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guel Alvarado, á quien no en vano ha puesto el Gobierno como Director de la Ju n ta de Beneficencia. Esto y mucho más merece por sus virtudes, su ciencia y su talento.
VI H o s p ita l J u á r e z . (Municipal de 8an Pablo.)
No habíamos tenido oportunidad de visitar ese sombrío edifi cio, situado en el barrio de más leyendas patibularias y de me nos adelantos materiales, entre todos los demas barrios de nues tra capital; pero como no vacilamos en cumplir nuestros propó sitos, y sabido es que los hemos hecho de estudiar los hospitales de México, fuimos á San Pablo, y en verdad que salimos de allí poseídos de tristes y dolorosas impresiones. ¡Qué Castillo de If, ni qué Newgate, ni qué la Rochette; todo eso tiene algún lado bueno, comparado con el Hospital Juárez! No haremos largas consideraciones; solo describiremos á gran des rasgos el estado que guarda un establecimiento que merece se fije en él la atención del gobierno, porque allí van á curarse los enfermos que envía la Municipalidad. Fray Pedro de Gante fundó en aquel sitio una iglesia que los franciscanos administraron como ayuda de parroquia hasta 1569, año en que se la cedieron al Arzobispo, quien puso en ella un cu ra clérigo. Los frailes agustinos pidieron la parroquia para fundar un co legio de su órdeu, y lograron ser sus poseedores en 1575. A los pocos años, en 1581, cuando ya estaba construida gran parte del Colegio, demolieron la antigua iglesia y la sustituyeron con la que hoy existe, cuya fábrica es tan sólida, que hay muro que tiene dos varas y tercia de espesor. En la época de más apogeo para las órdenes monásticas, ad quirió renombre y valimiento el Colegio de los Agustinos, pero fuó decayendo con aquellas de tal modo, que llegó vez en que se juzgó oportuno destinar para cuartel la parte más deteriorada del edificio. Debiendo el Ayuntamiento al Hospital de San Andrés la suma