3 minute read

¿Miedo al cambio?

Todos los días pasa algo nuevo, un día está soleado y al otro lluvioso, un día nublado y al otro hace calor, ¡siempre hay cambios!

Lo mismo pasa en aspectos de nuestra vida, como el cambio de grado escolar o de escuela.

Advertisement

La escuela es un lugar importante, pues es donde pasas mucho tiempo, convives con otros niños y regularmente es allí donde se encuentran tus mejores amigos.

Un momento muy difícil es cuando se acaba una etapa y tienes que cambiar de grado escolar; debes adaptarte a nuevas rutinas, más tareas y, si tienes suerte, podrás seguir viendo en el mismo salón a tu mejor amigo, pero en muchos casos no sucede así.

En otras ocasiones, cambiar de casa o de ciudad obliga a tus papás a cambiarte de escuela, algo que debes aceptar.

Pero ¡no te preocupes!, aunque los cambios son difíciles, no es imposible adaptarte a ese nuevo estilo de vida.

Lo único que tienes que hacer es relajarte y pensar en las cualidades de tus nuevos compañeros, identificarte con alguno de ellos no será difícil.

¡Verás que pronto estarás como si nada!

Los cambios son buenos en la vida, nos ayudan a ver las cosas de forma diferente y con esto ganamos experiencia. ¡También son buenos para los emprendedores!

Muchas veces al emprender tienes que hacer cambios a tu idea para adaptarla al mercado, porque algún insumo cambió o porque simplemente lo que haces pasa de moda.

Lo importante es que estés siempre al día y preparado para cambiar, sin que esto te cause angustia. El cambio es parte de la vida.

¿Qué pasa con una bicicleta cuando no camina? ¡No se puede sostener de pie! Pues lo mismo pasa con los negocios; si no avanzan, se caen, por lo que tú debes hacer que tu negocio siempre esté en evolución, con ideas innovadoras y viendo las tendencias de mercado. Recuerda que la moda no solamente está en la ropa y los accesorios.

¿Has visto los teléfonos de disco? ¡Antes no había teléfonos con botones como ahora, y menos SmartPhones!

Los empaques de leche no eran de Tetra Brik, por lo que la leche se echaba a perder más pronto, y cuando los empaques ya eran de este material, no tenían tapa, sino que se tenía que cortar la orilla con unas tijeras.

Las latas se tenían que abrir con una herramienta especial llamada justamente abrelatas, hoy se abren levantando una palanquita, llamada anilla

¿Te imaginas qué hubiera pasado si quienes venden estos productos se hubieran resistido al cambio?

Por otro lado, los fabricantes de abrelatas seguramente tuvieron que vender nuevos productos al ver cómo sus ventas bajaban.

El mundo de los negocios está en constante cambio. No te resistas y ponte las pilas del cambio.

¡Nunca dejes de innovar!

This article is from: