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El perfil criminológico

Kenia Zamora Martínez

Técnico en enfermería general Pasante de licenciatura en Criminología y Criminalística. Hidalgo

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El perl criminológico dentro del marco de la criminología

Definiríamos el perfil criminológico (criminal profiling) como una técnica de investigación criminal con la cual se puede llegar a identificar a determinados delincuentes, por sus características sobre su personalidad, su entorno social y su conducta.

Utilizando para ello las evidencias observables en el crimen, o la serie de crímenes que ha cometido. Analizando la forma en la que se han llevado a cabo y los diferentes escenarios.

El objetivo es aportar a la investigación de determinados delitos, información útil para la captura de un sujeto desconocido, autor del delito.

El Perfil Criminológico dentro del marco de la criminología. El Perfil Criminológico es una herramienta de apoyo de la investigación criminal y policial.

La elaboración de un perfil criminal nos ayudara a detener a un delincuente a partir de su modus operandi. Analizamos su comportamiento en el escenario del crimen y perfilaremos su personalidad y su entorno social para predecir futuras acciones y conseguir su detención.

Pero la Criminología pretende tener una visión más amplia de la conducta criminal. No tan centrada en el caso concreto, como hace el Perfil, si no centrada en la búsqueda y comprensión para su corrección, de los comportamientos criminales y las formas de prevenirlos. Y si fuera posible corregirlos.

El papel del Perfilador Criminal en el contexto social actual.

La perfilación Criminal para Brent Turvey (universidad de Oklahoma en Septiembre del 2012) “ Es la manera de inferir las características del agresor en base al análisis de la escena del crimen y partiendo de la dinámica de la evidencia física y la conductual”.

En nuestro contexto social actual, sobre todo con las ficciones televisivas y demás productos mediáticos, se ha creado una enorme fascinación con los crímenes y la forma en que son cometidos. A la gente le intriga y desea saber el cómo, el por qué y sobre todo entender el quién. Para el espectador la idea de que un tipo de agresor puede ser identificado a través de su conducta en la escena del crimen a menudo con muy poca o ninguna evidencia forense, cautiva la atención. Existe un cierto aire de misterio que rodea al perfilador, describiéndole como un individuo que posee habilidades innatas para descifrar las pautas de comportamiento que en última instancia conduce a la captura del criminal.

Pero como señala la doctrina, el perfilador se basa en inferencias no en especulaciones. No se basa en la intuición. No se fundamenta en lo psíquico. No es Innato. No se basa en el sentido común. No debe pensar como el criminal. Y ni mucho menos convertirse en un cazador de “monstruos”.

José Luis Calva Zepeda

ANA LUISA AGUILAR LAGUNES

Licenciada en Criminología y Criminalística Xalapa, Ver.

Nacido en la Ciudad de México. Fecha de Nacimiento: 20 de junio de 1969. Escolaridad: Preparatoria, A los dos años perdió a su padre por lo que quedó en custodia de su madre. Sin embargo, la mujer, quien era responsable de sus seis hijos, comenzó a buscar refugio en el alcohol, tal adicción ocasionó que empeorara el carácter agresivo e intolerante de su progenitora. Incluso empezó a implementar castigos terribles en su contra. Un ejemplo fue cuando José Luis rompió una figurilla de porcelana y su madre lo obligó a dormir en el patio: “la frialdad de la madrugada nunca la podré olvidar, el rocío de la noche enfrío mi alma hasta quemar mi ser”. No todo era malo, puesto que mantenía una relación cercana con su hermana. Sin embargo, la constante violencia verbal, física y psicológica a la que era sometido lo motivó a escapar de su asa a los seis años.

Sus parejas debían ser aprobadas por su madre, reflejando un complejo de Edipo muy marcado. Su primera relación formal fue en 1992, se casó a los 23 años y tuvo una hija; sin embargo, el matrimonio no prosperó.

En 1996 fue detenido por portar arma blanca, fue arrestado por primera vez y estuvo poco tiempo en la cárcel.

Inicia una relación amorosa con Juan Carlos Monroy Pérez, la cual fue muy larga, pero al mismo tiempo mantenía relaciones con otras personas.

Posteriormente, comienza a actuar, publica libros expresando sus sentimientos e ideales bajo el seudónimo de “El Caminante”. Se le atribuyen más de 800 poemas y obras de teatro, en una de sus obras escribió la dedicatoria diciendo lo siguiente: “dedico estas palabras a la creación más grande del universo que soy yo”.

En 2004 sostiene una relación amorosa con Verónica Consuelo Martínez pero ella se oponía a ser mamá. Después de muchos problemas, terminan y motivado por su personalidad psicópata, secuestró, torturó, asfixió y descuartizó a la mujer y dejó los restos en bolsas negras de basura en Chimalhuacán, la mamá de Verónica sospechaba de él, por lo que decide denunciarlo, giran una orden de a p r e h e n s i ó n p e r o n o e s atrapado. Tiempo después, cobró a su siguiente víctima, se trató de una sexoservidora “La Jarocha”, que trabajaba en el centro de la Ciudad de México, s u s r e s t o s l o s v o l v i ó a empaquetar en dos bolsas de basura y presentaban el mismo patrón de asesinato. La mayoría de sus víctimas trabajaban en una farmacia, eran robustas, de baja estatura, d e e s c a s o s r e c u r s o s (representando vulnerabilidad) y de edad avanzada.

José Luis Calva Zepeda vivía con un gran rencor hacia las mujeres y con un conflicto hacia su feminidad, a decir de los expertos: “entre más sádicos y crueles eran los homicidios, más sentía que lograba destruir su lado femenino y su latente homosexualidad” , así como generar control y acabar con el desprecio del cual sentía era objeto.

El tercer asesinato sería el más perturbador, después de un mes de noviazgo, su pareja terminó con Calva Zepeda, pero él la invitó a tomar un café a su d e p a r t a m e n t o e i n t e n t ó convencerla de regresar, al no aceptar comenzaron a discutir, y bajo los efectos de la cocaína, la g o l p e ó y e s t r a n g u l ó ; desmembró el cuerpo en el baño para luego freír la carne y tirar parte de los huesos en una caja de cereal, con este acto poseía a su víctima, absorbía sus cualidades femeninas y así no lo abandonaría. La buena suerte e inteligencia del asesino fueron insuficientes cuando ejecutó a s u t e r c e r a v í c t i m a . L o s familiares de la occisa pusieron una denuncia para tratar de dar con su paradero e iniciaron las investigaciones.

La investigación que llevó a dar con Calva Zepeda devino después de que la familia de Alejandra Galeana Garavito, una mujer de 32 años y madre de dos hijos, reportara su d e s a p a r i c i ó n a n t e l a s autoridades. En realidad, para los agentes judiciales que tomaron el caso no fue tan difícil asociar a Zepeda con la desaparición pues, además de que fueron informados de que la desaparecida era su pareja sentimental, los rumores del barrio apuntaban a que la última vez que había sido vista se encontraba en los alrededores de su vivienda. Tras la minuciosa investigación comandada en 2007 por la entonces Procuraduría de Justicia del Distrito Federal, en cuyo mando estaba Rodolfo Félix Cárdenas, quien formaba parte del gabinete del Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, se d e s c u b r i ó q u e , e n s u departamento ubicado en la popular colonia Guerrero, almacenaba restos humanos en su alacena y refrigerador. Era una fría tarde el 8 octubre de 2007, en el entonces Distrito Federal, cuando agentes de la P r o c u r a d u r í a c a p i t a l i n a rondaban el departamento de José Luis, ubicado en la colonia Guerrero, en el número marcado con el 198 de la calle de Mosqueta. Este, al percatarse, trató de escapar o quizá suicidarse, de último momento, lanzándose de la ventana hacia el exterior, pero fue atropellado por un taxi, las autoridades lo auxiliaron y el mismo día revisaron su domicilio.

Entonces encontraron algo que los perturbó por completo; en el inmueble había restos humanos dispersos en el comedor, estufa, sartenes, refrigerador y hasta en el ropero. Además, en un plato yacían trozos de carne cocida junto con limones y salsa, sobra decir que la carne pertenecía a su ex pareja. Él mismo negó, siempre, que comiera carne humana y alegó que destazó a su última víctima para desaparecer el cuerpo “por partes”.

Después de que José Luis fuera detenido y debido a las circunstancias de los hallazgos, los medios de comunicación lo apodaron “El caníbal de la Guerrero“.

Esto sin tener certeza de que realmente se dedicara a practicar la antropofagia.

E l s u j e t o , q u i e n y a comenzaba a ser conocido como El Poeta Caníbal o El Caníbal de la Guerrero tuvo que rendir su declaración en el Hospital de Xoco, debido a que la caída, en su intento de huida, le había costado un fuerte golpe. S u s p a l a b r a s d e j a r o n c o n g e l a d o s a s u s entrevistadores: “Sí maté a la m u j e r, p e r o n o l a c o m í ; encontraron mis poesías, ¿qué les parecieron?”.

A El Poeta Caníbal se le vinculó con otros dos casos de mujeres asesinadas. El primero, el de una expareja suya, a la cual había conocido en 2004 y cuyos restos, mutilados, fueron hallados en un basurero del Estado de México y el de una prostituta quien jamás fue identificada pero cuyos restos fueron hallados, también, cercenados. Tras análisis científicos, se determinó que los restos correspondían a quien en vida fuera su pareja. Frente a la rejilla de prácticas, el titular del juzgado, Juan Jesús Chavarría Sánchez, informó al acusado que enfrentaría proceso ordinario bajo la causa 280/07 por los delitos de h o m i c i d i o c a l i fi c a d o y profanación del cadáver, con las agravantes de saña, traición, alevosía y ventaja

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