Como lo indica el título mismo de esta tesis, «La praxis de la psicología según santo Tomás», no es nuestro interés principal aquí ocuparnos de cualquier área de la psicología contemporánea, aunque forzosamente haremos abundante referencia a todas ellas, sino de la práctica que se le suele atribuir (llámesela psicoterapia, consejo personal o familiar, orientación vocacional, etc.). Ésta, a pesar de ser generalmente poco estudiada en sus fundamentos filosóficos y epistemológicos, suele ser la principal ocupación de quien ha estudiado psicología, y es lo que la gente en general (y no sólo el vulgo) llama hoy en día «psicología». Cuando se piensa en la psicología no viene en mente un hombre con túnica blanca que analiza el comportamiento de un ratón metido en un laberinto, o que prueba las reacciones bioquímicas o eléctricas de una neurona, sino más bien un hombre que se ocupa de escuchar y ayudar a otro hombre, encerrado sí, pero en el laberinto de su propio corazón.