Los abuelos y los mayores
Los chicos del MJS de Centroamérica nos comparten sus vivencias con sus abuelos Mis abuelos significan todo para mí, ellos son muy importantes en mi vida y siempre me ayudan con todo lo que necesite y esté al alcance de ellos. Son personas increíbles, cariñosas, amables, respetuosas. No sé qué haría sin ellos. Los amo mucho y espero que Dios me permita pasar muchos años más junto a ellos. Daniela M, 14 años, Costa Rica
De mis abuelos he aprendido a compartir lo que tengo con las personas que lo necesitan. Me enseñaron el valor de la puntualidad, el respeto y la tolerancia.
Mis bisabuelos fueron lo mejor de mi vida. Fueron papá y mamá, me cuidaron, me consintieron y me dieron todo el amor que pudieron. Ellos son mi ejemplo para seguir como personas y como matrimonio. Gracias a ellos sigo viva y he llegado lejos, recordando todas sus enseñanzas.
A ellos se debe quién soy. Trato de que estén orgullosos de mí siendo lo que ellos sembraron. Por ellos conozco una de mis mayores fortalezas: mi fe en Dios. Les agradezco por enseñarme el amor a Dios.
Linda Mariona, 26 años, El Salvador
Mi abuela me ha enseñado mucho desde que yo era bebé.
Me inculcaron el amor a nuestro Señor Jesucristo y la intercesión de María la Virgen para que sean siempre mis amigos como mis padres.
Nunca olvidaré que ella es la que me apoya en todo, y que tengo que apoyar a los demás como ella lo hace conmigo.
Carlos Armando Gómez González, 18 años, Guatemala
Mi abuela materna es mi soporte espiritual. Le debo el avance que he tenido en mi conversión. Es quien siempre me apoya y me aconseja. He a p re n d i d o d e m i abuela humildad, servicio y amor incondicional. A pesar de todo lo que ha sufrido, ella siempre ayuda a todos, sin importar nada ni pedir nada
12
a cambio. Tengo dos anécdotas que me han marcado muchísimo: Ella siempre me llevaba a Misa, me invitaba a visitar el Santísimo. Yo iba para que “no me fregara” con lo mismo. Un día que tuve mi retiro de conversión, me entró un miedo horrible cuando tocaba ir al Santísimo y pensé escaparme (no es broma,
Boletín Salesiano Don Bosco en Centroamérica
He viajado con ella a casi toda Centroamérica y hemos vivido juntos grandes momentos. Adrián Josué Guevara, Guatemala
ya iba saliendo de la parroquia), pero me vino de inmediato a la mente el amor con el que mi abuela siempre va al Santísimo. Entonces fui corriendo al Santísimo y me vino una paz. Como si ella fuera el “ángel” que el Señor me puso para no dejarme vencer por el miedo. Fátima Castellón, 24 años, Nicaragua