BUZZ#01

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NÚMERO 01

cómo pasar de

TU JEFE generación 2.0 idiocracia



SU MA RIO

somos hippies que juegan a la consola y visten de corbata

A TU BOLA !!!

olvídate del miedo al fracaso y atrévete a emprender tu propio negocio

.12

hiki komori

los adolescentes nipones se encierran en un mundo virtual

.28

kenji & co

¿nunca has leído manga? es hora de que empieces, con 20th Century Boys

.34

genera cion 2.0

cada día aparecen nuevas profesione pero, ¿de verdad tienen futuro?

.8

somos tontos

lo que vemos en la televisón es el reflejo de la cultura y el futuro de un país

.22

redactora jefe: elena rey cortés diseño: www.studio-sananikone.com colaboradores: fernando antúnez, emma kone imprime: eurocolor buzz: revista gratuita - 4.000 ejemplares depósito legal: M-45136-2011


ha blA mos

[BUZZ]

Expresión utilizada en inglés para referirse a rumores o temas de conversación que están en boca de todos. Y es que en boca de todos queremos estar. Por eso nos negamos a hablar de lo mismo que los demás medios. Somos una revista gratuita, sí, y nuestra distribución es local, también; pero no esperéis encontrar en estas páginas notas de prensa de los ayuntamientos ni el horario de la biblioteca, porque para esa información es mejor consultar la web de los consistorios o sus revistas municipales. BUZZ nace con la intención de hacer pasar un buen rato a los lectores aburridos de oír siempre las mismas historias de crisis, hipotecas, alcaldes que inauguran parques… Olvidémonos de tanto problema durante un rato, y apreciemos el placer de conocer anécdotas curiosas, historias diferentes, otros puntos de vista. Con BUZZ, mantente al corriente de lo irrelevante, de lo divertido, de lo anecdótico… de lo original.

elena rey Para anunciarte con nosotros, llámanos al

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CÓMO PASAR DE TU JEFE Ya lo decía la canción, es una lata el trabajar porque todos los días te tienes que levantar. Si se te han pegado las sábanas más de una vez este mes, apunta algunas de las mejores excusas para contarle a tu jefe…

1.

Pensé que estábamos en fin de semana, estos ‘juernes’ de mojitos me han jugado una mala pasada.

2.

Una multitud de ‘indignados’ me ha impedido coger el autobús. Gritaban que si ellos no trabajan, los demás tampoco.

3.

Mi perro ha saltado encima de la cama y hemos acabado en el piso del vecino de abajo. Es lo que pasa por cenar cereales…

4.

Mi loro no me ha dado los buenos días. Pero tranquilo, es sólo una afonía pasajera.

5.

Hoy no me siento suficientemente inteligente como para trabajar.

6.

Tengo que comprarme el nuevo Iphone 65. Las versiones anteriores ya se han pasado de moda.

7.

Había una aurora boreal en mi cocina. Sí, en esta época del año.

8.

Unas voces me dijeron que el fin del mundo está a la vuelta de la esquina.

9.

No puedo venir, tengo una entrevista de trabajo en un sitio en el que el sueldo no es una miseria.

10.

Estoy deprimido porque han echado a Paquirrín de Supervivientes.



ge ne ra ci 贸n 2.0 por fernando ant煤nez


Permitidme que comience mi artículo haciendo mención a la dichosa crisis. Sí, ya sé que una de las premisas de BUZZ es no hablar de ella, pero de verdad que va a ser una referencia mínima: Mil veces he oído eso de que en chino, el ideograma que representa la palabra crisis significa también oportunidad, pero hemos llegado a unos límites de tontería que me hacen alucinar con lo que la gente considera oportunidades, cuando más bien son una tomadura de pelo. Me refiero a todas estas nuevas profesiones que de pronto se han puesto de moda, con esto de las nuevas tecnologías, las redes sociales y demás novedades. Está muy bien que los avances tecnológicos mejoren nuestra calidad de vida y agilicen las comunicaciones; pero reinventarse una nueva profesión, ponerle detrás un 2.0 y quedarse tan ancho me parece too much. Oye, que está muy bien eso de renovarse, y si te pagan por ello mejor que mejor, pero no comprendo a todos los que siguen a los gurús tecnológicos sin pensárselo un poquito.

máximo beneficio para tu negocio hay que echarle horas y aprender para qué sirve cada una de ellas, porque está claro que subir tus fotos de vacaciones en Facebook no le reporta nada a tu empresa. Pero de ahí a pagar 300€ o más por que alguien te lleve las redes sociales me parece un disparate. Y no exagero en el precio, que he preguntado a varias empresas… Personal Shopper. Ésta es ya la repera. ¡¡Le pagas a alguien para que vaya de tiendas en tu lugar!! A mí personalmente no me gusta ir a comprar ropa, pero tengo entendido que hay mucha gente a la que le encanta ese pasatiempo. Entonces, ¿por qué pagar a otra persona por hacer algo que te gusta y que es gratis? De verdad que no le encuentro ningún sentido, y menos aún cuando contratante y contratado van juntos a las tiendas. “Es para que me asesore”. Ya bonita, ¿y eso no lo pueden hacer tus amigas?

Fotógrafo 2.0. ¡Qué molón! Suena de lo más interesante. ¿Y eso qué es? Pues, más que nada, un fotógrafo de los de toda la vida pero con una cámara digital y mucho manejo del Photoshop. Ah, ¿y ese programa no se utilizaba ya hace quince años? Sí, pero ponerle un 2.0 le da más caché al asunto, y me pagan el doble que cuando en mi tarjeta de visita ponía fotógrafo sin más.

Cool Hunter. ¡Bueno, bueno, bueno! ¡Soy coolhunter!... ¿Lo qué? Sí hombre, ya sabes, cazador de tendencias. Me voy a la jungla, pero la de asfalto, a fichar los modelitos de las chicas monas; navego un poco por Internet viendo qué gadgets informáticos se venden más en los Estates o en Japón, y luego utilizo toda esa información en mi blog súper fashion para decirle a los demás qué se va a llevar dentro de unos meses. ¡Y me hacen caso! Pero lo mejor es que hay empresas que pagan a gente como yo por este tipo de servicios…

Community Manager. Es alguien que te cobra por gestionar tus cuentas en las redes sociales… ¿Pero eso del feisbuk y el tuiter no es gratis? Ajá, efectivamente, pero el community manager lo hace mejor. Y en esta afirmación no hay ni rastro de ironía; es cierto que para gestionar las redes sociales y obtener el

Personal Trainer. Otro que es personal; alguien que te ayuda a ponerte en forma. Pero no es que haga ejercicio por ti (estaría genial deshacerse de los michelines a través de otros, ¡cuando lo inventen me apunto!), sino que te acompaña en el gimnasio (o en casa si tu presupuesto te lo permite), indicándote


qué ejercicios hacer. Reconozco que esto del personal trainer tiene más sentido que todos los anteriores, porque tener a alguien que te motive y te diga cómo hacer cada movimiento para evitar lesiones, no viene nada mal. Entonces salvamos a los personal trainer de la lista negra, pero que conste que uno puede hacer deporte gratis… DJ. ¡Que nadie me salte a la yugular! Ya sé que los DJs existen desde hace mucho, cuando todavía se llamaban pinchadiscos; y que la diferencia entre uno bueno y uno mediocre está en que los del segundo tipo pueden arruinar cualquier noche de fiesta. Pero de ahí a promocionar cursos de formación para convertirse en DJ… ¿estamos locos? De toda la vida, alguien a quien le gusta la música empieza pinchando en casa y con los amigos, y poco a poco va aprendiendo y mejorando; por eso me resulta, cuanto menos, llamativas, esas becas que promociona una bebida refrescante para irse al extranjero a aprender el arte del ‘DJeísmo’. 10

Y como éstas, se me ocurren muchas más: coach de todo tipo, videogame tester, blogger… Todas tienen nombrecitos en inglés, por qué será. A mí me parece muy bien que cada cual se gane la vida como quiera o pueda; y mejor con estas chorraditas 2.0 que robando, claro está. Pero no deja de resultarme ridículo que estos servicios estén en auge y que la gente pague por ellos. Lo peor de todo es que las universidades y centros de estudios se han apuntado al carro y las venden como carreras con futuro, engañando con estos nombres tan divertidos a toda una generación de jovencitos que sueñan con convertirse en profesionales de sectores muy ‘cools’ y a la moda; pero, eso sí, con trabajos fáciles y que les den mucha pasta. ¡Venga ya! Y mientras tanto, las listas del paro aumentando. ¡Pardiez! He vuelto a nombrar la crisis…



i am the boss por fernando antúnez

Vale, reconozco que muchas de las excusas que he dado en el artículo de portada (‘Cómo pasar de tu jefe’) no son todo lo buenas y aceptables que podría esperarse. Qué se le va a hacer, no resulta fácil ser original inventando pretextos. Pero si de verdad sueñas con pasar de tu jefe para siempre, lo mejor es ganar la lotería. Y como esto no es tan sencillo como nos gustaría a todos, lo segundo mejor que puedes hacer es montar tu propia empresa y convertirte así en tu propio jefe. Así podrás pasar de ti mismo cuando quieras sin necesidad de excusas. ¿No te convence? Aquí van buenos argumentos… 1. Tendrás que trabajar mucho y saber que no va a ser fácil, pero el fruto de todo ese esfuerzo te beneficiará directamente. Es

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decir, que las horas extras serán trabajo invertido en hacer crecer tu sueño, y no los interminables momentos de ‘pringadez’ que te toca tragar si no quieres verte de patitas en la calle cuando trabajas para otros. 2. Podrás gestionar tu tiempo como te plazca, sin tener que acogerte a un estricto horario que muchas veces resulta contraproducente. Además, no tendrás que pelearte con nadie para decidir tus días de vacaciones. 3. Haz cuentas. En tu trabajo actual ¿cuánto ganas? Y, más importante aún, ¿cuánto puedes llegar a ganar incluso haciendo muchos méritos? Si, como la mayoría de los españoles, eres mileurista o menos, es muy probable que trabajando por tu cuenta llegues como mínimo a ese beneficio. A partir de ahí, todo lo que ganes será un plus del que ahora no dispones por muchas horas extra que hagas. 14

…y también algún que otro consejo: 1. Monta una empresa de algo que te guste pero, por encima de todo, de algo que sepas hacer. Trata de ser original y, antes de nada, haz un estudio de mercado (clientes potenciales, competencia, costes…) 2. Financiación: En la medida de lo posible, trata de no tener que pedir un préstamo a un banco; no están en su época más generosa. Ahorra costes de donde puedas (trabajando desde casa, por ejemplo) y, en último caso, busca un socio que ponga capital (puede ser un familiar o amigo). De las subvenciones, mejor olvídate; es muy difícil obtenerlas y, si tienes suerte y las consigues, suelen llegar con bastante tiempo de retraso. 3. Atrévete: si no lo intentas, nunca sabrás si puedes conseguirlo. Es un riesgo, está claro, pero ya se sabe que quien no arriesga no gana.



cha peau por emma kone

No puedo llevar sombrero. Y no porque no quiera, que me encantaría, sino porque Dios no me ha dado una cabeza digna de tal honor. Todos me quedan grandes, me bailan sobre la frente como si fueran un hula-hop. Parece ser que tengo una cabeza más pequeña de lo normal, porque en ninguna tienda española he encontrado un sombrero de mi talla. Recalco lo de española, porque este verano, por fin, he dado con dos ejemplares que me sientan como un guante; y ambos los he encontrado fuera de nuestras fronteras. ¡El problema es que ahora no sé cuándo ponérmelos! La falta de costumbre de cubrirme las ideas me ha dejado sin inspiración, y nunca encuentro el momento de lucirlos, pues me parece que son demasiado… demasiado. ¡Y me dan una envidia los osados que van por la calle tocados con sombreros! 16

Porque es un complemento que ha vuelto a la moda pisando fuerte. No sé si tendrán algo que ver influencias de series televisivas como Mad Men, donde todos los personajes visten sus cabezas elegantemente, pero lo cierto es que todas las firmas han rescatado del baúl de los recuerdos un accesorio condenado injustamente al ostracismo desde hace décadas. Borsalino, Fedora, Panamá, Pamela… Existen infinidad de modelos, uno para cada ocasión. Ojalá llegue el día en el que salir con sombrero sea tan natural como hacerlo con una bufanda, así no me dará vergüenza lucir mis preciadas adquisiciones de este verano. Hasta entonces, seguiré mirando con envidia a todos aquellos que se atreven a hacerlo, y no me quedará más remedio que aplaudir su osadía. O más bien les diré aquello de ‘Chapeau!, me quito el sombrero’…


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moustache

Cómo molestan a veces, convertidos en intrusos en los besos más apasionados, pero qué bien les sientan a algunos… Siempre he renegado de los bigotes, pues me parecían anticuados, poco higiénicos y que sus dueños los utilizaban como parapeto para esconder un no sé qué desconcertante. Pero los tiempos cambian, las modas obligan, el refrán dice que rectificar es de sabios y, heme aquí, convertida en fan de los mostachos. Hay que reconocer que, para algunos, el bigote más que un simple look, es toda una afirmación personal. ¿Qué sería de iconos como Freddy Mercury, Dalí, Groucho Marx o Charlot sin sus ilustres mostachos? Perderían toda su presencia, transformándose en unos imberbes irreconocibles. ¡Qué disparate! Presionados por la publicidad, los hombres se han sentido obligados durante muchos años a salir a la calle con el rostro rasurado 18

como el culito de un bebé. Por suerte para ellos, y desgracia para las que los besamos, todo hay que decirlo; han llegado nuevos aires informales y bohemios a esto de la moda capilar, y no es raro ver a famosos actores que lucen bigotillo encantados de haberse conocido: Brad Pitt, Johnny Depp, George Clooney… la lista es bien larga y cada día suma nuevos adeptos. Otra historia bien diferente es el bigote en las féminas… En este sentido, ¡rotundamente no al mostacho! Vale que en estos tiempos las mujeres reclamamos la igualdad en todos los aspectos, pero, amigas, dejemos que los pelillos del labio superior sigan siendo territorio exclusivamente de los hombres… y de Frida Kahlo, la única mujer con suficiente personalidad como para hacer de sus bigotes un orgullo.

por elena rey



¿Por qué lo llaman tapa, cuando quieren decir ración? por emma kone

Por encima de las virguerías de Ferranes Adriás y demás chefs de lo exquisito, las tapas se han convertido en el símbolo de la gastronomía española por antonomasia. De Nueva York a Tokio, pasando por Londres y París, todas las grandes capitales del mundo cuentan con sitios de tapeo o, como dirían nuestros vecinos gabachos, Bar à Tapas. Será porque, una vez más, se cumple el dicho de que menos es más. 20

Entonces, yo me pregunto, ¿por qué siendo las tapas el ejemplo más claro, barato y famoso de la cocina española, es tan difícil encontrar bares y restaurantes que las sirvan? Cualquiera me respondería que basta con darse un paseo por cualquier barrio o pueblo para encontrar tapas de todo tipo y condición, pero es aquí cuando he de protestar. Porque lo que se sirve en la mayoría de las barras españolas son raciones, que no tapas. No es que yo tenga nada en contra de las raciones; todo lo contrario, suelen ser baratas y muy copiosas. Pero la gracia de las tapas reside justamente en lo contrario; en el hecho de que, al ser una cantidad menor que las raciones, puedes almorzar disfrutando de mucha más variedad. La tapa, la de toda la vida, es la que te dan, normalmente de forma gratuita y sin haberla solicitado, cuando te pides una caña o un vino. Eso no quita para que luego puedas disfrutar pidiendo más y, así, una tras otra, se convierten en una deliciosa y amena forma de comer un poco de todo, pagando un poquito de nada. Porque además de ricas, las tapas son baratas. ¡Vivan las tapas! ¡Tapas for president!



idio cra cia por elena rey

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Tras este título tan ingenioso se esconde una película que recomiendo a todo aquel que quiera pasar un buen rato. Que nadie se espere un peliculón intelectual ni una obra maestra del séptimo arte; es más, en ocasiones su humor resulta zafio y simplón. Pero la premisa en la que se basa es original, inteligente y, desgraciadamente, creo que podría tildarse de realista hasta cierto punto… En resumen, Idiocracia habla de la degradación del ser humano hacia unos límites de estupidez inconcebibles. Partiendo de la sociedad actual, en la que las personas más preparadas e inteligentes postergan cada vez más el momento de tener hijos, agobiados por una dedicación excesiva a su carrera profesional (o por


la falta de un trabajo estable con el que mantener a la familia) la película de Mike Judge plantea que la evolución de la especie está en manos de paletos inconscientes que se dedican a procrear sin ton ni son. El resultado de este planteamiento es un futuro año 2.505 en el que el hombre se ha vuelto tonto del bote, el presidente de Estados Unidos es una ex-estrella del porno y actual estrella del pressing catch que saluda a las masas haciendo cortes de manga, y la película ganadora de todos los premios Oscar de esa edición se titula ‘Culo’, y no es más que la imagen de un susodicho pedorreándose durante las dos horas que dura el film (cabe destacar que también gana el Oscar al mejor guión). Caricaturas y exageraciones aparte, cuando enciendo la televisión muchas veces me pregunto si no estaremos ya inmersos en la idiocracia que predice Judge. Pseudo famosos que destapan sus miserias sin ningún pudor, famosillos casposos autoproclamados periodistas que defienden el derecho a proclamar SU verdad (¿?), reportajes a pie de calle que se deleitan en mostrar lo peor de cada ciudad, informativos deportivos que duran más que los tradicionales y tratan las noticias del fútbol como si fueran un culebrón, servicios informativos transformados en altavoces de los partidos políticos… ¿Para esto sirve la tan cacareada TDT? Recuerdo, cuando se hablaba del apagón analógico, que anunciaban el nuevo formato como una revolución que nos permitiría a los usuarios el tener una televisión a la carta, interactiva y de calidad. Menudo chiste. Con la TDT tenemos muchos más canales, pero no sé muy bien qué entendían los gurús de la tecnología por ‘a la carta’, ya que no hay manera de elegir nada: o te conformas con lo que emiten, o te vas a un portal de series en streaming en Internet (sin lugar a dudas, para mí, es la mejor opción). Y lo de la interactividad y la calidad… se quedó 23


por el camino, como tantas otras cosas. Es más, era de esperar que, con tantos nuevos canales, los contenidos crecieran y variaran para complacer a todos los públicos (y de paso mejoraran), pero ¡qué va! Los segundos y terceros canales de las principales cadenas se han convertido en simples plataformas de redifusión de su propia programación y, lo que es más escandaloso aún, de viejos contenidos. ¿Cuántas veces más van a hacernos tragar ‘Aquí no hay quien viva’, ‘Friends’ o ‘Sexo en Nueva York’? Personalmente son series que me gustan, ¡pero ya me conozco los diálogos de memoria! Un famoso productor televisivo, famoso sobre todo por sus espectáculos de ventrílocuo y por haber sido portada en la sección de sucesos hace unos años, reclamaba semanas atrás el derecho de las televisiones a emitir lo que el público supuestamente pide ver. Indignado, criticaba que se llamase telebasura a los programas que tantísima gente sigue con devoción; aduciendo que basura son los cinco millones de parados, la crisis 24

y la podredumbre política y bancaria. El público, pagado con un bocata de chopped, aplaudió a rabiar extasiado ante tan estudiado discurso. Pero que no se equivoque nadie. Porque basuras hay de muchas clases: hay basura orgánica, basura espacial, basura nuclear, basura política… y también basura televisiva. Y lo que este señor defendía con tanto ahínco es basura, asquerosita además. Porque no sólo son intelectualmente degradantes los contenidos de ciertos programas, sino que hemos llegado a unos límites donde la total ausencia de ética y moral se ha vuelto indecente. No me gusta darle publicidad a nadie, especialmente si sus actuaciones me parecen detestables, pero en un contexto tan apropiado para ello como es este artículo, no puedo dejar de criticar y denunciar a una cadena, Telecinco, que da pábulo a la madre de un criminal implicado en un turbio asunto, aún sin resolver, para más INRI. Que una señora trate de defender a su hijo a capa y espada es comprensible, supongo que muchas madres harían lo mismo; pero



que una televisión le dé voz pública a esa señora (y dinero, no lo olvidemos) sólo para aumentar su audiencia, es repugnante. Y no me olvido tampoco de los espectadores que vieron la entrevista, que también son para dar de comer aparte; especialmente los que critican pero no pueden despegar los ojos de la pantalla, embobados con tanto morbo. Las reacciones en las redes sociales a este engendro televisivo no se han hecho esperar, y ya hay quienes hablan de hacerle boicot a la cadena durante un par de días. De todo lo que he visto en Facebook a cuenta de esta entrevista, lo que más me ha gustado es una foto de una estantería de la que se cae un libro, ilustrada con la siguiente frase: “Cada vez que enciendes Telecinco, un libro se suicida”. Sencillamente genial. En la Facultad de Ciencias de la Información se enseña que la televisión es un servicio público cuya labor es formar, informar y entretener. Saltándome uno de los principios básicos de todo buen 26

periodista, que es el de no generalizar, he de decir que haciendo zapping, lo primero brilla por su ausencia, lo segundo está cada día más limitado y que alguien se ha equivocado, y mucho, en el concepto de entretener. ¿A que a nadie se le ocurriría hacer un programa en el que unos leones masacran infelices? Pues en la Roma antigua el público se divertía viendo cómo los felinos devoraban cristianos, y rugían de emoción pidiendo más (me refiero al público, aunque supongo que también era el caso de los leones…). Emperadores y patricios, los poderosos de entonces, organizaban tan execrable juego para poder dominar a las masas contentándolas con el espectáculo. Pan y Circo, ya se sabe… Han pasado dos milenios y parece que seguimos igual. Yo, para evitar cortes de digestión, he vendido mi tele.



hikikomori por elena rey

Japón, ese pequeño gran país que despierta a partes iguales admiración y curiosidad. Cuando vemos a los japoneses de turismo por aquí, siempre sonriendo y siempre fotografiándolo todo, nos sorprende su callada educación, tan diferente al jolgorio que armamos los españoles cuando cruzamos nuestras fronteras (y cuando estamos dentro de ellas, la verdad). Es sintomático que la buena educación de los otros sea algo sorprendente, deberíamos hacer examen de conciencia al respecto; aunque éste es un tema que daría para escribir otro artículo y no quiero distraerme del que da título al artículo.... Pues bien, aunque me fascina la cultura nipona, no todo lo que nos llega del país del sol naciente es noticia por ser algo positivo. Hace ya un tiempo oí hablar de los Hikikomoris, y su historia me dejó estupefacta, pero para mal. Se trata de jóvenes, normalmente chicos adolescentes o veinteañeros, que renuncian a vivir en 28

sociedad y se encierran, literalmente, en un mundo virtual gracias a Internet. No hay que confundirlos con el prototipo de ‘telememo’ español, ese que se pasa las horas delante de la pantalla de manera poco productiva. Los Hikikomoris ni siquiera salen de su habitación, para absolutamente nada, obligando a sus familiares a dejarles la comida detrás de la puerta. Y así permanecen durante muchos meses e incluso años, relacionándose con el exterior sólo a través del e-mail o de un chat. Esta incomprensible cárcel voluntaria es la vía de escape que muchos jóvenes nipones eligen para no tener que enfrentarse a una realidad que se les hace insoportable: Tras una infancia sobreprotegida y una adolescencia libre de problemas y responsabilidades, la llegada a un mundo laboral extremadamente exigente y competitivo supone un brutal choque para los japoneses. Ya lo contaba la escritora belga-japonesa Amélie Nothomb en la magnífica novela autobiográfica ‘Estupor y temblores’, donde hace una detallada


descripción de su trabajo como becaria, a pesar de su alta cualificación, en una gran empresa de Tokio. Entre muchas otras vicisitudes, Nothomb describe cómo una noche de soledad en la oficina, después de muchos días devanándose los sesos para preparar un informe que cumpliera los exigentes requisitos de su jefa sin conseguirlo, acaba perdiendo los nervios, la razón y la compostura; y se dedica a saltar de mesa en mesa completamente desnuda para terminar durmiendo sobre la moqueta del despacho, tapando su frío y su pudor con el contenido de la papelera más cercana. En cualquier oficina española, encontrarse a una compañera en pelotas y exhausta a los pies del ordenador habría sido motivo suficiente para mandarla al psicólogo de cabeza, además de convertirse en la comidilla de los pasillos durante meses; pero en Japón están tan acostumbrados a este tipo de escenas estrambóticas ligadas al estrés laboral, que los colegas de Amélie Nothomb ni se inmutaron cuando la vieron.

donde el suicidio está íntimamente ligado al concepto de pecado del cristianismo y por ello se ha considerado durante mucho tiempo un tabú, en la cultura japonesa acabar con la propia vida era, en muchos casos, la solución más honorable para guerreros y kamikazes. Esta normalidad con la que se acepta el suicidio en Japón, unida a la extremada presión en el entorno laboral, ha hecho que la tasa de suicidios en el país, la mayoría de ellos ligados a problemas en el trabajo, haya alcanzado unos niveles alarmantes: 30.000 cada año. Con estas cifras, no es de extrañar que muchos chavales prefieran encerrarse en su habitación antes que acabar haciéndose el hara-kiri, pero, por suerte, el gobierno japonés ya ha declarado el suicidio un problema de salud pública y está llevando a cabo diferentes iniciativas para prevenirlo y evitarlo. Y, de paso, liberar a los Hikikomoris de su cárcel cibernética.

Además, y al contrario que en occidente, 29


Mi nieto es

diseñador gráfico por fernando antúnez Exultante. Así se muestra mi abuela cuando le dice a sus amigas del bridge a qué me dedico. Otra historia bien distinta es cuando sus amigas le preguntan qué es eso del diseño gráfico y para qué sirve. Ahí es cuando se complica la cosa. Dudas, sonrisas nerviosas y salidas fáciles que terminan siempre en un “hija, una historia con ordenadores. Ya sabes, cosas modernas de hoy en día”. Que mi abuela no sepa definir en qué consiste el diseño gráfico ni me sorprende ni me inquieta, me extrañaría mucho más que lo supiera. Pero que personas menores de 45 años, empresarios y, esto ya tiene delito, ¡profesionales de la comunicación! no sepan lo que es el diseño gráfico, me pone malo. Vale que hasta hace mucho no era una profesión tan común como médico o maestro, pero hoy en día, que nos encontramos inmersos en el mundo de la imagen, debería ir sonándole un poquito más a todo el mundo. 30

Porque el diseño gráfico nos rodea. No es broma, está por todas partes, desde el logotipo de cualquier marca hasta el dibujo de las cortinas del salón. Vale que luego, cada diseñador se especializa en uno o varios de los muchos aspectos que engloba el diseño gráfico (páginas web, maquetación de revistas y periódicos, diseño textil, catálogos y papelería, packaging de productos, ilustración, campañas publicitarias, carteles, imagen corporativa…); pero de ahí a reducirlo todo a “una historia con ordenadores”, es simplificar demasiado. Aún así, ni a mi abuela ni a los demás se lo tengo en cuenta. Al fin y al cabo, por mucho que mi amigo Leo, bioquímico de profesión, me haya explicado decenas de veces a qué se dedica, siempre me lo imagino como el típico científico loco con bata blanca y probetas que contienen líquidos de colores…



por elena rey

Laos, la joya escondida del sureste asiático Cuando pensamos en viajes de ensueño, en lugares exóticos y cálidos, nos vienen a la mente países como Tailandia, Vietnam, Camboya… Pero cuando le digo a la gente que mi suegro es de Laos, país que hace frontera con los tres antes citados (y también con China y Birmania), me miran con cara de ¿ese país existe, o te lo has inventado? Afortunadamente existe y, más afortunadamente aún, es todavía un destino desconocido para el gran público. Gracias a eso, Laos mantiene un encanto de lo inexplorado, ya desaparecido en sus concurridos vecinos. Probablemente porque no tiene salida al mar (y por lo tanto carece de playa, tan deseada por los turistas), pero sobre todo por ser uno de los últimos gobiernos comunistas existentes en el mundo, hasta hace pocos años Laos ni siquiera había explotado el turismo como fuente de riqueza. Poco a poco los dirigentes laosianos van descubriendo los beneficios de abrirse al exterior, pero el país está todavía muy lejos de convertirse en una sobrevisitada y estereotipada destinación, como le ha ocurrido a Tailandia. Tuve la suerte de visitar Vientián, su capital, el pasado febrero; y es un viaje 32

que le recomiendo a todo aquel que quiera conocer un destino casi único. Anclada en un pasado no muy lejano, pero lo suficiente como para llamar la atención desde el primer momento, la ciudad sorprende por su caótica vegetación, sus innumerables y maravillosas pagodas (templos budistas), por la gran cantidad de monjes, de todas las edades, que pasean por sus calles ataviados de naranja; por la amabilidad de sus gentes y, por encima de todo, por su tranquilidad. Comiendo en un restaurante sin nombre al que nosotros apodamos ‘Las tres mesas’, puesto que no era más que eso, tres mesas dispuestas en la terraza de una casa particular; nos acompañó durante una comida un joven mochilero británico que, después de haber viajado por todo el país, llegó a la conclusión de que las siglas que en inglés acompañan al nombre del país (LAO PDR) no significan People’s Democratic Republic (República Democrática del Pueblo de Laos), sino “Please, Don’t Rush”; es decir, “por favor, no meta prisa”. Espero que Laos mantenga su amable carácter y su tranquilidad indolente durante mucho tiempo pero, por si acaso, deberían desoír el lema del país y darse prisa en visitarlo antes de que lo descubran los turoperadores…



No, no estoy desesperada buscando amistades a través de la revista, cual adolescente posesa tratando de aumentar su popularidad en las redes sociales. Lo que pasa es que esta inocente frase, tan propia de la infancia, es una de las más importantes claves del aclamado manga 20th Century Boys, de Naoki Urasawa. He de comenzar este artículo aclarando que, a pesar de ser una voraz lectora de libros de casi todo tipo, ni el manga ni los cómics han sido nunca de mis entretenimientos favoritos. De hecho, aparte de algún que otro Tintín o Astérix, nunca había leído publicaciones en viñetas. Pero hace unas semanas me picó la curiosidad con respecto a esta colección japonesa. Todo empezó en septiembre, cuando mi novio se enganchó a una trilogía de películas de lo más peculiar. Mientras yo 34

veía series en mi portátil, por el rabillo del ojo me llegaban escenas surrealistas con un misterioso e inquietante personaje encapuchado con un extraño símbolo, compuesto por una mano y dos ojos. A pesar de los auriculares, y de no estar siguiendo las películas, había algo que me llamaba poderosamente la atención en esas imágenes. Cuando terminaron las más de seis horas de misterios y ciencia ficción, mi novio no podía parar de hablar de lo que había visto; así que, días después, decidí regalarle la colección completa de cómics por su cumpleaños. Un total de 24 tomos, más de 4.000 páginas de un increíble relato que abarca casi cinco décadas. Ni que decir tiene que me enganché a la lectura de los mangas antes de que él hubiera terminado de leerlos. En menos de dos semanas devoré los tomos, y ahora estoy a medias con las películas. Ya no es sólo que la historia sea buena y original, sino que el autor ha cuidado hasta el último detalle la creación de


¿Quieres ser mi Amigo? por elena rey los (muy numerosos) personajes, y los dibujos son tan evocadores que Urasawa consigue que se nos haga la boca agua con una de las múltiples viñetas en las que los protagonistas comen unos, seguro deliciosos, ramen (fideos de arroz). La inspiración para la historia le llegó al autor durante una reunión de antiguos alumnos cuando, desconcertado porque no reconocía a prácticamente ninguna persona con la que compartía mesa y mantel aquella noche, se planteó el hecho de que los buenos amigos de la infancia pueden convertirse en verdaderos desconocidos. A partir de este concepto, Naoki Urasawa desarrolla con meticulosidad y maestría la historia de un grupo de amigos durante más de cuarenta años, desde su infancia a finales de los años sesenta hasta el año 2018. Es difícil resumir en sólo unos párrafos lo que el mangaka japonés cuenta en más de 4.000 páginas, pero trataré de

esforzarme: Kenji Endo y sus amigos crean una base secreta en la que se reúnen durante el verano, y escriben el ‘Cuaderno de las Profecías’, donde relatan cómo una maléfica organización tratará de acabar con la humanidad en los albores del siglo XXI, y cómo ellos mismos se perfilarán como los salvadores del mundo. Treinta años después, Kenji ve estupefacto cómo las siniestras profecías nacidas de su imaginación infantil van cumpliéndose una a una, mientras un misterioso hombre, que se hace llamar Amigo, crea una secta y va adquiriendo poder hasta convertirse en el presidente de Japón y, después de salvar asombrosamente la vida del Papa, en el Presidente del Mundo. Pero Kenji y sus antiguos compañeros de juegos saben que Amigo no es la bondadosa persona que dice ser, sino un terrorista que, aplicando la política del miedo, quiere hacerse con el poder del mundo para luego destruirlo. Quizá así resumido no parezca más que una historia fantástica, apta solamente 35


para frikis del manga. ¡Pero yo soy la prueba viviente de que no es así! Urasawa ha conseguido crear una obra maestra compleja, adulta, y planificada al milímetro, en la que el lector va poco a poco comprobando cómo las piezas, algo confusas al principio, van encajando. Pero el misterio y las intrigas, muy al estilo de Lost (Perdidos), se mantienen hasta la última página. Y no es un decir, literalmente no sabemos quién es Amigo hasta la última página del último tomo. Y tampoco lo sabemos a ciencia cierta; yo tuve que hojear algunos de los primeros tomos para cerciorarme de la identidad de tan controvertido personaje, y todavía unos días después debatía con mi novio sobre diferentes aspectos del relato. 36

En definitiva, la colección de cómics de 20th Century Boys (y los dos últimos tomos, ¡imprescindibles!, llamados 21st Century Boys) es una lectura recomendada para cualquiera que quiera pasar un buen rato (largo, ¡pero muy bueno!). Las películas tampoco están mal pero, como siempre, el libro es mejor que la adaptación cinematográfica. Se lo recomiendo encarecidamente a los amantes del cómic japonés pero, sobre todo, a aquellos que no hayan leído nunca un manga. Es una obra fantástica para deshacernos de nuestros prejuicios sobre los frikis…



Sabias conclusiones que aprendemos de los medios

¿sa bías que ...? por emma kone.

…las olas de calor extremo que acaparan los informativos durante meses se llaman... ¿cómo era? Ah, sí, verano. …la ley española prohíbe a las televisiones emitir más de 12 minutos de anuncios por hora? Creo que mi reloj va mal. …un prestigioso equipo médico ha hallado la fórmula mágica para adelgazar y no volver a engordar? Consiste en no comer porquerías y mover el culo haciendo ejercicio. …el método más efectivo para ahorrar en tu factura de la electricidad consiste en apagar la luz cuando no la necesites? …hacerle un cassette recopilatorio de canciones para tu novia antes no era un delito, y desde que pasamos al CD sí lo es?

Si, como nosotros, sabes un montón de cosas interesantes que pueden cambiar el mundo, no dudes en escribirnos a buzzredaccion@gmail.com o en nuestro grupo facebook. Publicaremos las perlas de sabiduría más graciosas en esta misma página. 38




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