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—Año Nuevo y Reyes.—Rifa de Com- padres
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EL LIBRO DE MIS RECUERDUS.
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ción del rorro, acompañada de una música alegre y f este josa.
He tratado de hacer la descripción de las Jornadas con todos sus detalles, á pesar de ser muchos de éstos cotiocidos, por que deseo dejar consignadas costumbres que van caminando á su completa desaparición, costumbres que, por frivolas que parezcan, daban solaz y contento á una generación que no conocía el marasmo que se ha apoderado de la presente, en lo que atañe á sus actos sociales.
La cena no podía servirse antes de las doce de la noche, hora en que terminaba el día de la abstinencia y seguía aquel en que ya se podía comer carne y pescado. Todo cuanto apetecieras, carísimo lector, te sería concedido de los dueños de la casa, menos promiscuar, razón por la cual causaba impaciencia la lenta marcha del reloj.
MISAS DE AGUINALDO Y DE GALLO.
Otros actos característicos de las fiestas de Navidad eran las misas de Aguinaldo y la llamada de Gallo, que se celebraban y aún se celebran, las primeras por la mañana durante el novenario, y la segunda A las doce de la noche del día 24. Dichosamente las primeras no tienen hoy el carácter que antiguamente las distinguía, y digo dichosamente por que, tanto la augusta ceremonia, como el sagrado templo recibían graves ultrajes, que no debe tolerar una sociedad civilizada como la nuestra. Tales ultrajes consistían en la ridicula música de las murgas y en los versos que se cantaban, traspasando muchas voces, los límites de la decencia. Si estas misas con el expresado carácter se celebran aún en algunos lugares de la República, no lo sé, mas lo que, por desgracia puedo asegurar es quo las misas de (-Jallo, todavía más inconvenientes, existen. Poco tiempo hace (pie concurrí en Veracruz á una misa de ese carácter, que so celebró en el Templo de la Pastora, y allí no pudieron menos que excitar mi indignación las escenas (pie presencié. En tanto que el sacerdote decía la misa, estando patenti! el Santísimo Sacramento, volvíase loca en el coro una música extravagante, con los aires caneanexeos, lo que dio lugar para que unos extranjeros se burlasen allí de ja ceremonia y de la sociedad. Entiendan" Tos encargados de algunos templos, que toleran tales desmanes, que no se adora á Dios con cencerradas, ni la alegría requiere para su expansión escenas como las que justamente son objeto de mi crítica.
La noche de Navidad en México, triste es decirlo, es noche de profanación y de desórdenes á que se entrega una parte del pueblo. De profanación, por su comportamiento poco digno durante la misa y desórdenes por los excesos á que se entrega durante toda la noche que anda corriendo el Gallo.
LAS PASTORELAS.
Los teatros daban funciones alusivas á la solemnidad del nacimiento de Jesús, y entre ellas las más populares eran las pastorelas, cuyo fin y carácter revelo en la siguiente descripción.
La Pastorela da principio con un famoso Conciliábulo. Al alzarse el telón aparece en uno de los antros del infierno Luzbel, cuyo vestido es como sigue: camiseta y calzón de malla color de carne, con zapatilla negra bordada de lentejuela; tonelete de mangas perdidas, con forro rojo y adornado de cintas del mismo color y brichos de oro. y ceñida la cabeza con corona de laurel. Preséntase triste y apenado por la próxima venida al mundo de¿ Mesías, y medita para vengarse en los medios que ha de poner en juego á fin de perder al hombre, oponiéndose al decreto divino de su redención. Los improperios salen de su boca, y para llevar á cabo sus designios, con acento iracundo llama al Pecado, furia infernal que ha de prestarle eficaz ayuda. Este diablo sale por escotillón, diciendo con toda arrogancia: ¿Quién me llama 'i y respóndele Luzbel: Tu príncijM' y señor. En seguida disponen su plan de operaciones, mas como para realizarla, engañando al hombre, necesitan de la Astucia, demonio de tonelete y corona como los otros, sale al llamado de Luzbel, de entre los bastidores que figuran con el telón de fondo las lóbregas cavernas del infierno, haciendo igual pregunta (pie el Pecado y recibiendo idéntica respuesta.. Animado Luzbel por las exhortaciones y baladronadas de sus compañeros, se enfurece y amenaza al cielo, haciéndole aquéllos coro. Cuando la exaltación está
ei* toda su fuerza, gran cantidad de cohetes cni8peros, encendidos entre las bambalinas, arrojan una copiosa y persistente lluvia de niego; los diablos van y vienen levantando los wazos y lanzando sus amenazas con voz iracunda, como quienes van á comerse al mundo, "asta que ya fatigados, agotada la pólvora y terminada á tiempo la perorata, cae el telón dando fin el Conciliábulo, cuyas infernales escenas, para mayor persuación, dejan apestando ó azufre todo el recinto del teatro.
A esta furiosa tempestad de ungidas pasiones y del arte pirotécnico, sigúese en los deoiás actos el desarrollo de la pastorela, cuyos caracteres principales son: la calmuda senculez de los pastores, vestidos á la usanza de lo s Elvinos y Nemorinos de las Operas; las desavenencias y riñas domésticas de Bato y ^ d a; las sandeces de Bato y Bras, tan perseguidos por la saña de Luzbel ; la aparición del arcángel San Gabriel á los pastores para anunC1arle8 el nacimiento del Mesías, en los mo'nentos en que, sentados en rueda, platican y °enan á mandíbulas batientes, y la gran contienda sostenida por los tres arcángeles MiKoel, Gabriel y Rafael contra Luzbel, El Pecado y la Astucia. Después de muchos dimes y diretes, los batalladores 1 ' , ya en el colmo de la exaltación, acaban por desnudar las espadas y empieza la lid, mas no en silencio, sino acompañando á los golpes de los aceros las fanfarronadas propias de los valientes callejea s, excepción hecha de las palabras mal sonante, hasta que al escucharse el grito de Miguel :-.¿ Quién como Dios, bestia fiera 'i caen desplomados los tres diablos á los pies, respectivamente, <le los ángeles sus vencedores. aquellos, humillados, desaparecen al fin por escotillones, á tiempo (pie la miísica y el ean10 de los pastores (pie se escuchan á lo lejos, celebran el triunfo alcanzado contra el infiern° - Libres ya los pastores de las asechanzas del demonio se dirigen al portal de Belén para decir requiebros y ofrecer sus dones al rechín nacido.
Yo también, de niño, fui actor en uno de esos coloquios, pues era costumbre que las i'a"Hlias los representaran en teatros caseros y aig?unas veces en teatrillos alquilados. I'na túi le ¡a .lana que en una pastorela desempeñaba el papelde Ardelia, me tomó por su cuenta: púsome un lujoso vestido de respingo, medias de seda y sandalias de raso con sus ligas correspondientes: ajustóme unas alas de hojadelata, sobre las (pie caía recogido un manto de seda verde y sobre mi rizado pelo colocó una diadema adornada de piedras, al parecer preciosas, la que terminaba con una airosa pluma, también verde; y de esta manera en un abrir y cerrar de ojos me convirtió en el arcángel Gabriel. Ensayado bien mi papel que no tira otro que el de anunciar á los pastores la buena nueva y el de dar mandobles á diestra y á siniestra y tener por algún tiempo humillado bajo un pie al demonio de la Astucia, di con todos los de la comparsa en el teatrillo conocido con el prosaico nombre del Pambazo, hoy casas y baños de Murguía, calle del Puente Quebrado. Figúrate, caro lector, mis apuros al actuar ante un público escogido, como que era de invitación, en el momento en que asentando mi pie izquierdo en el tablado y hollando con el derecho el cuerpo hercúleo de la Astucia, á la vez que tenía que tomar la actitud del vencedor, sosteniendo en alto la espada triunfadora. Las contorsiones de aquel diablo blasfemo, cegado por la cólera, no me permitían guardar el cuerpo en equilibrio y poco faltó para que viniese á tierra mi celestial persona; sin embargo, mantúveme firme á costa de mil esfuerzos.
Tales eran las famosas pastorelas que. si no han desaparecido, del todo, de nuestros hábitos, han perdido mucho de su antiguo carácter.
También era costumbre de los teatros en aquellos tiempos, poner en escena, en tiempo de Navidad, la pieza titulada: Kl mayor confrario ariu'1/0. ó el Diabla Predicador, cuyo protagonista, el lego, Fraij Anlolhi, era caracterizado, un is veces por la festiva, María Cande que vino á México siendo casi una niña, y otras por Antonio Castro,ambos de muchísimo gracejo
Cuando sea t' -mpo y haya Posadas caseriltis. cuidaré, an ble lector de llevarte aellas.
DÍAS DE LOS INOCENTES, ANO NUEVO Y REYES.
Dejemos, carísimo lector, á los concurrentes á las Posadas, de ijue te hablé en mi artí-
culo anterior, reponiéndose de sus trasnochadas, y á los que cayeron en cama por su extremada predilección á la cena de Nochebuena, aliviándose de sus dolencias, y continuemos observando otros hechos y otras costumbres que dan fin con la festividad de los Santos Reyes y señalan, ó hablando con más propiedad, señalaban, con aquéllas, la época más alegre; y animada de la vida social de México. Apartemos también de nuestra, vista la extensa y hermosa Plaza Mayor, convertida en un tiaiKjiiislli miserable q ue no haría honor al pueblo de la república más atrasado, y que produce á los extranjeros tan mal efecto: dejémosla, repito, revelando el buen gusto de nuestros ilustrados A y u n t a m i e n t o s, y prosigamos la relación.
A la fiesta de Navidad sígnese inmediatamente la de los Santos Inocentes, que jlasaría inadvertida si no fuera por la costumbre inmemorial de hacer tontos en tal día á nuestros semejantes, cuando tal calificativo merécenlo más los que no descuidan poner en práctica tal acto. l'n amigo pide á otro prestado dinero ó una alhaja, así como una dama pide también á o t ra un sombrero ú otro objeto cualquiera, asimismo en calidad de préstamo, y si el olvidadizo amigo ó la distraída dama entregan lo q ue se les pide, caen en la nota de ¡nocen/e* y reciben después, j u n t a m e n te con el objeto devuelto, una escobilla adornada con lislones. una cajita de caramelos ó algunos juguetillos para que se divierta el niño ó la niña que fue la presa de aquel garlito. Cara mí. dicha costumbre es verdaderamente una inocentada, menos cuando se convierte en fullería, pues suelen haber algunos, indignamente descarados, que en tal día piden dinero y objetos con el ánimo de no hacer la debida devolución. Kncárgote por tanto, lector mío, (pie te amarres en un dedo un listón, ¡i lin d e q ue te recuerde el día 2N de
Diciembre.
Kl día de San Silvestre la buena cii. iad de México cierra el año con broche de oro. acordándose, al fin. de (pie hay un Dios ante quien debe prosternarse para darle gracias por los favores recibidos cu el año que termina é implorar su socorro para el año que comienza.
Todos los templos de la ciudad, desde las siete de la, noche, se hallan henchidos de gente, cuyas fervorosas plegarias suben á la mani \ sión celeste acompañadas de las majestuo• sas y sonoras voces del órgano y envueltas en las perfumadas nubes del incienso. Algo bneI no había de contarte, queridísimo lector, proI pió de nuestras costumbres, y si por lo que rei fiero y aceptas nos tienen los escépticos por | fanáticos, déjalos decir, en primer lugar porque | su dicho no es cierto, pues no hay exageración ! en el culto que tú y yo profesamos, y en sei g u n do lugar porque hacemos uso de la liber! tad de conciencia, principio consignado eu I nuestra Constitución. Damos al César lo (/>"' | es del César ij <í Dios lo <¡KC es <le Dios. Ni | tú ni yo, por el hecho de reconocer y adorar á I ese Dios, ponemos el más leve tropiezo á la marcha social y administrativa, y así cumplimos fielmente con nuestros deberes civiles y religiosos. La festividad del 1'-' del año, tanto civil como eclesiástica, es una de las mas solemnes en el mundo entero. Es verdad (pie todos consideran un año menos en el camino de la vida: pero también es cierto que en ese día luce el sol de la esperanza y se presenta un año m á sá las ilusiones de esa misma vida que se va. P or tal motivo, en semejante (lía. (pie es como otro cualquiera, pero que convencionalmente el hombre ha fijado como el principio de la medida de los tiempos, todos se saludan con beneplácito. Por donde quiera se escuchan las palabras "Feliz Año"' y por todas partes se ven aparadores atestados de herniosísimos objetos, debidos á la industria humana, y por las calles, criados que van y vienen con lujosos re| galos y herniosos ramilletes de flores. Es el día | g r a n de de las congratulaciones. RIFAS DE SANTOS Y DE OOMPADRES. Costumbre arraigada era la Rifa de Hálito* ; el día 1'-' de Enero. Deposi taba use en una ánfora eedulillas de papel, en cada una de las : cuales constaba, el nombre de un Santo. L as jóvenes, tan vivarachas}- alegres en la Rifado , compadres y en los demás actos que se han descrito, mostraban, al verificar la de los S a ntos, la mayor seriedad y compostura, impulsadas por un acto de verdadera devoción. En tan! to que de aquella ánfora iban sacándose una i por u na las mencionadas eedulillas, de otra
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ánfora hacíanse salir de la misma manera, aquellas en que se habían escrito los nombres (le las personas, las que debían consagrar especial devoción, durante el año, á los Santos que respectivamente le había tocado en suerte. Los nombres de Santos (pie nunca faltaban en las ccdulillas eran los de San Francisco de ' aula por casamentero y Santa Rita por allanadora de imposibles, licencia ¡pie las jóvenes s e tomaban sin desdoro de su devoción, pues "ay que convenir que estaban en su derecho e n procurarse tan buenos abogados para salir avantes en los asuntos que más pudieran interesarles.
Al Hn llega, el (ule Enero, día. de la Epifania
0 Manifestación del Señor, en que la Iglesia conmemora tres Misterios: 1" La adoración que rindieron al Niño .Jesús, en el portal de •Belén, los tres Reyes magos (pie llegaron de oriente guiados por el brillante cometa; 2.', el Bautismo de Jesucristo en las aguas del Jordán, y ¡]". el primer Milagro del Salvador en 'as bodas de Canaan, al convertir el agua en vino. En este día se quitan los nacimientos y s e procede á partir la torta de reyes y á la Rita de compadres, costumbre que si subsiste no es sombra de la que fué.
En los sombreros de dos jóvenes, á falta de urnas electorales, se derwsitaban, en uno, los nombres de las damas y en otro, los de los varones. Mas pira que puedas obtener, lector amable, una idea exacta de lo que era tal costumbre, empecemos por fijar la atención en el preludio, que no era otro (pie la ligera conversación habida entre las dos jóvenes que se apoderaban de las cédulas y de las urnas para Practicar la rifa. —¿Qué te parece, decía una llamada Charo & otra de nombre Lola, sacamos á Manuel c on Chucha ó con Enriqueta ? — Con Enriqueta, contestaba la segunda, Porque á Chucha ya no le hace caso. —Bueno, pues ya sabes que cuando saque el nombre de Manuel has de decir Enriqueta. -~Y cuando salga el de tu novio Alejandro, ¿canto el tuyo? —No, porque me tiene muy ofendida y he lte castigar á ese pillo. Di, entonces, el nombre de Petra, la ama de llaves (persona muy respetable pero ridicula por su facha y por su fecha).
Una carcajada de las dos cortaba el hilo de tan interesante' diálogo. - ¿Qué estarán tramando ustedes, niñasV decía la señora de la casa. Nada, mamá, contestaba Charo, sino que ésta tiene unas ocurrencias (pie. .. . ¿ V tú. continuaba la. que recibía órdenes, ó sea Lola, con quién has de salir entonces? : Con Don Chano, el cobrador de tu casa, ; ordenaba Charo con viveza. ¿V vas á bailar, el domingo, con ese ente : estrafalario? j No, pirque para, entonces habré hecho | las paces con Alejandro.
Y por ese estilo seguían haciendo sus com; lunaciones para halagar á sus amigos y aini; gas, en virtud del conocimiento que tenían adi quirido acerca de las inclinaciones de unos y ! otras.
Empezaba la rifa é iban saliendo sucesivamente, sin intervención del cura ni del Juez del Registro Civil, matrimonios perfectamente arregladitos, de suerte (pie ninguno de los contrayentes se quejaba de la suerte, ni se daba por agraviado, sino en muy determinados casos como el expresado. —Manuel H., decía la primera escrutadora. Enriqueta (i., contestaba la segunda. •••-¡ Ay! q u é . . .. gusto, iba á decir la nombrada, pero la última palabra moría en sus labios. —¿Qué es eso. niña, decíale en tono de reprensión la mamá que se hallaba cerca, ten vergüenza. —Iba á decir, respondía la niña, algo mortificada : ¡ Ay ! qué pena (pie papá no haya venido. Ruena alhaja eres tú.
La rifa continuaba. Alejandro Z.. pronunciaban con cierto desenfado los labios de Charo. -Petra O., pronunciaban con énfasis los de Lola.
Una risa general estallaba en la sala, bur! laudóse de la suerte de Alejandro, risa que suI bía de punto al escucharse, en seguida, los | nombres de la elegante dama y del humilde \ Don Chano, instrumento nada más, como la : pobre Doña Petra, de las amorosas intrigas de : la Charito. I La mamá de Enriqueta oprovechábase de ¡ esta circunstancia, para demostrar y poner en
relievo la simia legalidad de las dos jóvenes en el desempeño de su encargo.
El sorteo ([iie tan bien sabía unir las voluntades, continuaba de la manera indicada, dando pábulo á la hilaridad de los concurrentes los desgraciados consorcios quesurgian.de vez en cuando, de las improvísenlas urnas electorales, y en las (pie ninguna intervención tenía la suerte, sino las intrigas de los jóvenes, á quienes nunca faltaba en semejantes reuniones, alguna victima (pie fuisse el objeto de sus burlas. Es verdad que en la socii dad presentan se seres desgraciados y lipos ridículos que se prestan á ellas, por su fatuidad.presunción y simpleza.
Desde el momento en que terminaba la famosa rifa., las horas se sucedían con velocidad eléctrica, cuyo motor era la inquietud del ánimo en (pie vivían los compadres y las comadres, anhelando la llegada del domingo. En este díade completa felicidad, saludábanse aquéllos y éstas por la mañana en las calles de Plateros, y volvían de nuevo á saludarse, por la tarde, en el Paseo de Bucareli, diciéndose con las miradas: ya pronto nos veremos en el baile.
Algo avanzadas ya las horas de la noche, la sala preparada para aquél hallábase tan brillante y resplandeciente como una ascua; ellas ya listas presentábanse luciendo sus hermosos trajes confeccionados por Celina, Coraba, Hortensia ó la Oubrard, celebres modistas de aquella época, y ellos con sus bien cortadas casacas, por Crigüen, Ora reía, Pestail y (icugaud. Al preludiar los músicos la primera contradanza ( entonces no se decía danza ), los compadres se acercaban al estrado, como es costumbre, para sacar á sus correspondientes comadres. Ya organizadas las parejas, (tóbasela señal para (pie la música rompiese á tocarmomento solemnísimo en que todos se entregaban á los goces de la. más plácida expansión; los compadres presentaban á sus comadres su obsequio, que consistía generalmente en un precioso objeto de tocador, y ellas á ellos, una hermosa rlor ó un ramilletito que se colocaban los agraciados en el hojal de la casaca, y P°r fin, llegaba el momento suspirado. Dábanse alegremente el abrazo de compadres llegando al colmo el contento general y el baile proseguía.
OtJADBOS GE COSTUMBEBS.
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FESTIVIDAD DE SAN FELIPE DE JESUS.
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ÍONÓCESE la historia de San Felipe por haberla escrito varios insignes varones entre los que se encuentra á Fr. Baltasar de Medina, circunstancia por la cual no me detendré en referirla, y sólo trataré de la festividad del ilustre santo mexicano que, en lo que concierne al culto exterior, ha desaparecio°> y de referir uno que otro punto que pueda servir para ilustrar ó dilucidar aquélla.
Que la población en que Felipe de Jesús Vl° la luz primera fué la Capital de la antes •Nueva España, nadie lo duda ya; mas en lo l ue si existen divergencias es respecto del lugar fijo de su nacimiento, según consta en las "istorias, pues en tanto que unas señalan la oalle de su nombre ó la de San Felipe Neri, otras fijan las de Tiburcio ó las de San Juan, y ahora vengo á aumentar ese catálogo con un "igar más en la calle de San Juan de Letrán ; Pero advierto que me presento bien autorizado ^Q el siguiente documento:
ACTA DE CABILDO DE LUNES 21 DE ENEHO
DE 1636.—LIBRO 30, PS. 106. -COMISIÓN DE
LA STA. IGLESIA SOBRE PARROQUIAS.
En el Cabildo celebrado Lunes 21 de Ener° de 1636, vidose el recado qe. trajeron los comisarios de la Sta. Iglesia Catedral qe. está en e | Cabildo antecedente sobre la fiesta del glori°so San Felipe de Jésus, Patron de esta Ciu^adj y haviendose conferido sobre los tres puntos qe. en el se contiene, de conformidad se resPonda a la Sta. Iglesia estimando el empeño qe. ft ace en esta obradigna de su grandeza, y qe. en Cuanto a qe. la Ciudad asista en la Sta. Iglesia lene prometido celebrar esta fiesta en sudia e u el Convto. de Sn. Franco, de qe. no puede Pfswudir, y sin embargo se tratará con el dcho. °onvto. la transfieran, y asistirá esta Ciudad ~°ii mucho gusto, y habrá luminarias genera6 8 —Y en quanto á la fundación de Parroquia qe. se pretende fundar en la casa donde nació el Sto. qe. es la qe. esta señalada en el colegio de Sn. Juan de Letran, el puesto es cómodo, y en el medio de la filigresia, qe. esta señalada pa. qe. la Catedral advierta qe. el señalarse las Parroquias en Iglesias fundadas, es pr. no haber comodidad de edificarlas de nuebo, ni el patrimonio de S. M. está en estado de poderlo hacer, qe. si hubiera algunos devotos; qe, tan dignamte. y en obra tan santa quisieren gastar sus caudales esta Ciudad hará el empeño posible con S. E. pa. qe. tenga efecto lo qe. se pide. Y en quanto al ultimo punto qe. se traiga el Cuerpo del Sto. del G apon, ó una reliquia suya, se juntará esta Ciudad con el Cabildo de la Sta. Iglesia pa. qe. en esta ocasión de Naos se escriba á los Cabildos Eclesiásticos y secular de Manila en orden a esta diligencia y qe. si fuere menester dineros se procuraran los posibles pa. este efecto; estimando obra tan de la grandeza do aquel Cabildo en servicio de ambas Magestades, y al recado y respuesta hayan los Sres. Dn. Andres de Balmaceda, y Dn. Amo. de Monroy Figueroa, como comisarios.— Y asi mismo vayan a el convto. de Sn. Franco, y traten con el pe. Guardian, y religiosos transfieran la fiesta de esta Ciudad pa. el dia qe. les pareciere pr. qe. no se falte a la Catedral. Asi mismo se acuerda haya la vispera del Sto. luminarias generales y qe. el. Sor Corregidor las mande pregonar. Que se pongan luminarias en las Casas de Cabildos, y cohetes, y ruedas este dia, sin qe. se hayan de escusar las de la fiesta, y los Srs. Comisarios de fiestas libren la costa en el Mayordomo qe. cumpla los libramientos. Los Srs. Comisarios lo aceptaron y se les dio un papel con la respuesta pa. qe. le den al Cabildo."
El día 5 de Febrero de 1629, á los 54 años del nacimiento de San Felipe de Jesús y á los