horas en un escenario mirándose unos a los otros, o hablando de libros y política. Finalmente, no se juntaron nunca más, ya que nadie sabía bien dónde o cuándo se ensayaba. Algunos entes adeptos al realismo dicen que en verdad todas las relaciones sociales no son otra cosa que una inmensa obra, donde el mundo es escenario, ellos mismos los actores y espectadores, y no somos otra cosa que sueños dentro de otros sueños.

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La Mayéutica Ante la problemática establecida por los entes oníricos, un grupo de artistas propusieron un modo distinto de manifestar la moral. Creían que los mensajes diagramados y las estéticas formales no eran el camino correcto para generar un verdadero cambio. La orientación de toda postura por establecer y la estrategia llevada a cabo, carecía de objetividad. Este grupo, sugería el método de Mayéutica. Para las personas que carecen de conocimientos filosóficos, este proceso consiste en inducir, a través de preguntas e incertidumbres, a una verdad que es ignorada pero que está dentro del espíritu humano. Es así que en lugar de trasmitir un mensaje claro y metafórico, los propulsores de la Mayéutica, elaboraban impresiones oníricas incompletas, las cuales los soñadores tenían como tarea un trabajo intelectual para darle sentido a estos sueños con espacios en blanco, generando aquella impresión de deja vú o premonición. Sostenían que estas sensaciones misteriosas eran el único método por el cual un sueño podía perdurar eternamente después del estado REM, dando respuestas que variaban a lo largo de las distintas etapas en la

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vida de un hombre. Es así que un mismo sueño podría marcar la infancia, la adolescencia, la adultez y vejez de una persona. Ya que aquellos espacios en blanco podían ser permutados infinitas veces. Esta corriente, a pesar de abarcar distintas disciplinas, tuvo mayor evolución en la literatura, particularmente en la poesía. Alguno de las obras más importantes transcribiré a continuación. En la corte del Zar En la corte del Zar, quien ______ , Se observa la mítica y extraña _____ . Sin pan al oprimido, sin paz para ________ , Quien en su sudor y su trabajo ________. En la corte del Zar, los banquetes ______ Y las fiestas perduran a través del _______ . Pero, fuera cuando el sol calcina __________ El pueblo olvidado, abatído, ________. En la corte del Zar, allí donde ________, Reina la gula, la ignorancia y _______. Pero el oprimido despierta y ________ Y aquella corte será ___________.

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Lamentablemente, este poema de procedencia rusa, presentaba dos aspectos que lo excluirían de los propulsores del método del cual hablamos. El primero es que, a pesar de tener espacios vacíos, el mensaje que presenta tiene una orientación proselitista. La segunda, es que no todas las personas tienen la posibilidad de completar un poema respetando rimas asonantes o comprender innatamente el ritmo de la métrica. Es por eso que los siguientes intentos mostraban otro aspecto, aunque también derogados por ser demasiados pretenciosos. El árbol y su resurrección Soneto, donde en las dos primeras estrofas, los versos pares riman con la terminación “ar” y los impares con “ción”. En las últimas dos estrofas, libre albedrío. Recuerden que estas, a diferencias de las dos primeras que están conformadas de cuatro, están compuestas de tres versos cada una. La siguiente experimentación en la mayéutica tuvo como objetivo inducir, levemente al soñador, dando algunas indicaciones para completar los espacios

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en blanco. Sin duda, este nuevo método era el mejor logrado. A continuación, mostraremos un poema y una pequeña prosa como ejemplos. Años Que van mil años de vacío, Que uno es poco, pero tuyo. Que nuestro mal no dure cien Aunque noventa y nueve, ya es mucho. ____________________________ ____________________________ ____________________________ ____________________________ Años, como una transición de día Que pasan fugaces por mis ojos Años, que condenan a la agonía Y me acercan al despojo. En este poema, podemos ver que al tener la primera estrofa, orienta al soñador a respetar la rima

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entre los versos pares, y una métrica octosílaba. A demás, el título y las estrofas muestran una temática establecida. Aunque el poema es bastante malo (lo podría haberlo escrito mejor), es un claro ejemplo de este método. Ahora, compartiré una prosa, con espacios en blanco donde figuran ciertas instrucciones como si se tratara de una trivia. Al despertar, me di cuenta que las sabanas eran un mar, y yo naufragaba en el. A estilo (1)_______, atravesé con porf ía dichas aguas y llegué a la playa. Permanecí un rato, consternado al darme cuenta que había llegado a (2)_______. Caminé hacia mi casa que se encontraba solitaria, en un médano inmenso. Al entrar, esquivo en el (3)_______ una plaga de sapos de papel que saltan por todos lados y me encuentro en (4)_______ con (5)_______ que, al verme, empieza a (6)______ . Sin pensarlo, me acerqué y (7)_________. Recibiendo como respuesta a mi valentía un (8)________. La llevé a mi habitación donde nos esperaba un (9)________ y marchamos a (10)_______ . durante el viaje, permanecí en silencio, contem-

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plándola. Finalmente, me observa y con una sonrisa me dice (11)________. Es entonces donde el sueño concluye y uno despierta sobresaltado. (1) Estilo favorito de nado, perrito es considerado como estilo, en el caso que usted no sepa nadar. (2) Última ciudad balnearia visitada, en casa de no haber ido a ninguna, alguna vista en televisión. (3) Sala de su casa adjunta a la puerta de entrada. (4) Lugar donde se acomodó la última visita que tuvo. (5) Persona que enciende su pasión. (6) Actividad que produjo el génesis de dicha pasión. (7) Acción que sueña hacer con dicha persona. (8) Tipo de contacto entre cuerpos que se atraen, sin tabú alguno. (9) Medio de transporte, el primero que verá mañana al despertar. (10) Primer lugar al cual tiene que ir mañana al despertar. (11) Discurso más conocido de su tutor cuyo género es igual al de la persona amada.

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A pesar de su propuesta creativa, la Mayéutica vio su fin, al no ser una corriente elegida por los grandes artistas que pretendían infundir un mensaje sólido y unilateral. Sin embargo, muchos descubrieron, al intentar completar los espacios en blanco, distintas sensaciones o conocimientos que utilizaron como inspiración para la producción de sus sueños.

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La última parte, expresa la destrucción total de dicha cooperativa, al agotar las ilusiones (el principal químico revelador que utiliza la máquina que hace posible la transformación de la obra tangible a una impresión onírica) haciendo imposible la producción de sueños. Es entonces cuando estos seres, al apagar la máquina, comprenden que los esfuerzos fueron inútiles, pero necesarios. La hermosa metáfora, se sintetiza en las últimas oraciones. Cito textualmente: “Los engranajes se detuvieron lentamente y el vapor se disipó acompañado de un largo suspiro. Esperamos aquel silencio que merecen los duelos. Sin embargo, a través de las paredes, escuchamos el sonido intenso de una máquina inmensa, con miles de engranajes. En ese instante, comprendimos que aquello que quisimos detener, ya funcionaba hacia un tiempo.”

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Aún estemos a tiempo para comprender a la sociedad y la moral como una maquinaria inmensa, donde todos somos pequeños engranajes y en el momento que uno falla, la máquina cae a menos que los demás trabajemos para suplantar al engrane dañado hasta que se reponga. Aboliendo la imagen Jerárquica por conocimientos culturales, estatus social o económico. Buscando la parte buena y romántica de lo malo para comprender y poder modificarlo con ternura y apoyo. Al fin y al cabo, el mal tiene que tener su parte buena ya que todos pecamos. Quizás sea factible que en comunión subamos a un tren hacia el progreso, donde los ancianos, los niños, los discapacitados y las mujeres embarazadas ocupen el asiento que les corresponde, ya que nadie se hace el dormido. Donde al parar en las estaciones, ascendamos y descendamos de modo ordenado, sin atropellar al otro. Donde no se traben las puertas por colapso de los vagones y quienes no tengan lugar, esperen el otro. Ya sabemos que este tren, manejado por el sistema que lucra con nuestras necesidades va a llegar tarde. Pero poniendo amor y paciencia, nuestra otra mejilla para el cachetazo, es un buen comienzo para cambiar las cosas. Si podemos hacerlo, destruiremos la entropía y el tren va a llegar a horario consecuentemente.

Conclusión

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