7 minute read
De un juego de lealtades a la alienación parental
Existen diversas posturas sobre el tema de “Alienación Parental” sin embargo, con opciones a favor o en contra, es un hecho que, en las rupturas de pareja, en las separaciones familiares, en los divorcios, la gran mayoría de las veces son los hijos quienes resultan afectado, esto porque ellos siempre querrán y necesitarán ser queridos y aceptados por ambos de sus padres. Y es que si bien, en todas las relaciones interpersonales siempre surgen conflictos, una separación matrimonial nunca es sencilla, mucho menos cuando dicha separación mantiene conflictos sin resolver entre los únicos involucrados: la pareja que toma la decisión de separarse. Y es que aquí los conflictos dan un giro a las características individuales de los involucrados poniendo de manifiesto la poca tolerancia a la frustración que se tiene, una incapacidad para el manejo y control de emociones, graves problemas de autoestima y dependencia, nulas habilidades sociales para comprender, las emociones y tener empatía por otros, hasta diversos trastornos de personalidad. La situación se agrava cuando la pareja en conflicto tiene hijos. En situaciones como estas siempre es difícil mantenerse como espectador y ser un ente neutro ante el conflicto, especialmente si ese conflicto existe entre personas significativas afectivamente y con quienes se ha generado la mayor parte de la historia personal. Es entonces que los hijos intentan mantenerse neutros en los conflictos porque para ellos, los padres siguen siendo padres, siguen experimentando afecto por ellos si siguen necesitando que cada uno como padre los quiera.bra en 1974, y una semana después, un periódico publicó que esta maniobra había salvado una vida.
Sin embargo, no siempre es posible. La subjetividad de cualquier relación personal, sobre todo en un sistema familiar, nos pone de frente a una relación de lealtades, a un juego de alianzas que se da en mayor o menor medida en todos los grupos familiares pero que en los casos de separación alcanza niveles muy altos ya que los hijos se ven en la necesidad de asegurar la atención, el cuidado y el cariño de al menos uno de los progenitores. Las separaciones siempre serán dolorosas en algún nivel ya que suponen una pérdida y, en ocasiones, para lo hijos también suponen un sentimiento de abandono. Otra de las situaciones que se puede generar es un tipo de triangulación del conflicto, donde la pareja al no poder resolver sus propios conflictos requiere involucrar a un tercero, en este caso el o los hijos, quienes al tomar parte de la situación terminan por tener una actitud de rechazo hacia alguna de las partes, convirtiendo esto en la situación que genere un conflicto aún más grande entre los progenitores, lo que quita la atención de los conflictos reales subyacentes y por resolver y fortalece las acusaciones mutuas entre la pareja. Si bi en l a Al i en aci ón Parental aun no está establecida c o m o t a l e n e l D S M - 5 (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), sí hay evidencia cualitativa de la existencia del fenómeno en los hijos involucrados en estas rupturas y separaciones de pareja, lo mismo sucede en el C I E - 1 1 ( C l a s i fi c a c i ó n Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud) en su versión en revisión, aunque aquí se llega a tratar el tema sobre “Insatisfacción sustancial y sostenida dentro de una relación entre el cuidador y el niño asociada con una perturbación significativas en el funcionamiento.” Lo que nos lleva a identificar que pueden e x i s t i r c a ra c t e rí s t i c a s específicas tanto en padres como en hijos involucrados en esta situación. Así encontramos que, al existir una influencia negativa por parte de uno de los progenitores sobre los hijos, utilizada de forma repetida, las acciones generadas provocan que los hijos rechacen al otro progenitor. Existen señales de alerta e s p e cífi ca s q u e s e h a n encontrado en diversos estudios cuantitativos: Los padres… Ÿ Impedir que uno de los p r o g e n i t o r e s t e n g a convivencia con sus hijos Ÿ Devaluar e insultar al otro progenitor en presencia de los hijos Ÿ Implicar al propio entorno familiar y amigos en los ataques a la pareja Ÿ Subestimar o ridiculizar los sentimientos de los niños hacia el otro progenitor Ÿ Hacer del conocimiento de los hijos conflictos que sólo pertenecen a la relación de pareja y no a la relación entre padres e hijos
Advertisement
Ÿ Reforzar el comportamiento despectivo o de rechazo de los hijos hacia el progenitor Ÿ Negar por completo la e x i s t e n c i a d e l o t r o progenitor Ÿ Considerar a los hijos como frágiles o necesitados de protección con el fin de generar u na fid el id ad estrecha entre ellos y el progenitor que guarda la custodia Ÿ C o n v e rt i r p e q u e ñ o s comportamientos mínimos de uno de los progenitores e n ra s g o s n e g a ti vo s generalizados Ÿ Ten er u n a acti tu d d e extrema indulgencia con los hijos Los hijos… Ÿ Se obsesionan con “odiar” a alguno de los padres Ÿ Tienen justificaciones muy débiles para el desprecio que muestran Ÿ Su relación no genera ambivalencia o todo es muy bueno en uno de los padres o todo es muy malo en el otro Ÿ Afirman que la decisión de rechazar a uno de sus progenitores es propia Ÿ Utilizan palabras o frases qu e no son parte del vocabulario para su edad Ÿ A p o y a n d e m a n e r a irreflexiva al progenitor alienante Ÿ Ausencia de culpa hacia el rechazo del progenitor Ÿ Proyecta la animadversión hacia la familia extensa Es muy importante poder diferenciar la Alienación Parental de una situación de abuso o negligencia por parte de alguno de los padres. En este c a s o , u n n i ñ o q u e h a experimentado abuso físico, negligencia en su cuidado, abandono o maltrato por parte de uno de sus progenitores que es a g resi vo, pu n i ti vo o intimidante tendrá afectaciones emocionales que lo llevan a no p o d e r e s t a b l e c e r u n a i n teracci ón san a con el abusador. Es aquí en donde se p u e d e i d e n t i fi c a r u n a justificación para el rechazo con argumentos válidos. Por el contrario, la Alienación Parental no muestra signos de estrés postraumático (los niños que son maltratados o abusados son más cohibidos y tímidos) y los hijos requieren del apoyo del progenitor alienante para recordar los detalles que justificarán su aversión hacia el otro progenitor, mostrándose en una postura retadora. Otra diferencia importante es la actitud de los progenitores: un progenitor abusivo es impulsivo y muestra rasgos hostiles, en el caso de un progenitor alienante, éste es menos cooperativo con el evaluador que el progenitor alienado. Definitivamente, hablar de este tema debe llevarnos a reflexionar sobre la actitud y el actuar de los padres ante una separación de pareja. Nunca nada como los conflictos económicos, las revanchas emocionales, los desacuerdos personales pueden ser más importantes o prevalecer sobre los derechos fundamentales de los hijos. El odio es una emoción que se aprende, alguien debe enseñarla a los niños para establecerla en su conducta. Todo niño tiene derecho a desarrollarse en una relación parental de amor y respeto; negar la convivencia con alguno de los progenitores sin una justificación real como el abuso o la negligencia también se co n vi e rte e n u n a b u s o emocional para el niño. Un padre o madre que enseñan a sus hijos a odiar al otro o a temerle representa también un grave daño a su desarrollo emocional.