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ARQUITECTURA
ARTE Bi ZANTINO
I XTERIOH J)E SAX YIT.\J. • I L\YI~~A
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ARQUITECTURA
El Congreso sobre la Enseñanza de la. Arquitectura nteresante desde todo punto r:le vi~ta, ha resultado el Congre~o sohre la En~eñanza de la Arquitectura, organ izado po.r el In stitut o Real de Arquitectos Británicos celebrad o del 28 <.le julio al 2 d~ Agosto último en L o ndre~. El problema de la e nst ñanza de la arquitectura, del que se han o c upad o )a los dos Congresos Pan Americanos de A 1 qui ttct c s y que ha s ido objeto de discus ión en casi todos l o~ Congre~os Internacionales de Arq uitectos que se han celebrado en Euro pa desde el año 1867, ha adquindo hoy, que todo ca mbia y se modifica con una rapidez vertiginosa, ob ligando a buscar las soluciones que los nuevos probl€mas van planteando, una im portancia fundamental para la orientación y . adelanto de l a rte actual. Y si esto puede decirse de una man era g en eral para todos los países de la América y de Europa, para Ing laterra tiene este mis mo problema, un dobie interés, pues desde que algunos arquitectos han pretendido reaccionar contra el sistema de e nse ñanza adoptado al lí desde antaño y llamado pupila ge, estableciendo Escuelas Especi a les está en pié una dise nsión apasiona-da en_ tre los que defienden uno u otro de esos si ~ ternas . Entre los temas que figuraban en e l programa estaba el de la Enseñanza de la Arquitectura en el pa~ado, en ef presente y en el futuro. Relativa a la prim era parte presentaron informes sobre Francia: Paul León Director de Bellas Artes; sobre Italia el Comendador Giaco mo Bo ni y los Arquitectos G. Giova nnon i y P . D' A chiardi; sobre Estados Unidos de Norte América el Profesor W. M. Boring, de la Universidad de Colombia y so bre Inglaterra Paul W a terho use, M .A , F.S. A., P . P.R.I.B.A. El se ñor Paul L eó n informó a la A sa mhl ea que la e n se ñanza de la Arq uitectura en Fran c ia, hecha por el E s tado, databa del rei no de Lui s XIV, coincidiendo con la funda c ión de la Academia. De 1648 a 167 r son fundadas en Francia y en Roma por Mazorin y Albert la Academia de Pintura y E scultura, la Pequeña Academia, prototipo de la Acade mia de Inscrip cion es y Bellas Letra s; la Academi a d e Ciencia; la Academia Francesa en Ruma y la A <:ademia de Arq uitectura. En 1762 b a jo 1a Dirección de Jacques Erancois Blondel ayudado por Dav id Leroi se amplia la Enseñanza, que hacia el mismo Blondel veinte años antes, quien apesar de la Academia, había abierto una escuela de Arquitec tura don de ensf ña ba tarn bién ' el Ingeniero Rogean de Val ) el Pintor Saint Aubin, a la "gent.e bien nacida dedicada a la arquitectura y a vivir en la selecta sociedad.'' AHí se daban los domingos y días festivos, conferencias a Jos obreros y dibujantes y se hacía un curso de cuarenta lecc iones seguidas de visitas a las
obras, y e~te movimiento de in~trucdón da lugar a la fundación de la escuela Ii bre de di buju por Bache lier en 1766, cuyo local ocupa hoy la Escuela de Artes Decorarivas. Este vigoroso movimiento fué interrumpido por la Revolución, con s u resoiLÚ.:ión, del 8 de Agosto de 1793, con-tinuando s in emharg·,, la en~eñanza y en 1795 se funda el Institut() · de FranciJ. La enseñanza d e las Bellas A rtes !'e organiz~ definitivamente en 1803 ·y la Real A ca élemia se constitu •ve con cuarenta mi c-mhros. La enseñanza a·c¡:.démica fundada · e n una tra·dic'ión secular tan -arraigada que ni la R e volución '. pudo anular, es obje to de · violentos ataques en eJ: siglo XIX en qne sobr evienen · la s luch·a s ardientes. entre Clási'co~ y Góti cos, que ca da · vez · nt'ás a pa sionada da lugar a 1 D ecreto · de í 3 de Noviembre de· 1863 que modifica profundamente. la Organización de la Escuela e in·troduce et · régimen en vigor hasta hoy. · El trabajo prese ntado por el Comendador Boni1 es una exhortación para q ue no ~e eche en· olvido et glorioso pasado de ·1a arquitectura romana, fuente e· in s piración de toda la e n~ eña nza J_a arquitectura. Los arquitectos Gi ovannoni · y 'D'A chiardi, han informodo refiriéndose a Italia · ql}e nunca ha existido una verdadera unidad e ntre el aspecto profesional del arquitecto y los métodos de enseña nz~ del mismo~ lo que ha llevadú d esde los primeros tiempos de los pueblos civilizados a confundir e sa prof~ s ión con otra~ artísticas ! o constructi ,-.~·as . . En la época romana ha existido el arquitecto preparado co mo Jo ha descrito Vitruvio, y en los primeros lÍempos de la Edad Media, la enseñanza no existia c)rga n izada~ siendo el arquitect9 un derivado del a lbañi 1 o del escultor. Del siglo XII al XIV rea par.e ce e l verdadero arquitecto a veces jef e téc nico, a veces artista que cultiva también con frecuen c ia otras· art es. E s tos arquitectos, que son discípulos de si i~ino~, han Ilegado a poseer todos los · conocimie n t'os necesarios estudiando la antigua ·arquitectura e.n s us ruinas y en s us monumentos, p enetrando ¡.; u es píritu para como di ce V asan en la vida oe ·F el i P<:! Brune lleschi· " traer l o a su epoca , para ilumina r 1a buena arquitectura." La creación del llrquitecto, que no tiene ninguna participación como artífice, cosa que predominaba en las Corporaciones de la · Edad Meclia, y que sobordina al proyecto la concepción tata 1 del edificio exige una especial y nueva preparación creando una verdadera profesión. En ese sentido el tratado de Viñola representa un primer paso y la en señanza en Escuelas el segundo. Este estado de cosas, empezó a restringir la li-
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ARQUITECTURA bertad ilimitada hasta entonces de~ arquitecto, creando reglas que frecuentemente fu eron codificada s dando lugar a la aparición de las Academias que pronto se fundaron en toda Europa. Durante los siglos XVII y XVIII los arquitectos se formaron en las A cademias y los académicos no eran sino intermediarios entre los sabios y los artistas. Es así, que a fin es del s iglo XVIII y principios del siglo XIX, todos los arquitectos son educados en la antigua arquitectura. Luego deft pues vienen las oscilac iones del último período en el que intervienen en la enseñanza estil os Románticos , neo R~naci miento y el eclecticismo, pero contando siempre con más adeptos la antigua arquitectura, Esto no satisfacía a la s nuevas generaciones que veían surgir a Italia, pues entendían que era necesario sustraerse a la excesiva influencia escolástica y dar otra tendencia práctica, otra libertad que la <¡ue podía deducirse de épocas clásicas, para poderse adaptar al complejo problema de la nueva civiliza ción. Cuando la Italia constituyó un nuevo país, la Academia de San Lncas, así corno las demás Academias fueron perdiendo su importancia como escuelas de enseñanza, no sólo en la Arquitectura, si no en las otras artes , enseñanza, que pasó a depender de la Institución de Bellas Artes del Reino. Fué así como aquellas fueron perdiendo su importancia y pasaron a desempeñar un papel solamente histórico, sustituidas por las Instituciones del Estado que son en el período actual las que prepar:an a los arquitectos. El Profesor A. Boring de la Universidad de Co .. lumbia, dijo que los E stados Unidos no tenían una tradición arquitectónica gloriosa como la de Europa . Las primeras obras dignas¡, fueron ejecutadas por arquitectos ingleses que llegaron a aquel país ' con los nuevos pobladores, pro(iuciendo lo que se tlama allí arte colonial, al que precedieron algunas construcciones con tendencia inglesa u holandesa. A sí se continuó hasta un ¡medio sig1o despué s de la independencia, siguiendo luego la declinación de la arquitP.ctura que se veía en Europa hasta culminar en una verdadera decadencia durante la ·é poca de la Guerra Civil de 1861 al l865. Después de eso, el creciente progreso del país influyó en su arquitec tura pudiendo decirse que la primer verdadera demostración de este arte se hizo c «•n la celebración de la Exposición de Filade1fia en el año 18¡6. Fué en Boston en el raño 1865, que se fundó la primera Escue!a de Arquitectura. William Robert Ware, estableció en el Instituto Tecnológico de Mass achusetts la escuela madre, p~ede decirse, sobre c uyo modelo más o menos se fundaron luego otras . Una dedicación especial al ie studio general como requisito intelectual, esencial p¡ara el estudio de Ja Arquitectura; el anális is de los monumentos antiguos y su influencia en la cultura, todo eso, con la cien-
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cia de la Construcción, formó la base de la lns., truccwn . Más tarde se añadió a todo esto el sistema de enseñanza de la arquitectura seguido con gran éxito durante dos siglos en la Escuela de Bellas Artes. En 1881 William R. Ware fué llamado a Nueva York donde fundó la E scuela de Arquitectura en léi Universidad de Columbi a . Otras escuelas siguieron a ésta, y actualmente existen un gran número donde siguen estudios de arquitectura cuatro o cinco mil estudiantes. En I8g4 los ex discípulos de la E scuela de Bellas Artes , con el objeto de propagar y defender el sistema de enseñanza que ellos habían se~uido, funda ron la Sociedad de Bellas Artes, que fué creciendo en importancia y que ma(jtiene hoy el Instituto de las Bellas Artes del Dibujo. Al mismo ti empo que funcionaban estas E scuela s, fueron abiertos Talleres semejantes a los que func10naban en París fuera de la Escuela. La Exposicion internacional cel ebrada en Chicago en e l año 1893, fué el segundo paso dado por el público norte americano en la apreciación de la arquitectura . Un grupo de distinguidos artistag arqllitectos, pintores y escultores, levantaron una ciudad de ensueño que se reflejaba en las aguas a zulea del lago l\iichigan despertando un gran entusiasmo por lo clásico monumental. Com o consecuencia de esto, Charles Follen J\[ekin concibió la idea de una Academia Americana en Roma, sostenida después por generosas contribucio nes que manti ene el gusto por la expresión mo- . numental de la a rquitectnra y las otras bellas artes del Dibujo. La Asociación de la s Escuelas de Arquitectura colegiadas de la cual el señor Ernerson (miern bro infor!11ante de la Enseñanza de Arquitectura en el presente) es su Presidente, ha s ido fundada recientemente con el fin de mejorar la enseñanza, y celebra reuniones anuales en donde se discute todo lo que interesa a la enseñanza aprobando normas fundamenta les para la mi sma. El Arquitecto Waterhouse de Ingl a terra, empezó diciendo que conocían poco como se habían preparado .los g randes arquitectos del Siglo XVII como el gran W ren que fué discípulo de si mismo. De los tiempos de Elizabeth a los de Anna existen los conoscent entre los que era comun encontrar conocimientos generales de la arquitectura clásica. En el siglo XVIII y por lo tanto influye ndo Wren, Gibbs e lñigo Jones, se establ eció que sin el conocimiento de la arquitectura clásica de Grecia, R oma Italia, Francia y del R enacimiento, no era pos ible ser arquitecto. En consecuencia, durante la última mitad del s iglo XVII y el XVIII el viajar con el objeto de estudiar la arquitectura de otros países, fué une de los medios de instrucción más empleados, publicándose
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ARQUITECTURA como consecuencia de ésto~ estudios infinidad de obras que no sirven para instruir a los que no pueden viajar. De este modo pues, se forman ]os principales arquitectos. El gran arquitecto William Tite ya se prepara con el sistema de pupilaje y en el estudio de John ~oant ya reciben su instJucción por medio del pupilaje desde el año 1874 al I 837 ci ncuenta y cinco futuros arquitt-ctos. De este profesor recibían sus discípulos en5cñanza práctica relacionada con la medicíón, costo, dirección y trabajos de ta1ler, dibujo y compcsición. Más adelante, lo que fué el pupilaje "'n tiempos de la Reina Victoria todos lo conocemos por tra di-
ción o por experiencia propia. De esto puede decirse que algunas veces no fué lo que debió ser y otras que dió un excelente resultado. <:;¡ no habla ha de la In~titución de los exámenes establecido por el Real Institut<~ no es por que ignorase su importancia si no porque no los consi· dera ba como formando parte del pasado sino más bien como el principio del presente. La fur.dación de la Architectural Association como institución de enseñanza y Hl creciente eficiencia rn la University College, King's College y Loth Kensington han contribuido también a la creación del ~ istema a ctua 1 de enH ña nza.
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Orientación de la arquitectura moderna '
En la práctica 7 en la enseñanza En el siglo de eclecticismo en que vivimos, iba ya adquiriendo caracteres muy marcados la tendencia de la Arquitectura a prevalecer, al través de las edades, supeditada a principios y formas básicas que se han altetado muy poco-desde Grecia a nuestros días-en e[ sentido de la originalidad y el progre~o. Pero la Arquitectura es arte útil y, por lo tanto, arte necesaria. Y la necesidad acicatea el ingenio del hombre, consiguiendo en un instante feliz, milagro5- que no se han obtenido en largos años de estudio •v dedicación . Tal es lo que ocurre en estos momentos en que, a pocos años de una gran guerra, la Humanidad ha visto transformar rapidamente muchos de sus viejos organismos administrativos y sociales, y muchas de sus instituciones morales; transformación que ha traído aparejadas nuevas y perentorias necesidades. Mucho ha habido que improvisar, sin duda, y los defectos anotados en la obra de emergencia son notahles. Pero al amplificarse el horizonte, se han descubierto nuevas sendas, en la que, a poco que se ahonde, se ha de hallar, seguramente, el firme camino que ha de llevarnos hacia 1a nueva era arquitectónica; hacia la única capaz de marcar una época, después de la Gótica o la Renacentí:;ta. ¿A qué se debe sino que a razones de necesidad nacidas circunstancialmente con la guerra, la boga adquirida en esto~ últimos tiempos por el Cemento Armado con su sistema de construcción 1ápido? Y, sin embargo, cuanta beJieza irradia ya esa arquitecA tura de líneas sobria.s, que expresan racionalmente las funciones de los órganos interiores que recubre, con su aparente frialdad, inexpresiva para los que creen que no es Arquitectura lo que no se sugeta a módulos, ni llama en su auxilio a los elementos clá• • stcos para vestirse. Es evidente empero que, en todos los ~entros civilizados, en la práctica, !a Arquitectura está sufriendo un pequeño estancamiento, en el sentido de la originalidad y del buen gusto artísticos, al par que ha
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señalado un notorio progreso, en el sentido de la higiene individual y colectiva de la vivienda. ¿A qué se debe el fenómeno constatado? Sin duda alguna al nuevo concepto de la vida, que tienen las sociedades modernas. Las familias, organizadas antaño sobre inconmovibles base~ legales y afectivas, han pasado a ser hoy instituciones pocos esta bies, que marchan tal vez h:rcia más lógicas conquistas-como la igualitaria de los derechos del hombre y la mujer-pero propensas, por ahora, a desmoronarse al primer contraste seutimental o económico. La sociedad actual, fundada sobre tan inseguras parcialidades, adolece del mismo defecto genésico. Fn su afán de mejorarse y contemplar a la vez un gran número de situaciones creadas eventualmente, ha dado a su organización e~a forma incoherente e imprecisa de lo que se establece a título de ensayo y no como conqui~1a definitiva. En más de un grasiento cuello de un no menos raído sobretodo, hemos podido leer a veces una gran Uagedia sentimental o de intereses. La Arquitectura es el ropage de la civilización. ¿No nos muestra acaso élla, con su oropel actual de pocos quilates, y con la misma elocuencia que la prenda de vestir individual, citada, la gran tragedia moral y material que actualmente aflije a la Humanidad? Evidentemente. Así como trabajamos donde y como podemos, improvisando conocimientos y derrochando voluntad, para poder subvenir a las inmediatas necesidades presentes, construimos sin preocupación de hacer obra bella y duradera, ante la inminencia de que ella tiene que ser imprescindiblemente útil; y aunque esa utilidad ~ea sólo transitoria ¿No hemds aprendido que el mañana es incierto y que puede sernos fatal? Pagamos desgraciadamente tributo, a una época de desorientación colectiva y de neurastenia totaJ; de esa neurastenia que ha producido en los ingénuos
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ARQUITECTURA tmaginativos, el bru~co desper 'a r de una realidad insoñada y puesta de manifiest con harta crudeza . ' por la más grande hecatombe que haya visto la His. 1 toria. La Arquitectura desdeña, m mentáneamente, por .. . .considerarlo supérfluo y sobrad mente resuelto resuelto, el problema individual e sa, y se orienta sensiblemente en el sentido de más amplios problemas -colee ti vos y sociológicos, como 1 de la ciudad. ¿Deb~ :n >~ larn~ntarb? No, ciertame te, en absoluto. Preocupémonos en buena ora de estudiar y -con s tituir las bases de la ciudad futura, bella e higiéni ca . de trazado científico y ~ómodo, y habremos -comenzado a dar a nuestra obral el sólido pedestal sobre el cual podremos luego construir el bello monumento que ha de dar personal. dad a nuestro siglo. Estamos en un momento de la vida de la Humanidad, en que todo se subvierte, en nombre de quien sabe que inescrutabies de, ignios, inspiradores tal vez de una. gran victoria co ún, en el sentido de ese ideal de felicidad humana, c uya conquista se ha:·n lanzado en vano varias gen raciones anteriores. Nosotros constituímos la transición, y luchamos aun contra muchos prejuicios atávico , que nos tiran bruscamente a tierra, cuando quereJos emprender nuestro incierto pero inevitable vuel . de cóndores o de · gansos ... 1
La mujer, como siempre, i stinti vamente más -certera en su visión de porven r, se mPestra más animosa en la empresa conquist dora, y no trepida en avanzar con sus· plantas su ves y audaces, por esa ruta que aún no sabemos si ha de depararnos la · tierra prometida, como lo pres ntimos, o un nuevo cú.m ulo de males, como l s que actualmente azotan a nuestra organización s cial, bajo una máscara más bella que la que los e bre en el presente, pero no menos engañosa. ' . La moderna · Da lila, no pudrendo cortar los cabellos de Sansón, porque éste lds usa ahora cortos, se los ha empezado a cortar a ~ i misma para ob~e ner, p~r extraña paradoja, la f~erza que pretendía quitar a su hirsuto consorte. lNo deb~mos ver, acaso, en ¡ esto una profecía, explotando para el deseado mejp ramiento colectivo esa subversión de que hablába os, sacando del caos y de la desorientación que élla produce ahora en ciertos espírhus pusilámines, 1 reacción necesaria para armar el brazo animoso y audaz de los soñadores e idealistas, que ya S8 an lanzad0, porque ellos son ' siempre los verdadero videntes? No hay niugún mal en ello. 1
iSi Isabel la Católica no hubiera dado sus joyas a e3e soñ~dor magnífico que se llamó Cristóbal Colón, nuestra edad de pueblos civilizados r..1yaría quizá aún en la niñez! Y no se hubiP-ra hecho más que retardar inutilmente el crecimiento. Por otra parte, en todas las empresas que lle• porvemr van por guía postulados tales como el del , . artiStlCO de la Humanidad, se arriesga mucho para perderlo todo, o para . ganarlo tódo. Embarquémonos pues con venlí1 de1 a fé de creyentes, en todo lo que tienda a llevarnos por la nueva ruta, pero jaloneándola bien con el sever•) contralor . de nuestro criterio, para el caso de que hubiera que volver al punto de partida , por deft'cto de la meta buscada. Porque si en cualquier actividad artística es necesaria esta precaución, es precisamente en la Arquitectura, en la que es más cuerdo no desecharla. Sobre todo en la escuela. En mi concepto, dos persona:idades distintas deben sustentar y al e ntar el arquitecto moderno que se dedique a la enseñanza: la del nuestro, y la del investigador. Sin in \'Ol ucrarlas jamás. Porque es nocivo para los que recién ~e inician en los conocimientos del arte-ciencia de la línea, que el maestro les inocule, conjuntamente con los prinCipios conocidos e inamovibles, el "vilus" de su ansiedad inquieta y un poco vaga,-que le asalta en la incertidumbre d e s us manipulacicnes d.e laboratorio-de iniciado y de investigador. Es malo mostrar la simiente en el surco, sin tener lo certeza de que ha de germinar luego, pues se puede defraudar, en el caso de que no germine, la sencilla ilusión de quienes, deslumbrados por una esperanza hl'rmosaen su ignorancia de los factores negativos de la fecundación-han pensado sólo en el éxito. Y Jos fracasos dejan siempre amargura en el alma, máxime cuando son inesperados. El maestro debe tratar de ofrecer la planta ya formada, de tallo vigoroso y umbrío ramaje, para que sus discípulos aprovechen su fresco protector y saquen el mayor beneficio para sus espírit_us, del aroma de sus flores totalmente abiertas o de sus frutos ya maduros. Por ahora, es aventurado, y más que aventurado imprudente, ofrecer en la Escuela de Arquitectura, a los que se acogen á su regazo hospitalario por sana vocación. un ambiente intelectual y artístico distinto, del que ya sido ha sido medido y sojuzgado en muchos años de experienci¡¡s felices·. ARQ. LEONIDAS CHIAPPARA
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l edificio c uyas fotog rafías se arljuntan-,:;e levanta en un a d e las zonas más pintorescas del Boulevard G. Artigas, consta n do de planta baja y una repartición de p lanta alta emplazada en s u fachada principal. Se ha planeado el edificio casi exclusivamente en una sola planta, de acuerdo co n las nece~ i dades •
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d el edificio . En c uanto a los dormitori os, sala d e baño y anexos, emplazados los primeros con exposición al Sol matinal, d isfrutan ele u na perfecta ven t i !ación. La repartición correspo ndiente a los servicios, di spo ne de entrada indepe n · di e nte y goza de aire y luz ampliamente, así como las d is tintas r eparti ciones de todo e l edificio. U n cómodo garage y ctemás anexos complementan las comodidades de esta p ropiedad .
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El mundo actual está atacado por un malestar ·universal: en todos los órdenes chocan fuerzas con·trarias. Las perturbaciones políticas traducen sordos rencores contra las potencias opresoras del pasado. la Economía se estremece al choque de desconocidas' .gestaciones; las antiguas morales se hunden en la indiferen cia o en el cinismo lleno de desprecio y los ·espíritus en t ensión esperan la 5> regeneraciones que deban preservarl'os de las catástrofes inminentes"' Nadie pJJrá negar la imperiosa necesidad de descubrir el sentido de las fuerzas nuevas que se abren paso y de las imperiosas aspiraciones que acaban -de derribar a lo:; antiguos dioses. Estos no son sino ídolos ma léfi cos. El hombre .busca dioses nuevos: los -cuerpos y los espíritus requieren otros alimentos. Toda vida que tiende a afirmarse es ante todo ingratitud, porque el tiempo es implacable. Nada de enternecimiento sino un desgarrdmiento brutal, por·que el hombre sabe que sólo creará, marchando adelante y rodeándose de una mevitable necesidad. Es por eso · por lo que primeramente destruye con rabia y con odio todos sus antiguosyínculos. Debe quemar lo que haya adorado porque la menor señal de lo que antes adoró bastaría para disolver su fuerza. Las grandes creaciones colectivas· no se rea lizan sino -a través · del tumulto de las destrucciones encarniza-das. y · para e llo todas la s armas. son buenas . Sabemos que' nada muere por completo pero no ·hay que ·. J'·ensar en eso. Impulsar el cuerpo y el espíritu ·hacia adelante, como el lanzador del disco: . ..alcanzado el fin habrá siempre tiempo para rendir homenaje a los que crearon la primera aritmética del gesto. A sí, la human idad se leva nta con inmen so es. fuerzo. La marea de los nuevos destinos la arrastra _y a tormenta; y los espíritus individuales desquiciados por la prodigiosa amplitud de este parto, se . arrojan con ig ual frenesí en las afirmaciones más - -c ontradictorias. ¿Adónde vamos? ¿Quién sabría responder? Quizá es en el dominio de las actividades estéticas donde la necesidad de renovación se ha hecho sentir con ·mayor intensidad. Intuitivos, ardientes en la búsqueda · de formas nuevas, los artistas han visto las fuerzas --en marcha y han concl uído en la fatalidad de una nueva estética conforme al espíritu nuevo; pero mu·-chos han querido trabajar sobre una posibilidad que ~ólo habían entrevisto, han querido dotar de un arte .. a su escala a un mundo que todavía estaba en formación; de ahí sus extra víos, la angustia de sus in·-vestigaciones y el odio furioso de sus contradicci ones Apasionadamente han querido expresar lo que aun' -no existía. Los jóvenes sobre todo se han distinguido en esta tarea ingrata: con una hermosa seguridad, 'Iban afirmado y definido, sin ninguna preocupación ,
de cultura puesto que negab'l n la antigua y la nueva todavía no nabía nacido. Todas las antiguas disciplinas iban a desmoronarse bajo sus golpes furiosos. Pero, observando de cerca, vemos que el arte así creado es puramente de idea y ~ólo reposa en apariencia sobre los sólidos. datos de las nuevas realidades, no s iendo si no una vana reactión contra todas las con quis tas del pasado cuálesquiera que estas sean. Su menos contestable utilidad es la de hacer aullar a los beocios, y mantener despiertos y prepa· rados· los espíritus. Y esto es bueno pues los hombres tienden siempre a descansar .en el cómodo 'lecho de los viejos ritmos. La vida no se recobra si no es ·por un esfuerzo brutal, por una extirpación decisiva de la s cosas muertas que la han ido invadiendo poco a poco, por la afirmación despiadada ·de una negación total. Se quería crear una estéti ca que expresara el mundo nuevo; pero e n la inextr.icable confusión de las fuerzas y de las voluntades en presencia, muchos no alcanzaron a discernir los lugares geométricos. y los puntos. de ofientación primordiales. . Interpretaron el nacimiento de .·una c ivilización no como la evolución de un germen, no coino el desarrollo de un orden cuyas poten cias aunque implícitas y veladas · estaban definidas y orienta:das en la . civilización moribunda, sino · que·: vieron. este naci mi ento como una reconstrucción · tota'l · a ··partir de . los elementos primitivos arrojados al caos, asj co mo la s piezas gastadas de una máq'uina ·de acero se arrojan mezcladas y destrozadas en el crisol de donde deberán sa 1ir' transformadas. E stos e lementos recog idos fueron organizados según fórmulas abstractas. La plástica pasó a ser geometría pura; la palabra perdió todo valor actual y solo fué una entidad muerta a la cual se prestaba un indefinido poder de evocación. La continuidad ley de toda cultura hu:.. mana, había desa parecido. Se pensó en juxta- posiciones de estados de espíritu incoherentes, sin ninguna . relación; se erigieron como realidades vivas puras abstracciones sin ver que ellas eran la armadura lóg ica, fría, vacía de esa misma 'civilización que se creía muerta. Se nos mostraba la fórmula y se decía: ' 'Admirad la vida de esta cosa". Se quería que la ecuación fuera la rea lidad mi s ma, s iendo sólo su traducción lógi ca y en cierto sentido su condición. Extravíos de juventud. Extravíos también las resplandecientes teorías in abstracto tendientes a definir la estética futura. U na estética no se construye • a priori, sino solamente a partir de las obras. Los espíritus creadores no entran en un molde de fórmulas abstractas dictadas con antelación; pero su obra será según el sentido de la vida, cualquiera que sea la nueva forma de esta. Y además, cuanta indigencia de pensamiento bajo la grandielocuencia ver'-
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A B. Q U 1~ -EC TU B. A
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bal y la terminología seudo-filosófica de casi todas . estas famosas profesiones de fé. Agitaciones estériles. Los verdaderos artistas han comprendido lo distinta que era su tarea. En la confusión presente de todos los valores, en la formación de unos y la decrepitud de otros, era necesario tratar de comprender las corriente5 profundas según las c uales se orienta la vida , sin tratar de modelar lo futuro en el molde estrecho de las constru~ciones improvisadas, sino dejándose convencer por la realidad todopoderosa cuyo nuevo semblante se di buja un poco má~ cada d ía, acusándose, delimitándose y precisándose en el corazón de los hombres y e n sus trabajos. Hubiera ~ido necesario no habe r concebido sino adivinado y prese ntido el mundo futuro para fijar s us n ormas y preparar el arte que deba expresarlo y que e l pueda comprender. Solo tratando de precisar las ten dencias dominantes en nuestro tiempo, las que se afirman día a día co n mayor imperio, las nuevas realidades del a nte de las cuales retrocede 'l las antiguas afirmaciones, definiendo las afirmaciones espirituales y las rea lizaciones materiales que se imponen ·y prosperan, sólo así se pue den determinar, no la s reglas del arte de mañana, sino s us condi ciones psicológicas y sus graneles línea~ directrices. Dos rasgos caracterizan la nueva orientación de la actividad humana en nue ~tra época: el nac imiento rle un espíritu deportivo y el desarrollo del maqui1tismo. Equilibrio y precisión; nuevos ritmos y nuevas certidumbres. Elimina c ión del s ubjetivi smo estrecho hasta donde llegó para di solverse e l esfuerzo artístico del último siglo; investig ac ión d~ final idades col ectivas, d e gestos precisos, de conjuntos coordenados obrando según un ritmo racional donde el cuerpo y el es píritu e ncue ntran igual satisfacción, donde )a acc ión pasa a ser la expresión armoniosa del ser fí~íco y moral estrictamente di sci plinado. Hay un paraleli smo estrecho entre estos dos desarrollos, deporte y maquini~mo: una misma búsqueda de la línea simple, del orden geométrico, los únicos que permiten el máximo de rendimiento con el mínimum de esfuerzu, la perfecta adaptación de los medios con relación al fin . El hombre moderno q uiere esca par al antiguo lirismo. Está fatigado de las introspecciones, de la contemplación d e l· yo, dél análisis al infinito de las sensaciones y las emocion es persona les. Ya no se siente solo y es en la conciencia de su destino so. cial donde se siente plenamente realizado. Las nostalgias que han alimentado tantos poemas hermosos no tienen más sentido para él porque son la confesión de una debilidad; no estando más aislado se siente fuerte porque cada día la materia o bedece mayormente a su voluntad. Fuerte y libre, tiene necesidad de aire y de luz para exteriorizar su júbilo, romo un gimnasta que ha llegado a ser lo bastante . seguro de si mismo para no pensar más en suF> propios gestos sino únicamente en la alegría de la muchedumbre para la cual accio"'1a peligrosamente.
El misterio desaparece. Se va a arrancar el velo-a todas las incógnitas que ayer todavía aterraban;·. sólo es una cuestión de horas. Esta certidumbre subyuga. No hay tiempo para Ja duda. La vida apremia. Por lo demás, si debe subsistir un enigma, se .le · esquivará, no se pensa rá en él. La acción se basta a s i misma. No se quiere la complicación de cargas inútiles sino sentirse ligero, ágil, en po~esión de si mismo y de todo. El hombre ha vuelto a encontrar una juventud. A sí, todas las civilizaciones están h echa s de vidas s ucesivas; las maneras de sentir nacen, viven y mueren; pero cada nuevo nac imiento amplía el ' horizonte. El último equilibrio es e l res ultado d e to- · das las fuerza s con traria s que intervinieron en SU · tiempo. La salud gri ega, el extasis n eo -~latónico, la sutileza de los tiempos razonadores, la delicadeza de sen sación adquirida . por los siglos poéticos, todo · está allí, en armoniosa compensación, fuente de una alegría soberana. E s fácil afirmar que entre nuestro ti empo y lo pas;¡do, existe una separación absoluta y definitiva. Esto nada significa. El hombre ha puesto siglos . enteros en componer los trozos de su hermoso domini o, u no después de otro, olvidando éste mientras tra haja ha e n aquel. Y he aquí que de golpe, a braza todo el conjunto con su mirada. La magnitud de su obra lo ex a lta y Je ga rantiza lo porvenir. Prodigioso · enriquecimiento. La obra que ayer perfeccionaba y a la cual limitaba s u atención, se encuentra perdida en el vasto conjunto de s us posesiones. Y es en este sentido que puuie hablarse de tiempos nuevos. No · h an surgido de la nada, no han sido creados del vacío. El himno a la alegría de Beethoven ¿nn los h a hía ya presentido y anunciado? Po rque tiene una visión más neta de la realidad, . un a ciencia más seg ura , porque no está. limitado p or el objeto concreto, el hombre se eleva hacia un nuevo amor. Sahe representar al mundo según las fórmulas que ha inventa do su inteligencia. Ayer comprendía porque amaba y hoy ama porque comprende. Amar y comprender son dos faces de una misma unidad. El hombre siente que puede hacerse · obedecer porque ha aprendido la sabiduría de obed ecer y las necesi dades que no se doblegan. Este nuevo estado de espíritu busca y crea poco a poco las nuevas forma s de arte que lo ex presan • . Desd e el primer momento la alegría de los cue rpos se vió expresada en esas dan zas ritmi. ca~ que hablan d el equilibrio pe rfecto del espíritu y de Jos miembros y la profunda armonía de las formas renacientes. P e ro las artes de::.en buscar largamente: las cad e nas que deben romper son pesadas. Sus técnicas . son d e masiado comphcadas, sus tradicion es de nJasiado antiguas a:>ara que el espíritu nuevo pueda ser · ·traduc ido por ellas desde el prime r intento, al cual por otra parte ayudarán a despojarse de s u ganga . . Unos se obstinarán en los arcaicos caminos que la . vida había abandonado;· otros . creerán que basta lle--
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ARQUITECTURA• var la contraria a todo lo que fu é ó co·nstruir a priori en el' terreno abs tracto; pe ro e l a rte no tiene otro sentido que el de exaltar la vida. Cuando los artis.tas hayan comprendido el se ntido de esta y cuando hayan ap rendido a amarla, e ntonces solamente po·drán traducirla. Abandonarán todas las pomposas y vanas fraseologías, las abstraccionss puras y las - obra~ nacerán de un formidabl e esfuerzo colectivo • La vida nueva quiere sati sfa cer todas las aspiracione s del ser; quiere ~er integral. Y el at te futuro expre:sar.i esta totalidad del poder y la al egría o no será :si no inexpresiva combinación. Al g un os claman: será la expresión plástica de Jo a bs tra cto. Ni abstracto, ni concreto; una y utra co sa; el uno a través del otro; la expresión d e una pose-s ión pl e na al mismo ·.tiempo compartida, la expres ión de una vida común. Las matemáticas supe ri ores e ncierran una belleza verdadera; pero no sólo conside radas como abs1racción pura. Son hermosas e n la medida en que -expresan su poder que es poder d el espíritu, alegría de dominar y aprisionar la ma te ria cuyas incógnitas 1:odas se ven finalmente ence rradas y cir~unscritas -en el cuadro de una racionalidad . Y es evidente, que la concepción de la bell eza e n las artes futuras se aproximará a esta belleza que nace de una po·tencia segura y rígida, de un orden preciso, y entrart-.. cada vez más en el plano d e la belleza ma·.temática porque la abstracción d esempeñará un papel . -cada vez más grande en la orga niza ción de la vida; pero la abstracción seguirá siempre siendo lo único -que puede ser, un medio y no un fin, un instrumento .g racias al cual el hombre extie nde d ía a día su poder sobre las cosas, gracias a 1 c ua 1 lo concreto irracional se racionaliza poco a poco y lo real se modela, ·siu llegar a ser nunca tema de a rte en si mismo. Esta evidente evolución de las artes hacia un racionalismo más elevado a medida que la realidad ·se organiza, las empuja desde .ahora a desprenderse de las viejas fórmulas subjetivas, porque lo racional -es esencialmente objetivo. Y es por eso por lo que n os separamos del antiguo liri s mo que ya r10 interesa y aparece como una cosa mue rta . Lo evidencian el detsarrollo de los deportes y d el m aq uinismo: estos ·tiende n a mode!ar un ser huma no due ño de toda s sus facultades por una fuerte disci plina que mata las pasiones estrechas d el individuo e n provecho de la voluntad lúcida. El horizonte estético cambia de ·carácter. Ya no hay más oposición absoluta entre ·l o humano y el mundo físico: éste es tá penetrado de humanidad y una voluntad orde nadora se lee en ·todos sus aspectos. El arte nace de este doble equilibrio, alegría intelectualizada d el hombre que canta ·su potencia y afirma la universa Ji d a d del espíritu. Esta nueva emoción estétka que aun muchos no ·conocen es la misma que nos e mbarga delante de ·una hermosa máquina moderna. L os grandes ingenieros son los primeros artistas de nuestro tiempo y -sus obras son las primeras manifestaciones del arte ·. futuro. Delante de estas creacion es la emoción no
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tiene límite; la ma teri a domada, esclava, sujeta a las exigen cias d e un a matemática co mpricada. Nin· gún detalle i:lútil, ningún ornamento; la desnudez de una voluntad implacable, la idea reálizada y viva de esta fuerza concreta. Lo abstracto y lo concreto confundidos en una misma y adruirrtble finalidad. Como en t oda obra de arte, los menores elementos estan orde nados con relación al conjunto y el todo impune su vida y su forma al detalle. La fuerza humana imponi e ndo su dirección a las fuerzas cósmicas y las fuerzas naturales, en su docilidad impecabiP, tomando el as pecto de fuerzas humanas. Esta simplicidad d e líneas, esta segurinad en el cálculo de la res isten c ia, esta e moción de una espiritualidad que se manifiesta con grac ia entre los eJ·e·mentos contrarios, ¿no d an acaso la impresión de que algo que estaba en cande nado ha roto sus trabas? lmpresion y emoción ya conocidas delante de las bellas realizaciones d e l arte griego y que mañana se multiplicarán cuando veamos realizadas las concepciones de los artistas que han comprendido el sentido de su . época; pero las tendencias de la actividad humana en nuestro tiempo imponen otras conclusiones no menos importantes. Con la mis ma fuerza con que crece el poder del hombre sobre las cosas, c~n que el mundo se intelectualiza y el ra cionalismo penetra los pensamientos y Jos actos, las barreras que separan las sensibilidades individual es, se abren o caen. Los matices particu lares , las diferencia s de vestidos y aun de costumbres d e uno a otro país o región, se atenuan y pierde n su importancia o interés artístico. El esfuerzo colectivo ha cil! e l bie nestar y la belleza se transforma en una realidad fe c unda. El arte, como la visión humana está liberado; ya no tiene fronteras, es el lazo, y el lugar d ~ los pensamientos, traduciend0, al fin, no tal o c ual concepción mezquina de un grupo humano, sino las aspiraciones más elevadas del hombre esencial. Naci do del acordamiento de la razón bajo todos los c lim as y latitudes, debe expresar y hacer vivir la sublim e fraternidad universal. Arte de razón, en consecuencia, arte :uquitectural. ¿y no ve mos acaso predominar la tendencia arquitectural e n todas las manifestaciones artísti cas de nuestro tie mp::>.? Ciertos extravíos del cubismo, ¿no han n :!c ido d e una voluntad arquitectural dominada, apas ionada por la preocupación de la mecánica? Además, la o rie ntación de la vida en el sentido colectivo, la s ubordinación impuesta por las condiciones económicas , del individuo al grupo, subordinación que debe, e n resumidas cuentas, finalizar en el desarrollo pl eno de las tendencias individuales pero disciplinada s y no dispersadas anárquicamente, al volver caducas las antiguas construcciones imponen de urgencia la necesidad de una nueva arquitectura de conjunto. E sta estará en armonía con la nueva organiza.c ión económica y creará el marco indispensable para su desarrollo. Esto es lo que los jóvenes arquitectos comprende·1 rtdmirablemente, proclamando
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ARQUITE~TURA J
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la necesidad cercana de construt r las ciudades como antaño se construían las casas. 1 La arquitectura de mañana será un arte, si los arquitectos comprenden y saben expresar el alma de su tiempo, alma tendida bajo 1 , necesidad de duras disciplinas, alma sana y elevada que busca en sí las sublimes perfecciones, para quie la belleza está en la simplicidad .. en la adaptació del objeto a su finalidad y en la armonía de los e njunto~ imponentes. Así, las obras, con sus lín~ s puras y netas, tendrán la simplicidad de las her osas máquinas. Expresarán por su amplitud la magnitud de las conquistas, la victoria cimentada el espíritu sobre la materia, de lo colectivo sobre 1 individual. Darán a los cuerpos luz y salud y con:t ribuirán por su confort a la calma y . al reposo. Lu? y espacio. La casa será sana y ventilada como def e convenir a hombres para quienes el cuerpo es f l más noble de los instrumentos y que aman sus b llas formas a causa de las voluntades que traduce . Se utilizarán los d escubrimientos recientes que pe miten simplificaciones considerables en la const ucción y la misma naturaleza de los materiales i pondrá formas que expresarán mejor y más fácilm nte que las antiguas la plasticidad de la materia b jo la voluntad del hombre para los fines humanosJ
Las ciudades serán netas y desnudas, deslumbradoras y severas. Serán el equivalente plástico de lo que es la mecánica en la vida industrial. Los menores detalles habrán sido impuestos por consideraciones urgentes. Na da de ornamentación, lujo inútil y que ya no tendría sentido, actividad gastada en vano. La ornamentación sería para los hombres habituados a la sobriedad de las nuevas y poderosas armonías lo que el collar de cuentas de un salvaje · en el cuello de un hombre de mundo, lo que un gesto · vano sería a los ojos del hombres habitu.1do a la belleza del gesto preciso, flexible y seguro. Cu~ ntifico en lo tocante a medios y técnica, austero y puro por las líneas, traducción plástica de las exigen cias racionales del espíritu y del cuerpo humano, estrictamente adaptado a las condiciones económicas, tal es el arte que se esboza, el arte · de los tiempos nuevos: una belleza expresada por la simplicidad y la amplitud de las líneas, por la perfecta relación ~ ntre los medios y la finalidad. Arte · de proporciones geométricas y de emocicnes colectivas, nacido del sentimiento definitivo de una profunda armonía entre el hombre y el mundo sobre el. cual se extiende su voluntad . .- "
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ANDRÉ GEORGES Y }EAN BADOVICI De "I'Architecmre Vivante"
ARQUITECTURA
de Arquitectura
para comedo r y una pi eza de servicio. 2. - U n e dificio compues to de un piso bajo y un pi so a lto co n un p equeño atico para e l se rvi c io . En es tos pi sos se rán repartidas las ha hitacio n es para 40 solte ros y 40 sol te ra s (una pieza para ca da u no) . ·:H 3· - L os se rvi c ios ad mini s t rativ os es tab lecidos ce rca de la e ntrada y com pues to de: Un pabelló n para e 1 co nserje . Un pabe llón para e l quin tero. L os despachos d e la administra ción y d e par tam e nto del Director. El servi cio medico, los d es pa c h os y alojamiento del ecó no mo. 4.- L os se rv icios gene rales com p ues tos clP : L a coci na y s us de pendencias.
ALlJM.
J . P.
SI.EHHA )lOlL\TÓ
PH OF. ,J.
P . CARRÉ
E ste E ;:,ta blec imiento estará s itu ado sobre un terre n o e n pendiente y d ispueqo para rec ibir m a trimonios como también solteros de los dos sexos. Comprenderá : 1. - U no o dos edificios co mpu es tos de un piso baj o y un piso aito comp le tad o parcialmente por un p equeño piso de a ti co para e 1 se rvic io . En es tos es tará n repartid as las h ab ita c io n es para 30 matrimoni os viviendo e n pequeños al o j am ie ntos compues tos de una entrada, d os pieza s un a para e l ma trimonio, otra
A.LU~f.
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ALU M. A . D •AGOSTO
PH.OF.J . P .CARHE
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HA U L .M A CCHI AVELLO
PROF. ,J. P , CA nn É
Un ref ec torio para los solteros h ombres . Un ref ec tori o para los solteros muje r es. U n a g ra n s ala para las re un iones g e n e ral es y 2 más p eq ue ñas para las reuniones por sexos. Baños y le n ce ría . E nfe rm e ría co n pabellón ais lado para los co n• taglosos y un depósito mortuorio. , Cada matr imonio dispond rá de un p equ eño jardín. L os solte ros p o drán tomar parte en los trabaj os de plantacio n es y c u ltura del j a rdín del establecí m iento. La mayor dimensión del terreno n o excederá d e 2 50 metros . Los pequeños pabe llones de se rvi cio y jardines ~no están co mpre ndidos en esta medida.
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ARQUI T ECTURA
Co~nposición
<die Ornato I
TE~A~
A1.U M . A . R I C AJ.OONI
PHOF. ('. L EI! J·:~ ,\ ,J OANICÓ
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§e~nestres
élH.IllMEWJE..A
La s c himenea s co ntr ib u ye n a embe llecer e l ex te r ior ct e los e difi c ios del mi s mo modo q ue la s es tufas co ntribuye n a la de cora c ión dPl inte ri o r. S e las constru ye comunm en t e d e ladril io, de ladr illo v piedra, o de pi edra. En el presente ca s o s upo n d re mos que la chime nea que ~e trata de proy<::cta r reune los ca ños d e dos ó tr e-:; es tuf as elevá ndo~ e un os 4 m e tros a con tar ele ~ u intersección c o n el techo ele teja de 1a ra sa, debiendo sobrepa~ ar la a ltura d e l tec ho para a~egura r e 1 ti raje.
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ARQUITECTURA
Proyectos de Arquitectura Illl T<emag
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E s te e dificio es tará aislado y situa do e n un solar d e 50 x 50 dando a una avenida importante de la zona p intoresca, pero do nde Jos e dificios ve cinos pertenece n a la c la se rica de la ciudad. S e com p ond rá de: Entr ad a - Vestíbulo - S ala de ventas de a rtí culos fotográfi cos - Sala grand e de es pera y re ndez vouz donde es tarán tambié n e xpue s ta s di ver sas fotog rafías- 2 g ran tles labora torio s d e r eve lació n .an exos al n egocio - JO peq ueñas camaras obscur as
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para ser alquilada :; por los aficionados, pero cuyo mate rial está hajo el control del reg e nte del n egoc io. Planta alta: Una gran sala para revi s tas y periódi cos e n los d e pó.sitos an exos. Esta s ala dará acceso a un ba lcó n ampl io o terra za de sde donde se p odrá presen ciar desfil es. S e ha ce notar la necesidad de inde pendiza r perfectamente, dentro de la unidad d e l edifi c io, las diferentes funcione s a q ue está destinado. Se compl etará la composición con bancos, fuentes y e leme ntos vegetales y decorativos .
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ARQUITECTURA
PROGRAMA En un is!ote de un o de nue stros rios, próximo ...a lugares de gran movimie nto de turi stas, se proyectará un pabel lón destinado a descanso y lectura de los viajeros que quieran reposar por unos ins. tantes de las fatigas de las excursiones.
Se dispo ndrán e n s u interior, dentro de la estructura del ed ificio. armarios para libros . La dimensión máxima interior del pabellón será de 1o metros .
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ARQUITECTURA
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La Sociedad Centrál de Arquitectos de Buenos Aires E l Presidente de esta prestigiosa Sociedad, que agrupa a los arquitectos de mayor actuación y en general a todos los titulados de la Escuela de Arquitectura de la Facultad de Ciencias Exacta~, Físicas y Naturales, Arquitecto Alberto Coni Molina, acaba de someter a la co nsideración de la A sa mblea General Ordinaria celebrada el I 4 de Agosto último la Memoria Anual dando cuenta de la gestión realizada por la Comisión Direc tiva que preside. E sa memoria pone en evidencia toda la proficua labor desarrollada por la Comisión. Directiva en el pe~·íodo 1923-24, tendie nte al mejoramiento de la profesión. a su enaltecimiento, a su dignificación y al mis.mo estrechar vínculos con todos los arquitectos . del extranjero, especialmente los americanos. A c tualmente esa Sociedad cuenta con dos cientos socios a c tivos y veinte y siete aspirantes, un Presidente Honorario, y catorce Soc ios Honorarios, habiéndose incluído en la última A sa mblea en esa categoría a nuestro estimado consocio el Coronel Arquitec to Alfredo R . Campos, iniciador de los Congresos Pan Americanos de Arquitectos. Hace notar la Memoria la participación que ha tenido e n los Concursos Públicos más importantes que se han celebrado en el país contribuyendo a su buena organización y a su éxito. La Revista de Arquitectura, Organo oficial de aqllella Sociedad ha quedado perfectamente organi· zada y constituye un verdadero exponente d€ la arquitectura en aquel país. Habla también de la participac ión de los arquitectos argentinos en el Segundo Congreso Pan Amemericano de Arquitectos celebrado el año último en Chile dejanqo constancia de lo que se d ebe a sus organizadores los colegas chilenos y da cuenta su intervención en la revisión del Reglamento General de Construcciones que hace actualmente el Concejo Deliberante de Buenos Aires, así como de sus gestiones entre la Escuela de Arquitectura y s u actuación en diversos asuntos importantes como la Ley de Alquileres, revisión del Código Civil, Congreso de Educación Arquitectónica de Londres, etc., etc· Sobre la reglamentación profesional hace saber que la ley respectiva estuvo a punto de ser sancionada en el período anterior y que debe insis tirse en el sentido de obtenerse la sanción de tan indispensable ley. La Memoria que comentamos, da idea de lo que trabajan nuestros estimados colegas argentinos por el engrandecimiento de nuestra profesión y por el desarrollo incesante, en beneficio de la cultura en aquel1a Nación, de una de las ramas más importantes del saber humano.
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enera Felic itamos por nuestra parte a tan prestigiosa-. Soc iedad y formuL1mos votos porque cada año, señale como el ú ltimo, un creciente progreso de la misma.
Reacción saludable La Comisión Dire ctiva de la Sociedad de Arquitectos de 1 Uruguay, en el deseo de poner término a los incalificabl es abusos que vi é nense manifestando· d esde mucho tiempo atrás, de parte d e las personas que se arrogan indebidamente el Título profesional d e Arquitecto, se halla empeñada en los actuales momentos, en coordinar ideas tendientes a conseguir que las claríl'imas dispos iciones contenidas en el art. t84 del Código Penal, sea n aplicadas a los que sin escrúpulo alguno pretenden equipararse a las personas que han dado pruebas de ca pacidad en el aulat· y e n la vida profes!onal respectivamente . En las - dos últimas reuniones celebradas por aquella directiva, se adoptaron medidas , que sinceramente creemos han de conseguir el resultado deseado, pues se ha logrado acumular una serie de pruebas con las cuales e l Mini sterio Fiscal, podría indudablemente dictar las sanciones condenatorias a aplicarse a los que impunemente hacen escarnio de las leyes di c tadas en defen sa de los más res petables principios profes ionales.
En la Facultad de Arquitectura PROFESORES CONFIRMADOS
En las últimas sesiones celebradas por el Consejo Directivo de la Facultad, fueron reelectos por unanimidad· de votos y e n un todo de acuerdo con lo determinado en el art. 3. 0 de la Ley de 14 de O c tubre de 1919 los señores doctor Juan ZorrilJa de S a n Martín, Arquitectos Emilio Conforte, J . vazquez. Vareta, Juan Giuria, y Horacio Acosta y Lara en carácter de Profesores Titulares de "Teoría del Arte"· -"Mecáñica Aplicada a las Construcciones"-"Historia de la Arquitectura''- y "Proyectos de Arquitectura' '-respectivamente.- Cons ideramos esas designaciones desde todo punto de vista acertadas por· reunir los profesionales arriba mencionados, estimables aptitudes para el ejercicio docente. EXCURSIONES DE ESTUDIO
En la segunda quincena d e l mes de octubre, se· trasladaron a Buenos Aires acompañados por los profe sores Arquitectos D. J. · P. Carré y ]. V asquez V arel a, los alumnos reglamentados en los cursos de Proyectos. de Arquitectura IX y X y "Proyectos de Arquitectura .Vy VI''.--La s autoridades de la Fa cultad de Arquitec tura, conscientes d e Ja alta finalidad de estas. excursion es de estudio, han recordado a Jos que parti c iparon de ella, los d e beres y obligaciones deter· minadas por el reglamento en vigencia, ya que de sn estricta observancia depende e n gran parte el éxitode las mismas.
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