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Entrevista— Franco Comerci

ganador del Concurso Mercado Trinidad.

Comerci describe la arquitectura como un viaje, una experiencia y una exploración.

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Afirma que hay una razón básica de la arquitectura que es dotar de sentido. Busca que el Mercado Trinidad pueda generar relaciones espaciales y materiales donde ciertas actividades se puedan desarrollar en un espectro amplio. Piensa que en Uruguay se tendría que concursar para todo: jóvenes arquitectos, por área, por invitación… porque los concursos te obligan a dar un paso más como profesional. Encuentra en la arquitectura la oportunidad de construir algo que te de una alternativa de vida mejor.

P: ¿Cómo se toma la decisión de presentarse a un concurso?

FC: Yo me presento a concursos desde antes de recibirme. El concurso es una institución interesante porque te permite acceder a cosas que de pronto, sobre todo cuando empezás, serían inaccesibles. Por un lado entonces es una forma de conseguir trabajo, por otro lado es una forma de estar haciendo arquitectura. Porque el concurso tiene una condición, que tiene unas bases que son las que representan al cliente, no hay contacto con el cliente más allá de las condiciones dispuestas, entonces no existe la fricción en el proceso creativo. Se trata básicamente de hacer un planteo que satisfaga esas bases y te permite hacer arquitectura, que trascienda el mero uso.

P: En este caso, ¿cómo describirías el proceso por el cual decidieron presentarse al concurso del Mercado Trinidad?

FC: Hay varias fases. Primero ver de qué se trata el llamado, qué condiciones tiene, si es un tema que te interesa y si la retribución vale la pena. Después te ponés a estudiar. Una primera fase es de interacción entre las bases y comprender el tema. Después, las condiciones normales de un proyecto: analizar la relaciones que hay en la zona, qué significado urbano y arquitectónico tiene; cultural, social. Y también una toma de postura, construir una definición del tema. Para este llamado nosotros no hicimos un edificio, hicimos un concepto que es un “edificio de usos múltiples”.

P: ¿Cómo describirías el proyecto que presentaron?

FC: Básicamente es un galpón. Ellos pedían un mercado gastronómico. Nosotros dijimos vamos a hacer algo que puede ser usado como mercado gastronómico hoy pero que con el avatar del tiempo capaz que puede cambiar de funciones. Un hub social, por decirlo de alguna manera. La arquitectura es un viaje, es una experiencia, una exploración. Hay una razón básica de la arquitectura que es dotar de sentido. Buscamos que este edificio pueda generar relaciones espaciales y materiales donde ciertas actividades se puedan desarrollar en un espectro amplio.

El mecanismo del proyecto es recursivo. Tenés un concepto y una circunstancia urbana que comprender, como es el caso de Trinidad, que es una ciudad pequeña que está en proceso de generar ciertos elementos significativos. Después tenés el lugar en sí: una serie de galpones que con el tiempo se fueron haciendo… Una vez que tenés los elementos empiezan a relacionarse entre sí. Y luego, si querés hacer algo genuino tenés que entregarte a ese proyecto.

El concepto es lo que guarda el valor patrimonial: la idea del galpón. Puede haber una pauta que le dé sentido: un edificio ligero que sea fácil de hacer, la estructura metálica, la tipología: un gran espacio con un galpón en el medio y un anillo perimetral, que es un entrepiso. Que hoy podés usar como Mercado y mañana le podés dar otro uso. Y después, una consideración urbana de ubicación: enfrente hay un liceo, cerca hay una unidad de vivienda, un gimnasio de Dieste… ¿Qué no hay? Una plaza que pueda servir para conectar todo esto y dotar de sentido a un lugar que estaba abandonado en la ciudad.

P: Durante el proceso de pensar la propuesta para el Mercado, ¿cuánto les sirvió la asesoría que estuvo a disposición?

FC: La asesoría elaboró las bases y dio ciertas pautas. Y estuvo disponible para responder preguntas. Pero yo nunca hago preguntas, porque no voy a balizar el camino y porque siempre veo oportunidades que si las preguntás se te pueden bloquear.

P: Una particularidad de este llamado fue que el contrato se firmó ese mismo día.

FC: Si, me pareció bárbaro porque muchas veces quedás colgado. Te dan un papelito y te quedás sin saber qué hacer. Además, los rituales y ciertas parsimonias tienen un sentido, de cerrar ciclos, procesos o materializar ciertos eventos. Está muy bien que se firme el contrato el mismo día que te entregan el premio, porque significa que se va a hacer. A mi lo que más me interesa es hacer arquitectura y, en ese momento, cuando firmás el contrato sabés que vas a desarrollar este concepto.

P: ¿En qué etapa del proyecto están?

FC: El comitente está ajustando el programa para ver cómo se va a hacer la gestión. Estamos en contacto. Estamos elaborando un cronograma, estudiando la estructura.. Las ingenierías están empezando las primeras fases de trabajo.

P: Es la primera vez que vas a hacer obra pública en el interior, que en este caso va a tener fuerte impacto en la dinámica de la ciudad de Trinidad ¿Tiene algún significado especial?

FC: Para mi siempre es una alegría hacer arquitectura en cualquier lugar. Si es buena arquitectura es que entendí.

La primera vez que voy a Trinidad, voy en mi auto, paro en la plaza y tenía ganas de tomar un café. Y no hay un café. Este artefacto va a hilvanar desde ahí. Este aparato hoy va a ser un Mercado pero mañana puede ser una dependencia universitaria, un centro social, lo que tu quieras… El edificio va a estar ahí para servirte

P: ¿Cuál es el rol de la obra pública en el desarrollo de arquitectura?

FC: Yo creo que es fundamental y hay pocos concursos acá. En Uruguay se tendría que concursar para todo: jóvenes arquitectos, por área, por invitación… Los concursos te obligan a dar un paso más como arquitecto. Aunque no los ganes te generan un proceso de aprendizaje. Cuando buscás un camino que sea posible que resuelva esa demanda, vas construyendo una serie de elementos que muestran cómo entendés la arquitectura. Los concursos son además un desafío, porque vas a enfrentarte con iguales. Podés decir lo que pensás y por eso te obli- ga a te tomes un posicionamiento.

Uruguay tiene un Departamento de Arquitectura. En el Gobierno anterior se hicieron muchas escuelas, que se entregaron llave en mano. Se podía haber previsto el mecanismo de concurso. Mis amigos en Brasil, conocidos en todo el mundo, tienen cada uno una escuela que hicieron por concurso. Escuelas hechas por los arquitectos más notables de ese país. Y así con muchas otras cosas.

P: ¿Por qué crees que no hay tanta cultura de concurso?

FC: Buena pregunta. Había esa cultura. El Estado debería preocuparse por mantenerla. Hubo algún concurso asociado a una licitación, como la UTEC, pero en esos caso sos preso de las condiciones que te pone la empresa constructora.

La arquitectura necesita de ese espacio. Y también son importantes para generar trabajo porque si no entrás en la cadena de producción no llegás a trabajar. No es fácil trabajar con los promotores. Toda la vivienda que hay en la ciudad no es buena y responde a un prototipo que está perimido hace 60 años. No hay exploración sobre cuál es la forma de habitar en la contemporaneidad. ¿La arquitectura brinda una mejor vivienda que hace 60 años?

Cuando yo vivía en Barcelona en el barrio Gótico se hacían edificios que eran el núcleo y la fachada. Comprabas un espacio y te lo ibas haciendo. Tenías más metros cuadrados.

Hoy ese es el campo del consumo. Las reglas no las pone la buena arquitectura sino el mercado. En nuestro medio hace falta una mirada más audaz de los promotores privados. Pero es un lugar difícil la vivienda.

P: ¿Qué proyecto te gustaría hacer?

FC: Para mi todo es un desafío. Lo peor que podés tener es expectativa e ilusiones como es un camino derecho a la frustración. Personalmente, me apasiona, me hace vibrar ir hacia un camino que desconozco. Ser arquitecto no es saber cómo va a ser; es tener una herramienta que te permita acceder a un nuevo conocimiento y encontrar una nueva cosa. A mi lo que me fascina es eso.

Hago lo que sea, porque me permite tratar de entenderlo y ver si le puedo dar una vuelta. Sé que al mundo lo maneja el consumo, pero lo importante es encontrar la fisura para que el propio consumo lo haga interesante y le dé sentido.

Yo encuentro en la arquitectura la oportunidad de construir algo que te de una alternativa de vida mejor. En cada proyecto voy a buscar la arquitectura. Tenés que entregarte y cuando te entregás descubrís. Busco, intento, exploro y aprendo.

1erpremio

Proyecto N.º 18 de Francesco Comerci y Maximilano García junto a los colaboradores Daniel Minetti, Lorena Pisfter y Franco Tomaduz.

2dopremio

Proyecto N.º 1 por Fernanda Ríos, Javier Díaz, Enrique Martínez y Pablo Bachetta.

3erpremio

Concurso— Estadio Cerrado “8 de Junio”

Menciones

Proyecto 17 (Rodrigo Carámbula, Rodrigo Mediza, Zelmar Schiavone y Victoria Ponce de León)

SAU Y LA INTENDENCIA DEPARTAMENTAL DE PAYSANDÚ REALIZARON UN CONCURSO

DE ANTEPROYECTOS PARA TRANSFORMAR EL ESTADIO CERRADO "8 DE JUNIO" EN UN POLIDEPORTIVO DE PRIMER NIVEL PARA EVENTOS CULTURALES Y DEPORTIVOS.

Un total de ocho propuestas fueron presentadas en el marco del concurso de arquitectura para la remodelación del Estadio Cerrado “8 de junio”, realizado en forma conjunta entre SAU y la Intendencia de Paysandú y ahora son evaluadas por un Jurado Especializado.

Para la obra de remodelación de la infraestructura que es emblemática para el departamento y tendrá un nuevo destino como centro de eventos, la Intendencia sanducera invertirá alrededor de 4 millones de dólares. En tanto, un jurado compuesto por cinco profesionales; la Arq. Fernanda Goyos, designada por SAU, el Arq. Conrado Pintos, designado por los concursantes, la Arq. Ana Russi y el Lic. Guillermo Arias por la Intendencia Departamental de Paysandú y la presidencia del ex intendente Arq. Walter Belvisi, acometerá la tarea de evaluación de los proyectos presentados. El proceso por su parte, cuenta además con el asesoramiento del Arq. Juan Almandós.

Un estadio del Siglo XXI: Antecedentes

Con el objetivo de modernizar una de las obras arquitectónicas más emblemáticas de la ciudad, en diciembre de 2021 la Intendencia, en coordinación con la Sociedad de Arquitectos del Uruguay (SAU), habilitó un concurso nacional de proyectos arquitectónicos para la remodelación del Estadio Cerrado “8 de junio”, que será convertido en un centro de eventos con una inversión máxima de 4 millones de dólares, correspondientes al fideicomiso Paysandú II.

Tras un proceso que incluyó instancias de prórroga, finalmente el pasado viernes 29 de abril el Intendente Nicolás Olivera anunció que son ocho las propuestas que han sido puestas a consideración de un jurado de especialistas encabezado por el arquitecto, socio de SAU y ex intendente de Paysandú, Walter Belvisi, bajo cuya gestión se construyó este icónico coliseo deportivo.

Olivera recordó que el Gobierno Departamental tomó la decisión de destinar estos recursos a la modernización de una obra a la que profesa “un cariño muy especial” y que demanda una puesta a punto que la sitúe “a la altura de las exigencias del Siglo XXI”.

“El Estadio Cerrado ‘8 de Junio’ es una construcción icónica, muy querida, que tantas satisfacciones y alegrías ha dado a los sanduceros”, subrayó.

Se superaron las expectativas

El anuncio de la presentación de un total de ocho propuestas se llevó a cabo en el Salón Rojo, en el marco de una instancia de la que también participaron, entre otras autoridades departamentales, el secretario general de la Intendencia, Fermín Farinha; el director general de Administración, Martín Thomasset; el responsable de la Unidad de Proyectos de la Intendencia, Diego Belvisi y el director de Deportes, Guillermo Arias, así como Martín Trivel de República Afisa y Juan Almandós, asesor designado por la SAU.

“La Sociedad de Arquitectos ha sido una pieza clave en todo este proceso”, subrayó Olivera.

Asimismo, destacó la figura de Walter Belvisi, ideólogo, impulsor y ejecutor de la obra, así como al “tremendo equipo” que, desde la Intendencia, en coordinación con la SAU, se encargó de redactar las bases de este concurso nacional de arquitectura con la rigurosidad necesaria para garantizar transparencia y evitar cualquier tipo de sesgo.

La convocatoria -aseguró- apuntó a la creatividad e inventiva de “las mentes más ávidas” y de los “proyectistas más ambiciosos”, cuyo talento se verá reflejado en la modernización de “esta joya de Paysandú”.

Afirmó que la adhesión a la convocatoria “superó con creces” las expectativas de los organizadores, dado que se presentaron ocho propuestas correspondientes a estudios de arquitectos y empresas constructoras que “están a la altura” de un desafío de esta magnitud.

“Descartamos que las mejores mentes del Uruguay están repartidas en estos ocho sobres”, enfatizó el Intendente remitiéndose a los envoltorios que fueron distribuidos sobre la mesa que domina el Salón Rojo, en cuyo interior aguardan las propuestas que serán puestas a consideración.

“A partir de ahora comienza un trabajo de puertas adentro; de mucho profesionalismo y también de mucha cautela, mucha reserva”, indicó el Intendente en relación al trabajo de evaluación que, luego del análisis formal de las propuestas, acometerá el jurado presidido por el ex intendente.

Una vez emitido el fallo y delineado el proyecto ejecutivo, la empresa constructora que se encargará de la obra contará con un plazo de ejecución de aproximadamente 12 meses.

Concurso de talentos

La Intendencia tomó la decisión de intervenir un edificio que es icónico para Paysandú, que ha sido protagonista de hechos fundamentalmente deportivos, pero se busca que pueda recibir otro tipo de eventos, para lo que se planteará además una solución acústica en el edificio para que sea posible recibir espectáculos musicales y deportivos de primer nivel que lo posicionen a nivel regional.

Lanzamiento CONCURSO ESTADIO 8 DE JUNIO con autoridades de SAU y de la Intendencia Departamental de Paysandú

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